miércoles, 30 de mayo de 2007

La fobia antisemita


La fobia antisemita

Gabriel Albiac (El Mundo, 4 de abril de 2002)

Sartre, que era, además de rojo, inteligente, majestuosamente inteligente, daba, a inicio de los años 50, la clave maldita del antisemitismo (ya sé que la denominación etimológicamente correcta es antijudaísmo, pero me ajusto al diccionario convenido), ésa que lo blinda y lo convierte en pulsión fóbica de una subjetividad enferma. Incurable. Y siempre asesina. Por necesidad.
Cito, pues, al viejo maestro, uno de los pocos grandes de los casi ninguno del siglo XX. En el retrato que él traza, veo los rostros de mis coetáneos: los que hoy desbarran sobre Israel, histéricos de odio contra el único Estado democrático el único de por ahí. «Si el antisemita es, como cualquiera puede comprobarlo, impermeable a las razones y a la experiencia, no es porque su convicción sea fuerte; sino que, más bien, su convicción es fuerte porque, en primer lugar, ha elegido ser impermeable».
La fobia del antisemita es esencial porque afecta a la insoportabilidad de su propia miseria. Un don nadie, un pobre imbécil sólo puede sentirse algo inventándose un Otro demoníaco, absoluto; un Otro totémico, sobre el cual proyectar toda miseria, toda sordidez, toda inhumanidad: todo cuanto él es, en suma. La gratificación que da ese verter sobre un metafísico chivo expiatorio la invalidez propia es muy reconfortante para un desgraciado. Por eso el antisemitismo fue siempre tan popular. Por encima de ideologías. A izquierda como a derecha.
No hay cuestión judía. Hay cuestión antisemita. Y esa cuestión antisemita es fascinante, precisamente porque es síntoma de un punto de gravedad muy hondo en la condición humana: el espanto hacia la incertidumbre en la cual nuestro ser precarios nos instala.Frente al terror de lo inseguro, el antisemita posee la respuesta universal al origen de todo mal: el fantasma de un demonio absoluto que la fórmula es de un gran maestro alemán en materia de muerte «no es ni siquiera un animal, sino una aberración de la naturaleza», el mítico invento al cual llama «judío». Y es ese invento vuelvo a citar a Sartre del judío imaginario lo que «simplemente permite al antisemita aplastar su angustia en el huevo».
Pues que «el antisemita es el hombre que quiere ser roca implacable, torrente furioso, rayo devastador, cualquier cosa menos hombre», nada más lógico que dar siempre con algún anónimo cretino de acento palestino o de Chamberí que te amenace de muerte por teléfono como puto judío. No es nuevo. Aunque yo no sea judío.O aunque lo sea, sí, en el sentido exacto que Sartre dice: todos, tras Auschwitz, lo somos. Todos. Menos los nazis. Por supuesto.Sea cual sea su máscara retórica. Sea cual sea el color de la bandera en la que envuelven su miseria.

El islamismo radical es el nuevo fascismo



ENTREVISTA A HERMANN TERTSCH,
por Daniel Muñagorri en ¡Basta ya!, verano del 2006

«El islamismo radical es el nuevo fascismo»

Hermann Tertsch del Valle-Lersundi (Madrid, 1958) es periodista, especializado en temas de política internacional. En 1981 comenzó a trabajar en Viena para la agencia EFE en la cobertura informativa de la Europa central y oriental. En 1983 inició su labor en el diario El País con informaciones y análisis sobre las entonces incipientes reformas en los países socialistas en Europa Central y los Balcanes. Ha sido corresponsal de El País en Bonn y Varsovia y, posteriormente, para toda Europa Oriental. A partir de 1993 y hasta 1996 fue subdirector de El País, responsable de la sección de Opinión. En la actualidad es editorialista y columnista en ese mismo periódico y colabora con otros medios de comunicación, como la emisora Onda Cero. En esta entrevista para Basta Ya entra de lleno en la actualidad bélica de Oriente Medio y en la situación que se está dando en Cuba tras la enfermedad de Castro, así como en el papel que el Gobierno español representa en la comunidad internacional.

P: ¿Suenan demasiados tambores de guerra en este principio del siglo XXI o es que tenemos mala memoria?

R: Suenan de hecho más tambores de guerra. Hemos tenido muchas decenas de guerras en la segunda mitad del siglo XX, pero ninguna de ellas amenazó nunca con tener unas consecuencias con efectos globales. Desde la Segunda Guerra Mundial –mejor aun desde que se implantó pocos años después la idea de la Destrucción Mutua Asegurada (MAD) en las relaciones entre las dos superpotencias, los EEUU y la URSS- no habíamos tenido un escenario internacional tan explosivo potencialmente y sobre todo tan imprevisible.

¿Oriente Medio es el peor de los escenarios actuales?

Sin duda hoy es en Oriente Medio donde chocan las dos concepciones del mundo y la vida más enfrentadas entre sí y la convicción de los sectores más radicales sobre la incompatibilidad de los mismos. Se trata de una falla religiosa y cultural, pero también de desarrollo y bienestar. Los estados musulmanes bajo creciente influencia radical islamista son a la vez en su inmensa mayoría estados fallidos, incluidos aquellos que han nadado en la opulencia gracias a sus yacimientos petrolíferos.

¿Hasta qué punto los radicales islámicos de Hezbolah o Hamas son controlados por Irán y Siria?

Son financiados por Siria e Irán y han sido entrenados en el caso de Hezbolah desde hace dos décadas por la Guardia Revolucionaria iraní. También tiene campos y constante entrenamiento y formación de cuadros en estos dos Estados. La dirección de Hamás se halla de hecho en Siria. Por supuesto son organizaciones formadas y surgidas de la población libanesa chií en el primer caso y de la palestina en el segundo. Su capacidad de organización, su prestigio social basado en su honradez y solvencia que contrasta con la corrupción e imagen de derrota de los estamentos oficiales libaneses y palestinos, han hecho de estas organizaciones, al margen de sus organizaciones armadas, unas inmensas ONGs con gran poder de influir positivamente en la vida cotidiana y de llevar a cabo labores humanitarias, caritativas y docentes. Dicho esto, sus cuadros y líderes religiosos tienen clara dependencia y obediencia sobre todo hoy a Irán y en menor medida probablemente hoy a Siria en lo que a Hezbola se refiere.

¿Se puede acabar con Hizbulá sin invadir totalmente Líbano?

Se puede si existe voluntad real de parar los pies a Irán en los frentes en los que desafía a toda la comunidad internacional que son:

1. La carrera hacia la bomba atómica

2. La destrucción de Israel

3. La reconstrucción de un imperio persa como califato global.


¿Es posible pensar en la paz para esa zona cuando el Presidente de Irán niega el Holocausto y pide la desaparición de Israel?

El régimen de Irán ha entrado en una deriva con los tres objetivos antes referidos en la que será muy difícil para toda la comunidad internacional frustrar de forma pacífica sus ambiciones que ponen en peligro a todo el mundo y en especial a todas las sociedades libres. La guerra con Irán es cada vez más posible de un tiempo a esta parte.
En el mundo radical islámico, la percepción de que las sociedades libres occidentales son decadentes e incapaces de defenderse, genera un efecto movilizador y triunfal innegable. La división en Occidente es uno de los grandes acicates que además tiende a debilitar a los musulmanes moderados que buscan fórmulas de cooperación con occidente basadas en la idea de que las sociedades libres comparten libertad, democracia y prosperidad. Este es su mejor argumento y quienes ayudan o ceden ante los radicales dejan a los moderados literalmente a los pies de los caballos. El islamismo radical es el nuevo fascismo. Lamentablemente, igual que sucedió con el fascismo y el comunismo del siglo pasado, son mayoría quienes creen que pueden evitar el enfrentamiento con los totalitarismos cediendo en todo o en parte. Se equivocan una vez más.

¿La entrada de potencias militares como Irán o Siria en una guerra contra Israel a qué escenario nos llevaría?

Una guerra abierta de Siria e Irán contra Israel abriría las puertas a todo tipo de escenarios, incluidos por supuesto el uso del armamento nuclear. En todo caso es un hecho que Irán está en guerra con Israel por delegación y que la escalada de las provocaciones desde el sur del Líbano que han desatado la guerra actual emana de una decisión de Teherán. Es hoy perfectamente evidente que en los últimos seis años ha sido una prioridad máxima del régimen iraní crear en el sur del Líbano un sistema muy sofisticado de fortificaciones y resistencia de cara a un momento en el que requiriera usarlo como ha sido ahora el caso, cuando se estrecha el cerco internacional contra Teherán por su desafío con el enriquecimiento de uranio.

¿Cambiaría totalmente la situación que Irán se convierta en una potencia nuclear?

Totalmente. Aunque la no proliferación ha sido uno de los fracasos más terribles de los últimos sesenta años y nadie puede excluir que nos cueste la destrucción parcial del globo, no es lo mismo que tenga la bomba un régimen militar como Pakistán, una democracia como India, ni siquiera una miserable satrapía comunista como Corea del Norte, a que la tenga un antiguo imperio con una ideología fanática de conquista, mito histórico, culto al sufrimiento y exaltación de la muerte como recompensa celestial.

¿Se puede separar esta guerra de lo que ocurre en Irak o Afganistán?

Por supuesto que no se puede separar. Estamos ante un conflicto -en el que sí existen puntos de máximo roce como el problema israelí palestino- pero que se debe ya a una situación general producida por las tensiones arriba referidas que se han agudizado rápidamente con la revolución tecnológica y la visibilidad del fracaso de unas formas de vida frente a la adaptabilidad de otras.

¿Se está jugando Europa su seguridad en el conflicto de El Líbano?

Por supuesto que Europa se está jugando su seguridad. Cualquier resultado del conflicto que pueda ser entendido como una victoria de Hezbolah y por tanto del islamismo radical y de Teherán aumentará su prestigio. Toda reducción de la capacidad de disuasión armada de Israel es una pérdida de seguridad para las democracias occidentales. Todo reforzamiento de las tendencias radicales en el mundo árabe y por extensión en el islámico aumenta también la influencia de éstas en las comunidades musulmanas dentro de nuestras fronteras. Por eso es imprescindible que el terrorismo y los países que lo sustentan sean derrotados y disuadidos. Solo así y no cediendo ante ellos se puede fortalecer a las tendencias moderadas. Es decir exactamente lo contrario de lo que pretenden tantos políticos europeos y en lo que, desde luego, el Gobierno socialista español es triste campeón del apaciguamiento de los radicales que, por supuesto, otorga a estos cartas imbatibles.

¿Han picado el anzuelo desde Israel con una respuesta militar enorme a unos actos concretos de terrorismo?

Eso podría parecer y desde luego y pese a los desmentidos del mando militar sí da la impresión de que les ha sorprendido el inmenso potencial de combate que había logrado amasar Hezbola en el sur del Líbano. Pero en realidad Israel no tenía más remedio que responder y tenía muy pocas opciones que no fueran una operación directa para intentar desmantelar todo lo posible este aparato militar de Hezbolah, al tiempo que intentaba forzar al Líbano a actuar al extender a todo el Estado las consecuencias. Es una estrategia sin duda extremadamente impopular que, si bien intenta minimizar las víctimas civiles, no puede evitarlas totalmente y por tanto no puede prolongarse indefinidamente. Hoy por hoy, está claro que esta estrategia ha unido a los libaneses contra el artífice directo de la destrucción, Israel. Pero cuando se calmen las cosas, muchos libaneses verán que el auténtico responsable de la destrucción ha sido Hezbolah, que inició una guerra sin provocación alguna y siguiendo exclusivamente los intereses de Irán, totalmente contrarios a los del Líbano. Esto conlleva sin duda riesgos de enfrentamiento civil en el Líbano, pero éste siempre se ha dado y, hasta ahora, desde que terminó la guerra civil siempre ha beneficiado a los chiies en detrimento de las demás religiones.
La imagen que recibimos en España de esa guerra es la de los israelíes arrasando Líbano y matando indiscriminadamente a civiles. ¿Han tomado los medios de comunicación españoles un partido claro en el conflicto?

Lo han tomado la mayoría de los medios, una mayoría de la población que por lógica refleja en sentimientos los mensajes que percibe y un Gobierno que cree poder sacar rédito a los sentimientos anti israelíes que las imágenes y el discurso dominante genera.

¿Se atrevería José Blanco y el PSOE a decir que Israel busca el asesinato de civiles en esa guerra si no fuera porque esa es ya la opinión de buena parte de los españoles?

José Blanco y la actual dirección del PSOE se atreve a cualquier cosa que crea le pueda beneficiar en su necesaria estrategia de tener enemigos externos fáciles de identificar con su principal enemigo interno, que es un Partido Popular al que se quiere criminalizar. Si en la oposición fue inmensamente útil la guerra de Irak, hoy lo es esta guerra que se explota de la manera más irresponsable, con el sentimentalismo propio de las peores agitaciones del siglo XX. Blanco y los demás, como ya pedía Santiago Carrillo hace unas semanas, propagan la tesis de que ETA quiere la paz y el Partido Popular la guerra. En este escenario cuadra ese mensaje siempre implícito, cuando no explícito, de que los islamistas son gentes de paz obligados a resistir contra el gran Satán, que es el presidente Bush e Israel.
En realidad todo esto forma parte de un discurso que Hezbolah, Irán, Hamás, Castro y a la postre también Eta y Batasuna, son todos en el fondo entendidos como aliados naturales –más o menos equivocados en sus métodos o argumentos- de la izquierda y de todas las fuerzas comprometidas con la “emancipación”. Todo ello forma parte de un discurso sectario, con los peores resabios de lo que podíamos llamar el autoodio o la fobia antioccidental de cierta izquierda sesentaiochista que, en su vertiente digamos que más pedestre, semiculta o abiertamente inculta, tiene hoy tanta presencia en la cúpula del partido del Gobierno español.

¿Estamos ante un tiempo de antisemitismo o, por el contrario, Israel usa ese fantasma en cuanto se le critica?

Es evidente que en Israel existe una hipersensibilidad ante cualquier crítica, especialmente procedente de los europeos. Esto tiene obviamente razones históricas porque los judíos de Israel supervivientes o descendientes de supervivientes del Holocausto, es decir víctimas todas desde que nacen, saben muy bien lo que hicieron los europeos por defenderlos en aquellos momentos, que es decir nada, salvo honrosos casos individuales y aislados. Por eso los israelíes se indignan cuando reciben recomendaciones de Estados europeos que se dicen todos filosemitas, pero exigen a aquel Estado unos comportamientos que serían demandables si Israel estuviera geográficamente en el Benelux y sus vecinos fueran Luxemburgo y alguna elegante democracia más pero que equivaldrían al suicidio en la región donde se halla.
Se ha convertido en políticamente correcto exigir sacrificios inauditos a las víctimas y en el caso de que estas se nieguen, reprochárselo con acusaciones que resultan intolerables y las tachan prácticamente de culpables de cualquier acto lamentable posterior. Pero aun más perversa y repugnante es la sugerencia, omnipresente en medios izquierdistas europeos, de que protestas o autodefensa de las víctimas vienen a explicar el hecho de que se convirtieran en tales. De esto saben tanto víctimas en el País Vasco como los judíos que oyen una y otra vez cómo intelectuales europeos, árabes o latinoamericanos intentan justificar con hechos actuales el holocausto. En todo caso, existe claramente un antisemitismo tanto en la izquierda como en la derecha europea que reactivada por el conflicto actual viene a decir, como el presidente de Irán, que sin Israel no habría sino paz en Oriente Medio. Como hace cinco siglos decían que sin judíos no habría familias endemoniadas en Toledo o pozos envenenados en Frankfort del Meno o intrigas en Londres. O hace 150 años, durante los pogromos, familias endeudadas entre la población rusa. O deudas de guerra de la Alemania de Weimar. Y esto sí es antisemitismo puro y es al que recurrió José Blanco cuando dijo algo que sólo se podía interpretar como que los judíos estaban matando a civiles a propósito. Tenía el mismo objetivo y utilizó los mismos mecanismos que todos los agitadores antisemitas de la larga historia europea. Que él sea antisemita o no es tan irrelevante como lo sería el hecho de que Goebbels tuviera fobia a los polacos.

¿Qué papel está jugando la diplomacia española en este conflicto?

El Gobierno español, pese a las buenas intenciones del ministro Miguel Angel Moratinos, es del todo irrelevante en el escenario político internacional actual. Lo que a principios de la legislatura fue primero sorpresa, después estupefacción, se ha tornado en desprecio, especialmente hacia el presidente del Gobierno, al que se ve como un excéntrico más o menos iluminado y por supuesto carente de toda profesionalidad, seriedad y fiabilidad. Esto no quiere decir que muchos países no crean provechoso tratar bien al Gobierno español en provecho propio o por coincidencia de intereses. Entre los países árabes el Gobierno de Madrid goza de simpatías como colaborador y apoyo más o menos seguro, pero carece de valor más allá como mediador o valor añadido porque se le sabe desactivado como interlocutor de otras partes. En Europa oriental se le desprecia abiertamente al actual Gobierno. Y en Europa occidental se le toma poco en serio.

¿Cuando desde Al-Qaeda se nombra a Al Andalus como territorio a conquistar es un brindis al sol o van en serio?

No es ni mucho menos un brindis al sol. Yo he estado con Hezbolah en el Valle de la Bekaa y en Baalbeck en los colegios donde les hablan a los niños del califato, de Córdoba, de Sevilla y Al Andalus con total normalidad. La educación en general invoca al califato continuamente y forma a los niños como creyentes y soldados de un renacer del Islam tras las humillaciones de siete siglos en los que la expulsión de España juega un papel tan capital como las cruzadas.

¿Qué opinión tiene sobre la actualidad cubana?

Pese a todos los buenos deseos a la dictadura y al régimen exótico del terrarium comunista que sólo disfrutan los cínicos del aparato y sus camaradas y cómplices en el exterior de la isla y especialmente en España, con la muerte de Castro el castrismo irá al basurero de la historia, donde debía estar hace tiempo y los políticos y periodistas españoles que se han beneficiado de la explotación, la miseria y la falta de libertad de los cubanos.

¿Ve alguna similitud entra la Cuba actual y el final de la España franquista?

Si, muerto el perro se acabó la rabia.

¿Seguirá la izquierda europea embelesada por el castrismo después de Castro?

Todavía no han digerido muchos de ellos el disgusto por la caída del muro y por el éxito de la democracia en el este de Europa. Buscan denodadamente fallos y errores para reivindicar aquellos regímenes criminales y seguirán defendiendo al criminal de Castro e insultando a los millones de víctimas de su régimen. Las contradicciones no importan. Mil veces saldrá Zerolo a la calle a insultar a Israel y a defender a la resistencia de Hezbolah antes de salir una para defender a los miles de homosexuales que ha ahorcado Irán, patrón de Hezbolah. Saldrán todos los Truebas de España a pedir soberanía para Cuba, pero nunca libertad; como saldrán para pedir paz y acuerdo con ETA, pero nunca justicia y libertad para todos en Euskadi. Hay que acostumbrarse a este entorno.

¿Que España negocie con terroristas le importa a alguien en los gobiernos occidentales?

Los Gobiernos occidentales tienen cosas más urgentes que hacer. En los países que se tienen respeto a sí mismos, las grandes democracias occidentales y las democracias surgidas de la lucha contra el fascismo, el nazismo y el comunismo, ningún Gobierno sobreviviría la oferta de pactos políticos con una organización criminal. Por eso la mayoría quiere creer la versión beatífica de aquellos que, convencidos sinceramente o arteramente motivados, aseguran que no hay precios políticos y todo es la gestión de la rendición de los terroristas al Estado de Derecho. Están por supuesto espantados quienes saben que esto es sencillamente mentira y son conscientes de que el relativismo moral del actual Gobierno, su cortoplacismo, su sectarismo político, su ignorancia histórica y su osadía indocumentada los está llevando a acuerdos políticos que dan de forma irreversible rédito al terrorismo, al tiempo que dividen otra vez a la sociedad española en dos campos. En todo caso, nadie va a impedir a los españoles que se hagan todo el daño que ellos quieran infligirse. De alguna forma hemos vuelto al detestado exotismo aquel que con los primeros Gobiernos de la democracia y con la transición creíamos haber desterrado para siempre. La gran mentira del actual Gobierno y, especialmente, de su presidente José Luis Rodríguez Zapatero está en su pretensión de creer en la transición. Es la gran falsedad sobre la que ha construido todo un proyecto político. Es una aventura personal, jaleada por un entorno mediocre y hecha posible por una terrible constelación, yo diría que una maldita concatenación de factores políticos, que deseo no acabe en una inmensa catástrofe, pero que desde luego estoy seguro que costará cara a la sociedad española.

Antisemitismo de izquierdas


La entrevista que reproduzco a continuación tiene varios años pero sigue estando vigente. Nada ha cambiado. Si acaso para peor.

“El antisemitismo tiene raíces psicológicas muy profundas”
Entrevista a Jon Juaristi, Director del Instituto Cervantes de España


“Recuerdo que unos de mis viejos maestros académicos, ya hace bastante tiempo, decía que hay un antisemitismo francés que se manifiesta en forma de antisionismo de izquierda. Y efectivamente en España está sucediendo algo similar”, opina el Dr..Jon Juaristi. “Horizonte” reproduce aquí parte de la entrevista que mantuvo con el destacado académico español a fines de septiembre en su despacho personal ubicado en el lujoso barrio de Salamanca de Madrid donde se encuentra la sede principal del Instituto Cervantes.

En la presentación del libro El Antisemitismo en España. La imagen del judío (1812-2002) de Gonzalo Álvarez Chillida, con prólogo de Juan Goytisolo (presentado hace algunos meses en la Comunidad Judía de Madrid), usted sostuvo que gran parte de las críticas actuales al Estado de Israel esconden una nueva judeofobia, diagnóstico no compartido por el prestigioso autor del libro. ¿Es esto así?

El Antisemitismo en España. La imagen del judío (1812-2002) de Gonzalo Álvarez Chillida me parece un libro espléndido. Sin embargo, despacha de una manera bastante formal el problema de lo que él llama antisionismo, descartando que haya allí un planteamiento antisemita. Podríamos decir que hay varias versiones del antisionismo; la de Hamás, la Yihad Islámica, o la de las Brigadas de mártires del Al Aqsa. Pensar que no hay otros elemento antisionistas es muy aventurado. Estoy de acuerdo en que es difícil calibrar cuál es la presencia del antisemitismo clásico dentro de todas la versiones actuales del antisionismo. Lo que sí es bastante claro es que la forma en la que se manifiesta hoy el antisemitismo es bajo la forma del antisionismo. Mi critica fundamental al libro de Chillida es que no matiza en cuanto a esto aspecto.


¿Se refiere al antisionismo de la izquierda española, por ejemplo?
Recuerdo que unos de mis viejos maestros académicos, ya hace bastante tiempo, decía que hay un antisemitismo francés que se manifiesta en forma de antisionismo de izquierda. Y efectivamente en España está sucediendo algo similar. Los pronunciamientos antisionistas en el fondo siempre tienen una fuerte carga antisemita. Jacobo Israel Garzón, actual Presidente de la Comunidad Judía de Madrid, pone como piedra de toque del antisemitismo a aquellas actitudes contra el Estado de Israel que supongan la denegación misma del derecho a la existencia del Estado. Estoy completamente de acuerdo, pero no es solo eso. Las formas concesivas que limitan la existencia de Israel como un Estado asediado, minorizado y sometido a los intereses del mundo árabe esconden un planteamiento antisemita de fondo. Es difícil. Sé que es un tema espinoso.
Sin embargo, no es una cuestión de minimalismos. Cuando Jean Pierre Taguieff habla del término judeofobia, se trata de algo mucho más general que el antisemitismo clásico o el antijudaísmo cristiano. Se refiere a una actitud constante de hostilidad hacia el hecho judío. Por eso prefiero hablar de judeofobia, que es un concepto clarificador.


¿Cómo analiza usted la carencia de objetividad en los medios de comunicación en Francia y en España en relación a la complicada situación actual entre israelíes y palestinos?
Aquí puedo hablar desde el punto de vista personal ya que he recibido ataques por parte de periódicos progresistas de España. Pienso que la izquierda de este país al igual que determinados sectores de la iglesia católica tienen una clara estrategia de la retorsión. Un ejemplo de ello es volver a Israel la acusación de genocidio. O proyectarle el estereotipo del nazismo. Esto es algo a lo que la izquierda española es bastante aficionada. También lo es un sector difícilmente cuantificable (aunque con peso) del catolicismo español. Si me preguntaran que hay detrás de ello respondería que unos atavismos antijudíos o antisemitas muy difíciles de erradicar. Y en ese sentido creo que toda labor de esclarecimiento es importante. Sin embargo, soy pesimista. Como todos sabemos, el antisemitismo tiene raíces psicológicas muy profundas.
En mi caso, un acto abierto de solidaridad con las víctimas israelíes del terrorismo palestino se convirtió para unos determinados personajes de la izquierda mediática en España en un apoyo abierto y sin paliativos a Ariel Sharón. Resulta inútil explicarles y hacerles entender. Además, tienen conmigo un cuaderno de agravios demasiado amplio.
Como decía, efectivamente, hay una tradición antisemita en la izquierda europea, que pasa por el estalinismo, pero también por el trotskysmo y por lo que ha sido la extrema izquierda, que remite a un antisemitismo marxista, original y prístino que estaba ya en Marx y en la I Internacional. En cualquier caso, la izquierda española jamás ha reflexionado en profundidad sobre estos asuntos. En Francia la experiencia del Affaire Dreyfus ha llevado a sectores progresistas y de la izquierda a reflexionar y a tomar una postura clara con respecto a este flagelo. En España nada de esto ha sucedido, y tampoco se ha vivido aquí la experiencia del Holocausto directamente. Podríamos hablar de un antisemitismo sin judíos, con fuertes raíces católicas.


¿El antiamericanismo reinante agrava la situación?
Hoy entra todo en la misma bolsa: antiamericanismo, antisionismo, etc. El mundo de la izquierda es un mundo de estereotipos muy monolíticos. Para ellos, Israel es la punta de lanza del imperialismo americano, y por lo tanto se evitan la enojosa tarea de pensar un poco más sobre el asunto.


¿Se trata del miedo de caer en una "incorrección política", en la cual el progresismo se identifica con el débil, en este caso con los palestinos?
Creo que simplemente el hecho judío no se percibe en España. Se solventó en 1492. Este es un país juden rein (sin judíos). Pues entonces, ¿qué es el Estado de Israel? Para la mayoría de los españoles es una prolongación de Estados Unidos. Y la izquierda aplica este patrón.


¿Influye la invisibilidad de las comunidades judías en España?
Da la impresión en España que los judíos tratan de no hacerse notar. Evitan, en general, las polémicas que puedan sacar a la luz su existencia. Así se ahorran los problemas en el trato con el mundo gentil. De todos modos, no hay un clima antisemita en la calle. Lo que sí hay es un antisemitismo difuso en la izquierda y en los medios de comunicación.
Como dirijo el Instituto Cervantes he recibido bastantes e-mail amenazadores, sobre todo después del 11-s. De todos modos, me preocupan más los planes que pudiera tener ETA sobre mi persona, que los que pudieran tener los antisemitas. Los últimos me atacan porque tenemos un centro del Cervantes en Tel Aviv y estamos enseñándole español a los judíos...
Aún así, la excesiva inhibición de parte de las comunidades judías no está justificada. España no tiene una tradición antisemita moderna. Y el antijudaísmo ligado a al catolicismo fundamentalista está en retroceso. Aún así hay algunos casos del presente que no dejan de ser preocupantes. Pero, en general, el problema fuerte y grave no existe.


El Instituto Cervantes en Israel: fortaleciendo el español
"La política lingüística del Instituto Cervantes en Israel ha estado muy mediatizada por los grupos de ladinómanos. Mi criterio, sin embargo, siempre ha sido otro. Debemos fortalecer el español normativo. No digo que no haya que darle importancia a lo judeo-español y a la cultura judía española como documento cultural, pero lo que nos interesa es fortalecer una lengua. Estoy bastante de acuerdo con los criterios de Jacob Hazan, cuando habla de la aproximación ortográfica de lo que él llama la lengua sefardí al español. Realmente es español y las diferencias desde el punto de vista de la globalidad de la lengua son mínimas. El público natural en Israel son los hablantes de español, que son muchísimos más que los hablantes de ladino".
"Las primeras veces que viajé allí hace años me di cuenta que uno puede recorrer todo el país sin hablar hebreo. Una tarde me quedé sin tabaco en Tel Aviv y busqué la tabaquería más cercana. Entré al local y le pedí al señor de unos sesenta años que atendía unos puritos en inglés. No entendió nada. Me dijo que hablaba en español. Era un inmigrante reciente de Argentina, que estaba leyendo un diccionario de español-hebreo..."


Perfil del entrevistado:
Jon Juaristi (Bilbao, 1951) es uno de los intelectuales más prestigiosos de España y dirige actualmente el Instituto Cervantes de este país, dedicado a la enseñanza de español en el mundo entero. Estudió Filología Románica, y en 1997 ocupó la cátedra Rey Juan Carlos I en la New York University. Ha sido profesor e investigador en el Colegio de México D. F. y catedrático de Pensamiento Contemporáneo en la Universidad de Valencia. En mayo de 2000 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de España, y desde marzo de 2001 ocupa el cargo de Director del Instituto Cervantes. Escribe en vasco y castellano. Es autor de los ensayos El bucle melancólico. Historia de los nacionalismos. Madrid, 1997, El bosque originario. Genealogías míticas de los pueblos de Europa. Puntos de lectura, 2000, y La tribu atribulada. El nacionalismo vasco explicado a mi padre. Madrid, 2002 (entre otros). Colabora habitualmente en revistas y periódicos del País Vasco como "El Correo" así como en "El País" y "ABC".


Juaristi vs Berlanga

Hace aproximadamente un año un periódio supuestamente "serio" como "La Razón" publicó un libelo de rancio sabor antisemita... y aunque siempre hay alguien inteligente que contesta, da un poco de grima la situación.
Este es el artículo:

Judiadas
Jorge Berlanga
Diario: La Razón

Cuando un estúpido hace algo que le avergüenza siempre afirma que es un deber. Simpre me pregunto cómo hay quien se las arregla para no sentir ningún complejo de culpa disculpándose sobre una ideología basada en la culpabilidad. Porque hasta el diablo puede citar las sagradas escrituras para su propósito. Pienso, por ejemplo, en los judíos. ¿Por qué no se puede hablar de los judíos? ¿por qué es tan políticamente incorrecto? ¿Tanto miedo dan? Desde que un listo amanuense hizo una corrección en el libro diciendo que era el pueblo elegido, anda que no han parado de dar la lata, con ese rencor siniestro que no bastó en su ingratitud para enviarle siete plagas a un faraón amable y luego empezar a aplicar una ley sin merced gracias a un Moisés iracundo y sediente. ¿No tienen acaso ojos un judío? ¿No tiene un judío manos, órganos, tamaño, sentido afectos? ¿No se alimenta con la misma comida? ¿No está sujeto a las mismas enfermedades? ¿No nos cortamos del mismo modo? ¿Acaso el verano no los caliente y el invierno no los enfría como a cualquier moro o a culquier cristiano? Siguen quejándose de que les echan de todas partes. Incluyendo los Reyes Católicos y la Alemania nazi. Como el dolido pueblo errante esperando que se les abran los mares y les caiga el maná. El Silvestre Paradox de Baroja pensaba que se les podía buscar un país en las antípodas, en mitad del desierto australiano, donde había sitio de sobra para todos. Pero, al final, se les volvió a entregar Palestina, el Jerusalén tantas veces mal conquistado, y parece que no les resultó suficiente, con tanta estirpe de Pilatos lavándose las manos. Así que vuelven a estar en todas partes, desde Wall Street a toda caja viviente, embarcando en guerras a inocentes con fe despistados en causas. Con ese juramento de sangre que impide cualquier tipo de generosidad con otras razas. Hasta que el espíritu sinuoso y ladino se les escapa y se ponen broncos, cargando su munición de victimismo para entregarse a la matanza vengativa. Entre ellos al menos surge de vez en cuando buenos humoristas, pero solamente por el ingenio que surge de no aguantarse a uno mismo.

Y esta la brillante respuesta:

Glosas
Jon Juaristi

¿Por qué no se puede hablar de los judíos?, se pregunta un tal Berlanga en La Razón. Las preguntas estúpidas no buscan respuesta. Son formas de empezar y de encubrir. Exordios y eufemismos. El tal Berlanga no quiere preguntar nada, sino colarnos su opinión (sería excesivo atribuirle un pensamiento) disfrazada de visión del mundo. «¿Por qué no se puede hablar de los judíos?» significa: «¿Cómo que no se puede hablar mal de los judíos? Pasen y lean lo que pienso de esta cuestión». Pensar, lo que se dice pensar, el tal Berlanga, repito, no piensa nada. Shakespeare y Baroja hacen el gasto, Berlanga glosa. Los judíos, dice, se hacen las víctimas para matar más a gusto: esto es de Mein Kampf, Berlanga. No es tuyo, aunque opines lo mismo.

Los judíos, dice, protestan todavía de que los expulsaran de la España de los Reyes Católicos y de la Alemania nazi. Opinión errónea, Berlanga. A los judíos no los expulsaron de la Alemania nazi. Los exterminaron. Que sí, Berlanga, ceporrillo. Entérate. No es cuestión de opiniones, como parece que le contestaban a la pobre Hannah Arendt en la posguerra alemana cuando hacía preguntas indiscretas y, al contrario que la tuya, inteligentes: ¿Por qué invadieron ustedes Polonia? No, mire usted, los polacos nos invadieron primero. Pero, oiga, eso no fue exactamente así. Cuestión de opiniones. El nazismo siempre pretendió ser cuestión de opiniones.

A mí me parece que las opiniones del tal Berlanga son perfectamente prescindibles. Me parece incluso que el tal Berlanga es perfectamente prescindible, no ya en La Razón (lo que cae de su peso), sino en la Historia y en la existencia en general. Pero no voy a ponerme a enmendar la plana al Eterno, que, si lo ha creado, algún motivo habrá tenido. Como judío, sé que hasta la más miserable de las criaturas cumple una función en el orden moral. Intuyo, por ejemplo, que Simancas existe para que Aguirre resplandezca. Encontrarle función y sentido a la existencia del tal Berlanga, para qué les voy a engañar, es mucho más difícil. Pero tenerla, seguro que la tiene. Quizá sólo fue creado para que yo escribiera este artículo. Todo un dispendio, una inversión excesiva del Rey del Universo, bendito sea su Nombre. Con lo que ha costado producir al tal Berlanga, cualquier ONG habría salvado de la extinción a varias tribus de la Amazonia o mantenido una red de orfanatos en los Urales. O los israelíes habrían convertido el Neguev en un bosque ártico. Vale, pero no eran esos los designios del Altísimo, que algún día espero conocer, porque me intrigan, y en este caso aún más: me desconciertan.

Ser judío en España no es fácil. No voy de víctima, entiéndase. Ahora bien, cuando te ponen alegremente el sambenito de verdugo, desconfía. Van a por ti. Llamar a los israelíes genocidas es apuntarse a los planes de Irán, que son los de Hitler ¿Cómo? Entonces, ¿no se puede llamar genocidas a los israelíes? Hombre, por poder, sí se puede, como lo demuestran Simancas, Berlanga y un largo etcétera, pero hay que saber dónde te colocas al hacerlo. Contra mí, para empezar, y a muerte. Una web islámica me acusa de estar preparando con otros sionistas el futuro holocausto de los musulmanes europeos. Tal como van las cosas, en efecto, no es imposible un nuevo holocausto en Europa. Pero no será el de los musulmanes, con el barril de crudo a ochenta dólares y la marea integrista inundándonos. Ni siquiera el de los judíos, porque no nos pillarán en otra, pero, si yo fuera cristiano, ya estaría tomando precauciones, lo digo en serio. En cuanto a la pornografía antisemita, pienso en nuestros niños judíos. En los compañeros de mi hijo, por ejemplo, en niños concretos. Y te juro, Berlanga, que ninguno de ellos terminará en un nuevo Auschwitz. O sea que ve tomando nota.

Ya sabes dónde me tienes

lunes, 28 de mayo de 2007

La clave del odio


La clave del odio
por César Alonso de los Ríos
(ABC, 25 de mayo de 2007)
Leo en Albert Camus, años de la guerra de Argelia, un texto que me parece aplicable a los españoles de ayer y hoy. Merece la pena la transcripción: «...Hay una perversidad francesa a la cual yo no quiero agregar nada. Conozco demasiado bien el precio que nos costó y que nos cuesta. Particularmente, desde hace veinte años la gente detesta hasta un punto tal al adversario político que termina por preferir cualquier otra cosa, hasta la dictadura extranjera. Aparentemente, los franceses de estos juegos mortales. Constituyen en verdad ese pueblo singular que prefiere salir feo en la foto antes de ser olvidado...» («Problemas de nuestra época. Crónica argelina». 1958) Los esfuerzos del autor de «El extranjero» para reconducir el enfrentamiento de los franceses fueron tan patéticos como inútiles y no habría que tratar de buscar su clave en la cuestión argelina, sino en la división entre derecha e izquierda. Una vez pudo ser Vichy, ahora era Argelia.

En el caso español, los odios se han ido trasladando desde la Guerra de la Independencia hasta hoy. Con trajes diferentes. Por motivaciones muy distintas. Pero siempre la raya de separación entre los dos campos. Siempre el odio separador. La definición a partir del otro. La actualización de las guerras civiles. Pudo haber tiempos en los que la derecha esgrimió el pasado de la guerra civil pero desde hace años ese papel lo está cumpliendo la izquierda. Zapatero, desde los comienzos de su liderazgo con las exhumaciones de cadáveres, la reivindicación de la persecución a la Iglesia y el asesinato como forma revolucionaria de progreso... De hecho, la mala conciencia por haber actuado de esta manera ha sido tal que se han inventado unas palabras de José María Aznar para descargarse del fardo de porquería...

Se decía que las elecciones municipales podrían derivar hacia un ensayo de las legislativas... y así ha sido, pero en la más inquietante de sus versiones: en la actualización de las dos Españas, en la recurrencia al odio como motor político. El destino de Navarra será la prueba de la frescura de la división de los españoles: entre aquellos que prefieren la unidad de España a quienes la quieren rota.

domingo, 27 de mayo de 2007

Para morirse de vergüenza

El ranking de los '100 Españoles de la Historia'
El orden definitivo ha sido establecido a través de una macroencuesta realizada a más de 3.000 ciudadanos y elaborada para ANTENA 3 por la multinacional GfK EMER, una de las cinco empresas de investigación de mercados más importante del mundo y la segunda de nuestro país.
1. Juan Carlos I
2. Miguel de Cervantes
3. Cristóbal Colón
4. La Reina Doña Sofía
5. Adolfo Suárez
6. Ramon y Cajal
7. Príncipe Felipe de Borbón
8. Pablo Ruiz Picaso
9. Santa Teresa de Jesús
10. Felipe González
11. Isabel la Católica
12. Severo Ochoa
13. Federico García Lorca
14. José Luis Rodríguez Zapatero
15. Letizia Ortiz
16. Salvador Dalí
17. Antonio Gaudí
18. Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid
19. Alfonso X El Sabio
20. Fernando Alonso
21. Francisco de Goya
22. Francisco Franco
23. Antonio Machado
24. Miguel Induráin
25. Miguel Servet
26. Lola Flores
27. Felipe II
28. Carlos I
29. Rocío Jurado
30. Gregorio Marañón
31. Diego de Silva Velázquez
32. Isabel Pantoja
33. Ortega y Gasset
34. Miguel de Unamuno
35. Joser María Aznar
36. Vicente Ferrer
37. Camilo José Cela
38. Pedro Duque
39. Dani Pedrosa
40. Pau Gasol
41. David Bisbal
42. Rafael Nadal
43. José Monje Camarón
44. Don Pelayo
45. Juan Ramón Jiménez
46. Santiago Carrillo
47. Antonio Banderas
48. San Ignacio de Loyola
49. Pedro Almodóvar
50. Juan Sebastián Elcano
51.- Julio Iglesias
52.- Miguel Hernández
53.- Joan Manuel Serrat
54.- Felix Lope de Vega
55.- Domenikos Teokopoulos "El Greco"
56.- Agustina de Aragón
57.- Joaquín Sabina
58.- Rosalía de Castro
59.- Ángel Nieto
60.- Manuel Azaña
61.- Jordi Pujol
62.- Francisco de Quevedo
63.- Alejandro Sanz
64.- Alfredo Di stéfano
65.- Hernán Cortés
66.- Carlos Sáinz
67.- Francisco Rivera "Paquirri"
68.- Telmo Zarraonaindía "Zarra"
69.- Montserrat Caballé
70.- Manuel de Falla
71.- Isaac Peral
72.- Plácido Domingo
73.- Miguel Gila Cuesta
74.- Luis Buñuel
75.- Manuel Benitez "El Cordobés"
76.- Francisco de Pizarro
77.- Mariano Barbacid
78.- Raúl González
79.- Emilio "Butragueño"
80.- Paquito Fernández Ochoa
81.- Amancio Ortega
82.- Manuel Rodríguez "Manolete"
83.- Eduardo Chillida
84.- Ferrán Adriá
85.- Arancha Sánchez Vicario
86.- Juan Antonio Samaranch
87.- Joaquin Rodrigo
88.- Emilio Botín
89.- San Josemaría Escrivá de Balaguer
90.- Francisco "Gento"
91.- Severiano Ballesteros
92.- Isaac Albéniz
93.- Federico Martín "Bahamontes"
94.- Buenaventura "Durruti"
95.- Carmen Amaya
96.- Blasco Ibañez
97.- Manuel Santana
98.- Alicia Koplowitz
99.- Antonio Ruiz Soler "El bailarín"
100.- Ramón Areces

miércoles, 23 de mayo de 2007

Jerusalem, capital judía


Los judíos y Jerusalem
Autor: Gustavo D Perednik(Publicado en WZO)
http://noti.hebreos.net/

Si Jerusalem es sagrada para tres religiones, se pregunta Don Confuso algo malhumorado ¿por qué debe gobernar en ella el judaísmo en exclusividad?. Parece tener razón en su reclamo. Parece. La verdad es que no solamente el judaísmo no debe gobernar, sino que de hecho no gobierna. No es el rabinato ni la Jevra Kadisha quienes administran la ciudad; es el estado del pueblo judío. La demanda judaica para con Jerusalem no es religiosa: es nacional.

Por ello, Don Confuso hallará respuestas mucho más rápidas cuando reformule su pregunta de este modo: “si el pueblo judío no es el único que exige Jerusalem,¿por qué le asiste ese derecho en exclusividad?” Así sí, podemos encaminarnos a entender la cuestión.

Hace casi tres milenios, el profeta Isaías creó la parábola de una “Jerusalem de los cielos”, ciudad a la que la tradición judaica terminó por adjudicarle dos roles: que precede a todo lo existente y que, al final de la historia, unirá a la humanidad entera. La cristiandad, que reconoce en ella su cuna, se concentró en el arquetipo.

La ciudad inspiró durante toda la Edad Media. En Francia, canciones de gesta. Además de la Canción de Rolando, el Ciclo de Carlomagno es un grupo de poemas franceses medievales que incluyen el Peregrinaje de Carlomagno a Jerusalem.

En Inglaterra, poemas épicos. En los veinticuatro cuentos que conforman la colección de los Canterbury de Geoffrey Chaucer, el prólogo introduce a la treintena de personajes en la taberna de Sothwark. Entre ellos el párroco transformaba ese peregrinaje primaveral al sepulcro de Thomas Becket, en un viaje espiritual a Jerusalem.

En el Renacimiento italiano, epopeyas como Jerusalem Liberada de Torcuato Tasso, en la que una romantización de la Primera Cruzada alaba a los portadores del ideal religioso, siempre sintetizado en Jerusalem.

De esa aureola de santidad, la ciudad nunca logró desembarazarse. Cuando Francois de Chateaubriand, uno de los más tempranos románticos franceses, muestra su fascinación por lo exótico, lo hace en un Itinerario de París a Jerusalem. El himno nacional-religioso de Gran Bretaña lleva por título Jerusalem; es uno de los cuartetos más bíblicos y conmovedores de William Blake. Así escribió el poeta y así cantan los británicos hasta el día de hoy: “No cesaré en mi lucha mental/ ni dormirá mi espada en mi mano/ hasta que hayamos construido Jerusalem/ en la verde y agradable campiña inglesa”.

Tanto verso y epopeya han distorsionado la comprensión de la Jerusalem real. Sobre todo desde que la hiperespiritualización con la que arremetiera el cristianismo, virtualmente se universalizó con el Islam. Cuando se habla de Jerusalem se alza la vista a los cielos y pocas veces se piensa en la polis concreta.

Latinoamérica no divergió de esa idealización. Más de una década antes que Tasso, se conoció la más antigua poesía escrita en el Río de la Plata: el Romance Elegíaco de Luis de Miranda de Villafaña, clérigo de la expedición de Pedro de Mendoza. Un pasaje de estas coplas compara la hambruna que padeció Buenos Aires en 1537, cuando la sitiaron los querandíes, con el sitio de Jerusalem a manos de Tito el romano: “Allegó la costa a tanto/ que, como en Jerusalem,/ la carne de hombre también / la comieron”. Esos versos rudimentarios son el primer documento de la conquista del Río de la Plata, y muestran que aun en las letras hispanoamericanas el heroísmo, o la entereza, se hierosolimitan.

Para Latinoamérica, sin embargo, la idealización no impidió un contacto más realista con la ciudad y con los exclusivos derechos nacionales (no religiosos) que posee en ella el pueblo judío. De los trece países que tenían aquí su embajada hasta fin de 1980, doce eran latinoamericanos. Igualmente lo fueron las únicas dos embajadas que se restablecieron en Jerusalem cuando ese año Irak y Arabia Saudita encabezaron la exitosa campaña para que se retiraran las representaciones diplomáticas de Jerusalem.

También en esto Israel es especial, puesto que constituye el único estado soberano, de casi doscientos que hay, al que se le cuestiona su derecho de decidir la sede de su capital. En la mayor parte de los mapas, se marca Tel Aviv como capital de Israel.

País renacido o país nuevo

El motivo de esa terquedad, es complejo. Si Tel Aviv es la capital de Israel, estamos frente a un país moderno, novedoso, aceptado, aun un estado con el que se podría llegar a convivir en paz. Pero cuando se acepta a Jerusalem como capital israelí, se admite implícitamente que aquí no hay novedad, sino un estado renacido. La misma Jerusalem que fuera la capital de los judíos hace siglos, ha recuperado esa función. La vindicación de Jerusalem como nuestra exclusiva capital, fortalece la legitimidad del estado judío renacido en la patria ancestral. No hace falta ser judío ni israelí para notarlo. El filósofo católico español Julián Marías lo puso de manifiesto en su libro Israel una resurrección: sin Jerusalem como capital, Israel pierde “sentido histórico”.

Otra de las causas de tanta ambigua espiritualización es la antigüedad de la ciudad. Es lógico y natural que se envuelva en aureolas metafísicas a una urbe que se retrotrae al pasado más remoto, ya mencionada en las famosas epístolas de Tel-el-Amarna (siglo XIV aec) y aun en documentos egipcios de medio milenio antes. Después de todo, es una ciudad en la que ocurrieron eventos de trascendencia insoslayable, que los Salmos elevan hasta lo más sublime, y que en la Biblia se menciona más de setecientas veces desde el mismo libro del Génesis. (Cabe recordar que por el contrario, el Corán ni una sola vez se refiere a Jerusalem).

Pero cuando focalizamos la historia en la edad contemporánea, observamos que los judíos somos el grupo mayoritario de la ciudad desde hace ya un siglo y medio, y que ésta nunca fue capital (ni siquiera provincial) bajo imperios cualesquiera, incluido el del Islam. El breve control árabe de la ciudad significó destrucción y atraso, y por su parte, la recuperación judía fue la única que garantizó libertad de cultos y protección a los lugares sagrados de todos los credos, amén de un crecimiento sostenido y visible.

Es que la aspiración israelita siempre se diferenció porque el retorno era concebido también a la Jerusalem terrena. Los caraítas que regresaron hace mil años otorgaron a los retornantes el título honorífico de “Jerusalem”. Aquí regresó Iehuda Haleví en el siglo XII y Najmánides en el XIII, y los Jasidéi Ashkenaz, y Ovadia de Bertinoro en el XV. Y luego la inmigración de Jazón Sión que arribó en 1722 y las varias olas de jasidim, y los alumnos del Gaón de Vilna, y finalmente los biluím, y las inmigraciones modernas que reconstruyeron el estado judío. Todos a Jerusalem no para soñar sino para cumplir con sus sueños.

Por eso fue tan importante celebrar hace un lustro el cumpleaños número tres mil de la ciudad. Se ponía así de relieve que el rey David proclamó la ciudad como capital de Israel, un dato histórico que exige ser explicitado, a fin de atenuar los aspectos metafísicos y teológicos de la ciudad.

Decimos que la distinción entre la idealización de Jerusalem que nace en el judaísmo, por un lado, y la que hereda el resto de la humanidad por el otro, es que en el caso judío la ciudad espiritual se complementa con la reconstrucción de la manifiesta. A ella, los judíos por doquier dirigen sus rezos tres veces por día, pidiendo que Dios “regrese a Su ciudad… la reconstruya en nuestros días… y contemplen nuestros ojos ese retorno”.

El recientemente fallecido poeta israelí Iehuda Amijai, en su poema Turistas, reflejó la permanente dicotomía de las dos Jerusalem, y la opción judía por lo terrenal. Amijai se describe a sí mismo cargando dos bolsas del mercado. Un guía turístico lo señala con el dedo y explica a su grupo: “un poco más a la derecha de aquel hombre con las bolsas se encuentra un arco de la época romana”. Amijai reflexiona: “la redención llegará sólo cuando les digan: ¿Ven el arco de la época romana? No importa. Pero debajo a la izquierda hay un hombre sentado que compró frutas y verduras para su casa”.

Don Confuso entenderá

El malentendido de Don Confuso radica en mezclar dos cuestiones. La Jerusalem celestial lo es para todas las religiones que han tomado del judaísmo su santidad, y todas sin excepción tienen libertad de culto desde la reunificación. Pero ello no contradice el hecho de que la polis tiene un solo legítimo poseedor nacional y ése es Israel. El control hebreo sobre la totalidad de Jerusalem, ha sido la garantía, no sólo de una soberanía fundada en derechos históricos, sino también de la libertad que el sionismo ofrece a todos los habitantes, sin distinción de religiones ni de orígenes.

Más allá del pasado tan rico envuelto en el misterio, la desinformación acerca de la ciudad tiene una causa adicional, y probablemente la principal. Es la ponzoña que difunden los enemigos de Israel tergiversando historias y religiones. El profesor Iassir Mallah, de la Universidad de Belén, insiste en que el patriarca Abraham no sólo fue musulmán, sino sido “un imán de la nación árabe”. La Tierra Prometida de la Biblia, explica el erudito, es la Gran Siria. Le fue asignada al pueblo judío so condición de que siguiera las enseñanzas mosaicas, pero la promesa fue revocada con el arribo de Mahoma.

¿Un fenómeno marginal de fundamentalistas? Qué va. Los mismos absurdos se presentan cotidianamente en los medios de difusión. Cuando la cadena televisiva ABC proyectó un programa enteramente dedicado a Jerusalem, sentenció Dean Reynolds en pantalla: “…para obtener las negociaciones de paz, se les pide a los palestinos que renuncien a su sueño de hacer de Jerusalem la capital de un estado palestino”. Sueño extraño, teniendo en cuenta en setecientos años de gobierno árabe, cuatrocientos de turco-musulmán y diecinueve de jordano-palestino, Jerusalem nunca fue capital de nada. Ni siquiera una sola escuela islámica de importancia fue jamás establecida aquí, ni visitó la ciudad ningún jefe de estado árabe.

Reescribir la historia de Jerusalem trasciende los medios tradicionalmente hostiles a Israel. La Encyclopedia Britannica, una de las más prestigiosas del mundo, publicó que Jerusalem es una ciudad de peregrinaje para los musulmanes (falso) y que éstos miran a ella para rezar (sus plegarias se dirigen sólo a La Meca).

La tergiversación es el instrumento que usa el mundo para “resolver” la cuestión de Jerusalem. Los gritos para cambiar el status de la ciudad se hicieron oír durante estas tres décadas y media de libertad, y no existieron durante las previas, cuando el control árabe destruyó más de treinta sinagogas, arrasó con el Monte de los Olivos, y ahogó el desarrollo de la ciudad.

Frente al bullicio, debemos ilustrar a los hombres de bien, mareados por el doble valor de Jerusalem. Hasta Don Confuso terminará por entrar en razones. Por un lado hay un carácter religioso sagrado, naturalmente compartido, y por otro, urge el tema de su soberanía política nacional que, por derecho milenario, es exclusividad del pueblo judío. Este segundo valor es precisamente la garantía del primero. O en palabras de Rabí Iojanán en el Talmud: “Dios no entrará en la Jerusalem celestial hasta tanto no ingrese en la terrena”.

Autor: Gustavo D Perednik
Publicado en WZO

¡Aquí cabemos todos o no cabe ni dios!



Hombre anuncio: La expansión al Oeste está descontrolada.
Pionero (con acento sureño): Este Sierra Club se está volviendo cada vez más presuntuoso
.
Esta viñeta está inspirada por el incendio de varias casas en un enclave que los ecologistas consideran que no debe tener edificaciones, y que se sospecha que ha podido ser provocado por ecoterroristas.
Digan lo que digan los ecologistas, aquí no sobra nadie
JEFF JACOBY, columnista del Boston Globe.
Yo no sé usted, pero Paul Watson está agobiadísimo. Watson, fundador y presidente de la combativa organización ecologista Sea Shepherd Conservation Society, ha escrito que la superpoblación humana es "un virus (...) que está matando a [su] anfitrión, la Tierra", y que, por eso mismo, el número de personas que habitan este planeta ha de reducirse en un 85%.
"Ninguna comunidad humana debería superar los 20.000 miembros", remacha Watson en un ensayo reciente. "Necesitamos reducir radical e inteligentemente la población humana a menos de mil millones". Watson considera que la Humanidad es "el sida de la Tierra", y aboga por que no haya coches, aviones ni barcos, excepción hecha de los veleros.
¿Estamos ante las opiniones de un fanático? Desde luego. Pero el caso es que Watson no es ningún mindundi: cofundador de Greenpeace y ex miembro de la junta directiva del Sierra Club, la revista Time le nombró uno de los "héroes" medioambientales del siglo XX, y una de sus luminarias la organización Daily Points of Light, cuya presidencia honoraria ostenta George Bush padre. Por muy descerebradas que sean sus propuestas para borrar de la faz de la Tierra a 5.500 millones de seres humanos, así como las comodidades que brinda el mundo moderno, es poco probable que socaven su prestigio entre la élite verde; todo lo contrario: la hostilidad a la tecnología y al crecimiento demográfico es moneda corriente en el movimiento ecologista.
En su libro de 1990 La explosión demográfica, Anne y Paul Ehrlich describían el nacimiento de un bebé norteamericano como "un desastre para los sistemas de mantenimiento de la Tierra". Algo parecido escribió Al Gore dos años más tarde, en La Tierra en juego. Padre de cuatro hijos, quien fuera vicepresidente de los Estados Unidos con Bill Clinton sostenía entonces lo que sigue: "Para devolver la salud al medio ambiente global, no hay objetivo más crucial que alcanzar la estabilización de la población humana", o sea, traer menos críos al mundo.
Lamentarse por los índices de fecundidad del ser humano está de moda por lo menos desde 1798, es decir, desde que Thomas Malthus escribió ese célebre ensayo en el que sostenía que la población crecía más rápido que las existencias de alimentos y, por lo tanto, en el futuro aumentarían las hambrunas y la miseria a medida que creciera el número de recién nacidos. Malthus estaba equivocado, como él mismo acabó reconociendo, pero, dos siglos después, las cosas siguen igual, y la misantropía neomalthusiana está más de moda que nunca.
El Optimum Population Trust acaba de dar a conocer un informe en el que se aboga por la reducción de la población humana como la "más eficaz" estrategia para evitar el cambio climático. "Lo mejor que podría hacer cualquiera (...) para ayudar al futuro del planeta", sugiere John Guillebaud, copresidente del OPT, es "tener un hijo menos".

Pues no es eso lo que dicen los hechos.
Para cuando Malthus se encontraba escribiendo su Ensayo sobre el principio de la población, es decir, justo antes de que echara a andar el siglo XIX, habitaban la Tierra 980 millones de personas; hoy somos unos 6.500 millones, lo que significa que la población se ha multiplicado por siete. Si los alarmistas estuvieran en lo cierto –cuanta más gente, más sufrimiento y más devastación–, deberíamos llevar una vida mucho más pobre, degradada y penosa que la de nuestros antepasados. Pero claro, no es el caso. Los seres humanos del siglo XXI disfrutan de unos niveles de salud, riqueza, seguridad e higiene superiores a los de quienes habitaban el planeta en el año 1800. Por supuesto, también comemos mejor, y somos más productivos.
Quien se sienta tentado a desechar por cándidas semejantes afirmaciones debería echar un vistazo al más reciente libro del veterano analista Indur Goklany: Improving State of the World. Ex delegado de EEUU en el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, Goklany ha reunido una montaña de datos que sustentan la tesis de que la calidad de vida crece a medida que las naciones se enriquecen. Según Goklany, el crecimiento económico y el cambio tecnológico no sólo no representan un desastre para nuestra especie y nuestro planeta, sino que les son de gran ayuda, pues posibilitan que cada vez más gente viva mejor en unos entornos cada vez más limpios.
Evidentemente, todo esto no quiere decir que no siga habiendo miseria en el mundo, o que los países industrializados no aventajen en riqueza al mundo en desarrollo. Ahora bien, ha de decirse también que es en las sociedades más pobres donde se registran algunos de los mayores avances.
Hablemos, por ejemplo, de alimentación. La población mundial ha crecido más de un 150% desde 1950. Sin embargo, la Revolución Verde ha hecho posible tal abundancia de alimentos que los precios de éstos han caído, en términos reales, un 75%. En el lapso de una generación, la malnutrición crónica ha caído en los países pobres del 37 al 17%. Entre tanto, en EEUU el precio de los alimentos de primera necesidad, como las patatas o la harina, ha caído más de un 80%.
Hablemos también de la mortalidad infantil. Antes de la industrialización, 200 de cada 1.000 niños nacidos vivos morían antes de cumplir un año. Según Goklany, en EEUU la mortalidad infantil ascendía a 160 por 1.000 en una fecha tan tardía como 1900; sin embargo, hacia el año 2004 la tasa había caído hasta los 6,6 por 1.000. En los países en desarrollo el descenso de la mortalidad infantil se inició más tarde, pero está siendo más rápido. Así, la tasa china ha pasado en medio siglo de 195 a 30 por 1.000.
En cuanto a la esperanza de vida, de los 31 años de 1900 hemos pasado a los 66,8 de 2003. Educación, trabajo infantil, calidad del aire, libertad, hambre, tiempo de ocio, pobreza..., elija usted el tema: la Humanidad se encuentra mejor que nunca.
No es cierto que los niveles de vida hayan de caer cuando aumenta la población. Allí donde hay mercados y mentes libres, donde hay crecimiento económico y avances tecnológicos, el progreso humano está completamente garantizado. "La Humanidad, aunque más numerosa que nunca y aunque sigue siendo imperfecta, nunca se ha encontrado en mejores condiciones", afirma Goklany. Vivimos mejor que nuestros antepasados, y quienes nos sucedan podrán vivir mejor que nosotros.

Siento contradecir al autor en una cosita: aquí si que sobran algunos, no tanto por cantidad como por calidad. Sobran todos aquellos que pretenden decirnos, no solo como vivir según sus caprichos, sino incluso si tenemos derecho a vivir o no. Según sus gustos, según sus ¿ideas?. Ellos serían la élite. Por supuesto.
A estos mercaderes del miedo, con su nuevo ídolo Gore a la cabeza, les recomiendo que se apunten a la extinción humana voluntaria. ¡Así revienten!

Tolerar la hipocresía en Jerusalem


Tolerar la hipocresía en Jerusalén
Por Caroline Glick
(Publicado en The Jerusalem Post, 14 de mayo de 2007)

La Unión Europea no sólo está minando el control de Israel de su capital, está minando la seguridad de Israel al permitir la construcción dentro de las líneas de armisticio de 1949.

La semana pasada, la organización financiada por la Unión Europea Paz Ahora celebraba una ceremonia "Día de Jerusalén Alternativo" en la que pedía que Israel renunciase a su soberanía sobre la mitad de la ciudad en aras de la paz.

Porqué alguien va a creerse que una rendición israelí de la capital eterna del pueblo judío a Hamas conducirá a la paz está por verse. Parece particularmente fatuo a la luz de los resultados abiertamente belicistas de,
· la rendición de Gaza a Hamas por parte de Israel en el 2005 apoyada por Paz Ahora,
· la rendición del sur del Líbano a Hezbolá en el 2000 apoyada por Paz Ahora, o
· la oferta del gobierno Barak apoyada por Paz Ahora de entregar el Monte del Templo y demás partes de Jerusalén a Yasser Arafat en el 2000.

También la semana pasada, el financiado por la Unión Europea Jerusalem Institute for Israel Studies publicaba un estudio que afirma que de continuar las presentes tendencias, los dos tercios prevalecientes de mayoría judía en la capital de Israel se reducirán a una mayoría del 60% hacia el 2020. Porqué existe algún motivo para creerse las cifras apocalípticas también está por verse. Parece algo particularmente difícil de entender teniendo en cuenta que las tasas de fertilidad judía y árabe en la ciudad (3,8 y 4,1 respectivamente) son prácticamente idénticas, y que las tendencias económicas que ahora perjudican a la población judía son reversibles.

Esta semana, la Unión Europea reforzaba su trabajo a través de ONGs por dividir la capital anunciando su boicot a la ceremonia del miércoles en la Knesset conmemorando la liberación de Jerusalén. Los Estados Unidos también se ausentaron sonoramente de la ceremonia. Por su parte, el gobierno Olmert-Livni-Peretz no pudo ocultar su estupefacción. Después de que el alcalde de Jerusalén Uri Lupolianski criticase el boicot de Estados Unidos y la Unión Europea argumentando que "quien no reconozca a Jerusalén como capital del estado de Israel no reconoce al estado de Israel", el gobierno pronunció algunas ilusiones repetidas. Con su característica debilidad, la Ministro de Exteriores Tzipi Livni hablaba de manera espasmódica de que la conexión de Israel con Jerusalén es "indivisible". El Primer Ministro Ehud Olmert no dijo nada.

En su ataque contra la soberanía israelí en la capital eterna del pueblo judío en nombre de la paz, la izquierda, la Unión Europea y los americanos no fueron sino consistentes. También lo fue el gobierno en su atropellada respuesta al feroz ataque contra Jerusalén.

A lo largo de los últimos 14 años las políticas de los gobiernos de Israel, la izquierda israelí, la Unión Europea y los Estados Unidos se han predicado constantemente desde la hipocresía. La izquierda afirma estar trabajando por los derechos civiles de los árabes, de los que afirma están siendo discriminados por Israel y el municipio de Jerusalén. La Unión Europea afirma buscar una repartición de la ciudad según las líneas de armisticio de 1949 con el fin de impulsar la causa de la paz. Los Estados Unidos afirman oponerse a cualquier acción que pueda perjudicar el resultado de las negociaciones finales hacia la paz entre Israel y los palestinos. Los gobiernos de Israel afirmaron estar comprometidos con la soberanía israelí sobre la ciudad y respetar el mandato de la ley.

El hecho de que todos estos objetivos declarados son falsos quedaba copiosamente documentado en un informe publicado el año pasado por la Office for Public Inquiries for East Jerusalem. La organización, encabezada por Arieh King, se financia a través de donantes judíos privados.

Titulado "La construcción ilegal en Jerusalén este como herramienta estratégica de la Autoridad Palestina en su lucha por el futuro de Jerusalén", el informe de 61 páginas y sus varios cientos de documentos anexos proporcionan una revisión manzana a manzana de las construcciones árabes ilegales en la ciudad. Al contrario de la repetida provisión de la izquierda de que los árabes de Jerusalén se ven obligados a construir ilegalmente porque el municipio rechaza concederles permisos de obra, la ciudad aprobaba un plan de urbanismo que proporciona terreno a la construcción de 32.500 nuevas unidades habitacionales en vecindarios árabes. Esto se añade a las 24.000 unidades en diversas etapas ya del proceso de construcción, y otras 20.000 estructuras ilegales levantadas por los árabes de Jerusalén en los últimos 20 años.

El objetivo político de la construcción ilegal queda claro a través de sus fuentes de financiación. Desde el establecimiento de la Autoridad Palestina en 1994, la AP, Arabia Saudí y la Unión Europea han dedicado millones de dólares a financiar las construcciones árabes ilegales en los vecindarios de Jerusalén, a menudo sobre espacios y terrenos de propiedad privada.

En un esfuerzo por degradar el carácter judío de la Ciudad, por ejemplo, los árabes han construido residencias en tierras propiedad del gobierno junto al cementerio judío del Monte de los Olivos, destinadas a la expansión futura del cementerio. El objetivo estratégico de la construcción es obvio desde su ubicación. Gran parte de la edificación se ha llevado a cabo a metros de las arterias estratégicas del tráfico, incluyendo las autopistas 60, 1, 4 y 443. Adicionalmente, las construcciones ilegales han dejado inseguro el aeropuerto de Atarot. Israel no ha hecho casi nada por destruir las estructuras ilegales levantadas junto al único aeropuerto al este del Aeropuerto Internacional Ben-Gurion.

Las construcciones ilegales árabes, que han colocado la mayor parte de los vecindarios de Jerusalén y las entradas a las autopistas de la ciudad dentro del radio de tiro de los rifles de milicianos hostiles, se han encontrado con la indiferencia por parte de la burocracia gubernamental israelí. Los sucesivos gobiernos han anunciado de manera hipócrita su compromiso con Jerusalén. Pero el informe King demuestra que las decisiones gubernamentales aprobadas en 1998, 2002 y 2003 que ordenan a las agencias gubernamentales derruir las construcciones árabes ilegales nunca se implementaron eficazmente.

King envió su informe a docenas de sedes gubernamentales y comités de la Knesset. Al margen de una reunión con un funcionario del Ministerio de Justicia, nadie respondió a su trabajo.

Como observa el informe King, la izquierda juega un papel clave a la hora de permitir la construcción árabe ilegal en Jerusalén empleando a organizaciones fachada como Paz Ahora, Bimkom o el Comité Internacional contra las Demoliciones de Casas. Los izquierdistas afirman estar comprometidos con los derechos civiles y la paz, pero su trabajo elimina los derechos civiles de los propietarios israelíes y mina la paz, al dotar de poder a un régimen abiertamente contrario a todos los ideales que la izquierda predica.
La Autoridad Palestina insiste en que su territorio esté vacío de judíos. De la misma manera, la primera ley que promulgó convierte en delito capital que los árabes vendan terrenos a judíos. Docenas de habitantes árabes de Jerusalén han sido asesinados por la Autoridad Palestina desde 1994 por el "crimen" de vender propiedades a judíos.
Por su parte, Israel mantiene la ciudad abierta a todos los credos y facilita la construcción árabe.

La Unión Europea afirma que su apoyo a la división de la ciudad se deriva de su compromiso con una paz en la que Israel esté seguro dentro de fronteras reconocidas. Pero, al financiar a organizaciones de presión y construcciones ilegales, la Unión Europea no sólo está minando el control de Israel de su capital, está minando la seguridad de Israel al permitir la construcción junto a arterias del tráfico estratégicas dentro del radio de francotiradores en vecindarios que se encuentran dentro de las líneas de armisticio de 1949, como Sanhedria, Romema o Har Nof.

Por su parte, Estados Unidos afirma tener objeciones a cualquier maniobra por parte de Israel y los palestinos que ponga en peligro las conversaciones de un acuerdo de paz final. Pero al rechazar reconocer el derecho de Israel a su capital, en violación del Derecho norteamericano que lo hace, la Administración Bush, al igual que sus predecesoras, está perjudicando el resultado de esas deliberaciones futuras en contra de Israel. Los Estados Unidos exigen en público que las comunidades judías completamente legales de Judea y Samaria, como Migron, sean destruidas, y tiene objeciones a la construcción legal israelí en Ma'aleh Adumim. Todo al mismo tiempo que apoya activamente las construcciones ilegales palestinas en Jerusalén oponiéndose a cualquier examen de la soberanía israelí a través de la implementación sin prejuicios de sus leyes.

La hipocresía de todas estas partes se queda corta por supuesto junto a la hipocresía de los sucesivos gobiernos israelíes. Con la excepción del gobierno Netanyahu, todo gobierno israelí desde 1993 ha permitido a los árabes minar el control de Jerusalén por parte del estado. Mientras se presta servicio de boquilla a la unidad de la ciudad, por errores de omisión u obra, los gobiernos de Israel no han defendido los derechos de propiedad de los propietarios públicos y privados en Jerusalén. Han permitido que la Autoridad Palestina, estados enemigos como Arabia Saudí o la Unión Europea respalden abiertamente proyectos de construcciones ilegales en la ciudad.

Además, han utilizado la ley para justificar la expulsión de judíos de sus comunidades en Judea y Samaria, mientras los sucesivos gobiernos vienen ignorando tanto la redacción como el contenido de la ley a la hora de rehusar tomar alguna acción concertada para implementar las leyes del estado bloqueando la construcción ilegal en la capital.

Por tanto, esta misma semana, mientras el gobierno lleva a cabo sus huecas celebraciones de la reunificación de la capital eterna del pueblo judío que hace tan poco por defender, y mientras la izquierda, la Unión Europea y los Estados Unidos hablan vacuamente de "políticas de paz", el pueblo judío debe dejar de tolerar este juego sucio. Cuando Barak ofreció a Arafat el Monte del Templo en Camp David en el 2000, Ariel Sharon reaccionó afirmando que Jerusalén es un conglomerado externo concedido al pueblo judío, y que nadie tiene derecho a dividir ese conglomerado.

40 años después de la reunificación de la ciudad, es la responsabilidad de los judíos en Israel y en todo el mundo defender Jerusalén. Tenemos que trabajar para denunciar que en su apoyo a la división de la ciudad, la izquierda pretende dotar de poder a un régimen racista que representa todo aquello a lo que la izquierda afirma oponerse, frente a Israel, que representa el mandato mismo de la ley y los derechos civiles por los que la izquierda simula preocuparse. De igual manera, los judíos debemos llamar la atención a nuestros supuestos amigos en Washington y Bruselas para llamar a cuentas a su apoyo discriminatorio y perverso a los supremacistas raciales violadores de los derechos humanos en la Autoridad Palestina en lugar de a los judíos que respetan los derechos humanos y que mantienen Jerusalén abierta a todos los credos y todos los pueblos.

Finalmente, tenemos que exigir que los líderes del estado de Israel desempeñen su deber con la posteridad manteniendo y reforzando Sión. Si ellos no están dispuestos a hacerlo, el pueblo judío en conjunto debe plantar cara y exigir que dimitan para dejar espacio a un gobierno que defienda nuestra capital eterna.
http://www.gees.org
Caroline Glick es periodista por la Universidad de Columbia y editor jefe en funciones de The Jerusalem Post. Tras finalizar sus estudios, ingresó en el ejército y alcanzó una consejería en las negociaciones de Oslo junto al ex primer ministro Rabin. Tras abandonar la esfera política, Glick pasó al periodismo con una columna semanal de portada en el diario. Durante el reciente conflicto de Irak, fue la periodista empotrada del medio, estando en el primer escuadrón americano que entró en Bagdad y siendo la primera mujer en poner el pie en la capital durante el conflicto.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Resumen de la historia de Jerusalem

Breve resumen de la historia de Jerusalem
Por Andrés

Período bíblico (-1004/-586):

Este período comenzó con la conquista del reino de Jebus por parte del Rey David en el año 1004aC, el desarrollo y las transformaciones de Yerushalaim (nombre en hebreo de Jerusalem) en capital del Reino Israelita, la división del Reino Israelita en dos (se dividió en el Reino Norte de Israel habitado por diez tribus hebreas y Judá o Yehudá en la parte sur habitada por las otras dos tribus hebreas judías), la construcción del Beit Hamikdash o Gran Templo (en Jerusalem que era la capital de Judá), y su centralidad espiritual y religiosa; hasta su destrucción en el año 586aC por Nabucodonosor, Rey de Babilonia, quien conquistó Judá (anteriormente el Reino Norte de Israel había sido conquistado por Asiria, provocando el exilio de sus habitantes que más tarde se conocerían como “las diez tribus perdidas de Israel”).

Salmo 122 (traducción)
1 Canción de las subidas. De David.
Yo me alegré cuando me dijeron:
¡Vamos a la Casa del Señor!
2 Nuestros pies están ya plantados dentro de tus puertas
¡Oh Jerusalem!
3 Jerusalem, la edificada como ciudad bien unida entre sí
4 A donde suben las tribus, las tribus de Adonai, como testimonio a Israel, para dar gracias al Nombre del Señor.
5 Porque allí están colocados los tronos para el juicio, tronos de la Casa de David.


Período del retorno a Sión (-586/70):

Este período se centró en el retorno a Sión-Jerusalem, después de la destrucción del Primer Gran Templo y el exilio de Babilonia, cuando el Rey Darío de Persia les permitió a los judíos exiliados retornar a su tierra en Judá (bajo dominio persa) y establecer cierta autonomía. Se construyó el Segundo Beit Hamikdash o Segundo Gran Templo y a su alrededor floreció nuevamente la vida judía. Luego de que los griegos conquistaran Judá, pasaron varios años de tensiones entre los judíos y sus dominadores griegos, hasta que los griegos profanaron el Segundo Gran Templo colocando a sus propios ídolos y realizando sus propios rituales paganos. Esta profanación produjo que el pueblo judío se levante en armas contra el Imperio Griego en Judá en el año 168aC, bajo el liderazgo de Yehuda Macabi que, junto a los Macabeos (guerrilleros judíos de la antigüedad), lucharon implacablemente hasta que lograron vencer y expulsar a los griegos de las tierra judías. La dinastía de los Asmoneos o Macabeos alcanzó el liderazgo y sus miembros fueron reyes de un Estado judío independiente por unos 100 años. Luego del triunfo de la rebelión judía, el Segundo Gran Templo fue restaurado, se destruyeron los ídolos griegos y se purificó el lugar. Pero pocos años después, en el 62aC, las legiones romanas del general Pompeyo entraron en Jerusalem, conquistando la capital del Estado judío y todo el reino hebreo en su conjunto. Posteriormente, en el año 47aC, los romanos designaron a un rey judío títere que obedeciera los intereses del Imperio Romano mientras gobernara Judá, Antípatro, quien más tarde sería reemplazado por su hijo Herodes (que posteriormente embellecería el segundo Beit Hamikdash). Alrededor del año 70 los judíos, hartos de explotación romana, se revelaron nuevamente contra su Imperio opresor, dando lugar a la famosa Revuelta Judía. Durante el mismo año de la rebelión judía, los romanos destruyeron por completo el Segundo Gran Templo y expulsaron de su tierra a la mayor parte del pueblo judío. Los pocos judíos que todavía quedaban en Judá se levantaron en armas nuevamente contra los romanos en una gran revuelta que duró entre el año 132 y el 135; cuando los romanos finalmente aplacaron la rebelión, aniquilaron salvajemente a los pocos judíos que quedaban en Judá, dando fin por completo a la presencia judía en su tierra nacional de Israel.


Período de la plegaria y la añoranza al retorno (70/1800):

Este prolongado período estuvo caracterizado en la historia judía por la nostalgia por Jerusalem, que se encontraba bajo dominio extranjero. Los judíos dispersos por la cuenca del Mar Mediterráneo y otras regiones (posteriormente por Europa y Asia), elevaban sus plegarias siempre en dirección a Jerusalem, con la esperanza de retornar a la ciudad y renovar la vida judía en la Tierra de Israel nuevamente como una nación libre.

“Sión ¿no preguntarás por tus prisioneros, los que te quieren, y por el resto de tu rebaño?
Del Mar y de Oriente y del Norte y del Yemen,
Bendición lejana y cercana de todos tus lados”

(Escrito por Yehuda Halevi, poeta y filósofo judío)

Período de la salida de las murallas (1860/1917):

Este período se caracterizó por el retorno de Jerusalem al foco del interés del pueblo judío (expresado en las primeras Aliá o grandes oleadas de emigraciones judías hacia la Tierra de Israel y la fundación del Sionismo moderno como movimiento político organizado en 1897), por su expansión y crecimiento. La ciudad dentro de las murallas ya no pudo albergar el creciente número de judíos que llegaban para asentarse, y, entonces, comenzó el proceso de construcción de los barrios fuera de las murallas y la expansión de la ciudad hacia el oeste (lo que posteriormente se llamó “Ciudad Nueva”).
En 1860 se construyó el primer barrio de Jerusalem fuera de las murallas de la Ciudad Vieja gracias a la ayuda financiera del filántropo multimillonario judío Montefiori. La primera construcción del nuevo barrio fue el molino, luego se construyeron más viviendas y veinticuatro casas, a las que denominaron Mishkenot Shaanaim. Así se construyó el primer barrio fuera de las antiguas murallas de la ciudad, que se llamó el Barrio de Montefiori.

Período del hogar nacional judío (1917/1948):

Este período comprendió los años del Mandato Británico sobre Eretz Israel. En vistas a su independencia política y el establecimiento del Estado judío, Jerusalem se expandió, se crearon nuevos barrios judíos e incluso se crearon algunos barrios árabes que se asentaron en la parte este (debido a que muchos árabes de Medio Oriente emigraban a Jerusalem para trabajar en las nuevas colonias judías). Al mismo tiempo se crearon numerosas instituciones educativas y culturales, mientras la población aumentaba considerablemente.

Texto de la Declaración Balfour (carta del Ministro de Relaciones Exteriores Británico, Lord James Balfour, a Lord Rotschild, el 2 de noviembre de 1917):

Estimado Lord Rotschild:
El gobierno de Su Majestad ve con buenos ojos el establecimiento de un hogar nacional para el pueblo judío en Eretz Israel y aunará esfuerzos para facilitar la concreción de esa meta, con la clara condición de que no se haga nada que pueda atentar contra los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina o en contra de los derechos y la posición política de los judíos en cualquier otro país. Le agradeceré si comunica esta declaración a la Organización Sionista Mundial.
Estimadamente suyo, Lord James Balfour

Período de la independencia (1948/1966):

El Estado de Israel logró su independencia en 1948, pero Jerusalem quedó dividida: el sector Oriental (que incluye la Ciudad Vieja, el monte del Templo, los Montes Sión, el Monte de los Olivos, el Scopus, el Muro de los Lamentos y otros) quedó en manos de Jordania. Nuevamente, durante diecinueve años, el sector Occidental, en manos de Israel, se desarrolló y expandió a la sombra de la añoranza por el sector Oriental usurpado por los jordanos.

La posición de Israel con respecto a la cuestión de Jerusalem fue decidida definitivamente en la Knesset (parlamento israelí) el lunes 5 de diciembre de 1949 por todos los miembros del gobierno y todos los partidos políticos: Jerusalem es parte indivisible del Estado de Israel y su capital eterna. Ninguna votación en la ONU modifica ese hecho histórico.

Período de Jerusalem unificada (1967…):

A partir de la Guerra de los Seis Días, el 7 de junio de 1967, Jerusalem fue reconquistada y fue unida nuevamente. Las barreras fueron derribadas y todos los lugares santos pudieron ser visitados. El barrio judío de la Ciudad Vieja fue habitado nuevamente por judíos y la ciudad se expandió hacia los cuatro puntos cardinales. Es en este memorable día, 28 de yiar de 5767, 16 de mayo del 2007, que conmemoramos los 40 años de la liberación, recuperación y reunificación de la santa Yerushalaim, Jerusalem de Oro.


Yerushalaim Shel Zahav (en hebreo escrito en fonética):

Avir harim zalul kayayin
Ve-rei'ah oranim
Nissa be-ru'ah ha'arbayim
Im kol pa'amonim
U-ve-tardemat ilan va-even
Shevuyah ba-halomah
Ha-ir asher badad yoshevet
U-ve-libbah homah
(Estribillo):
Yerushalayim shel zahav
Ve-shel nehoshet ve-shel or
Ha-lo le-khol shirayikh
Ani kinnor.
Eikhah yavshu borot ha-mayim
Kikkar ha-shuk reikah
Ve-ein poked et Har ha-Bayit
Ba-ir ha-attikah
U-va-me'arot asher ba-selah
Meyallelot ruhot
Ve-ein yored el Yam ha-Melah
Be-derekh Yeriho
(Estribillo):
Yerushalayim shel zahav
Ve-shel nehoshet ve-shel or
Ha-lo le-khol shirayikh
Ani kinnor.
Akh be-vo'i ha-yom la-shir lakh
Ve-lakh likshor ketarim
Katonti mi-ze'ir bana'ikh
U-me-aharon ha-meshorerim
Ki shemekh zorev et ha-sefatayim
Ke-neshikat saraf
Im eshkakhekh Yerushalayim
Asher kullah zahav
(Estribillo):
Yerushalayim shel zahav
Ve-shel nehoshet ve-shel or
Ha-lo le-khol shirayikh
Ani kinnor.
Hazarnu el borot ha-mayim
La-shuk ve-la-kikkar
Shofar kore be-Har ha-Bayit
Ba-ir ha-attikah
U-va-me'arot asher ba-selah
Alfey she-mashot zorhot
Nashuv nered el Yam ha-Melah
(Estribillo):
Be-derekh Yeriho
Yerushalayim shel zahav
Ve-shel nehoshet ve-shel or
Ha-lo le-khol shirayikh
Ani kinnor.

Jerusalem de Oro (traducción al español):

Aire de montaña cristalino como el vino
Y aroma de pino
Vuelan con el viento de la tarde
Con sonidos de campanas
Y cuando se duerme el árbol en la piedra
Presa de tu sueño
La ciudad que solitaria esta
Y en su corazón una muralla
(Estribillo):
Jerusalén de oro
Y de bronce y de luz
Oh, de todas tus canciones
Soy violín
Donde hubo pozos de agua
La plaza del mercado vacía está
Y nadie visita el Monte del Templo
En la Ciudad Vieja
Y en las cuevas de piedra
Lloran vientos
Y nadie viaja al Mar Muerto
Por el camino de Jericó
(Estribillo):
Jerusalén de oro
Y de bronce y de luz
Oh, de todas tus canciones
Soy violín
Más, cuando venga hoy a cantarte
Y colocarte las diademas
Soy el más pequeño de tus hijos
Y menos que el último trovador
Porque tu nombre quema mis labios
Como el beso de un serafín
Si te olvidare Jerusalem
Ciudad toda de oro
(Estribillo):
Jerusalén de oro
Y de bronce y de luz
Oh, de todas tus canciones
Soy violín
(Las siguientes estrofas fueron agregadas a la canción luego de la Guerra de los Seis Días):
Hemos vuelto a los pozos de agua
Al mercado y a la plaza
El Shofar llama en el monte del templo
En la ciudad vieja
Y en las cuevas en las rocas
Miles de soles brillan
Volvemos a bajar al Mar Muerto
Por el camino de Jericó
Jerusalén de oro
Y de bronce y de luz
Oh, de todas tus canciones
Soy violín

viernes, 11 de mayo de 2007

La liberación de Jerusalem


Durante la Guerra de los Seis Días en junio de 1967 Israel consiguió liberar Jerusalem y devolverla a la soberanía judía.
-El primer día: Jerusalén y el frente jordano-
En la mañana del 5 de junio, el Gobierno de Israel envió un telegrama, en el que advertía al rey Hussein que Israel no tenia la menor intención hostil hacia Jordania, y que, siempre que reinara la tranquilidad en la frontera jordano-israelí, su país no sufriría ningún daño. Sin embargo, el rey Hussein no estaba enterado de la terrible derrota sufrida por la aviación egipcia aquella misma mañana.
Hussein recibió información falsa a través del general Amer, comandante jefe de las Fuerzas Armadas Egipcias. Años más tarde Hussein escribiría: "El mariscal Amer nos informó que la ofensiva aérea israelí continuaba; sin embargo, el mensaje fue enviado 40 minutos después de empezar los ataques y añadía que los egipcios habían destruido el 75% de la aviación judía. La misma comunicación nos informaba que los bombarderos egipcios habían contraatacado mediante un aplastante asalto a las bases de Israel”. Amer continuaba diciendo que las fuerzas de tierra egipcias habían penetrado en territorio de Israel por el Néguev. Estos informes contribuyeron en gran medida a sembrar la confusión y a deformar nuestra apreciación de la situación. “En tales momentos, cuando nuestro radar indicaba que unos aviones volaban desde Egipto a Israel, no tuvimos ninguna duda de cuanto se nos decía. Sin embargo, eran bombarderos israelíes que regresaban a sus bases judías después de cumplir su misión en Egipto".
Basándose en esta información, el rey Hussein decidió aquella mañana hacer honor a su pacto con Nasser, y sus fuerzas establecieron una nutrida barrera de fuego a lo largo de las líneas de armisticio, bombardeando poblados y ciudades israelíes, incluso las afueras de Tel Aviv.
Los efectos más intensos del bombardeo jordano se dejaron sentir en Jerusalén, donde los obuses causaron muchas bajas. La brigada Jerusalén israelí contraatacó y expulsó a la Legión Árabe de sus posiciones, conquistando cierto número de posiciones entre las que se incluía el poblado de Sur Bahir, en la carretera de Belén. Mientras tanto, una brigada acorazada de reserva irrumpió en las posiciones jordanas al Norte del pasillo de Jerusalén, tomando las posiciones muy fortificadas de Sheij Abdal-Aziz y Maaleh ha-Hamishad.
Otro grupo de fuerzas rompió la línea en Beit Iksa. Estas tropas se desplegaron a continuación sobre terrenos elevados al Norte del pasillo de Jerusalén ocupando las posiciones jordanas de Biddu y Nabi Samwil, para después alcanzar la carretera principal que se extendía desde el Norte a Jerusalén, en Tel al-Fur, al Sur de Ramallah.
A mediodía del 5 de junio, los aviones de Israel, tras haber regresado de Egipto, bombardearon dos aeródromos jordanos en Ammán y Mafraq.
En la noche del 5 al 6 de junio, una brigada de infantería atacó el enclave de Latrun, conquistando el pueblo y el puesto de policía, para avanzar luego hacia las colinas de Judea, al Oeste, y a lo largo de la carretera de Beit Horón, con el propósito de enlazar con la brigada acorazada en las puertas de Ramallah. El Manco Central, a las órdenes del general de brigada Uzi-Narkiss, quedó así circunscrito a Jerusalén y desarrolló su ataque hacia el Sur de la ciudad. Al mismo tiempo, con una brigada acorazada seguida de una brigada de infantería de Marina, el Mando Central tomó las cotas dominantes que se alzaban al Norte del pasillo, y, acto seguido, continuó avanzando hacia el Este para cortar el enlace de las fuerzas jordanas con base en Jerusalén con las situadas más al Norte, en Samaria.
En esta etapa, una brigada de paracaidistas de reserva, al mando del coronel Mordejai Gur, se unió al Mando Central y se lanzó a la lucha, en la noche del 5-6 de junio, contra las posiciones jordanas sumamente fortificadas, que protegían el Noreste de Jerusalén.
La batalla más encarnizada tuvo lugar en la Escuela de Policía. La brigada sufrió muchas bajas antes de conseguir romper la línea del frente. Esto permitió que los paracaidistas tomasen los distritos conocidos como Sheij Jarrah y la Colonia Americana, así como la zona del Museo Rockefeller y restablecer el enlace directo con el enclave israelí del monte Scopus, que había permanecido aislado de Israel, por las fuerzas jordanas, durante los últimos 20 años.
Al día siguiente, 6 de junio, a las doce y cuarto de la noche, el general egipcio Riad, a quien había designado el rey Hussein para mandar sus tropas, ordenó que las fuerzas jordanas de la Ribera Occidental entrasen en combate. El Mando Norte de Israel, a las órdenes del general de brigada David Elazar, participó en la batalla contra la Legión Árabe, atacando desde el Norte con una brigada acorazada apoyada por infantería. Irrumpió en territorio ocupado por Jordania en la Ribera Occidental, a lo largo de dos ejes de avance en el área general de Jenín. En esta zona se libró una lucha entre blindados, reforzadas las fuerzas jordanas acorazadas con los contingentes de la zona del valle del Jordán. Finalmente, un contraataque israelí aplastó toda oposición jordana.
Tras 24 horas de lucha, las fuerzas israelíes del Mando Central y Norte convergían desde el Sur, Oeste y Norte de la Ribera Occidental frente a una dura oposición jordana.

-El segundo día: Frentes simultáneos-

Al Norte de la ciudad, la Brigada Acorazada de reserva siguió combatiendo para despejar el área que se extendía entre Jerusalén y la ciudad de Ramallah, cruce vital de carreteras para el desarrollo de operaciones en la Ribera Occidental de Jordania.
Todo el sinuoso terreno situado al Norte del pasillo de Jerusalén se hallaba también en manos de las I.D.F., pudiendo con ello proseguir su avance hacia el Norte. Ramallah se rindió. Por otro lado, las fuerzas del Mando Norte continuaban presionando hacia el Sur, en dirección al centro de la Ribera Occidental. Una columna de infantería atacó desde el Oeste, conquisto Kalkiliya y alcanzó El Azzun. Finalmente, los tanques tomaron Jenín a mediodía del 6 de junio, y la brigada que tomó la ciudad prosiguió su marcha hacia el Sur para sostener duros combates en el cruce de carreteras de Qabatiya.
Otras tropas israelíes alcanzaron la carretera de Tubas-Nablus y se enfrentaron con los blindados jordanos. A medianoche, las fuerzas israelíes renovaron su ataque, ocuparon Tubas y siguieron avanzando hacia el puente de Damiya, en el río Jordán, con lo cual quedó bloqueada la zona Norte de la Ribera Occidental para recibir posibles refuerzos procedentes de Jordania Oriental.

-El tercer día: Toma de la ciudad vieja de Jerusalén-

El 7 de junio, miércoles, iba a ser uno de los días más memorables en la historia de las armas judías. Aquella mañana, Gur dictó las órdenes oportunas para conquistar la Ciudad Vieja de Jerusalén, que para entonces se hallaba ya completamente rodeada por las tropas israelíes, que ocupaban todas las alturas que dominaban la histórica ciudad.
Se eligió como punto de ruptura la Puerta del León, conocida también con el nombre de Puerta de San Esteban. Allí se entablaron duros combates.
A pesar de que las fuerzas de Israel habían evitado atacar los Santos Lugares, los árabes utilizaron la mezquita de El Aksa como puesto de tiro y toda la zona perteneciente al Monte del Templo como lugar de municionamiento, haciendo caso omiso a las protestas que en tal sentido hicieron el gobernador jordano de Jerusalén y las autoridades religiosas musulmanas. La zona quedó liberada rápidamente con mínimos daños en los Santos Lugares, y a las diez y cuarto de la mañana del 7 de junio de 1967 se izó la bandera de Israel sobre el Monte del Templo y el Muro de las Lamentaciones, poniendo fin a la división de Jerusalén; que una vez más, estaba en manos judías.

En todo Israel y en todo el mundo judío se sintió un estremecimiento de emoción cuando, por primera vez en 20 años, el rabino militarizado Goren hizo sonar el "Shofar" ante el Muro, el lugar más sagrado de todo el orbe judío.