viernes, 13 de abril de 2007

De rodillas frente al terror


Al Qaida a las puertas
Por Rafael L. Bardají

España es hoy por hoy un país vulnerable. Muy vulnerable. Por dos motivos: en primer lugar, porque sigue estando en el punto de mira del yihadismo internacional; y, en segundo lugar, porque el Gobierno ni se ha preparado lo suficiente para hacer frente a esa permanente amenaza, ni ha educado a la población para resistirla, más bien todo lo contrario. Hoy, a los ojos de nuestros enemigos, somos más débiles que nunca.

Al Qaida no es una organización inocua que se contenta con infundir miedo sólo con sus siglas. Ha dado repetidas muestras de que busca actuar y que cuando puede y le conviene ataca sin compasión alguna.

Todos aquellos que creyeron que la utilización de sus siglas en el Norte de África, con la incorporación a su red del grupo salafista para la Predicación y el Combate argelino y la fusión de grupos dispares en Marruecos bajo la denominación de la Organización de Al Qaida en el Magreb Islámico, era una charada sin sustancia, deberían recapacitar y revisar sus análisis. Al Qaida no cede su nombre si no para la ejecución de atentados. Y atentados importantes y llamativos.

Tenemos constancia y dramáticas evidencias de la penetración del terrorismo islámico en nuestro vecino del sur. No en balde, antes del 11-M sufrieron su zarpazo en Casablanca. Y desde entonces, no ha habido año en el que los terroristas no hicieran acto de presencia. Los últimos, hace tan sólo unos días. No hay de qué extrañarse. Serafín Fanjul lo explicaba muy bien ayer en estas misma páginas: la naturaleza de los regímenes árabes y musulmanes desde el Golfo al Norte de África, su carácter autoritario y teocrático, la ausencia de reformas democratizadoras y la falta de expectativas de prosperidad, todo envuelto en un mar de corrupción, lleva a que la única oposición popular es el islamismo. Y donde hay islamismo, hay por desgracia terrorismo islámico.

No debiera extrañarnos que de las próximas elecciones en Marruecos saliera un Gobierno de corte islamista. De hecho, si los partidos islamistas marroquíes, legales o ilegales, han renunciado a asumir el control antes era por el miedo a revivir una situación a lo argelino, con golpe de Estado de por medio y los militares impidiendo por la fuerza su gobierno. Ahora saben, sin embargo, que las instituciones en Marruecos son débiles y sus miembros se encuentran divididos bajo un liderazgo relativamente amorfo, lo que significa para ellos menos obstáculos para llegar al poder.

Por otro lado, no podemos cegarnos ante el hecho de que el islamismo está sufriendo la radicalización de una buena parte de sus integrantes. Los últimos suicidas en Casablanca lo vuelve más evidente, pero baste con recordar que no ha habido ataque terrorista islamista en Europa sin la participación de algún marroquí. Sea como perpetrador, facilitador o entrenador. La cantera marroquí es para Europa lo que los saudíes representaron para América en el 11-S.

Es más, la táctica de los últimos suicidas, el tipo de cinturón explosivo, su carga limitada, lleva a pensar que su objetivo no era saltar por los aires más que para evitar ser capturados y, bajo interrogatorio, verse forzados a dar información y descubrir un plan mayor. Porque es seguro de que lo que planeaban era algo más grande. El asalto policial a la casa en la barriada de Fida se parece mucho a la operación en el piso de Leganés. Volarlo no era el objetivo principal de sus ocupantes. Querían ríos de sangre española antes de inmolarse. Esta operación de la policía marroquí arranca el 10 de marzo con la voladura suicida en un cibercafé, después de haber sido descubierto, de Abdelfatah Randi. La detención de su acompañante parece haber puesto sobre la pista de los terroristas de la casa de Fida.

Sintiéndose acosados, es probable que las tácticas de los terroristas hayan cambiado y sus cinturones estén listos para ser explosionados sólo en caso de necesidad, ante la eventualidad de ser capturados.

El Rey de Marruecos puede poner ahora a todas sus fuerzas de seguridad a perseguir a los terroristas e islamistas radicales, aunque es posible que sea ya demasiado tarde. La sofisticación de las bombas y la persistencia de los cinturones suicidas sólo se explica por el acceso a explosivos como, sobre todo, por el conocimiento de alguien o algunos para montar con éxito las bombas. Hasta ahora no se han producido explosiones accidentales o fuera de control. Los suicidas han detonado sus cargas y no se han producido fallos como los de Londres el 21-J cuando los detonadores no sirvieron para hacer explosionar las mochilas.

En todo caso eso no resuelve la marea de islamismo que se avecina en Marruecos. De hecho, la Monarquía que ha jugado siempre con el papel de descendiente directo del Profeta puede sentirse tentada no por una mayor represión, sino con que el actual Rey pase a convertirse en la cabeza del movimiento. Otra cosa es que los islamistas se lo permitan ya que muchos cuestionan su legitimidad religiosa.

Y lo peor de todo es que esto está sucediendo no en tierras lejanas de Irán o Afganistán, sino tan sólo a 14 kilómetros de la península y a una verja de distancia de Ceuta y Melilla. ¿Está haciendo el Gobierno sus deberes correctamente? Más que discutible. La hoja contable que nos presenta el ministro del Interior se basa en el creciente número de detenidos islamistas en España. Según el último informe de Europol del mes pasado, en el 2006 cincuenta y ocho terroristas islámicos sobre un total de ochenta y cinco. Lo que no suele señalarse desde el Ministerio es el altísimo porcentaje de detenidos que son puestos en libertad por falta de pruebas. Lo que lleva a pensar que la policía tiene instrucciones de abalanzarse sobre cualquier islamista sospechoso de pertenecer a una célula terrorista mucho antes de que se puedan encontrar evidencias sostenibles en un juicio para su culpabilidad. ¿Por qué? Posiblemente porque para este Gobierno su peor pesadilla sea un nuevo ataque perpetrado por islamistas en suelo español.

Se diga ahora lo que se diga, para el partido socialista con Rodríguez Zapatero a la cabeza, siempre hubo un vínculo causal entre apoyar la intervención en Irak y la matanza terrorista del 11-M. De ahí que se hiciera creer que una vez fuera del avispero iraquí, todos a salvo. Nada más falso y peligroso. Alguien tan poco sospechoso de pro aznarismo como el asesor especial sobre terrorismo del ministro Alonso, cuando éste estaba en Interior, Fernando Reinares, lo ha escrito recientemente en las páginas de «El País»: España es objetivo del terrorismo islámico por su política actual (estar en Afganistán) y por lo que representa para los islamistas (la nada retórica Al Andalus). La prueba está en las continuas referencias a nuestro territorio y las amenazas a nuestros intereses en los cada vez más numerosos comunicados alrededor de Al Qaida.

Puede que los Cuerpos de Seguridad y el Servicio de Inteligencia hayan reforzado numéricamente los puestos dedicados a combatir el terrorismo islámico, pero la apuesta política del Gobierno por la llamada Alianza de Civilizaciones inspira muy poca confianza en su voluntad de enfrentarse al fenómeno terrorista. No digo ya con la vergonzosa experiencia con ETA de la que somos testigos. España es vulnerable y con este Gobierno lo será cada día más. Es la debilidad lo que más incita a los terroristas. Y el señor Rodríguez Zapatero nos ha puesto a todos de rodillas frente al terror.

La guerra continúa
Por GEES

El pasado martes la Europol publicaba un informe sobre la situación y las tendencias del terrorismo en la UE en el 2007. Se confirmaba, nuevamente, la peligrosa presencia del terrorismo islámico en Europa. Además de algún que otro atentado fallido, en Europa se reclutan combatientes para atentar en Irak, se les entrena, se difunde propaganda y se busca financiación para sus actividades fanáticas. El estudio advierte, además, que los islamistas están demostrando altos niveles de sofisticación en la preparación de los ataques y una brillante habilidad para adaptarse a las modernas medidas de seguridad. Un día después de la presentación del informe, Argelia sufría varios atentados que fueron reivindicados por el ex Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) y actual Al-Qaeda para el Magreb. Precisamente la Europol menciona a este grupo como uno de los principales contactos de los terroristas islámicos detenidos en nuestro continente, la mayoría de ellos procedentes, como no, de Argelia, seguido de Marruecos y Túnez. ¿Debería preocuparse Europa por los atentados de Argel? Sin duda. Lástima que las repetidas afirmaciones de Al-Qaeda sobre recuperar Al-Andalus hayan provocado siempre grandes risotadas especialmente en nuestro gobierno. Cuidado que a lo mejor esta vez se atragantan.

La decisión del GSPC de comprometerse con Al-Qaeda, anunciada en septiembre de 2006 y materializada en enero de este año, preocupa. Al-Zahawiri ya había anunciado la intención de crear una nueva Al-Qaeda en el Magreb uniendo a las facciones jihadistas de Argelia, Túnez, Marruecos y Libia bajo la misma bandera. Y Bin Laden ha logrado modificar la agenda nacionalista del GSPC y darle unas miras más amplias, al igual que hizo con los islamistas egipcios. Ahora, este letal grupo terrorista, con una extensa presencia en Europa Occidental y con tarjeta de presentación de Al-Qaeda, amenaza seriamente los suministros de petróleo y gas natural que emanan de Argelia hacia Europa occidental, además de otros intereses occidentales.

Al-Qaeda lucha contra Occidente y ha jurado liberar la tierra del Islam de todo cruzado, colaboracionista o agente. Y si es una guerra global además de Argelia, debemos preocuparnos también por las últimas explosiones en la ciudad de Casablanca así como por las recientes operaciones antiterroristas en Somalia. No debemos olvidar tampoco los últimos muertos en Irak ni de los niños discapacitados que Al-Qaeda recluta para atentar contra el enemigo occidental. Pero sobre todo Europa tiene que dejar de mostrar debilidad porque sólo logra aumentar el desprecio que los islamistas sienten por sus valores. La guerra aún no ha acabado.

jueves, 12 de abril de 2007

Teddy Bautista, el fascista-leninista.


Teddy Bautista

"Let me be your Teddy Bear
"

Músico, productor, actor de cine, intelectual, erudito, hombre dotado de una prosa incomparable para el uso de la metáfora, un artista, en suma: al pensar en Teddy Bautista es fácil evocar las palabras que Leonard Cohen pronunció al referirse a Bob Dylan: “Un hombre como él sólo nace cada 300 años”. Orgullosos estamos de que una de estas especies seculares nos haya tocado en nuestro país. La biografía de este personaje, con nombre de oso de peluche y apellido de mayordomo, ofrece algunos retazos que nos pueden servir para reivindicar el mundo interior, el lado profundamente humano dotado de una exquisita sensibilidad artística de una figura tan ciega e injustamente vilipendiada por esos “pendejos electrónicos”, es decir, por esa calaña de pelagatos que deciden montar una página web, descargar música por internet y luego venderla en el rastro.

Teddy Bautista nació en los años 40 y se dio a conocer, es un decir, en los 60, con un grupo de rock llamado “Los canarios” (no porque cantasen como eunucos, sino porque algunos de sus componentes, por lo visto, provenían de las Islas Afortunadas). El grupo saltó al estrellato, es un decir, con una canción titulada “Ponte de rodillas” (disponible en Kazaa), que ha sido considerada el “Satisfaction” español. Que Teddy Bautista estaba pensando ya en los consumidores y en toda la industria musical cuando cantaba aquella cancioncita, es algo que queda para la especulación. Como cantante (es un decir), también intentó, en los años 70, igualarse a Camilo Sesto al actuar en “Jesucristo Superstar” en el papel de Judas. Que Don Eduardo Bautista se estaba moldeando ya por entonces una personalidad antipática e infiel es algo que, de nuevo, dejamos a las especulaciones en internet, ese espacio lleno de ladrones y prostitutas que se pasan todo el día bajando mp3s para después vendérselos a los que compran en el top manta, otro grupo de cerdos sin escrúpulos.

Como productor musical, Teddy Bautista ha trabajado con Camilo Sesto, Luis Eduardo Aute o Rosa León. Ha compuesto temas para Ana Belén y Miguel Ríos. Y no podemos dejar de señalar su trabajo como actor, habiendo participado en películas como “Buscando a Perico”, “Café, coca y puro” y “Terroristas” (éstas no están ni en el Emule). También ha compuesto bandas sonoras de películas como “Juana La Loca… de vez en cuando”, “Las huellas del lince” o “El aroma del Copal”. Películas tan vigentes hoy en día como el arte de Ramoncín.

Pero si en algo ha destacado Teddy Bautista ha sido en su obra crítica: es decir, en su cargo de ideólogo y de presidente del consejo de dirección de la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores). En este cargo, Teddy Bautista ha aplicado el “canon revolucionario”. Su funcionamiento es muy sencillo. La SGAE no cree en el modelo de industria musical (ni de Estado, por supuesto) que existe en la actualidad en España. Tiene un modelo alternativo, pero no puede alzar su voz, porque se encuentran los artistas silenciados y perseguidos por todo tipo de consumidores, piratas informáticos y manteros: la mayor parte de la ciudadanía, vamos. Así que la SGAE decide cobrar a todos los consumidores el “canon revolucionario”. Comerciante que no pague al proveedor el “canon revolucionario”, discazo en la nuca: el comerciante se queda sin el disco.

Paralelamente, la SGAE potencia también el llamado “terrorismo callejero” o “terrorismo de baja intensidad”. Consiste en que los artistas de la SGAE salen en todos los telediarios e informes semanales que pueden para llorar, criticar a los que no piensan como ellos y llamar ladrones a quienes compran CDs en el top manta. La SGAE cuenta con una red de ikastolas, una serie de centros donde, bajo la excusa de impartir conferencias, ofrece doctrina revolucionaria. Sin olvidar su interés en convertir todos los bares y pubs de España en herriko-tabernas, es decir, en lugares donde toda la música que se pinche pague su correspondiente “canon revolucionario”.

La SGAE cuenta con una corriente, la llamada “SGAE militar” (mayoritaria a la “SGAE político-militar”, que busca la negociación), que ha endurecido su campaña: pretende implantar el “canon revolucionario” no sólo a los discos, sino también a los ordenadores, los lavaplatos y los consoladores eléctricos. Todo es cultura y, como tal, hay que apoyar el MALN, el Movimiento de Artistas de Liberación Nacional frente a las fuerzas represoras del Estado. Eduardo Bautistakoetxea, alias “Teddy”, se encarga de dirigir todas las acciones conducentes a la independencia (con exenciones fiscales y demás prebendas) de los artistas españoles.

Esta política económica podría incluso generar sus corrientes de actuación. Es decir, que si Teddy Bautista dirigiese la SGPC (Sociedad General de Paquetes y Culos) y vendiese calzoncillos, para combatir la moda Aída (consistente en no llevar ropa interior) o para prevenir el deterioro de la prenda por los palominos, se podría implantar un canon. Pero creemos que éste no será un terreno de actuación de Teddy Bautista, dado que uno de los directivos de la SGAE se llama Juan Palomino (John Skid Mark) y, claro, “palomino” es un nombre que ya no se podría registrar para cobrar derechos de autor.

Como ideólogo, Teddy Bautista se ha definido en los siguientes términos:

- Defensor de la libertad de expresión. Las demandas promovidas por Teddy Bautista no cesan (Asociación de Internautas), y, si de él dependiera, todos esos cabrones que se bajan canciones de internet cumplirían cadena perpetua: según él, “bajar música es como robar un jersey en unos grandes almacenes.”

- Fascista-leninista. Así es como podríamos definir a Teddy Bautista, quien prefiere autoproclamarse “marxista en fase de descompresión anarquista.”. De hecho, el canon es, ante todo, un mecanismo de lucha contra el sistema capitalista: “¿Sabía que al comprar una camiseta en El Corte Inglés paga el margen que los comerciantes aplican en concepto de pérdidas y robos de sus productos? El canon existe desde hace años en Francia, Italia, Bélgica, Holanda, Austria, y no ha pasado nada.”

- Receloso de las nuevas tecnologías, sabedor de la perversión que suponen de los auténticos valores del ser humano. Según Teddy, el meollo de la polémica en torno al canon se debe a que antes “no había asociaciones de internautas, ni comunidades electrónicas, y ahora cualquier pendejo electrónico está construyendo la nueva democracia digital”. La culpa es de esos politicastros que han dejado internet en manos del pueblo llano: “Utilizo Internet permanentemente y dando por hecho su enorme interés y utilidad hay que decir que es lento y está saturado. La polución-contaminación electrónica pronto será peor que la atmosférica. Se necesita de forma urgente el Internet2, restringido para profesionales y navegantes cualificados”.

- “¿Desde cuándo a la gente le preocupa el precio del disco? Yo voy a un centro comercial y me compro el disco de Ana Belén por mucho menos. El precio medio del disco está un poco por debajo de los 10 euros. Es que el joven quiere el último disco de Alejando Sanz el día siguiente a cuando sale.” En definitiva un humanista crítico con el materialismo de las sociedades occidentales y, como tal humanista, dotado de un exquisito gusto musical (Ana Belén).

- Oportunista, que pasa por encima del cadáver de quien sea. En el artículo publicado en El País con motivo de la muerte de Frank Zappa, Teddy no se corta un duro en decir que éste apoyó como una gran idea la política de la SGAE, olvidando la lucha de Zappa en los años 80 contra el canon a las cintas vírgenes.

De todos modos, siempre nos quedará el placer de coger un vaso de whisky, encender un cigarro, tumbarnos al sol y poner en el discman un disco de “Los canarios”. El arte no conoce de ideologías ni luchas mundanas .

¡Ay que buen representante de nuestros titiriteros! esos expertos en vivir del cuento.

lunes, 9 de abril de 2007

El enemigo asimétrico

La preocupación por el enfrentamiento con un enemigo diferente ha estado presente en nuestro Cuerpo Doctrinal desde la publicación de aquella entrañable “Doctrina Provisional para el Empleo Táctico de las Armas y los Servicios” (1956), en la que se dedicaba un apartado a la "guerra de guerrillas" dentro del capítulo de los "casos particulares del combate". Posteriormente, la “Doctrina para el Empleo Táctico y Logístico de las Armas y los Servicios” (1976), dedicaba un capítulo a "la acción subversiva" lo que se amplió en la versión de 1980 con otro dedicado a "la lucha de guerrillas y contraguerrillas".

La Segunda Guerra del Golfo (1990-1991), puso de manifiesto dos hechos fundamentales: la enorme supremacía militar de Occidente, en especial, de los Estados Unidos y la superación del modelo de Fuerzas Armadas masivas basadas en la conscripción de ciudadanos para la formación de las mismas.

Estos hechos fueron recogidos en la nueva orientación dada a la “Doctrina para el Empleo de las Fuerzas Terrestres”, pero se dejó de considerar, de acuerdo con las tendencias del momento, ese enemigo "distinto", quizá llevados por el convencimiento de que la disolución del bloque soviético implicaba su vez la desaparición de las formas de combate y enemigos, potenciados fundamentalmente por aquél.

Sin embargo, la realidad se ha impuesto de una forma mucho más peligrosa que la considerada en los momentos más graves de la guerra fría. Así, a partir de la referida Segunda Guerra del Golfo, los posibles rivales de occidente comprendieron que el enfrentamiento bélico siguiendo el modelo tradicional era, para ellos, inviable. A esta conclusión se llega por cuanto es prácticamente imposible, para unos contendientes que no posean unos niveles económicos y tecnológicos comparables a los de aquéllos, alcanzar las cotas necesarias para dotar a sus fuerzas armadas de recursos humanos altamente capacitados, así como fabricar y mantener complejos sistemas de armas, de telecomunicaciones y de inteligencia.

Sin embargo, las diferencias cualitativas y cuantitativas entre los enemigos enfrentados no es un problema nuevo, ya que como dice en nuestra doctrina, "siempre ha existido desproporción entre los contendientes", pero lo que nos diferenciaba del modelo actual era que, "el modelo tradicional de guerra, […] se desarrolla dentro de unas leyes y usos definidos y es llevada a cabo por ejércitos regulares o fuerzas irregulares con estructura militar, controlados y apoyados por un poder o un movimiento político, normalmente de carácter nacional". No obstante, las circunstancias más arriba apuntadas han hecho que algunos adversarios hayan abandonado el esquema tradicional de hacer la guerra y están recurriendo a un tipo de enfrentamiento en el que se utilizan procedimientos no sometidos a ninguna regla, buscando "desgastar, debilitar y obtener ventajas actuando de forma no convencional mediante éxitos puntuales de gran trascendencia en la opinión pública, agotamiento de su adversario por prolongación del conflicto, recurso a métodos alejados de las leyes y usos de la guerra o empleo de armas de destrucción masiva".

Esta forma de concebir y conducir la guerra recoge muchas aportaciones del concepto estratégico de Mao Tse-tung, en particular los de "Guerra Prolongada" y "Guerra Justa". Mediante el primero se emplea el tiempo como arma para desgastar a un enemigo demasiado poderoso y a través del segundo se trata de llevar a las fuerzas armadas enemigas y a su población al convencimiento de que están combatiendo en una guerra "injusta".


Estas aportaciones han marcado un giro estratégico fundamental, ya que, sin abandonar el control de la población propia, se pretende influir notablemente en la potencialmente enemiga, a través de los medios de comunicación social, organizaciones pacifistas, organismos internacionales, países afines, etc.

En este contexto la […] ha recuperado ese enemigo "diferente" al que ha denominado “Asimétrico”, y al conflicto que se desarrolla al hacerle frente “Conflicto Armado Asimétrico”, definiéndolo "como aquel que se produce entre varios contendientes de capacidades militares normalmente distintas y con diferencias sustanciales en su modelo estratégico". En consecuencia, "el Enemigo Asimétrico (EASI) es aquel que emplea métodos, tecnologías, valores, organizaciones y perspectivas de tiempo significativamente diferentes a las de nuestras Fuerzas Armadas con la intención de maximizar sus ventajas, explotar nuestras debilidades, lograr la iniciativa o ganar la mayor libertad de acción". Asimismo, nos orienta sobre los métodos que emplean o pueden emplear como son, entre otros: "la guerra de guerrillas, la subversión, el terrorismo, la movilización de las masas civiles, la intimidación y la manipulación de la información".

Analizados, siquiera sea brevemente, estos planteamientos doctrinales, en las siguientes páginas vamos a tratar de plasmar en el complejo mundo actual quienes pueden ser, dónde pueden estar y cómo pueden actuar esos enemigos calificados como “asimétricos”.

POSIBLES TIPOS DE ENEMIGO ASIMÉTRICO

Recurriendo de nuevo a nuestro principal texto doctrinal, recordemos que este establece algunos de los tipos de actores que podrían presentarse, como son: "organizaciones subversivas; entidades dotadas de armas de destrucción masiva; grupos terroristas internacionales; organizaciones criminales, traficantes de droga, mafias, redes de blanqueo de dinero, etc.; piratas informáticos; y grupos de mercenarios, paramilitares etc.". Como podemos comprobar, algunos de ellos ya hicieron su aparición en el panorama internacional hace años, sin embargo, la mayor parte responden a la nueva situación creada en los últimos tiempos.

Es un hecho que, en el momento actual, existen zonas y organizaciones concretas que se identifican con el modelo que estamos describiendo, si bien distinguiéndose entre ellas por acentuar de forma notable el motivo o la causa que les impulsa y por la diferente dificultad en la identificación precisa de sus miembros, territorios y sedes.

Basándonos en la diferente acentuación de la causa que les impulsa, en la mayor o menor dificultad para combatirlos, así como la mayor o menor posibilidad de identificación de sus miembros, territorios y sedes, hemos establecido cuatro tipos de enemigos posibles a los que denominamos: EASI 1, EASI 2, EASI 3 y EASI 4.

En cualquier caso, esta clasificación, como cualquier otra que se establezcan, no responde a un esquema estrictamente teórico, distinguiéndose cada uno de ellos por el aspecto más representativo de las organizaciones que los define, pero en la realidad nunca se presentarán en estado nítidamente puro, sino mezclados, siquiera sea en grado menor, con alguno o todos, de los aspectos diferenciadores de los otros grupos.

ENEMIGO TIPO EASI 1: de máxima dificultad en la identificación de sus miembros, territorios y sedes.

En el momento actual es el que más protagonismo está teniendo en el panorama internacional y se caracteriza por "la intransigencia religiosa" de determinados credos, con tendencias que van más allá de lo espiritual, para abarcar otros campos como el económico, político, etc., lo que constituye parte consustancial de la amenaza, manifestándose a través de diferentes formas de fanatismo. A manera de modelo, podemos tomar como referentes los actuales conflictos de Oriente Próximo y Medio.

Pero, con carácter general, podríamos decir que sus bases se hallan situadas en Estados en crisis, aun cuando pueden recibir ayuda o respaldo secreto de gobiernos que sintonizan con sus fines. Los objetivos a alcanzar no se circunscriben al área local, sino que poseen un alcance ilimitado, si bien podemos identificar como elementos básicos: el antioccidentalismo, la eliminación del estado de Israel, el establecimiento de Estados islámicos y la expansión islámica.

Presenta a Occidente como la fuente de todos los males del mundo islámico. La colonización de la práctica totalidad de los países musulmanes por una u otra potencia occidental se plantea como un intento por parte de estas para neutralizar o destruir su cultura y su sistema de vida; por ello, tratan de borrar todo vestigio de la época colonial.

La creación del estado de Israel ha sido la causa de un conflicto que dura ya más de medio siglo y al que, por el momento, no se ve solución inmediata. El establecimiento del estado israelí es considerado como el paradigma de la intromisión occidental en el mundo musulmán. El apoyo proporcionado por las potencias occidentales a la creación del estado judío, la humillación sufrida por los países musulmanes en las reiteradas derrotas frente a Israel, así como la protección y apoyo sistemático de determinadas potencias a la política israelí, hacen que el problema palestino-israelí esté en la base de los argumentos violentos de todas las tendencias.

El rechazo al modelo de gobierno occidental, por otra parte fracasado en la mayor parte del mundo musulmán, lleva a este tipo de amenaza a propugnar un modelo de Estado en el que la Sharía sea el referente obligado.

Finalmente, hay en este tipo de enemigo un deseo de revancha, un afán de volver al pasado, de rehacer la historia, de recuperar el esplendor perdido incluso "reconquistar" territorios que, en otras épocas, estuvieron bajo su férula.

Según Anthoni Giddens (La Vanguardia, 27/12/04), este tipo de enemigo es heredero directo de la época global, entendida como la creciente interdependencia de la sociedad mundial, basada en el avance de las comunicaciones electrónicas instantáneas y en la circulación de bienes, servicios y personas. Poseen redes flexibles, poco trabadas, inspiradas por una misión que cohesiona las actividades de grupos y células muy distintos en todo el mundo y que tienden a proceder de manera semiautónoma.

Existen varios factores que distinguen a este enemigo, como son: objetivos difusos, lo que implica la gran dificultad en establecer una vía de negociación o acuerdo con el; la capacidad organizativa, producto de los actuales sistemas de comunicación; crueldad implacable; y empleo de cualquier tipo de armamento a que pueda tener acceso; para lograr estos objetivos, el enemigo tipo EASI 1 se vale, fundamentalmente, de los "Atentados" y del "Control de recursos".

Los primeros constituyen ataques complejos y coordinados dirigidos contra objetivos con una gran repercusión en los medios de comunicación social, con la finalidad de minar la fortaleza de la opinión pública enemiga; cuestionar la legitimidad de las instituciones, o enfrentar a distintos sectores de la sociedad. También pueden ser ejecutados sin gran planificación, buscando simplemente un hostigamiento que mine la moral de las fuerzas e incremente la sensación de inseguridad entre la población.

En función de la finalidad a alcanzar, los procedimientos empleados pueden ser: conductores suicidas, vehículos o personas "bomba", emboscadas, ataques a convoyes, ataques a instalaciones fijas o ataques contra aeronaves mediante el empleo de misiles portátiles.

Por lo que respecta al "Control de recursos", se pretende provocar una escasez general de artículos de primera necesidad, o bien, de otros considerados estratégicos, con el fin de propagar el descontento tanto en el país donde surge el EASI como en aquel o aquellos contra quienes se dirige la acción.

Para alcanzar estos objetivos, los procedimientos más generalmente utilizados van dirigidos a la distribución de los recursos, como son: acciones de sabotaje en las infraestructuras de reparto; secuestros de los convoyes que la realizan, o actividades de chantaje y coacción mediante las cuales controlen los principales centros de entrega, cortarlos en el momento que estimen oportuno, o bien dirigiendo su distribución sólo a determinados sectores de la población.

ENEMIGO TIPO EASI 2: con territorio definido, pero sin sede y cierta dificultad por identificar a sus miembros.

La finalización de la "Guerra Fría" tras la caída del Muro de Berlín y la desaparición del bloque soviético, dejó huérfanos de financiación y apoyo logístico a una serie de grupos guerrilleros de carácter marxista que operaban en el ámbito del Tercer Mundo; la necesidad de buscar nuevas fuentes de recursos económicos para la continuación de sus actividades, llevó a muchas de estas organizaciones a introducirse en el campo de actividades tales como el tráfico de drogas, armas o personas, llegando muchas de ellas, con el tiempo, a hacer de estas su razón principal de existencia.

Aun cuando la experiencia cotidiana haya ido limando sus primitivos ideales, ya sea de forma sincera o como mera táctica justificativa ante sí mismos y ante la opinión pública a la que pretenden redimir, lo cierto es que, en la mayoría de los casos, han conservado un fuerte componente ideológico de carácter marxista basado en el reparto de la tierra o en políticas de justicia social. En esta situación se encuentra la mayor parte de las naciones que mantienen su actividad guerrillera en Sudamérica, Lejano Oriente y África.

Basadas en un tipo de actividades similares a las anteriores, pero originadas directamente para la explotación de las mismas y por lo tanto sin el componente "ideológico" de aquellas, existen otras organizaciones, conocidas como "mafias". Estas mantienen un ámbito de actuación que puede rebasar los límites de una sola nación, estableciendo fuertes relaciones de clientelismo con la población de la zona en la que operan, como medio de control de la misma. Con frecuencia, son más poderosas que el propio estado que las alberga e incluso pueden llegar a tener un alto grado de penetración en las instrucciones de dicho país.

Aun cuando en el caso del primer grupo existe una finalidad "política", reminiscencia de sus ideales originarios, la práctica nos indica que los objetivos comunes a alcanzar por uno y otro grupo van fundamentalmente dirigidos al "afán de lucro" y al "control del territorio" en el que desarrollan su actividad.

Tanto en uno como en otro caso existe una finalidad común que es el debilitamiento de la Administración Pública, de modo que se mantenga en una situación de inferioridad permanente en la que su propia existencia dependa, de forma más o menos explícita, de los apoyos que la organización criminal les preste.

Las modalidades de actuación de este EASI son: las operaciones de guerrilla que podemos denominar "clásica" y los atentados selectivos. Mediante las primeras se asegura el control del territorio donde se ubican sus bases de operaciones así como plantaciones y redes de distribución. Los segundos van dirigidos a objetivos con gran repercusión en los medios de comunicación social, tales como funcionarios públicos o personal civil en núcleos urbanos, a fin de minar la moral pública, disminuir la legitimidad de las instituciones y lograr un mayor control del territorio.

En cuanto a los procedimientos más utilizados, podemos destacar: los "coche bomba", los atentados indiscriminados contra la población civil; las emboscadas y golpes de mano contra personal e instalaciones militares o de fuerzas de seguridad del estado; y los secuestros como medios de financiación o propagandísticos.

ENEMIGO TIPO EASI 3: sin sede, pero con definición territorial y menor dificultad en la definición de simpatizantes y miembros activos.

En general, el conjunto de los países se ha ido constituyendo, a través de siglos, mediante una lenta fusión de etnias, culturas y lenguas que han dado lugar a una nueva, o bien al predominio de una de ellas, generalmente aceptada por las restantes. No obstante, en ocasiones esta unión no ha sido el resultado de una evolución lenta y pacífica, sino el producto de una imposición, como pudo ser el nacimiento de naciones "artificiales", consecuencia de la Primera Guerra Mundial, como las naciones balcánicas, o resultante de una descolonización precipitada o atendiendo a los intereses de la potencia colonizadora, como pueden ser una gran parte de las naciones africanas.

De estas situaciones anómalas, incluso en el seno de naciones con "poso" de siglos, surgen grupos "étnicos" que reivindican una personalidad independiente del conjunto en el que tradicionalmente han estado inmersos. Cuando este grupo radicaliza el "nosotros" de su raza, cultura o lengua, frente al "ellos", encerrándose en sí mismos, se produce un conflicto violento, enquistado en la sociedad y prolongado en el tiempo.

El continente europeo con naciones formadas desde hace varios siglos, ha dado lugar a grupos de esta tendencia caracterizados por la búsqueda de una "pureza racial", propugnando la fragmentación del estado en el que están inmersos, para constituirse ellos mismos en estado dentro de unos territorios que denominan "históricos".

Oriente medio y África son otros dos escenarios en los que unos países muy jóvenes, en comparación con los europeos, ha absorbido grupos a los que, frecuentemente se niega el reconocimiento de sus peculiaridades étnicas, religiosas o culturales, situándolos en unas condiciones de inferioridad política y social frente al grupo dominante.

El primer objetivo a lograr por este EASI es la "construcción nacional y la liberación posterior", para ello se aprovecha de todos los resortes legales que le proporciona el estado democrático a que pertenece a través de organizaciones políticas, sociales y culturales que potencian, diferencien y separen sus propias señas de identidad de las del estado al que pertenecen.

De forma sucesiva e incluso simultánea, si se dan las condiciones adecuadas, se buscará el "afianzamiento de su identidad" a través de la "limpieza étnica", en un determinado territorio asumido como propia por el grupo mediante una particular visión histórica y cultural. Dicha limpieza étnica se realizará por razón de una serie de actuaciones como: impedir la llegada de emigrantes o de la población expulsada en el pasado; acciones terroristas sobre instituciones y personas contrarias al fenómeno del extremismo identitario; presión social, política, religiosa, cultural, etc., de elementos legales sobre los no partidarios de la separación del "pueblo" oprimido del Estado "opresor".

Asimismo, el EASI 3 tratará de impedir cualquier política de integración aprovechando todas las acciones legales que el sistema permitirá, así como todas aquellas ilegales, terroristas o de crimen organizado que se consideren útiles para el logro de sus fines. En cualquier caso, cuantas acciones se emprendan se presentaran siempre como una legítima defensa del grupo "oprimidos" frente a la actitud intransigente, y incomprensiva y violenta del Estado "agresor". Finalmente, tratará de expandir su territorio de influencia a otras zonas limítrofes donde existan grupos étnicos afines.

Para lograr estos objetivos, el EASI 3 se vale, fundamentalmente de los "atentados selectivos" y de las "acciones de sabotaje".

El grupo que representa a este enemigo asimétrico pone límites al grado de violencia a utilizar, cuidando mucho el no rebasar "el nivel de tolerancia" que la sociedad en la que se desenvuelve es capaz de aceptar. No obstante lo anterior, este límite tiende a rebasarse cuando el conflicto adquiere rasgos comparables a una guerra civil. Instituciones y personas identificadas con el Estado "opresor" y que provoquen un acusado impacto psicológico en éste y en la población "enemiga", serán los objetivos más buscados como víctimas.

Por lo que respecta a las "acciones de sabotaje", estas irán dirigidas a la estructura del estado, con la finalidad de disminuir, en lo posible, la presencia de los órganos de administración dentro de los territorios históricos.

ENEMIGO TIPO EASI 4: con territorio y sede, así como con población fácilmente identificables.

El cuarto y último grupo en que hemos dividido al conjunto de los posibles enemigos asimétricos está integrado por ciertos estados, situados en una posición de marginación internacional y en posesión de "armas de destrucción masiva" (ADM) y de sus vectores de lanzamiento. Identificamos a este tipo de enemigo asimétrico con un Estado porque sólo ellos disponen de los elementos adecuados para desarrollar y proteger ADM.

la estrategia de este tipo de enemigo no consiste, normalmente, en el empleo de estas armas, sino en la amenaza de su utilización como medio de chantaje hacia la comunidad internacional u otros Estados líderes, para obtener ventajas políticas o económicas. Se identifica esta amenaza con Estados en los que imperan regímenes dictatoriales, con dificultades para integrarse en la comunidad internacional, en ocasiones reminiscencias del antiguo bloque soviético.

Normalmente este enemigo asimétrico se siente amenazado por la comunidad internacional, por algún enemigo concreto o, incluso, por su propia inestabilidad interior. En estas circunstancias, busca ante todo su supervivencia, y dado que sus capacidades económicas no le permiten disponer de una fuerza "convencional" suficientemente desarrollada para enfrentarse a sus potenciales enemigos, recurre a las ADM.

La obtención de un status especial, derivado del hecho de la posesión de ADM, normalmente desproporcionado con respecto a su potencial económico, político e incluso militar, así como la posibilidad de obtener apreciables ingresos con la comercialización de las propias armas o de su tecnología, constituían ventajas añadidas a la tenencia y amenaza de empleo de dichas armas.

El EASI 4 se mueve fundamentalmente en el nivel estratégico, tratando de obtener ventajas de una situación de tensión que él mismo provoca. Será excepcional que realmente llegue a desencadenar un conflicto abierto, si bien será normal que provoque incidentes fronterizos, despliegues preventivos, así como la elevación de la tensión de las relaciones internacionales de modo que la opinión pública enemiga tenga la sensación de estar al borde de un conflicto de consecuencias desastrosas y obligue a sus gobernantes a buscar un acuerdo.

La situación interna de los posibles Enemigos Asimétricos tipo 4 tan sólo les permitirá disponer de unas Fuerzas Armadas que, aunque posiblemente numerosas, estarán dotadas de sistemas de armas, equipos y materiales con tecnología de los años 70 u 80 de la pasada centuria, si bien su arsenal de ADM estará dotado de armas químicas, teniendo en cuenta su sencillez de fabricación y sobre todo nucleares, ya que son las que mejor garantizan el efecto disuasorio y el chantaje que pretenden. Difícilmente dispondrán de armas biológicas, dado que el tiempo que requiere en unos conocimientos, inversiones y tecnologías considerables para su desarrollo, resultan imprevisibles en los efectos a lograr.

Un caso particular, pero sumamente peligroso por la indefinición de su territorio y sede, así como por la dificultad de identificar a sus miembros en este tipo de enemigo, lo constituyen las organizaciones nacionales o internacionales que puedan hacerse con un número indeterminado de ADM, aun cuando sean de pequeña potencia. Este caso supone, quizás, el mayor el riesgo al que está sometida actualmente la comunidad internacional, por cuanto podrían caer en manos de grupos de fanáticos incapaces de calibrar las graves consecuencias que su empleo provocaría.

CONCLUSIONES

Tal como apuntábamos en la Introducción, la conciencia de la enorme superioridad occidental va a hacer cada vez más difícil que un país con capacidad militar media o pequeña se enfrente a otro de los que podríamos denominar grandes en un conflicto de tipo convencional. Incluso si se llegara a producir un enfrentamiento "testimonial", como los desarrollados en Afganistán o Irak, serán las operaciones que nuestra doctrina denomina como "secuelas", las verdaderas protagonistas del conflicto, y será en ellas donde haga su aparición el "Enemigo Asimétrico".

La actual situación internacional nos encamina hacia una especie de conflicto global permanente en la modalidad de asimétrico que nos obliga a enfatizar determinados aspectos, como el mantenerse en una situación de disponibilidad permanente a fin de reaccionar con prontitud y eficacia frente a cualquier enemigo y en cualquier escenario; conservar la superioridad humana y tecnológica de forma que permitan un adecuado grado de disuasión frente a los potenciales enemigos asimétricos, y finalmente, es necesario, lograr la adecuada mentalización de la opinión pública, de modo que esté dispuesta a asumir los riesgos que la nueva situación exige.

El enemigo asimétrico al que el mundo occidental se enfrenta en la actualidad es, frecuentemente, un enemigo difuso e intangible; cultural, técnica y religiosamente diferente; paralizado hasta el extremo de sacrificar, sin dudarlo, su vida por la "causa" e insensible al daño que puedan causar sus acciones, incluso entre aquellos a los que dicen defender; indiferente a los sufrimientos que pueda padecer y al tiempo que haya de emplear en lograr sus fines.

Para enfrentarse a este enemigo no basta solamente con una magnífica formación técnica profesional, sino que es necesaria, más que nunca, una sólida formación moral, así como un convencimiento muy firme de la justicia, de los motivos que han llevado a sus gobernantes a implicarse en el conflicto en el que se ve inmerso. Requiere, asimismo, que incluso los más bajos escalones de las fuerzas armadas conozcan la problemática, psicología, cultura, religión, etc., de su potencia contendiente, a fin de actuar de forma irrespetuosa en el escenario y con la población en cuyo seno va a actuar.

La variedad de tipos de enemigo a los que potencialmente puede ser factible enfrentarse, impide definir unos procedimientos "estándar" para resolver las múltiples situaciones posibles, razón por la cual, mandos y tropas han de tener una formación integral cada vez más amplia así como una mente ágil y flexible capaz de adaptarse a enemigos y escenarios cada vez más cambiantes. Superponiéndose a lo anterior, hay algo que será más indispensable, si cabe, que en las operaciones frente a un enemigo convencional: el disponer de un adecuado sistema de inteligencia.

Por lo que respecta al tipo de unidades de combate a emplear, serán las Ligeras o Medias, así como las de Operaciones Especiales y las de helicópteros las más adecuadas para combatirlos. Para ello, las actividades habituales en este tipo de combate serán: infiltración, patrullas, en reconocimientos, emboscadas, combate nocturno y procedimientos de combate no convencionales.

Finalizaremos este trabajo recordando que si Mao Tse-tung afirmaba que las guerrillas que habían de moverse entre la población "como pez en el agua", este aserto no ha perdido vigencia; muy al contrario, la guerrilla masiva y rural ha dado paso, o se ha ampliado, para hacer una pequeña y urbana, ideológica y fanática en muchos casos, que se mueve entre la población con mayor facilidad incluso que la preconizada por el líder chino.

miércoles, 4 de abril de 2007

Borges, retorno a Israel

RETORNO A ISRAEL

Borges nos relató durante la conferencia en Hebraica, sus vivencias e imágenes y la significación de la visita que hiciera a Israel. He aquí algunos de sus conceptos: ..."Uno no puede imaginarse el mundo, uno no puede imaginarse la historia sin Israel. Sin Israel la historia sería distinta. Por lo pronto, nosotros no existiríamos, o existiríamos de un modo muy distinto.
Alguien dijo que Francia es una idea necesaria a la civilización. Yo digo que Israel no sólo es una idea necesaria a la civilizacion sino que es una idea indispensable. No podemos imaginar la cultura sin Israel, y eso va mucho más allá de nuestras simpatías y diferencias, para repetir esa expresión tan cortés de Alfonso Reyes. Pero Israel, desde luego, existe, y existe, aunque muchos de nosotros no lo sepamos o no pensemos en ello. Es algo tan profundo que no tenemos necesidad de definirlo...
"Cuando fui invitado por el gobierno de Israel, sentí en primer término esa sensación de volver a un manantial, a un manatial sagrado. Esto del manantial, me recuerda aquello de las fuentes del Nilo. Un poeta latino, aludiendo a lo que era entonces misterioso en sus fuentes, dijo que el Nilo no quería que los ojos humanos supieran de su manantial. Yo tuve al principio esa misma convicción de regresar a un manantial cuando supe que iría a Israel, cuando supe que esos nombres, esos sonidos del Antiguo y del Nuevo Testamento ya no serían nombres y sonidos para mí, sino que se convertirían en imágenes, porque aunque soy casi ciego, puedo hablar con imágenes. Se convertirían en memorias, en partes esenciales de nuestra vida."



Borges y el Premio "Jerusalén" (1971)
"Todos de alguna manera, somos griegos o judíos"

La primera figura de las letras argentinas ha recibido el Premio Jerusalén, que la Municipalidad de esa ciudad le adjudica bianualmente en ocasión de la Feria Internacional del Libro a un escritor destacado, por su aporte a la libertad del individuo en la sociedad. En años anteriores recibieron el mismo Premio Bertrand Russell, Ignazio Silone, André Schwartz-Bart y Max Fritsch.

El rostro alargado, de pómulos altos, los ojos glaucos, uno de ellos ligeramente entrecerrado, la piel extrañamente lisa y pálida, con un rosa ligero que aparece de pronto: la conocida máscara escpiritual de Borges. Al principio, seria; después, animada por una pasión de la inteligencia, por un verdadero ardor que lo rejuvenece, pero contenido dentro de fronteras precisas y marcadas por la ironía, de manera que hablar con Borges es, lo mismo que leer, dejarse llevar por el esplendor de una frase, hasta el límite donde la elegancia lo permite.

Le preguntamos:
¿Qué valor, qué significado tiene, para él su premio?
— Un significado íntimo -contesta- porque siempre me he sentido ligado a Israel, desde la infancia. Tuve una abuela inglesa, protestante, que sabía de memoria la Biblia. Después, en el año 16 ó 17, resolví estudiar alemén y lo logré a través de Heine. Fui el primero en traducir una selección de expresionistas alemanes, entre los que había muchos judíos. La lectura de El Golem, de Gustav Meyrinck, me impresionó mucho y, a partir de esa novela y de mi encuentro con Scholem (tengo un poema sobre el tema, en el que rimo Golem con Scholem), intensifiqué mis estudios sobre la Cábala. A Scholem lo conocí durante una visita a Israel, tan programada, que yo sabía con horas y minutos lo que haría cuatro días más tarde. Sin embargo, con Scholem no resultó; nos salimos del programa; teníamos tres cuartos de hora para conversar y nos quedamos hasta el amenecer. Yo aprendí mucho. Espero volver a ver cuando vaya a recibir mi premio. También fui amigo de Gerchunof, soy amigo de Cansinos Assens, y he dado conferencias en la Hebraica sobre la Cábala, Spinoza, Buber y soy amigo de León Dujovne. A propósito de Dujovne, recuerdo que, cuando lo votamos para el premio Nacional, una señora de ilustre apellido se opuso diciendo: "Yo no voy a caer en esa vulgaridad anticuado del antisemitismo, pero a los judíos los fusilaría". Y, bueno, además he dicho a menudo, en varias conferencias, que más allá de las vicisitudes de la sangre (incognoscibles) todos pertenecemos a la mal llamada cultura occidental (medio oriental, porque es medio hebrea), y todos, de alguna manera, somos griegos y judíos.

¿Qué representa para usted el nombre "Jerusalén", históricamente y ahora?
— ¿Ahora? Es estar en el sitio más antiguo del mundo y, a la vez en el más nuevo y viviente. Un lugar tan abarrotado de tiempo, pasado y actual, que al volver a Buenos Aires tuve la impresión de haber pasado de la vigilia al sueño, no, al sueño es demasiado, a la siesta. Aquel país tan joven, tratando de salvarse; tan vital, tan heroico; esa Guerra de los "Cinco" Días.. y todo ello basado en un tradición antiquísima... Estoy deseando volver. Es inútil decir que me siento honrado y feliz por el premio, pero lo digo lo mismo: no por inútil resulta menos veraz.
(Ni resulta menos claro, a los ojos del periodista, un rasgo curioso: Borges dice "Guerra de los Cinco Días" para marcarse, tal vez inconscientemente, un límite; para no incurrir en una participación total, desenfrenada. Una necesidad de apartarse, de ausentarse, que jamás le ha impedido, en los hechos, demostrarse abierto partidario de las causas justas, y que, sin buscar más lejos el ejemplo, no le impidió ser, junto a Bioy Casares, el primer escritor argentino que se pronunció públicamente a favor de Israel, durante esa misma Guerra de Tan Pocos Días).

Le preguntamos: ¿Conoce usted la nueva literatura israelí?
¿Tiene una impresión formada acerca de ella?
— No conozco el hebreo, pero he hablado con escritores israelíes que me han asombrado. Yo suponía que la tendencia literaria debería ser, naturalmente, un acercamiento a los Salmos, al Cantar de los Cantares, inclusive una épica, por la guerra a pesar de que el relato de las hazañas no se produce durante las guerras sino después (nunca he conocido a un soldado de la Segunda Guerra Mundial que quisiera hablar de eso). Pero no. Me han dicho que no querían copiar al rey David. Que querían ser modernos. Yo les contesté que ser moderno no me parecía obligatorio. Desde el momento en que se nace ahora, se es moderno, quiérase o no. ¿Para qué imponerse una contemporaneidad que, de todas maneras, ya se posee?

Hay un rasgo que persiste en la literatura judía, desde los cuentos jasídicos hasta Heine o Agnón: es la levedad del trazo, la capacidad de traducir una situación dramática con humor y sin recargar la expresión. ¿A qué atribuye esa característica?
— Es cierto, esa caraterística existe. Es muy notable en Heine. Hay pueblos con y pueblos sin humor. Los ingleses lo tienen, los alemanes no. ¿Por qué razón por ejemplo en América Latina, los únicos que tienen humor son los colombianos? Los argentinos, no. A ningún argentino se le ocurriría hacer un chiste sobre San Martín. En Bogotá es muy común que se diga, señalando una estatua: "Será algún prócer, pues Próceres tenemos muchos. Héroes, pocos".

¿Qué piensa usted del doble estereotipo en el que se ha fijado a los judíos: por un lado, personificación de todo mal,
y por otro, idealización extrema? ¿No cree que el judío tiene derecho a no responder ni a uno ni al otro esquema?
— No cabe duda alguna. Por otra parte, un judío es un ser difícil de encasillar en un esquema. El único esquema que lo refleja es el de un chiste que circulaba por Nueva York: "¿Qué es un judío? Un judío puede ser alto, bajo, ñato, narigón, pelirrojo, morocho, simpático, antipático, pecoso, sin pecas, de orejas grandes, de orejas chicas, lo único, que lo singulariza es que no sabe hebreo".

Borges, ¿de dónde viene su atracción por la
mística judía, por la Cábala de la que usted ha hablado y
que está tan presente en su obra?
— En primer lugar, como le dije, vino de la lectura de El Golem. Luego, en casa, tengo una nutrida biblioteca en varios idiomas sobre la Cábala. Lo que me atrae es la impresión de que los cabalistas no escribieron para facilitar la verdad, para darla servida, sino para insinuarla y estimular su búsqueda. De ahí la abundancia de mitos y símbolos en los que sus autores no pudieron haber creído. Y eso no se da sólo en los cabalistas medievales, sino en la Biblia, en le Libro de Job, en Cristo mismo: no hablan en forma lógica, hablan de símbolos y metáforas; no dicen abiertamente, sugieren el camino.

¿Cree que ya puede hablarse de una literatura argentina de rasgos visibles, discernibles?
— Sí, puede hablarse. En los demás países latinoamericanos hubo siempre una tendecia al realismo, al alegato social, al documento. Ahora han llegado a la literatura fantástica y eso pudo haber partido de aquí, de Bioy Casares o, a lo mejor, también de mí mismo. Es un rasgo diferencial, ¿no cree?, pero no el primero ni el único. En el siglo XIX no se dio nada, en ninguna parte, parecido a nuestra literatura gauchesca. El Oeste norteamericano tenía un paisaje similar, personajes similares, y sin embargo produjo el western, pero no produjo una poesía que reflejara ese paisaje y esos personajes. Además nosotros no podríamos concebir una literatura en la que el comisario fuera el hérue.

Borges se pone de pie. Rodeado por los imponenetes sillones oscuros de la Biblioteca Nacional, por un momento vuelve a asumir el aire de historia que irremediablemente lo acompaña. El periodista no puede evitar un pensamiento intemporal, la sensación de estar hablando con alguien más largo que su vida, con alguien que llegará más allá de su muerte. Una impresión vertiginosa que la conversación caprichosa de Borges, su repentino humor, su fascinante manera de contestar a la vez con valentía y negligencia, convencido y ausente, habían por un momento atenudado.


Jorge Luis Borges y el judaímo:
Un tema permanente


En esta sección, que también es un homenaje a Borges en el séptimo año de su muerte (a él sin duda le hubiese agradado este numeral cabalástico), reproducimos - por primera vez completas desde su edición original, ya agotada hace tiempo - una serie de tres disertaciones exclusivas dictadas por el gran escritor argentino en el Instituto Cultural Argentino-Israelí de Buenos Aires entre 1965 y 1967 ("Conferencias de Jorge Luis Borges", 1967). Esto resulta posible gracias a la valiosa colaboración de la Lic. Inés Radunsky, Directora de Cultura del mencionado Instituto, quien nos remitió una copia de la 'rochure' original, autorizándonos a republicar las conferencias.
También le debemos a su gentileza la espléndida fotografía inédita que ilustra la página siguiente. Esta fue lograda a principios de la década de los '70, durante uno de los ágapes mensuales que solia organizar el instituto porteño en esa época. Junto a Borges, derecha del poeta puede verse parcialmente al 'attaché' cultural de la Embajada de Israel en ese entonces, Sr. Arié Bustón. Las entrevistas a Borges fueron realizadas por dos revistas argentinas "Raíces" y "Hebraica", poco después de haberse enterado Borges del otorgamiento del "Premio Jurusalem" 1971; y ambas fueron tomadas de: "El Asiduo Manuscrito" publicación del CIDIPAL auspiciada por el ICAI, en ocasión de la Feria Interneacional del Libro de Buenos Aires.
Acompaña a estas fuentes borgeanas la traducción de dos de sus poemas al hebreo -"la lengua del paraíso", como él la llamaba - que se debe al poeta israelí Oded Sverdik. Su inclusión forma parte del homenaje, por cuanto el propio Borges manifestó en reiteradas oportunidades que le hubiese gustado ver su obra vertida al idioma de la biblia. Aunque por fortuna alcanzó a ver cumplido en parte su deseo (varios de sus libros fueron traducidos al hebreo, sobre todo despues del "Premio Jerusalén"), esto es una muestra de que se lo sigue traduciendo, y de la indeleble marca que ha dejado en el lector israelí. El poema de Helena Sassone en honor de Borges, "Bibliomanía", pertenece a su libro "Plabras congeladas" ("Paroles Gelees"), edición bilingües español-francés que gentilmente nos ha hecho llegar y cuya traducción a esta última lengua se debe a Marcel Hennart.
Asimismo, se incorporan aquí tres textos inéditos dedicados a su memoria: Un ensayo de Gustavo Perednik "Borges y su Minián", que releva los diez personajes judíos creados por el escritor en sus cuentos; un poema de José Luis Najenson "Homero del Sur", y un relato breve "Querido Borges", autoría de un conocido escritor argentino que nos pidió mantener en reserva su nombre, y del que sólo podemos decir que ha sido distinguindo en un reciente concurso literario de Estados Unidos.


  • Archivo de textos

  • Borges, yedid del pueblo judío


    JUDEIDAD Y BORGES

    Por GUSTAVO DANIEL PEREDNIK

    Como lo resumiera André Malraux, Borges lo leyó todo, especialmente aquello que ya nadie lee. Sus fuentes virtualmente innumerables, e inesperadas, redundan en la fascinante vastedad de la obra borgeana. Por ello, evocar al autor de El Aleph puede empujarnos en varias direcciones. Una, la de Palermo, los malevos, Güiraldes, arrabales, el Martín Fierro o Evaristo Carriego, resultado de una pluma vivamente argentina. Otra, un fluir de asociaciones que abarca a Rilke, las Mil y Una Noches, los vikings y el Dante, y revela a quien, incapaz de estrecharse en una sola tradición, es un creador universal. Una tercera es una cultura que predomina en su curiosidad: la judaica.

    BORGES, JUDIO

    Varios puentes en el universo borgeano llevan a lo judío. Recomienda el aprendizaje del idioma alemán a través de la poesía de Heine. El primer libro que lee en ese idioma es Der Golem de Gustav Meyrink, una fantasía sobre el ghetto de Praga que despertó para siempre su inquietud por las cuestiones cabalísticas.

    Su conocimiento del judaísmo, empero, se remonta a la lectura de la Biblia, que lo moldeó desde su primera infancia. Su abuela paterna, Fanny Haslam Arnet, era una cultora de la Biblia que le abrió las puertas a la cultura judaica, con la que fue

    identificándose hasta pensarse frecuentemente como judío. Reaccionó ante esos pensamientos con su irónica y escandalosa humildad: "No lo merezco. He hecho lo mejor que pude para ser un judío. Pude haber fracasado. Si pertenecemos a la civilización occidental, entonces todos nosotros, a pesar de las muchas aventuras de la sangre, somos griegos y judíos. Muchas veces me pienso judío pero me pregunto si tengo el derecho de hacerlo".

    La única opinión política a la que Borges permitió interferir en su literatura fue la defensa de Israel "cuando lo urgió la exaltación de la Guerra de los Seis Días". Cuando estalló esa guerra, Borges irrumpió en la biblioteca de la Sociedad Hebraica Argentina con un poema dedicado a Israel, y solicitó "la hospitalidad" de la revista de esa entidad, en la que eventualmente fueron publicados los versos. Agregó a su solicitud un fervoroso y elocuente llamado: "¡Viva la patria!".

    George Steiner en su libro Extraterritorialidad presenta a Borges como ejemplo del escritor que rechaza los los límites de una sola herencia, rechazo que para Steiner constituye un elemento constitutivo de la judeidad. No faltaron rastreos de posibles orígenes judíos de Borges.

    Sus alas creadoras le valieron el Premio Jerusalén en 1971, una de las muchas glorias con las que compensó lo que él llamaba ingeniosamente una tradición anual escandinava (que consistía en negarle el Premio Nobel). Borges integra en efecto la nómina nada despreciable de genios literarios privados de ese premio, tales como Tolstoi, Proust, Joyce, Strindberg, Malraux y otros.

    Lo judaico en Borges es imaginable como el viaje que plantea Platón. Se forma intelectualmente, sale a la sociedad a retroalimentarse, y regresa a su fuente formativa. Por esas tres etapas transcurrió el Israel borgeano, para el que la tríada es Buenos Aires-Europa-Buenos Aires.

    El punto de partida porteño es su mentada infancia imbuída de la Biblia, a la que denominó "punto de partida de todo". Sus dos estaciones europeas son Ginebra y Madrid. En la primera transcurrió su adolescencia, educado en el Colegio Calvino en el que sus dos mejores amigos fueron Simón Jichlinsky y Mauricio Abramowicz (huelga aclaración de origen). Con ellos dos se reencontró cuarenta años más tarde en la misma Ginebra que vio forjar sus años mozos y en la que descansan sus restos. Allí se había trasladado su familia a comienzos de la Gran Guerra. Concluída ésta, vivieron un tiempo en Madrid, en donde Borges trabó amistad con Rafael Cansinos Asséns, de quien siempre se consideró discípulo.

    De Cansinos no aprendió sólo poética y ultraísmo, sino la opción que el intelectual español enfrentó en los años veinte, entre una España tradicionalista, ortodoxa y judeofóbica, frente a otra liberal, heterodoxa y con simpatías por el judaísmo.

    Con esa opción en la mano regresa Borges a Buenos Aires, en la que el crecimiento del nazismo lo empuja a un filosemitismo militante. Tal militancia se destila por ejemplo en su sarcástico texto Yo, judío con el que parafraseamos esta sección. Escrita unos meses después de entronizado el Führer, la página ridiculiza con maestría la "acusación" de los judeófobos argentinos de que Borges tenía ascendencia israelita.

    Restablecido en Buenos Aires, Borges publica en la imprenta de Manuel Gleizer, pionero de la edición literaria en la Argentina, a quien le dedicaría algún verso.

    Su período más importante de creación es precisamente la Segunda Guerra Mundial. Publica entonces su prólogo al Mester de judería de su amigo Carlos Grünberg, en el que destaca la legítima integración de lo judío con lo argentino. Segundamente La muerte y la brújula: sólo un genio de su talla podía sintetizar en un cuento la filosofía de Baruj Spinoza proponiendo en lenguaje narrativo una dilucidación racional-geométrica de Dios. Luego vendrá su máxima colección de cuentos, El Aleph, y el Holocausto llegaba a su fin.

    LA JUDEIDAD EN LA NARRATIVA DE BORGES

    No sólo las ideas concebidas en el judaísmo interesan a Borges, sino también la circunstancia del hombre judío de carne y hueso, las formas de asunción de su pertenencia, es decir: la judeidad. El conocimiento de lo judaico por Borges, y su cariño por esta cultura, le permiten crear una galería de personajes judíos de los que, usando la libertad que le otorga ser un filosemita, frecuentemente se explaya en su judeidad. Así intercala sin pudor estereotipos muy negativos del judío a fin de enriquecer el logro literario.

    Por ejemplo ya en 1934 en el cuarto cuento de la Historia Universal de la Infamia, "El proveedor de iniquidades Monk Eastman... era hijo de un patrón de restaurante de los que anuncian Kosher, donde varones de rabínicas barbas pueden asimilar sin peligro la carne desangrada y tres veces limpia de terneras degolladas con rectitud".

    El judío en este relato "fue el encargado... de mantener el orden en uno de los salones de bailes públicos… en la ciudad de Nueva York... Ejerció hasta 1899, temido y solo.... He aquí sus honorarios: 10 dólares una oreja arrancada, 15 una pierna rota....100 el negocio entero". Con referencia a su judeidad el autor parece sorprenderse de que rasgos de inmoralidad tan extrema definan a un judío y nos dice: "Cosa extraña, ese malevo tormentoso era hebreo".

    Paralela ironía a la de degollar con rectitud se aplica años después en Emma Zunz en el que Aaron Loewenthal "era para todos un hombre serio; para sus pocos íntimos, un avaro. El dinero era su verdadera pasión... Era muy religioso: creía tener con el Señor un pacto secreto que lo eximía de obrar bien, a trueque de oraciones y devociones". Al morir, Loewenthal "injuria en español y en ídish".

    La soltura que señalamos se hace patente también en un cuento muy posterior, Guayaquil, en el que "Martín Heidegger... probó asimismo que el linaje de Zimerman era hebreo, por no decir judío". Los diez judíos centrales en la narrativa borgeana son: Edward Ostermann, Red Scharlach, Marcelo Yarmolinsky, Jaromir Hladík, Aaron Loewenthal, Emma Zunz, David Jerusalem, Urmann, Jacobo Fischbein y Eduardo Zimerman. De esos diez, los dos primeros y la mujer son homicidas; el quinto, un estafador; el noveno un traidor; el último, usurpador.

    Entre los personajes del cuento judío La muerte y la brújula de 1942, tanto el asesino Red Scharlach como el periodista Marcelo Yarmolinsky son judíos. El primero nos cuenta que "Un irlandés trató de convertirme a la fe de Jesús. Me repetía la sentencia de los goim: ‘todos los caminos llevan a Roma’".

    El segundo es "delegado de Podólsk al Tercer Congreso Talmúdico" y la ironía de Borges combina la actitud individual del judío con las características que lo vinculan a su estirpe: "Nunca sabremos si el hotel le agradó. Lo aceptó con la antigua resignación que le había permitido tolerar tres años de guerra en los Cárpatos y tres mil años de opresión y de pogroms".

    Otra faceta irónica son los sentimientos anticristianos que se vierten en una coyuntura de autodefensa: "’Quizá este crimen pertenece a la historia de las supersticiones judías’ murmuró Lönnrot. `Como el cristianismo’ se atrevió a completar el redactor de la Yidishe Zeitung", Marcelo Yarmolinsky. Una expresión parecida se lee en Deutsches Requiem: "El mundo se moría de judaísmo y de esa enfermedad del judaísmo que es la fe de Jesús".

    Con todo, la cualidad más reiterada de sus judíos es su pertenencia a la intelectualidad; son personas ilustradas, artistas. El milagro secreto es protagonizado por quien vive en la Zeltnergasse, en donde vivía Kafka. Jaromir Hladík es traductor del Sepher Ietzirá y autor de un drama poético Los enemigos. La detención del tiempo en un instante, uno de los temas que fascinó a Borges, aparece en este cuento por medio de un gracia que Dios le concede a este escritor antes de su fusilamiento. (Cabe mencionar que en el cuento Cuatro versiones de Judas, una herejía general, el mismo Hladík es citado como parte de una pretendida bibliografía).

    El cuento Deutsches Requiem trae a David Jerusalem, un personaje que aparece tan sólo en el recuerdo de su verdugo. El judío había sido "célebre poeta que es comparado con Whitman. El protagonista real es un alemán que espera su fusilamiento condenado por torturador. David Jerusalem se presenta como "una zona del alma del criminal y, nos informa el autor, "tal vez símbolo de varios invdividuos"

    EDUARDO ZIMERMAN, JACOBO FISCHBEIN

    Los dos últimos personajes judíos de Borges, son aquéllos en los que la judeidad está más elaborada. Ambos son de El informe de Brodie, de 1970. En el cuento Guayaquil, el doctor Eduardo Zimerman, de la Universidad del Sur, compite con el narrador para viajar a Sulace, capital del imaginario Estado Occidental, a fin de descifrar una carta de Bolívar, firmada en Cartagena en 1822. De Zimerman se nos anuncia que es "un historiógrafo extranjero arrojado de su país por el Tercer Reich y ahora ciudadano argentino".

    La mención posterior, menos neutra, hace una descripción del "... éxodo y de las transhumantes actividades de nuestro huésped". El protagonista lo define en otra formulación: "Ah, Schopenhauer, que siempre descreyó de la historia... Pero precisamente la historia, encarnada en un insensato, me arrojó de esa ciudad..."

    La judeidad asoma también en la obra del historiador: "De su labor, sin duda benemérita, sólo he podido examinar una vindicación de la república semítica de Cartago...", y el autor emite otra ironía en forma de opinión: "El servilismo del hebreo y el servilismo del alemán estaban en su voz".

    Zimerman saldrá vencedor de un sutil enfrentamiento intelectual con su competidor gentil. Logra incluso apaciguar al oponente, al disfrazar su propia victoria de derrota: "Es su sangre, Usted es el genuino historiador. Su gente anduvo por los campos de América y libró grandes batallas, mientras la mía, oscura, apenas emergía del ghetto".

    Finalmente, la más pormenorizada de las judeidades borgeanas es la de Jacobo Fischbein, del cuento El indigno. Se nos indica que "solía condenar el sionismo, que haría del judío un hombre común, atado, como todos los otros, a una sola tradición y un solo país, sin las complejidades y discordias que ahora lo enriquecen".

    Lo que constituye una nueva manifestación literaria, fue entendido como una opinión del autor. Así, hay quien justifica esta condena del sionismo "por parte de Borges", sobre todo porque se produce justamente entre sus dos viajes a Israel, y aun se llega a la revelación de raíces filobritánicas que explicarían el "antisionismo de Borges". Nos parece excesivo. Borges no niega el sionismo; crea una idea que pone en boca de Fischbein, según un hábito de invención de doctrinas y de razonamientos parciales, que le es muy propio. La invención de ideas -a menudo llevadas a una lógica tan extrema que linda con el absurdo­ es parte del estilo de Borges, pero todas se presentan con un sentido estético.

    Veamos otras características de Fischbein: es dueño de una librería céntrica de Buenos Aires en la que compila una copiosa antología de la obra de Spinoza; tenía (no para la venta) la Kabbala denudata de Rosenroth. Es un entrerriano, condición que le permite desmitificar a los "gauchos judíos (que) no hubo nunca; éramos comerciantes y chacareros". En su adolescencia comienza a endiosar a orilleros y malevos, a quienes termina por traicionar.

    Relata de sí mismo: "Me he afiliado al partido socialista, soy un buen argentino y un buen judío". Puede entenderse que la afiliación al socialismo es la peculiar forma que adquiere su ser "buen argentino y judío", y no una virtud adicional. Ello parece ser así porque Fischbein en ningún momento ejerce ese ser "buen judío". Además de antisionista, se avergüenza de su pertenencia y esconde su nombre para que no lo desprecien ("sentía el desprecio de la gente y yo me despreciaba también... Me había puesto Santiago para escamotear el Jacobo, pero quedaba el Fischbein", y acaban por decirle "el Rusito"); no es religioso (un viernes a la noche participa, como "campana y como traidor, del asalto a la tejeduría de Weidemann, otro judío con el que no parece identificarse). Incluso en la policía reitera que es un "buen argentino" pero excluye la parte judaica.

    Las contradicciones internas de esta judeidad son un buen broche para mostrar elocuentemente la compleja o inexplicada dimensión del judío, que fascinó a Borges no menos que el judaísmo como civilización, y que se exterioriza vívidamente en su narrativa.

    Mas de todos estos personajes elijo destacar a quien de algún modo personifica lo que con cierto exceso podríamos llamar la filosofía borgeana, que es un intento de refutación del tiempo o del concepto de lo temporal.

    Me refiero al mentado Jaromir Hladík, un judío que a punto de ser fusilado logra detener la bala por tanto tiempo como necesita para corregir mentalmente su obra literaria. El gran argentino también ejerce la refutación del tiempo, aunque de otra manera, que consiste en haber logrado que con los años su obra sea cada vez más leída y valorada.



    Borges judío
    Por Moshé Korin

    Borges llegó a afirmar, parafraseando a Paul Valéry (1871-1945), que la Historia de la literatura podría escribirse sin mencionar a un solo autor; debería ser la Historia del Espíritu como productor y consumidor de literatura. Lo creado disuelve al creador; el gran Libro trasciende a los hombres. La escritura literaria es, ante todo, Escritura; la creación es un hecho sagrado: acontece en una dimensión temporal que no es la de los hechos sociales. La inteligibilidad que tiene Borges de la literatura no puede ser más hebrea.

    Las conexiones de Borges con el judaísmo son numerosas y complejas. La presencia de motivos judíos o hebreos en los textos de Borges, tanto en lo referente a su contenido como en lo que respecta a la estructura, es bien conocida por sus lectores. No sucede lo mismo en cuanto a sus vinculaciones personales y profesionales con instituciones de la comunidad judía e incluso con el Gobierno de Israel, de quien fuera invitado en 1969:

    Pasé diez días muy emocionantes en Tel Aviv y Jerusalem... Volví con la convicción de haber estado en la más antigua y en la más joven de las naciones, de haber venido de una tierra viva, alerta, a un rincón medio dormido del mundo.

    Durante la Guerra de los Seis Días, Borges tomó partido por Israel, sin duda porque lo fascinaba el carácter casi fabuloso y épico de la empresa guerrera que había encarado la joven nación: ante los bríos de esa tierra que germinaba en proyectos, se entiende que la suya propia se le apareciese como un rincón adormecido.

    El entusiasmo de Borges por la Israel guerrera lo llevó a escribir dos poemas, uno al calor de la batalla:

    ¿Quién me dirá si estás en el perdido
    Laberinto de ríos seculares
    De mi sangre, Israel?
    ...
    Salve, Israel, que guardas la muralla
    De Dios, en la pasión de tu batalla.

    (A Israel, 1967)

    Escribe otro, una semana más tarde, coronando la victoria israelí:

    Un hombre condenado a ser el escarnio,
    la abominación, el judío,
    un hombre lapidado, incendiado
    y ahogado en cámaras letales,
    un hombre que se obstina en ser inmortal
    y que ahora ha vuelto a su batalla,
    a la violenta luz de la victoria,
    hermoso como un león al mediodía.

    (Israel, 1967)

    Y en 1969, año en que visita Israel invitado y homenajeado por el gobierno, nos regala aquellos versos que no pueden ser más justos, con la pasión contenida tan propia del rigor borgeano:

    Serás un israelí, serás un soldado,
    Edificarás la patria con ciénagas;
    la levantarás con desiertos./
    Trabajará contigo tu hermano,
    cuya cara no has visto nunca./
    Una sola cosa te prometemos:
    tu puesto en la batalla.

    (Israel, 1969)

    Borges cultivó grandes amistades con judíos. Su relación con Bernardo Ezequiel Koremblit hizo que acostumbrara trabajar durante casi dos años en la sede de la Sociedad Hebraica Argentina. Había culminado su ciclo como director de la Biblioteca Nacional, y el despacho de Koremblit lo aislaba convenientemente de los importunos, de los ruidos y del trajín que a menudo perturban el trabajo. Llegaba cerca de las tres de la tarde, a diario, para dictar, escuchar lecturas, preparar conferencias, artículos, libros, y se marchaba alrededor de las seis y media. Es conocida la implacable rutina de Borges en sus tareas.

    En una ocasión en que el escritor no pudo asistir a una reunión a la que lo había invitado el Instituto de Intercambio Cultural y Científico Argentino Israelí, envió estas líneas afectuosas:

    Queridos amigos:
    No me perdono mi inevitable ausencia. Quiero repetir que de algún modo estoy con ustedes, íntimamente, esencialmente. Sólo nos alejan las circunstancias, que son, según se sabe, ficciones.
    Un perdurable abrazo.
    Jorge Luis Borges.

    Las circunstancias a que se refiere Borges en estas líneas son las de un inevitable viaje. Sin embargo, hay otra lectura posible: que la ficción a que alude sea su realidad no judía, una mera circunstancia actual que él se va a encargar de refutar a lo largo de su vida y de su obra. Durante mucho tiempo, Borges indagó en su genealogía la presencia de algún antepasado judío. Estaba convencido de que a través de la línea materna, la de los Acevedo, su sangre se encontraba con un pasado sefardita. Se amparaba en una referencia de Ramos Mejía, quien en Rosas y su tiempo demuestra que todos, o casi todos los apellidos principales de la ciudad, por aquel entonces, procedían de cepa hebreo-portuguesa, y enumera entre ellos el de los Acevedo.

    Si la línea materna lo filiaba al judaísmo, tal como corresponde a la tradición, por el lado de la sangre, la línea paterna lo filiaba por el lado de la letra:

    Yo llegué muy pronto a venerar a la cultura hebrea porque una de mis abuelas era inglesa y sabía la Biblia de memoria. Alguien citaba una sentencia bíblica y ella daba inmediatamente el capítulo y el versículo... la Biblia entró en mí muy tempranamente.

    Borges nunca dejó de subrayar la deuda que la literatura occidental tiene con la cultura hebrea. Reconocer esa deuda en su propia literatura, lejos de pesarle lo enorgullecía. Según José Luis Najenson, Borges no era judío ni cabalista, pero envidió ambas pesadas cargas con afán. La mística judía ejerció en él fascinación; estudió con detenimiento a Guérshom Schólem, a quien llamó maestro, y se jactaba de haber sido "el primero y muy imperfecto traductor de la obra de Martín Búber". Es conocida la relación de profundo respeto y admiración que Borges tenía con Rafael Cansinos Assens (escribió el libro "El candelabro de los siete brazos"), a quien consideraba otro de sus maestros.

    La escritura: cifra del mundo

    La Cábala constituye uno de los motivos centrales en la identificación de Borges con el judaísmo. Como si fuera el Aleph de la propia obra del escritor, este motivo irradia y justifica los otros, entre ellos, su admiración ante el culto hebreo por el Libro. Leer un libro, hablar de un libro, recordar un libro, era para él una experiencia fabulosa:

    En un libro sagrado son sagradas no sólo sus palabras sino las letras con las que fueron escritas. Ese concepto lo aplicaron los cabalistas al estudio de la Escritura... El Espíritu Santo condescendió a la literatura y escribió un libro. En ese libro, nada puede ser casual. En toda escritura humana hay algo casual... El curioso modus operandi de los cabalistas está basado en una premisa lógica: la idea de que la Escritura es un texto absoluto, y en un texto absoluto nada puede ser obra del azar.

    (Conferencia sobre la Cábala)

    Borges, como los cabalistas, consagró su obra a la tarea infinita de develar el secreto cósmico de la Creación. Pero justamente el carácter imposible de esa empresa era lo que lo fascinaba: sostenía que los cabalistas no habían escrito para facilitar la verdad, sino para insinuarla y estimular su búsqueda.

    La Escritura como cifra del mundo y la lectura como desciframiento, son los ejes de la obra de Borges. Esos motivos reaparecen en dos dimensiones a lo largo de su literatura. Por un lado, se podría decir que la fundan, por cuanto en ellos el escritor – como los cabalistas, otros escribas- encuentra la justificación de su oficio; por otro, constituyen las temáticas predilectas con las que Borges imagina sus argumentos literarios.

    En La Biblioteca de Babel, encontramos un número infinito de libros con el mismo formato: cada libro consta del mismo número de páginas, cada página del mismo número de líneas y cada línea del mismo número de caracteres. El significado de cada una de esas obras es impenetrable; la lengua, desconocida.

    El motivo reaparece en El milagro secreto. Jaromir Hládik, erudito de Praga, sueña con la Biblioteca del Clementinum. "¿Qué busca?", le preguntan. "Busco a Dios... Dios está en una de las letras de una de las páginas de uno de los cuatrocientos mil tomos del Clementinum".

    El tema retorna otra vez en "La muerte y la brújula". Estamos ante el único relato de la literatura mundial basado en los datos de la Cábala. Tres asesinatos han sido cometidos. En cada ocasión aparece en el lugar del crimen una hoja de papel con la sentencia: la primera, luego la segunda, después la tercera "letra del Nombre ha sido articulada".

    El detective Lönrot, instruido en la literatura cabalística, intenta penetrar el misterio. Descubre que los lugares donde fueron cometidos los crímenes forman los tres vértices de un triángulo equilátero. Infiere que el cuarto crimen ha de corresponder a la cuarta letra del Nombre, y que tendrá lugar en el cuarto punto del rombo virtual reconstituido. La deducción es perfecta, pero Lönrot queda atrapado en el borde imposible de su razonamiento: es él, en efecto, quien será asesinado.

    Finalmente, en El Gólem, uno de los poemas más clásicos de la lírica de Borges, el motivo de la creación asociado al carácter simbólico de la escritura confluye en otro de sus tópicos predilectos, la figura del regressus ad infinitum: el hombre que sueña y comprende con estupor que es a su vez el sueño de otro (un dios); el jugador de ajedrez que es a su vez la pieza de un juego Divino; la apertura en abismo que no tiene fin, como una galería muda de espejos que se miran mirarse ... Borges elucubró así la imagen inútil, inmóvil, incorruptible, secreta... de la eternidad.

    El poema nos sitúa ante Judá León, el rabí de Praga, quien se pregunta – para suscitar a su vez la pregunta de Borges sobre su propia pregunta- al contemplar con estupor la criatura que acaba de crear:

    ¿Por qué di en agregar a la infinita
    Serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
    Madeja que en lo eterno se devana
    Di otra causa, otro efecto y otra cuita?

    En la hora de angustia y de luz vaga,
    En su Golem los ojos detenía.
    ¿Quién nos dirá las cosas que sentía
    Dios, al mirar a su rabino en Praga?

    Borges conjeturó una y otra vez que en su pasado había ancestros judíos. Esto puede entenderse como una rigurosa búsqueda histórica, pero cabe también que estemos ante otra conjetura borgeana. La primera hipótesis no tiene más valor que el dato documental, lo que el mismo Borges alguna vez denominó "la policía de los pequeños detalles". La segunda, en cambio, ostenta seducción literaria: ¿por qué la literatura de Borges necesitó postular que corría sangre judía en las venas de su autor? No es seguro que tales raíces hubiesen dado inexorablemente esos frutos; lo que sí es seguro es que dichos frutos necesitaron arraigar en ese suelo para madurar.

    domingo, 1 de abril de 2007

    La judería cordobesa




    EL EDIFICIO DEL SIGLO XIV, UBICADO EN EL CORAZON DE LA JUDERIA, ABRE SUS PUERTAS LA SEMANA QUE VIENE
    La Casa de Sefarad rescata el "olvidado" legado judío cordobés
    Este centro privado oferta una exposición y actos culturales. Más de un millón de euros ha cubierto la reforma de las seis dependencias.

    La Casa de Sefarad surge como una iniciativa privada de carácter museístico-cultural que rescata el legado de la tradición de los judíos que fueron expulsados de España el 31 de marzo de 1492. Justo 514 años más tarde, el recinto ultima su puesta a punto para abrir sus puertas la semana que viene y recibir a turistas y cordobeses curiosos.

    Se trata de "un pago a la deuda histórica" ante un pasado que "se ha olvidado en Córdoba" a pesar de "haber sido la capital de Sefarad", poseer "la judería mejor conservada de Europa" y "el mayor porcentaje de poetas, filósofos y escritores judíos", comentó ayer el bibliotecario de la casa y el investigador de música sefardí, Sebastián de la Obra, durante el acto de presentación.

    Por su parte, la directora de la casa, Rosana de Aza, señaló que este proyecto "revalora" el casco antiguo con un "rigor histórico y estético" porque en su tienda museo "no hay ningún elemento que distorsione la huella de la ciudad" como los souvenirs del entorno de la Mezquita que "banalizan" la verdadera seña de identidad de los judíos sefardíes.

    EDIFICIO DEL SIGLO XIV La Casa de Sefarad se encuentra ubicada en el corazón de la judería de Córdoba y data del siglo XIV.

    Antigua casa de vecinos en el siglo XIX, se ha beneficiado de una reforma de más de 1 millón de euros, que ha remozado la totalidad de la casa, "muy deteriorada", y ha dispuesto su interior como exposición permanente, apuntó la directora.

    Su planta se distribuye en un patio y cinco habitaciones.

    La más antigua, junto con el patio, es la denominada Sala de la vida doméstica , que alberga objetos de tradición artesanal.

    La Sala de las mujeres de Al - Andalus compila retratos de poetas, pensadoras y cantoras judías, musulmanas y cristianas, pintados por el joven artista cordobés José Luis Muñoz.

    Junto a ésta, en la Sala de los ciclos Festivos se muestra un recorrido por las celebraciones hebreas, desde el Shabat y el Rosh Hasaná (año nuevo) hasta el Pesah (conmemora el éxodo del pueblo hebreo desde Egipto), mientras que la Sala de la Judería de Córdoba disecciona las costumbres sefardíes en torno a la Sinagoga.

    Tampoco falta un espacio dedicado a los instrumentos que, fabricados en el siglo XVII, están recogidos en La Sala de la Música .

    El eje central de la casa es el patio. La dependencia, que cumplirá la función de salón de actos, conserva las arcadas, las columnas, con capiteles de la etapa fernandina, y el brocal originarios.

    OFERTA CULTURAL La Casa de Sefarad se gesta también como un centro de documentación. Un archivo bibliográfico en torno a la religión, la política, el fenómeno de la diáspora y la cultura de Sefarad (la España de los judíos), Al - Andalus y el resto de las regiones judías del Mediterráneo.

    Asimismo, investigadores y usuarios podrán hacer uso de los fondos de la fonoteca, que guarda grabaciones de música sefardí.

    Este edificio programará actividades culturales públicas entre las que se encuentran seminarios, y debates; representaciones teatrales, cuentacuentos y recitales; conciertos; cursos y jornadas de gastronomía y talleres monográficos sobre la historia y la cultura sefardí.

    La Casa de Sefarad, Casa de la Memoria, alberga en sus dependencias "una colección única" de objetos heredados y adquiridos de múltiples ciudades del Mediterráneo como Salónica, Alejandría, Esmirna, Estambul, Argel, Tánger, Tetuán y Fez, informó la directora del edificio Rosana de Aza. Entre ellos, destacan las lámparas de Hanuká, un tocado de bodas, ropas elaboradas con hilo de oro y un mohel , el pequeño instrumento de metal utilizado para la circuncisión masculina. En la cocina, se pueden encontrar cerámicas y utensilios domésticos, así como una inscripción del año 1.100 que revela diversos consejos culinarios y la afición de Maimónides al vino. En la Sala de la Música lo más llamativo son instrumentos fabricados en piel de cordero y madera y entre los que se exhibe una curiosa trompeta "anunciadora" de tres cuerpos y más de un metro y medio de longitud.
    El precio de la entrada al itinerario museográfico es de 4 euros y de 3 euros para jubilados, estudiantes y grupos escolares.
    A pesar de vivir relativamente cerca de Córdoba no conocí esta ciudad hasta el pasado verano. Me gusto mucho, a pesar del calor agobiante, sobre todo la judería donde destaca la Casa de Sefarad. En ella, con la ayuda de Jaime (gracias paisano), te transportas a la vida de los judíos españoles, a sus costumbres y sufrimientos para continuar viviendo como judíos en un mundo que los perseguía.

    La judería de Córdoba

    Los judíos cordobeses estaban establecidos en la ciudad desde tiempos muy remotos. Hubo hebreos en la Córdoba romana y en la ciudad visigoda. Y en los siglos IX y X, en pleno auge del Califato, fue la metrópoli más próspera de Al Andalus, gracias en gran parte a la presencia del gran ministro judio Hasdai Ibn Shaprut, en la corte de Abd al-Rahman III. La influencia judia en la ciudad experimentó un cierto decaimiento con el fin del poderio califal, pero volvió a recuperarse cuando, conquistada por Fernando III, se promulgó un fuero de Córdoba que daba el mismo trato a cristianos, musulmanes y judios. Este rey dio permiso para la construcción de una sinagoga más y los judios lo aprovecharon, a pesar de la oposición del cabildo catedralicio, que llegó incluso a apelar a Roma para que la obra fuera interrumpida.
    Si la historia de los judios cordobeses durante la dominación musulmana es la historia misma del Califato, la historia y las vicisitudes judias desde la Reconquista cristiana corren parejas con la aventura de su sinagoga. Porque estaoposición del cabildo a su construcción se basaba en la excesiva altura que los judios pretendían dar a la sinagoga, lo cual ocasionaria Agrave escándalo de los fieles cristianos@, al decir del arzobispo. Esto daba cuenta, en el fondo, de la real importancia de la comunidad judía cordobesa, a despecho de los deseos de la Iglesia. Efectivamente, si contemplamos sobre un plano las dimensiones de la aljama, veremos que ocupaba un lugar no sólo muy grande, sino realmente importante. Comenzaba el barrio -y comienza hoy- en la puerta de Almodóvar, que fue conocida en los siglos IX y X como Bab al-Yahud -puerta de los Judíos-, porque daba paso directo a la aljama. La calle de Fernández Ruano, que comienza en la misma puerta, era el mercado judío y el 1ugar de máximo tráfico comercial del barrio, junto con las calles adyacentes llamadas de la Ropería, Curtiduría, Alcaicería y Platerías.
    A partir de aquí la juderia cordobesa se expande hacia el sur, alcanzando su límite meridional en la Mezquita y en el antiguo alcázar de los Califas, convertido en sede episcopal. Por el lado este sobrepasaba probablemente la actual calle de Rey Heredia, mientras que por el oeste la aljama quedaba limitada por la muralla de la ciudad. Recorrer el barrio judío de Córdoba sobrepasa cualquier recuerdo, precisamente por la vida que respira por encima del tiempo. Calles y patios han desafiado con éxito a la historia y la han vencido, porque siguen transpirando una vida inmediata matizada de todo el ambiente que ha quedado fijado a través de los siglos. Confieso que es inútil intentar una descripción de la juderia cordobesa. Hay que respirarla, oírla y verla. Porque, con todo lo que significan, importan posiblemente menos sus monumentos que la presencia misma del barrio entero.
    De todos modos, hay un par de enclaves en los que debemos detenernos desde el punto de vista de nuestro itinerario hebreo. El Primero de ellos es la plazuela de Maimónides, donde podremos contemplar, además de una bella escultura del gran filósofo judío cordobés, levantada en 1964, una casa restaurada con extraño gusto que lleva su nombre: la Casa de Maimónides la llaman. Si vivió allí el sabio no podemos saberlo con certeza, ni siquiera con una cierta aproximación. Pero se trata de una casa judía muy bien restaurada y eso ya merece nuestra atención. En cualquier caso, no deja de constituir un homenaje, siempre digno de alabanza, a este gran hombre de la cultura española y universal, que abandonó Córdoba cuando la invasión almohade obligaba a la conversión islámica de todos los hebreos de AlAndalus. Parece ser que también allí -en esa misma casa o en sus proximidades- estaba la sinagoga objeto del pleito entre el rey y el cabildo, de la que hemos hablado anteriormente.
    Otra curiosidad -un poco difícil de ver, porque se encuentra dentro de una casa particular- son los baños árabes de esa misma juderia, empleados como tales por los judíos después de la conquista cristiana. Están situados entre la calle de Céspedes y la de las Comedias y tienen entrada -aunque sea difícil su acceso- por cualquiera de las dos.
    Pero sobre todos los demás recuerdos judíos sobresale el de la sinagoga.
    Se trata, posiblemente, de la más pura entre las que podemos encontrar en toda España, porque jamás llegó a verse afectada por las adaptaciones. Se construyó hacia 1315, siendo ya la ciudad cristiana desde sesenta y cinco años antes. Su constructor debió de ser Ishaq Mohab ben Efraín. Con motivo de la expulsión, la convirtieron primero en iglesia cristiana bajo la advocación de san Crispín y, poco después, en hospital para víctimas de la hidrofobia, bajo el patronazgo de santa Quiteria.
    Posteriormente fue cofradía de zapateros y en el siglo XVIII se le cambió el artesonado primitivo por una bóveda de cañón, porque el techo amenazaba un inmediato desplome y nadie pensaba entonces en la posibilidad de que se restaurase de manera conveniente. En 1884 se descubrieron importantes yeserías en las paredes y volvió a centrarse la atención en el edificio abandonado. Un año después fue calificado de Monumento Nacional y se inició la época de su restauración.
    La sinagoga no tiene acceso directo desde la calle. Una puertecilla sin importancia da a un patio desde el cual se accede a ella. La puerta no se abre -tal como es costumbre en otras sinagogas- frente al tabernáculo. Al entrar nos encontramos con una primera impresión negativa: la ausencia de yesería hasta cerca de dos metros del suelo; la restauración prefirió no suplir su falta antes que hacer una obra falsa. Sin embargo, a partir de esos dos metros puede ya adivinarse el aspecto casi deslumbrante que debió de tener cuando se construyó. Hay fragmentos de inscripciones por todas partes, muchas de ellas pintadas en rojo sobre fondo azul. Y sobre la puerta se conserva la galeria de las mujeres -ausente en las sinagogas toledanas después de sus adaptaciones-, no muy amplia, pero suficientemente cómoda, con tres balconcillos que dan sobre la sala casi cuadrada -6,95 x 6,37-, donde se encuentra el nicho litúrgico en el muro correspondiente al lado este.
    La decoración es muy abundante en la parte que queda todavia completa. Se compone de atauriques formando estrellas de 4, 6 y 8 puntas, mezclados con abundantes motivos vegetales de perfecta estilización morisca. Las inscripciones son numerosas y, aparte aquellas que hablan de la fundación de la sinagoga, corresponden en su mayor parte a fragmentos del Salterio.
    El recinto está hoy incompleto, porque la sinagoga tenia una serie de dependencias que correspondian a servicios y, sobre todo, a la escuela talmúdica. No hace mucho tiempo se descubrieron, en la casa adosada a la sinagoga, algunas arquerías y restos de un antiguo edificio que casi con seguridad correspondían a estas instalaciones desaparecidas.
    Probablemente lo mejor conservado de la sinagoga es el arco lobulado del lado oeste, apoyado en ménsulas con mocárabes y con un excelente paño de yesería formando figuras romboidales.
    Caminos de Sefarad. Guía judía de España. Juan G. Atienza. Ediciones Robinbook. Barcelona 1994.