jueves, 11 de junio de 2009

Paralelos para lelos

Obama y Eisenhower: Algunos Paralelismos

YOAV J. TENEMBAUM

Jerusalem Post

Las comparaciones históricas deben ser hechas con cautela. Ningún par de eventos son idénticos. Los riesgos de la analogía histórica son tan numerosos como sus beneficios. De todos modos, comparar eventos en la historia puede clarificar y afinar nuestra comprensión del fenómeno en discusión.



Con este espíritu, es posible hacer una comparación entre la nueva política hacia Israel del Presidente Obama y la perseguida por el presidente Dwight Eisenhower y su administración desde 1953 hasta 1957, cuando también modificó la orientación de la política de USA hacia Israel.



Las similitudes son sorprendentes.

Eisenhower y su secretario de estado, John Foster Dulles, concibieron una política tan tibia hacia Israel al mismo tiempo que fue muy amigable hacia el mundo musulmán.



Al asumir la presidencia en medio de la Guerra Fría, la nueva administración buscó construir coaliciones dirigidas a frustrar ulteriores avances del comunismo, siguientes a la caída de Europa Oriental y China y la invasión de Corea del Sur por parte de Corea del Norte.



A comienzos de los ’50, los que tomaban las decisiones en USA y Gran Bretaña temían que la Unión Soviética invadiera el Medio Oriente, sin mencionar la infiltración política, lo cual buscaban prevenir forjando alianzas en la región.



Eisenhower y Dulles creían que una más estrecha relación con los países árabes y musulmanes era necesaria. Para lograrlo, una solución del conflicto árabe-israelí era considerada esencial. Alcanzar un acuerdo implicaba concesiones dolorosas. Para que Israel acordara efectuar esas concesiones, se debía ejercer presión.



Además, la política de represalias contra los ataques terroristas provenientes de Jordania y Egipto era visto como un obstáculo para alcanzar ese acuerdo. Israel debía ser persuadido, presionado en realidad, para que adopte una política de moderación.



Para estar seguro, Dulles consideraba que pedirle moderación a Israel no era suficiente si no se proponía ninguna alternativa para que Israel se sintiera seguro. Israel no se sentía seguro en la primera mitad de los ‘50. En realidad se sentía muy en peligro, diplomáticamente arrinconado y militarmente atacado. Sus vecinos estaban firmes en su rechazo a reconocer su existencia, ni hablar de negociar la paz con él. La política perseguida por la administración Eisenhower sólo servía para hacer que su sensación de aislamiento fuera más aguda.



PARA FINES de 1954, fue concebido por USA y Gran Bretaña un plan de paz. El así llamado Plan Alfa, entre otras cosas, requería que Israel hiciera concesiones territoriales en el Negev, aceptara un corredor territorial en su territorio soberano para vincular a Jordania con Egipto y aceptara algunos refugiados árabes.

Israel se opuso vigorosamente.



A continuación de la victoria de Israel en la Campaña de Sinaí de 1956, Eisenhower consideró imponer sanciones si se rehusaba a retirarse de la recientemente capturada Península de Sinaí.



A los ojos de Eisenhower y Dulles, la existencia de Israel debía ser tolerada de mala gana. Dulles lo dijo, aunque con otras palabras. El propio Eisenhower declaró que no sabía si habría estado a favor del establecimiento del estado si hubiera sido presidente en 1948. Sin embargo, ahora que era un hecho, USA debía aceptarlo.



El objetivo de su administración era claro: obtener el apoyo de los países árabes y musulmanes a efectos de enfrentar la amenaza comunista. Para lograrlo, USA debía remover cualquier obstáculo en el camino.



En el contexto de la Guerra Fría, no había necesidad de congraciarse con Israel. Su apoyo en cualquier futuro conflicto con la Unión Soviética se daba por sentado. Israel no era visto como activo a ser reforzado, sino como un obstáculo a ser atenuado.



Los diplomáticos británicos a comienzos de los ‘50 estaban, algunas veces, asombrados por la actitud hostil de los funcionarios de USA hacia Israel, aún en asuntos menores que no habrían significado mucho en el contexto de los amplios intereses de USA en Medio Oriente.



Ciertamente, Israel es hoy un país más poderoso que el que era en los ‘50. Hoy las circunstancias, en algunos aspectos, son bastante diferentes a las que eran entonces. Sin embargo, es difícil no hacer algunos paralelismos entre la nueva política adoptada por la administración Obama y la nueva política perseguida en los ‘50 por la administración Eisenhower.



A propósito, tanto Eisenhower como Obama sucedieron a presidentes conocidos por su diferente enfoque sobre la región y sobre Israel en particular: Harry Truman y George W. Bush. Los paralelismos que pueden hacerse, entonces, son más profundos de lo que puede verse a primera vista.



El autor da conferencias en el programa de diplomacia en la Universidad de Tel Aviv.

Traducción para porisrael.org : José Blumenfeld
Reenvia: www.porisrael.org

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