jueves, 11 de junio de 2009

Mentiras y medias verdades

Mentiras y medias verdades: Obama en El Cairo

Horacio Vázquez-Rial



Toda España se ha enterado que el presidente de los Estados Unidos comete

errores históricos de a medio milenio. Por supuesto, esta vez la cosa pasó

sin demasiada alharaca, porque Obama no es Bush, ni Jeb Bush hablando de la

República Española, ni cualquier otro republicano confundiendo México con

Colombia. A éste se le dejan pasar muchas cosas, casi todas.



La ignorancia de los dirigentes políticos, que, salvo excepciones, suele ser

cósmica, se ve a veces compensada por los saberes de los redactores de sus

discursos, que en este caso es un joven novelista fracasado que ni siquiera

se asoma a la wikipedia a la hora de meter citas en lo que escribe para el

jefe.



Pero el problema no está en la ignorancia universal de un egresado de

Harvard, donde, para colmo, presidió la Harvard Law Review, sino en la

magnitud de sus desvíos políticos. Dos mujeres tan integralmente ignorantes

como él han descubierto instintivamente la verdad: Cristina Kirchner, al

decir que, aunque él no lo sepa, Obama es peronista, y Leyre Pajín, al

equipararlo con el peronista de la sonrisa que nos gobierna. Y las pruebas

las encontré en un link enviado por mi siempre querida y admirada Ana Nuño,

que remite a una nota de Toby Harnden, editor de la información sobre

América del Telegraph de Londres, donde por una vez se hace un análisis de

verdad del contenido de los 56 minutos de discurso, aparte la de mi

respetado Arcadi Espada, que se centra en el estilo pastoral del presidente.



Veamos lo que dijo Obama, de acuerdo con el artículo de Harnden, que resumo

y gloso:



– "Dada nuestra interdependencia, cualquier orden mundial que eleve a una

nación o un grupo de personas sobre otros fracasará inevitablemente"



Fin de lo que Tocqueville llamó "excepcionalismo americano". En Estrasburgo,

señala Harnden, al ser interrogado sobre el tema, Barack Hussein respondió:

Creo en el excepcionalismo americano, tal como supongo que los británicos

creen en el excepcionalismo británico y los griegos creen en el

excepcionalismo griego"; cosa que revela su desconocimiento profundo del

concepto. Dice Harnden que así el presidente reduce el liderazgo americano.

Y digo yo que no hace más que confirmar lo que este modesto analista dijo

desde Madrid ya en campaña: Obama ha sido puesto allí por un establishment

que no es ni siquiera mayoritariamente americano –véase la composición

accionarial de General Motors o de cualquier otra compañía de grandes

dimensiones y se encontrarán capitales asiáticos en cantidades

insospechadas – para acabar con los Estados Unidos que el mundo conoce desde

1776; con la nación que Lincoln consolida en la Guerra Civil, pensando

ingenuamente que lo más probable es que los esclavos deseen regresar a

África.



– "Sé que ha habido controversia acerca de la promoción de la democracia en

los últimos años, y gran parte de esa controversia está conectada con la

guerra de Irak. Permitidme ser claro: ningún sistema de gobierno puede ni

debe ser impuesto por una nación a cualquier otra"



Obama es un talibán del multiculturalismo: ¿cómo no iba a serlo, si es lo

que le permitió llegar a la Casa Blanca, y hasta graduarse en Harvard con

más ventajas que cualquier estudiante wasp?



Él es un producto de la discriminación positiva y de la prescindencia

respecto de los contenidos de las otras culturas: ¿por qué iba ahora a decir

lo contrario? Nadie debe imponerle nada a nadie. Ni Estados Unidos a Irak ni

extremando el argumento, los aliados a Alemania. Todo esto, al cabo de una

semana de visitar Auschwitz y decir que jamás olvidaría lo que allí había

aprendido: ¿es necesario en 2009 visitar Auschwitz para saber qué fue la

Shoah?



– "Soy cristiano, pero mi padre procedía de una familia de Kenya que incluye

generaciones de musulmanes. De pequeño pasé varios años en Indonesia y

escuché la llamada del azaan al romper el alba y al caer la noche"



Además de ser una idiotez peligrosa, no imagino un solo musulmán fascinado

por estas declaraciones, que sitúan a Barack Hussein en la apostasía. ¿Qué

cree este hombre?, se preguntarán. ¿Que nos va a convencer de que somos

iguales? Pues no, que predique en el Middle West como lo que es: un

cristiano. Sin embargo, yo estoy convencido de que el establishment lo

escogió por su condición de musulmán.



– "En todo el mundo, el pueblo judío fue perseguido durante siglos, y el

antisemitismo en Europa culminó en un holocausto sin precedentes (...) Por

otra parte (...) la situación del pueblo palestino es intolerable"



Esto, dice Harnden, se acerca peligrosamente a la equivalencia moral. No,

querido Harnden; no se acerca: es. Y el día menos pensado, si los asesores

de la Casa Blanca son como el tipo que escribió este discurso, veremos al

presidente confluyendo planetariamente con su amigo español en el uso de la

keffiyah arafatiana. Ya que ha demostrado sobradamente en los últimos

tiempos ignorar que la solución de los dos Estados es incluso previa al

nacimiento de Israel, y que fue condición aceptada por Israel y rechazada

por los árabes ya en 1948, al menos debiera este señor, por el puesto que le

toca ocupar, saber quiénes son los enemigos comunes de americanos e

israelíes. A menos, por supuesto, que sea antisemita, posibilidad que en

absoluto descarto. ¿O acaso alguien cree que el ser negro es garantía de

algo?



– "El gobierno de los Estados Unidos ha acudido a la justicia para proteger

el derecho de las mujeres y niñas a usar el hijab, y para castigar a

aquellos que se lo nieguen"



Harnden recoge una crítica de la izquierda y otra de la derecha a esta frase

La primera ha sido enunciada por Peter Daou: "Con mujeres lapidadas,

secuestradas, violadas, golpeadas, mutiladas y masacradas a diario en todo

el planeta, ¿lo más que nuestro presidente puede decir sobre ello es que

protegerá su derecho a usar el hijab?". El comentario desde la derecha es de

Stephen Hayes: "En Arabia Saudí las mujeres no pueden conducir. En Irán son

lapidadas por sospecha de adulterio. En Pakistán los políticos defienden

públicamente los asesinatos por honor de las jóvenes que han tenido la

audacia de elegir a sus maridos". Zapatero, por todo lo que sabemos o

suponemos, llegó a presidente. Danielle Mitterrand no, gracias a Dios. El

nivel Obama es el de la que fuera mujer del presidente francés.



– "Me siento honrado de estar en la eterna ciudad de El Cairo"; a lo que

añadió que el presidente Hosni Mubarak es una "fuerza estabilizadora"



Ignoró, desde luego, la forma en que Mubarak accedió al poder, deslegitimó

la lucha de los (pocos) árabes egipcios por la democracia y legitimó a los

Hermanos Musulmanes, a Hamás, a Hezbolá y a otros grupos terroristas. Y

olvidó que se encontraba en uno de los países del mundo con mayor número de

presos políticos (y en peores condiciones) del mundo.



– "Aunque creo que el pueblo iraquí está mejor, en definitiva, sin la

dictadura de Sadam Husein, también creo que los acontecimientos de Irak han

recordado a América la necesidad de emplear la diplomacia y construir el

consenso internacional para resolver nuestros problemas siempre que sea

posible"



Digno de Zapatero. Husein tenía que irse, pero no me gusta que para eso haya

hecho falta una guerra. Coherente también con lo de no imponerle un sistema

de gobierno a otras naciones.



– "En los Estados Unidos, las normas para el ejercicio de la caridad hacen

más difícil para los musulmanes cumplir sus obligaciones religiosas. Es por

eso que estoy empeñado en trabajar con los musulmanes americanos para

asegurar que puedan hacer zakat"



Comentario de David Frum: "No es más difícil para los musulmanes americanos

hacer legítima caridad. Lo que es más difícil es hacerla llegar a grupos

terroristas. ¿Está el presidente sugiriendo que relajará esas restricciones?



El programa parece consistir en afirmar que no tenemos nada contra los

musulmanes. Porque el punto de partida es que ellos no tienen nada contra

nosotros que exceda el malentendido. Pura alianza de civilizaciones,

peronismo americano, debilidad y olvido. Frente a eso, ¿qué más da que el

califato de Córdoba y la Inquisición estén separados por unos cuantos años?

Más aún: lo propio de la concepción islámica de la historia, como se hartado

de explicar Bernard Lewis, es la atemporalidad.

www.vazquezrial.com

Gentileza: Paulina Gamus
Reenvia : www.porisrael.org

No hay comentarios: