lunes, 9 de abril de 2007

El enemigo asimétrico

La preocupación por el enfrentamiento con un enemigo diferente ha estado presente en nuestro Cuerpo Doctrinal desde la publicación de aquella entrañable “Doctrina Provisional para el Empleo Táctico de las Armas y los Servicios” (1956), en la que se dedicaba un apartado a la "guerra de guerrillas" dentro del capítulo de los "casos particulares del combate". Posteriormente, la “Doctrina para el Empleo Táctico y Logístico de las Armas y los Servicios” (1976), dedicaba un capítulo a "la acción subversiva" lo que se amplió en la versión de 1980 con otro dedicado a "la lucha de guerrillas y contraguerrillas".

La Segunda Guerra del Golfo (1990-1991), puso de manifiesto dos hechos fundamentales: la enorme supremacía militar de Occidente, en especial, de los Estados Unidos y la superación del modelo de Fuerzas Armadas masivas basadas en la conscripción de ciudadanos para la formación de las mismas.

Estos hechos fueron recogidos en la nueva orientación dada a la “Doctrina para el Empleo de las Fuerzas Terrestres”, pero se dejó de considerar, de acuerdo con las tendencias del momento, ese enemigo "distinto", quizá llevados por el convencimiento de que la disolución del bloque soviético implicaba su vez la desaparición de las formas de combate y enemigos, potenciados fundamentalmente por aquél.

Sin embargo, la realidad se ha impuesto de una forma mucho más peligrosa que la considerada en los momentos más graves de la guerra fría. Así, a partir de la referida Segunda Guerra del Golfo, los posibles rivales de occidente comprendieron que el enfrentamiento bélico siguiendo el modelo tradicional era, para ellos, inviable. A esta conclusión se llega por cuanto es prácticamente imposible, para unos contendientes que no posean unos niveles económicos y tecnológicos comparables a los de aquéllos, alcanzar las cotas necesarias para dotar a sus fuerzas armadas de recursos humanos altamente capacitados, así como fabricar y mantener complejos sistemas de armas, de telecomunicaciones y de inteligencia.

Sin embargo, las diferencias cualitativas y cuantitativas entre los enemigos enfrentados no es un problema nuevo, ya que como dice en nuestra doctrina, "siempre ha existido desproporción entre los contendientes", pero lo que nos diferenciaba del modelo actual era que, "el modelo tradicional de guerra, […] se desarrolla dentro de unas leyes y usos definidos y es llevada a cabo por ejércitos regulares o fuerzas irregulares con estructura militar, controlados y apoyados por un poder o un movimiento político, normalmente de carácter nacional". No obstante, las circunstancias más arriba apuntadas han hecho que algunos adversarios hayan abandonado el esquema tradicional de hacer la guerra y están recurriendo a un tipo de enfrentamiento en el que se utilizan procedimientos no sometidos a ninguna regla, buscando "desgastar, debilitar y obtener ventajas actuando de forma no convencional mediante éxitos puntuales de gran trascendencia en la opinión pública, agotamiento de su adversario por prolongación del conflicto, recurso a métodos alejados de las leyes y usos de la guerra o empleo de armas de destrucción masiva".

Esta forma de concebir y conducir la guerra recoge muchas aportaciones del concepto estratégico de Mao Tse-tung, en particular los de "Guerra Prolongada" y "Guerra Justa". Mediante el primero se emplea el tiempo como arma para desgastar a un enemigo demasiado poderoso y a través del segundo se trata de llevar a las fuerzas armadas enemigas y a su población al convencimiento de que están combatiendo en una guerra "injusta".


Estas aportaciones han marcado un giro estratégico fundamental, ya que, sin abandonar el control de la población propia, se pretende influir notablemente en la potencialmente enemiga, a través de los medios de comunicación social, organizaciones pacifistas, organismos internacionales, países afines, etc.

En este contexto la […] ha recuperado ese enemigo "diferente" al que ha denominado “Asimétrico”, y al conflicto que se desarrolla al hacerle frente “Conflicto Armado Asimétrico”, definiéndolo "como aquel que se produce entre varios contendientes de capacidades militares normalmente distintas y con diferencias sustanciales en su modelo estratégico". En consecuencia, "el Enemigo Asimétrico (EASI) es aquel que emplea métodos, tecnologías, valores, organizaciones y perspectivas de tiempo significativamente diferentes a las de nuestras Fuerzas Armadas con la intención de maximizar sus ventajas, explotar nuestras debilidades, lograr la iniciativa o ganar la mayor libertad de acción". Asimismo, nos orienta sobre los métodos que emplean o pueden emplear como son, entre otros: "la guerra de guerrillas, la subversión, el terrorismo, la movilización de las masas civiles, la intimidación y la manipulación de la información".

Analizados, siquiera sea brevemente, estos planteamientos doctrinales, en las siguientes páginas vamos a tratar de plasmar en el complejo mundo actual quienes pueden ser, dónde pueden estar y cómo pueden actuar esos enemigos calificados como “asimétricos”.

POSIBLES TIPOS DE ENEMIGO ASIMÉTRICO

Recurriendo de nuevo a nuestro principal texto doctrinal, recordemos que este establece algunos de los tipos de actores que podrían presentarse, como son: "organizaciones subversivas; entidades dotadas de armas de destrucción masiva; grupos terroristas internacionales; organizaciones criminales, traficantes de droga, mafias, redes de blanqueo de dinero, etc.; piratas informáticos; y grupos de mercenarios, paramilitares etc.". Como podemos comprobar, algunos de ellos ya hicieron su aparición en el panorama internacional hace años, sin embargo, la mayor parte responden a la nueva situación creada en los últimos tiempos.

Es un hecho que, en el momento actual, existen zonas y organizaciones concretas que se identifican con el modelo que estamos describiendo, si bien distinguiéndose entre ellas por acentuar de forma notable el motivo o la causa que les impulsa y por la diferente dificultad en la identificación precisa de sus miembros, territorios y sedes.

Basándonos en la diferente acentuación de la causa que les impulsa, en la mayor o menor dificultad para combatirlos, así como la mayor o menor posibilidad de identificación de sus miembros, territorios y sedes, hemos establecido cuatro tipos de enemigos posibles a los que denominamos: EASI 1, EASI 2, EASI 3 y EASI 4.

En cualquier caso, esta clasificación, como cualquier otra que se establezcan, no responde a un esquema estrictamente teórico, distinguiéndose cada uno de ellos por el aspecto más representativo de las organizaciones que los define, pero en la realidad nunca se presentarán en estado nítidamente puro, sino mezclados, siquiera sea en grado menor, con alguno o todos, de los aspectos diferenciadores de los otros grupos.

ENEMIGO TIPO EASI 1: de máxima dificultad en la identificación de sus miembros, territorios y sedes.

En el momento actual es el que más protagonismo está teniendo en el panorama internacional y se caracteriza por "la intransigencia religiosa" de determinados credos, con tendencias que van más allá de lo espiritual, para abarcar otros campos como el económico, político, etc., lo que constituye parte consustancial de la amenaza, manifestándose a través de diferentes formas de fanatismo. A manera de modelo, podemos tomar como referentes los actuales conflictos de Oriente Próximo y Medio.

Pero, con carácter general, podríamos decir que sus bases se hallan situadas en Estados en crisis, aun cuando pueden recibir ayuda o respaldo secreto de gobiernos que sintonizan con sus fines. Los objetivos a alcanzar no se circunscriben al área local, sino que poseen un alcance ilimitado, si bien podemos identificar como elementos básicos: el antioccidentalismo, la eliminación del estado de Israel, el establecimiento de Estados islámicos y la expansión islámica.

Presenta a Occidente como la fuente de todos los males del mundo islámico. La colonización de la práctica totalidad de los países musulmanes por una u otra potencia occidental se plantea como un intento por parte de estas para neutralizar o destruir su cultura y su sistema de vida; por ello, tratan de borrar todo vestigio de la época colonial.

La creación del estado de Israel ha sido la causa de un conflicto que dura ya más de medio siglo y al que, por el momento, no se ve solución inmediata. El establecimiento del estado israelí es considerado como el paradigma de la intromisión occidental en el mundo musulmán. El apoyo proporcionado por las potencias occidentales a la creación del estado judío, la humillación sufrida por los países musulmanes en las reiteradas derrotas frente a Israel, así como la protección y apoyo sistemático de determinadas potencias a la política israelí, hacen que el problema palestino-israelí esté en la base de los argumentos violentos de todas las tendencias.

El rechazo al modelo de gobierno occidental, por otra parte fracasado en la mayor parte del mundo musulmán, lleva a este tipo de amenaza a propugnar un modelo de Estado en el que la Sharía sea el referente obligado.

Finalmente, hay en este tipo de enemigo un deseo de revancha, un afán de volver al pasado, de rehacer la historia, de recuperar el esplendor perdido incluso "reconquistar" territorios que, en otras épocas, estuvieron bajo su férula.

Según Anthoni Giddens (La Vanguardia, 27/12/04), este tipo de enemigo es heredero directo de la época global, entendida como la creciente interdependencia de la sociedad mundial, basada en el avance de las comunicaciones electrónicas instantáneas y en la circulación de bienes, servicios y personas. Poseen redes flexibles, poco trabadas, inspiradas por una misión que cohesiona las actividades de grupos y células muy distintos en todo el mundo y que tienden a proceder de manera semiautónoma.

Existen varios factores que distinguen a este enemigo, como son: objetivos difusos, lo que implica la gran dificultad en establecer una vía de negociación o acuerdo con el; la capacidad organizativa, producto de los actuales sistemas de comunicación; crueldad implacable; y empleo de cualquier tipo de armamento a que pueda tener acceso; para lograr estos objetivos, el enemigo tipo EASI 1 se vale, fundamentalmente, de los "Atentados" y del "Control de recursos".

Los primeros constituyen ataques complejos y coordinados dirigidos contra objetivos con una gran repercusión en los medios de comunicación social, con la finalidad de minar la fortaleza de la opinión pública enemiga; cuestionar la legitimidad de las instituciones, o enfrentar a distintos sectores de la sociedad. También pueden ser ejecutados sin gran planificación, buscando simplemente un hostigamiento que mine la moral de las fuerzas e incremente la sensación de inseguridad entre la población.

En función de la finalidad a alcanzar, los procedimientos empleados pueden ser: conductores suicidas, vehículos o personas "bomba", emboscadas, ataques a convoyes, ataques a instalaciones fijas o ataques contra aeronaves mediante el empleo de misiles portátiles.

Por lo que respecta al "Control de recursos", se pretende provocar una escasez general de artículos de primera necesidad, o bien, de otros considerados estratégicos, con el fin de propagar el descontento tanto en el país donde surge el EASI como en aquel o aquellos contra quienes se dirige la acción.

Para alcanzar estos objetivos, los procedimientos más generalmente utilizados van dirigidos a la distribución de los recursos, como son: acciones de sabotaje en las infraestructuras de reparto; secuestros de los convoyes que la realizan, o actividades de chantaje y coacción mediante las cuales controlen los principales centros de entrega, cortarlos en el momento que estimen oportuno, o bien dirigiendo su distribución sólo a determinados sectores de la población.

ENEMIGO TIPO EASI 2: con territorio definido, pero sin sede y cierta dificultad por identificar a sus miembros.

La finalización de la "Guerra Fría" tras la caída del Muro de Berlín y la desaparición del bloque soviético, dejó huérfanos de financiación y apoyo logístico a una serie de grupos guerrilleros de carácter marxista que operaban en el ámbito del Tercer Mundo; la necesidad de buscar nuevas fuentes de recursos económicos para la continuación de sus actividades, llevó a muchas de estas organizaciones a introducirse en el campo de actividades tales como el tráfico de drogas, armas o personas, llegando muchas de ellas, con el tiempo, a hacer de estas su razón principal de existencia.

Aun cuando la experiencia cotidiana haya ido limando sus primitivos ideales, ya sea de forma sincera o como mera táctica justificativa ante sí mismos y ante la opinión pública a la que pretenden redimir, lo cierto es que, en la mayoría de los casos, han conservado un fuerte componente ideológico de carácter marxista basado en el reparto de la tierra o en políticas de justicia social. En esta situación se encuentra la mayor parte de las naciones que mantienen su actividad guerrillera en Sudamérica, Lejano Oriente y África.

Basadas en un tipo de actividades similares a las anteriores, pero originadas directamente para la explotación de las mismas y por lo tanto sin el componente "ideológico" de aquellas, existen otras organizaciones, conocidas como "mafias". Estas mantienen un ámbito de actuación que puede rebasar los límites de una sola nación, estableciendo fuertes relaciones de clientelismo con la población de la zona en la que operan, como medio de control de la misma. Con frecuencia, son más poderosas que el propio estado que las alberga e incluso pueden llegar a tener un alto grado de penetración en las instrucciones de dicho país.

Aun cuando en el caso del primer grupo existe una finalidad "política", reminiscencia de sus ideales originarios, la práctica nos indica que los objetivos comunes a alcanzar por uno y otro grupo van fundamentalmente dirigidos al "afán de lucro" y al "control del territorio" en el que desarrollan su actividad.

Tanto en uno como en otro caso existe una finalidad común que es el debilitamiento de la Administración Pública, de modo que se mantenga en una situación de inferioridad permanente en la que su propia existencia dependa, de forma más o menos explícita, de los apoyos que la organización criminal les preste.

Las modalidades de actuación de este EASI son: las operaciones de guerrilla que podemos denominar "clásica" y los atentados selectivos. Mediante las primeras se asegura el control del territorio donde se ubican sus bases de operaciones así como plantaciones y redes de distribución. Los segundos van dirigidos a objetivos con gran repercusión en los medios de comunicación social, tales como funcionarios públicos o personal civil en núcleos urbanos, a fin de minar la moral pública, disminuir la legitimidad de las instituciones y lograr un mayor control del territorio.

En cuanto a los procedimientos más utilizados, podemos destacar: los "coche bomba", los atentados indiscriminados contra la población civil; las emboscadas y golpes de mano contra personal e instalaciones militares o de fuerzas de seguridad del estado; y los secuestros como medios de financiación o propagandísticos.

ENEMIGO TIPO EASI 3: sin sede, pero con definición territorial y menor dificultad en la definición de simpatizantes y miembros activos.

En general, el conjunto de los países se ha ido constituyendo, a través de siglos, mediante una lenta fusión de etnias, culturas y lenguas que han dado lugar a una nueva, o bien al predominio de una de ellas, generalmente aceptada por las restantes. No obstante, en ocasiones esta unión no ha sido el resultado de una evolución lenta y pacífica, sino el producto de una imposición, como pudo ser el nacimiento de naciones "artificiales", consecuencia de la Primera Guerra Mundial, como las naciones balcánicas, o resultante de una descolonización precipitada o atendiendo a los intereses de la potencia colonizadora, como pueden ser una gran parte de las naciones africanas.

De estas situaciones anómalas, incluso en el seno de naciones con "poso" de siglos, surgen grupos "étnicos" que reivindican una personalidad independiente del conjunto en el que tradicionalmente han estado inmersos. Cuando este grupo radicaliza el "nosotros" de su raza, cultura o lengua, frente al "ellos", encerrándose en sí mismos, se produce un conflicto violento, enquistado en la sociedad y prolongado en el tiempo.

El continente europeo con naciones formadas desde hace varios siglos, ha dado lugar a grupos de esta tendencia caracterizados por la búsqueda de una "pureza racial", propugnando la fragmentación del estado en el que están inmersos, para constituirse ellos mismos en estado dentro de unos territorios que denominan "históricos".

Oriente medio y África son otros dos escenarios en los que unos países muy jóvenes, en comparación con los europeos, ha absorbido grupos a los que, frecuentemente se niega el reconocimiento de sus peculiaridades étnicas, religiosas o culturales, situándolos en unas condiciones de inferioridad política y social frente al grupo dominante.

El primer objetivo a lograr por este EASI es la "construcción nacional y la liberación posterior", para ello se aprovecha de todos los resortes legales que le proporciona el estado democrático a que pertenece a través de organizaciones políticas, sociales y culturales que potencian, diferencien y separen sus propias señas de identidad de las del estado al que pertenecen.

De forma sucesiva e incluso simultánea, si se dan las condiciones adecuadas, se buscará el "afianzamiento de su identidad" a través de la "limpieza étnica", en un determinado territorio asumido como propia por el grupo mediante una particular visión histórica y cultural. Dicha limpieza étnica se realizará por razón de una serie de actuaciones como: impedir la llegada de emigrantes o de la población expulsada en el pasado; acciones terroristas sobre instituciones y personas contrarias al fenómeno del extremismo identitario; presión social, política, religiosa, cultural, etc., de elementos legales sobre los no partidarios de la separación del "pueblo" oprimido del Estado "opresor".

Asimismo, el EASI 3 tratará de impedir cualquier política de integración aprovechando todas las acciones legales que el sistema permitirá, así como todas aquellas ilegales, terroristas o de crimen organizado que se consideren útiles para el logro de sus fines. En cualquier caso, cuantas acciones se emprendan se presentaran siempre como una legítima defensa del grupo "oprimidos" frente a la actitud intransigente, y incomprensiva y violenta del Estado "agresor". Finalmente, tratará de expandir su territorio de influencia a otras zonas limítrofes donde existan grupos étnicos afines.

Para lograr estos objetivos, el EASI 3 se vale, fundamentalmente de los "atentados selectivos" y de las "acciones de sabotaje".

El grupo que representa a este enemigo asimétrico pone límites al grado de violencia a utilizar, cuidando mucho el no rebasar "el nivel de tolerancia" que la sociedad en la que se desenvuelve es capaz de aceptar. No obstante lo anterior, este límite tiende a rebasarse cuando el conflicto adquiere rasgos comparables a una guerra civil. Instituciones y personas identificadas con el Estado "opresor" y que provoquen un acusado impacto psicológico en éste y en la población "enemiga", serán los objetivos más buscados como víctimas.

Por lo que respecta a las "acciones de sabotaje", estas irán dirigidas a la estructura del estado, con la finalidad de disminuir, en lo posible, la presencia de los órganos de administración dentro de los territorios históricos.

ENEMIGO TIPO EASI 4: con territorio y sede, así como con población fácilmente identificables.

El cuarto y último grupo en que hemos dividido al conjunto de los posibles enemigos asimétricos está integrado por ciertos estados, situados en una posición de marginación internacional y en posesión de "armas de destrucción masiva" (ADM) y de sus vectores de lanzamiento. Identificamos a este tipo de enemigo asimétrico con un Estado porque sólo ellos disponen de los elementos adecuados para desarrollar y proteger ADM.

la estrategia de este tipo de enemigo no consiste, normalmente, en el empleo de estas armas, sino en la amenaza de su utilización como medio de chantaje hacia la comunidad internacional u otros Estados líderes, para obtener ventajas políticas o económicas. Se identifica esta amenaza con Estados en los que imperan regímenes dictatoriales, con dificultades para integrarse en la comunidad internacional, en ocasiones reminiscencias del antiguo bloque soviético.

Normalmente este enemigo asimétrico se siente amenazado por la comunidad internacional, por algún enemigo concreto o, incluso, por su propia inestabilidad interior. En estas circunstancias, busca ante todo su supervivencia, y dado que sus capacidades económicas no le permiten disponer de una fuerza "convencional" suficientemente desarrollada para enfrentarse a sus potenciales enemigos, recurre a las ADM.

La obtención de un status especial, derivado del hecho de la posesión de ADM, normalmente desproporcionado con respecto a su potencial económico, político e incluso militar, así como la posibilidad de obtener apreciables ingresos con la comercialización de las propias armas o de su tecnología, constituían ventajas añadidas a la tenencia y amenaza de empleo de dichas armas.

El EASI 4 se mueve fundamentalmente en el nivel estratégico, tratando de obtener ventajas de una situación de tensión que él mismo provoca. Será excepcional que realmente llegue a desencadenar un conflicto abierto, si bien será normal que provoque incidentes fronterizos, despliegues preventivos, así como la elevación de la tensión de las relaciones internacionales de modo que la opinión pública enemiga tenga la sensación de estar al borde de un conflicto de consecuencias desastrosas y obligue a sus gobernantes a buscar un acuerdo.

La situación interna de los posibles Enemigos Asimétricos tipo 4 tan sólo les permitirá disponer de unas Fuerzas Armadas que, aunque posiblemente numerosas, estarán dotadas de sistemas de armas, equipos y materiales con tecnología de los años 70 u 80 de la pasada centuria, si bien su arsenal de ADM estará dotado de armas químicas, teniendo en cuenta su sencillez de fabricación y sobre todo nucleares, ya que son las que mejor garantizan el efecto disuasorio y el chantaje que pretenden. Difícilmente dispondrán de armas biológicas, dado que el tiempo que requiere en unos conocimientos, inversiones y tecnologías considerables para su desarrollo, resultan imprevisibles en los efectos a lograr.

Un caso particular, pero sumamente peligroso por la indefinición de su territorio y sede, así como por la dificultad de identificar a sus miembros en este tipo de enemigo, lo constituyen las organizaciones nacionales o internacionales que puedan hacerse con un número indeterminado de ADM, aun cuando sean de pequeña potencia. Este caso supone, quizás, el mayor el riesgo al que está sometida actualmente la comunidad internacional, por cuanto podrían caer en manos de grupos de fanáticos incapaces de calibrar las graves consecuencias que su empleo provocaría.

CONCLUSIONES

Tal como apuntábamos en la Introducción, la conciencia de la enorme superioridad occidental va a hacer cada vez más difícil que un país con capacidad militar media o pequeña se enfrente a otro de los que podríamos denominar grandes en un conflicto de tipo convencional. Incluso si se llegara a producir un enfrentamiento "testimonial", como los desarrollados en Afganistán o Irak, serán las operaciones que nuestra doctrina denomina como "secuelas", las verdaderas protagonistas del conflicto, y será en ellas donde haga su aparición el "Enemigo Asimétrico".

La actual situación internacional nos encamina hacia una especie de conflicto global permanente en la modalidad de asimétrico que nos obliga a enfatizar determinados aspectos, como el mantenerse en una situación de disponibilidad permanente a fin de reaccionar con prontitud y eficacia frente a cualquier enemigo y en cualquier escenario; conservar la superioridad humana y tecnológica de forma que permitan un adecuado grado de disuasión frente a los potenciales enemigos asimétricos, y finalmente, es necesario, lograr la adecuada mentalización de la opinión pública, de modo que esté dispuesta a asumir los riesgos que la nueva situación exige.

El enemigo asimétrico al que el mundo occidental se enfrenta en la actualidad es, frecuentemente, un enemigo difuso e intangible; cultural, técnica y religiosamente diferente; paralizado hasta el extremo de sacrificar, sin dudarlo, su vida por la "causa" e insensible al daño que puedan causar sus acciones, incluso entre aquellos a los que dicen defender; indiferente a los sufrimientos que pueda padecer y al tiempo que haya de emplear en lograr sus fines.

Para enfrentarse a este enemigo no basta solamente con una magnífica formación técnica profesional, sino que es necesaria, más que nunca, una sólida formación moral, así como un convencimiento muy firme de la justicia, de los motivos que han llevado a sus gobernantes a implicarse en el conflicto en el que se ve inmerso. Requiere, asimismo, que incluso los más bajos escalones de las fuerzas armadas conozcan la problemática, psicología, cultura, religión, etc., de su potencia contendiente, a fin de actuar de forma irrespetuosa en el escenario y con la población en cuyo seno va a actuar.

La variedad de tipos de enemigo a los que potencialmente puede ser factible enfrentarse, impide definir unos procedimientos "estándar" para resolver las múltiples situaciones posibles, razón por la cual, mandos y tropas han de tener una formación integral cada vez más amplia así como una mente ágil y flexible capaz de adaptarse a enemigos y escenarios cada vez más cambiantes. Superponiéndose a lo anterior, hay algo que será más indispensable, si cabe, que en las operaciones frente a un enemigo convencional: el disponer de un adecuado sistema de inteligencia.

Por lo que respecta al tipo de unidades de combate a emplear, serán las Ligeras o Medias, así como las de Operaciones Especiales y las de helicópteros las más adecuadas para combatirlos. Para ello, las actividades habituales en este tipo de combate serán: infiltración, patrullas, en reconocimientos, emboscadas, combate nocturno y procedimientos de combate no convencionales.

Finalizaremos este trabajo recordando que si Mao Tse-tung afirmaba que las guerrillas que habían de moverse entre la población "como pez en el agua", este aserto no ha perdido vigencia; muy al contrario, la guerrilla masiva y rural ha dado paso, o se ha ampliado, para hacer una pequeña y urbana, ideológica y fanática en muchos casos, que se mueve entre la población con mayor facilidad incluso que la preconizada por el líder chino.

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