viernes, 5 de octubre de 2007

El Eje del Mal IV

El Terror de los Morteros, Cohetes y Misiles, contra la Población Civil Israel,
Parámetro de Triunfo en Guerras Siglo XXI
Daniel Maoz

Primeramente, en 1985, la Guardia Revolucionaria Iraní estableció la unidad de misiles del Hizballah que fue entrenada en el Líbano, en la base militar Jeque Ubeidallah en el valle de Beqaa. Aproximadamente 2000 hombres de la Guardia Revolucionaria iraní estaban en esta base, que sirvió como su cuartel general.
"Segundo, cursos de entrenamiento especiales [para combatientes del Hizbalah] fueron organizados en Irán, y hasta ahora, más de 4,000 [combatientes] del Hizballah los han tomado. Los [cursos] incluyen entrenamiento en guerra de guerrillas, lanzamiento y objetivos misilisticos, [uso de] artillería, manejo de aviones sin piloto, uso de ‘cometas’ [e.d. planeadores], técnicas de guerra naval, manejo de botes de gran velocidad y de armamento convencional.
"Tercero, en los últimos tres años, 50 pilotos han estado entrenados. Cuarto, la Guardia Revolucionaria estableció 20 bases permanentes de proyectiles dentro de la franja a lo largo de la frontera israelí. También equiparon al Hizbullah con bases móviles, camiones medianos que pueden llevar y lanzar misiles. Entre 1992 y el 2005, Hizballah recibió aproximadamente 15.500 misiles y cohetes, 400 piezas de artillería corta - y de medio alcance y cohetes Aresh, Nuri y Hadid. El año pasado, Hizballah recibió primero un embarque de misiles 'Uqab de largo alcance con 333-milímetros de ojivas, y un suministro enorme de misiles antiaéreos de hombro SAM7 así como también proyectiles C802, copiados de proyectiles chinos, dos de los cuales fueron usados anteayer en el ataque al barco israelí. Hizbullah tiene cuatro tipos avanzados de misiles tierra-tierra, cuyo alcance varía de 50 Km. hasta los 250 Km."
(Palabras del Comandante de las Guardias Revolucionarias iraníes, al matutino londinense Al-Sharq Al-Awsat, Londres, 16 de Julio de 2006).
Introducción
Y bien, Israel enfrenta, desde hace ya muchos años, la amenaza del disparo de cohetes o misiles tierra-tierra contra su población civil. El ejemplo mas extraordinario de dicha amenaza ocurrió durante la primera guerra del Golfo Pérsico. En aquella oportunidad, 39 misiles de largo alcance del dictador iraquí, Saddam Hussein, hicieron blanco en las ciudades israelíes. Israel, por su parte, mientras encontraba soluciones a este tipo de cohete avanzado, las cuales posee hoy día, atravesaría un largo camino para encontrar soluciones a primitivos cohetes de Hamás, Hizballah y la Jihad Islámica. En los últimos años, el cohete primitivo es utilizado como un arma de alcance estratégico, hasta tal punto, que puede definir los resultados de una guerra. Y el estado de ánimo de toda una población. El Eje del Mal, descifró, una vez más, cuál es el punto débil de la fortaleza militar israelí. Israel encontrará soluciones militares a la amenaza misilística, pero todavía es temprano para eso. Y mientras tanto?
Desarrollo

El disparo de morteros, cohetes y misiles de diversos alcances contra la población civil israelí representa un nuevo-antiguo modelo de guerra de desgaste contra Israel. En este sentido podemos hablar de un "modelo importado": Hizballah, ya en los años ´80, copió el modelo de disparo de misiles Katiusha contra el norte de Israel de la OLP de Yasser Arafat (1968-1982). Arafat, pionero, comenzaría a utilizar éste método en 1968, contra la norteña y experimentada ciudad israelí de Kiriat Shmona. El Hizballah perfeccionaría este modelo, a tal punto que, ya desde mediados de los ´90, Israel se convertiría en rehén de estos misiles ante cualquier decisión a tomar en el sur del Líbano. Hamás, fiel organización fundamentalista islámica, vería en Hizballah un modelo a emular. Aquí es necesario resaltar una característica central del enemigo que enfrenta Israel: ningún país occidental enfrentó, en su historia, organizaciones terroristas que poseen arsenales de misiles de diversos modelos. Israel, ya en Julio de 1993 y especialmente en Abril de 1996, sufriría el disparo concentrado de misiles de la "resistencia" del Hizballah. Pero el punto crítico se produce, como ustedes saben, durante la reciente guerra en Líbano, entre los meses de Julio-Agosto de 2006. En 33 días de combates, Hizballah lanzó 4216 misiles contra la población civil israelí.
La Teoría de Nassrallah: La Sociedad Israelí es como una Telaraña, más misiles!
Uno de los eventos que, quizás, mas desapercibidos hayan pasado durante la retirada israelí del sur libanés fue el discurso fundamental del líder de Hizballah, Hassan Nassrallah. El 25 de Mayo de 2000, apenas horas después de cumplida la retirada israelí, el carismático líder fundamentalista llegó hasta 5 Km. de la frontera con Israel, a un poblado llamado Bint Jbeil. En la aldea, alrededor de varios cientos de sus seguidores, Nassrallah protagonizó un discurso cuyas oraciones se extenderían a todo el Medio Oriente. "La sociedad sionista es como una telaraña. Parece fuerte y amenazante por fuera, pero si uno se acerca la puede barrer con facilidad. La telaraña es frágil, así es la sociedad sionista". El líder de Hizballah vendría a imponer una nueva teoría en la región, cuyo objetivo sería derribar la imagen percibida en el mundo árabe-islámico acerca de la fortaleza de Israel. Según el, modelo luego copiado por Arafat al decidir lanzar la campaña de terror denominada "intifada" meses mas tarde, el desgaste contra la sociedad israelí trae como fin las retiradas unilaterales, el dolor en la sociedad israelí, el debilitamiento de la sensación en Israel acerca de la necesidad de luchar para asegurar la existencia. Entre otros, el papel de los misiles sería fundamental.
Lluvia de misiles en el norte…y en Tel Aviv?
Desde la retirada unilateral de Israel del sur libanés, Israel acumulaba informaciones acerca de la existencia del arsenal misilistico de Hizballah. Ya en Junio de 2000, ante la Kneset, parlamento israelí, diría el general Amos Malka, director de inteligencia de Tzahal: "Hizballah refuerza su capacidad de cohetes de manera alarmante. En el futuro cubrirán todo el norte del país, Haifa podría ser blanco". Hizballah entendió, junto a los militares iraníes, que se podría amenazar hasta tal punto a Israel a través de los misiles, que esto llevaría a Israel a abstenerse de actuar en Líbano contra Hizballah. Pero Haifa no sería el límite del arsenal iraní en poder de Hizballah. Ya en Febrero de 2002 publicó el comentarista militar mas veterano de Israel, Zeev Schiff, que Hizballah ya poseía misiles de hasta 300 Km., con capacidad destructiva de 500 Kg. El periodista agregaba que Israel estaba muy preocupada por esta nueva realidad de alcances estratégicos, ya que modificaba el balance de fuerzas entre Tzahal y una organización terrorista. Es cierto, misiles de Hizballah no cayeron en Tel Aviv. La razón fue que la fuerza aérea israelí destruyo, apenas comenzada la guerra de 2006, la capacidad misilistica de largo alcance de Hizballah en una operación aérea que duró tan sólo 34 minutos…
El modelo iraní de Hizballah sería exportado a la franja de Gaza. El líder de Hamás, Ahjmed Yassin, dijo en Abril de 2001: "Los misiles de la resistencia serán como un volcán dentro de las poblaciones sionistas. No tendrán como detenerlos. Así triunfaremos". Desde el punto de vista del Hamás, el modelo iraní en Gaza es, aún, mas exitoso: la evacuación de una ciudad israelí como Sderot, 30 mil habitantes, fue casi una realidad meses atrás, cuando el incesante fuego de morteros y cohetes Kassam sobrepasó la capacidad de los habitantes de soportar la alerta constante (y el riesgo de morir en el intento).
Aquí viene a mi memoria una de las máximas de Haled Mashal, veterano líder de Hamás, quien tiene su comandancia de direccionamiento de terror contra Israel en la capital siria, Damasco: "Las imágenes de sionistas evacuando Sderot representan la mejor imagen de la lucha por la liberación que recuerde. Si seguimos este camino, junto a nuestros hermanos en otras regiones (norte?, centro?), pues venceremos".

El Misil como Arma de Desgaste
Algunas características que hacen del uso de misiles, la principal arma existente, hoy, para desgastar y vencer a Israel. Las mismas afectan la seguridad por estas significativas razones:
1- El misil es hoy, la principal arma del eje del mal frente a Israel. Israel no le encontró solución tecnológica a los morteros y cohetes de corto alcance (hasta 40 Km.). La solución tecnológica se alcanzará, luego de invertir cientos de millones de dólares, de aquí al 2012. Hamás dispara a diario cohetes de hasta 10 Km. de alcance contra la población del sur de Israel. Hizballah, por su parte, posee decenas de miles de cohetes de corto alcance, esperando ser usados en momento que llegue la orden de Teherán, de acuerdo a los intereses iraníes.
2- En caso de decidir ocuparse del problema, Israel debería ingresar con fuerzas terrestres a toda zona que amenaza su población civil con el uso de misiles. Esto plantea diversos dilemas para Israel. Las bajas de soldados israelíes pueden ser de gran envergadura.
3- Existe posibilidad que el poder de fuego de los cohetes sea desarrollado en las aldeas y ciudades autónomas palestinas en Judea y Samaria (la margen occidental del rio Jordán). Esto pondrá en peligro a la población israelí del centro del país, como Tel Aviv, Hertzlia, Kfar Saba, Petaj Tikva, Raanana, etc. No olvidar, el espacio aéreo del aeropuerto Ben Gurion puede ser alcanzado por cohetes y misiles que sean desarrollados, en el futuro, en Judea y Samaria. Mientras tanto, todo intento de desarrollo de capacidad misilistica en Judea y Samaria fue abortado por Tzahal y las fuerzas de seguridad.
4- Se trata de armas primitivas. Cuán mas primitivas, más difícil de ser combativas. Aquí reside la superioridad de armas primitivas.
5- La fuerza aérea de Israel, quizás la más poderosa en un radio de 2500 Km. de Tel Aviv, no cuenta con soluciones sencillas a los disparos de cohetes y misiles de corto y medio alcance.
5- Conceptualmente, puede crearse la sensación y, luego, la decisión política en Israel, que la única herramienta para defenderse de morteros, cohetes y misiles de corto y medio alcance lanzados contra la población civil israelí reside en el blindaje de ciudades enteras, protección de cada edificio público, jardín de infantes, estación de ómnibus, etc. Esto genera la concepción que el método de luchar contra ésta problemática es una política defensiva, renunciando, de hecho, al principal componente en la lucha contra el terrorismo: la opción ofensiva.
Resumiendo
El eje del mal rodeó a Israel en el sur (Hamás-Gaza) y en el norte (Hizballah-sur y centro de Líbano) con artillería de morteros (1-5 Km. de alcance), cohetes (5-40 Km.) y misiles (40-350 Km.) de alcance.
En la foto, Lanzadora de 10 misiles de 302 mm de 120 km de alcance del Hizballa, sur del Líbano, 14 de Julio de 2006. La procedencia de los mismos es: Irán. Nótese el camuflaje y su búnker.

Estos actores representan, de hecho, ejércitos paramilitares con potencia de fuego de misiles como pocos ejércitos de América Latina poseen en su arsenal.
Irán, la cabeza de la red del terror contra Israel, desarrolla misiles de largo alcance (1500 Km.) con capacidad de alcanzar territorio israelí (ante esta amenaza, Israel posee un escudo de varias capas de defensa activa, es decir, escudo anti-misil).
La problemática central para Israel, estado democrático, de derecho, quien juega según las reglas de guerra, se concentra en el hecho de que estos artefactos, sus lanzadoras y quien lo dispara abusan de la población civil local para esconder sus pertrechos.
La política defensiva pasiva, es decir, blindaje de edificios, junto a la política de defensa activa, es decir escudo láser contra morteros o cohetes de corto y mediano alcance, deben combinarse con una política ofensiva. Ésta última debe variar el uso de fuego aéreo y terrestre, según las consideraciones del caso. Israel poseerá, de aquí a pocos años, tecnología defensiva y ofensiva que pondrá fin al problema de los misiles disparados contra la población israelí. Cuando esto suceda, Israel podrá neutralizar el principal punto de orgullo resaltado por el eje del mal: la debilidad de la sociedad israelí y su gobierno-ejército por no poder hacer frente a la guerra de desgaste de los misiles.
El camino no es fácil, pero Israel se está acercando. La guerra de Líbano 2006 renovó la concepción israelí en el campo de la seguridad. Desde aquella guerra, Israel tiene dos objetivos generales. Primero, trasladar la guerra a territorio enemigo, premisa básica de la doctrina militar de Israel desde los tiempos del fundador del país, David Ben Gurion. Segundo, ésta última, desprendida de la primera, alejar a la población civil israelí del fuego enemigo (antes tanques y aviones, hoy misiles y morteros).
Algo está cambiando en Israel.

lunes, 1 de octubre de 2007

Evadiendo la victoria

Israel evade la victoria por Daniel Pipes (La Razón29. Marzo 2006)
Original en Inglés:
Israel Shuns Victory
Mientras los israelíes acuden a las urnas, ni uno solo de los principales partidos ofrece la opción de ganar la guerra contra los árabes palestinos. Es una laguna sorprendente y peligrosa.
En primer lugar, algo de contexto. Las guerras se ganan, según muestra el archivo histórico, cuando una parte se siente obligada a abandonar sus objetivos. Esto es meramente lógico, mientras ambas partes esperen lograr sus ambiciones bélicas, la lucha entre sí o continúa o puede reanudarse potencialmente. Por ejemplo, aunque derrotados en la Primera Guerra Mundial, los alemanes no abandonaron su objetivo de dominar Europa y enseguida recurrieron a Hitler. La Guerra de Corea terminó hace más de medio siglo, pero sin que ni Norte ni Sur hayan abandonado sus aspiraciones, lo que significa que la lucha podría caldearse en cualquier momento. De igual manera, a través de las muchas rondas del conflicto árabe israelí (guerras en 1948-49, 1956, 1967, 1973, y 1982) ambas partes mantuvieron sus objetivos.
Estos objetivos son simples, estáticos y dobles. Los árabes luchan por eliminar a Israel; Israel lucha por ganar la aceptación de sus vecinos. Lo primero es ofensivo en intenciones; lo segundo es defensivo. Lo primero es bárbaro, y lo segundo civilizado. Durante casi sesenta años, los árabes que rechazan Israel han intentado eliminar a Israel a través de un amplio abanico de estrategias: minar su legitimidad a través de propaganda, perjudicar su economía a través de un boicot comercial, desmoralizarlo a través del terrorismo, o amenazar a su población vía armas de destrucción masiva.
Mientras que el esfuerzo árabe ha sido paciente, intenso e intencionado, también ha fracasado. Los israelíes han levantado un país moderno, fuerte y acomodado, pero todavía uno rechazado en gran medida por los árabes. Este historial mixto ha suscitado dos avances políticos: una sensación de confianza entre los israelíes políticamente moderados; y un sentimiento de culpa y autocrítica entre sus izquierdistas. Muy pocos israelíes se preocupan por la empresa sin finalizar de hacer que los árabes acepten la permanencia del estado judío. Llámelo el objetivo de la guerra invisible de Israel.
En lugar de buscar la victoria, los israelíes han desarrollado un amplio menú de enfoques con el fin de gestionar el conflicto. Éstos incluyen:
· Unilateralismo (construir una barrera, retiradas parciales): la presente política, adoptada por Ariel Sharon, Ehud Olmert, y el Partido Kadima.
· Alquiler durante 99 años de la tierra bajo las ciudades israelíes del West Bank: el Partido Laborista de Amir Peretz.
· Avance económico árabe palestino: Shimon Peres.
· Compromiso territorial: la premisa de la diplomacia de Oslo, iniciada por Yitzhak Rabin.
· Financiación exterior a los árabes palestinos (según el modelo del Plan Marshall): Representante norteamericano Henry Hyde.
· Retirada a las fronteras de 1967: extrema izquierda de Israel.
· Forzar a los árabes palestinos a desarrollar un buen gobierno: Natan Sharansky (y el Presidente Bush).
· Insistir en que Jordania es Palestina: la derecha de Israel.
· Transferir a los árabes palestinos fuera del West Bank: extrema derecha de Israel.
Estos diversos enfoques son muy distintos de espíritu y mutuamente excluyentes. Pero tienen un elemento clave en común. Todos capean el conflicto sin resolverlo. Todos ignoran la necesidad de derrotar el rechazo palestino a Israel. Todos intentan refinar la guerra en vez de ganarla.
Para un observador exterior que espera la aceptación árabe de Israel cuanto antes mejor, esta evasión de una estrategia ganadora provoca cierta frustración, más profunda al recordar lo brillantemente que los israelíes comprendieron enseguida sus objetivos bélicos.

Afortunadamente, un destacado político israelí al menos defiende la victoria israelí sobre los árabes palestinos. Uzi Landau observa simplemente que "cuando estás en guerra quieres ganar la guerra". Esperaba liderar el Likud en las presentes elecciones pero no logró obtener ni de lejos la mayoría en su partido y aparece en el decimocuarto lugar en las listas electorales esta semana, ni siquiera lo bastante alto como para garantizarle un escaño parlamentario. Con el propio Likud esperando obtener menos del 15% del voto popular, queda claro lo profundamente impopular que encuentran actualmente los israelíes la idea de ganar su guerra.
Y por tanto experimentan con el compromiso, el unilateralismo, enriquecer a sus enemigos, y otros planes. Pero como observaba Douglas MacArthur, "En la guerra, no existe sustituto para la victoria". La diplomacia de Oslo acabó en estrepitoso fracaso, igual que acabarán otros planes que evitan la difícil tarea de ganar. Con el tiempo, los israelíes tendrán que prepararse para reanudar el esfuerzo difícil, amargo, largo y caro necesario para convencer a los palestinos y a otros de que su sueño de eliminar a Israel se ha extinguido.
Si los israelíes fracasan a la hora de lograr esto, entonces el propio Israel se habrá extinguido.

La Maldición del Refugiado

La Maldición del Refugiado por Daniel Pipes (New York Post19. Agosto 2003)
Original en Inglés:
[UNRWA:] The Refugee Curse
He aquí un rompecabezas: ¿En qué se diferencian los refugiados palestinos de los restantes 135 millones de refugiados del siglo XX?.
Respuesta: En cada caso, el dolor de la desposesión, la ausencia de estado, y la pobreza ha disminuido con el tiempo. Los refugiados eventualmente se reestablecieron, volvieron a casa o murieron. Sus hijos - ya sean residentes en Corea del sur, Vietnam, Pakistán, Israel, Turquía, Alemania o Estados Unidos - después abandonaron el estatus de refugiado y se unieron a la media nacional.
No así los palestinos. Para ellos, el estatus de refugiado se perpetúa de una generación a otra, creando un vacío aún mayor de angustia y descontento.
Varios factores explican esta anomalía pero un componente clave - sobre todos los demás - es la estructura burocrática de las Naciones Unidas. Consiste en dos organizaciones centradas en los asuntos de refugiados, cada una con su propia definición de "refugiado":
· La Alta Comisión para los Refugiados de la ONU aplica este término por todo el mundo a alguien que, "debido a un miedo fundamentado de ser perseguido. . . está fuera del país de su nacionalidad". Estar fuera del país de su nacionalidad implica que los descendientes de refugiados no son refugiados. Los cubanos que huyen el régimen de Castro son refugiados, pero no así sus hijos nacidos en Florida, los cuales carecen de la nacionalidad cubana. Los afganos que huyen de su patria son refugiados, pero no sus hijos nacidos en Irán. Etcétera.
· La Agencia de Socorro y Trabajo de la ONU (UNRWA), una organización montada en exclusiva para los refugiados palestinos de 1949, define a los refugiados palestinos de modo distinto al resto de los refugiados. Son personas que vivieron en Palestina "entre junio de 1946 y mayo de 1948, que perdieron tanto sus casas como su medio de vida como resultado del conflicto árabe - israelí de 1948". Especialmente importante es que la UNRWA amplía el estatus de refugiado "a los descendientes de las personas que se convirtieron en refugiados en 1948". Incluso considera refugiados a los hijos de un sólo progenitor refugiado.
La definición de la Alta Comisión hace que las poblaciones de refugiados desaparezcan con el tiempo; la UNRWA hace que crezcan sin límite. Apliquemos cada definición a los refugiados palestinos de 1948, que según la estadística (inflada) de la ONU suman 726.000. (Las estimaciones académicas cifran el número entre 420.000 y 539.000).
La definición de la Alta Comisión restringiría el estatus de refugiado a los 726.000 aún vivos. Según un demógrafo, cerca de 200.000 de esos refugiados de 1948 siguen vivos hoy.
La UNRWA incluye a los hijos de los refugiados, a los nietos y tataranietos, así como a los palestinos que se fueron de sus casas en 1967, todos los cuales suman 4,25 millones de refugiados.
Los 200.000 refugiados de la definición global suponen menos del 5 por ciento de los 4,25 millones de la definición de UNRWA. Según los estándares internacionales, ese 95 por ciento restante no son refugiados en absoluto. Aplicando falsamente el estatus de refugiado a estos palestinos que nunca se fueron a ninguna parte, la UNRWA condena a gente creativa y emprendedora a vidas de exclusión, autocompasión y nihilismo.
Las políticas de gobiernos árabes después empeoran las cosas manteniendo a los palestinos encerrados en un estatus de refugiado de exposición. En el Líbano, por ejemplo, no se permite a los 400.000 palestinos apátridas asistir a la escuela pública, poseer propiedades o ni siquiera mejorar su vivienda.
Es hora de ayudar a estas generaciones de no refugiados a escapar del estatus de refugiado para que puedan convertirse en ciudadanos, asumir la propia responsabilidad y construirse un futuro. La mejor forma para ello sería que la UNRWA cerrase sus puertas y la Alta Comisión de la ONU absorbiera el decreciente número de refugiados palestinos reales.
Eso sólo sucederá si el gobierno de Estados Unidos reconoce el papel de la UNRWA en la perpetuación de la miseria palestina. En un espíritu equivocado de "profundo compromiso con el bienestar del refugiado palestino", Washington proporciona actualmente el 40 por ciento del presupuesto anual de 306 millones de dólares de la UNRWA; debe ser puesto a cero.
Afortunadamente, el congreso de Estados Unidos está despertando. Chris Smith, republicano del Comité de Relaciones Internacional del Congreso, hizo un llamamiento recientemente a ampliar la investigación de la Oficina General de Contabilidad sobre la financiación norteamericana de la UNRWA.
Tom Lantos, el miembro demócrata aspirante al mismo comité, va más lejos. Criticando "el modo privilegiado y prolongado" de tratar a los refugiados palestinos, pide el cierre de la UNRWA y la transferencia de sus responsabilidades a la Alta Comisión.
Otros gobiernos occidentales deben unirse a Washington para solucionar el problema del refugiado palestino reteniendo la autorización de la UNRWA cuando llegue su renovación en junio del 2005.
Ahora es el momento de poner las bases para eliminar esta institución calumniosa, su definición insidiosa , y su monstruoso trabajo.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Al Qaida nos amenza directamente

De por qué la amenaza de Al Qaida contra España y Francia sí debe ser considerada como especialmente peligrosa
Por Carlos Echeverría Jesús
(http://gees.org/)

El hecho de que el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, haya considerado el 21 de septiembre que la última amenaza directa de Al Qaida contra España, lanzada el día anterior por el número dos de la red Ayman Al Zawahiri a través de Internet, puede enmarcarse en una cierta tradición dado “que ya ha habido otras” - nada menos que cuatro y explícitas en el primer semestre de 2007, cabría recordar - nos obliga a tratar de indagar si esto es así, es decir si es tan sólo una más, o si por el contrario, y como creemos, el nivel de las alarmas debe de aumentarse ante lo que es un incremento exponencial en la presentación de un odio hacia España y los españoles que puede traducirse en ataques inminentes dentro - “liberar el territorio de Al Ándalus arrebatado” - y fuera - “limpiar el Magreb de los hijos de Francia y España” - de nuestras fronteras. En cuanto al último aspecto esta es la primera vez en que se amenaza de una forma tan explícita a los españoles instalados o de paso por el Magreb, y esto es claro y diáfano frente a quienes han querido ver en la expresión de Al Zawahiri “hijos de Francia y España” una referencia metafórica a los regímenes apóstatas del Magreb restando con ello gravedad a sus palabras, al menos desde las perspectivas española y francesa.
El que por un lado la sentencia del 11-M vaya a hacerse pública en breve - con lo que ello supondrá, sea cual sea la dureza de las condenas, de humillación para un mundo yihadista salafista que tratará de traducirla, esperemos que sin éxito, en una humillación para todo el Islam -, y el que la veterana en estas lides Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN) argelina haya considerado, el mismo 20 de septiembre, que debemos tomarnos muy en serio esta amenaza, son dos pilares de refuerzo para considerar que tras el sombrío mensaje de Al Zawahiri España puede añadir una preocupación más a las que ya tiene.

El contenido y la oportunidad de la amenaza contra España
Con la frente dañada por los golpes dados contra el suelo durante sus oraciones, idéntica marca a la que suele lucir El Egipcio de cuyo futuro sabremos pronto cuando se haga pública la sentencia del 11-M, Al Zawahiri ofrecía como siempre una imagen que cuida con mimo: la de un buen musulmán sacrificado cuya misión es despertar en sus hermanos de fe el compromiso con el verdadero Islam en forma de combate contra cruzados y apóstatas. Mientras que de estos últimos se ocupaba en paralelo al mensaje de Al Zawahiri otro emitido el mismo día por Osama Bin Laden singularizándolos en la figura del Presidente paquistaní, Pervez Musharraf, de los cruzados lo hacía el siniestro cirujano egipcio singularizándolos para esta ocasión en franceses y españoles instalados o de paso por el Magreb y en lo que a los primeros respecta mancillando la idealizada tierra de Al Ándalus que, todo hay que decirlo, compartimos con los portugueses que también estarían amenazados aunque no de forma explícita.
Aunque las referencias de Al Qaida a Al Ándalus vienen de antiguo - en octubre de 2001, en octubre y diciembre de 2003, en marzo de 2004, en julio y diciembre de 2006, y en febrero, marzo, abril y mayo de 2007 por recordar las más visibles de las 13 inventariadas hasta ahora - es importante destacar que esta última de 20 de septiembre es la más explícita, la más elaborada tanto en términos de texto como de imágenes y la más peligrosamente oportuna dado que se produce en unos momentos en los que, a diferencia de los mensajes que se lanzaban allá por 2001, más genéricos, los de ahora constituyen auténticas órdenes para quienes cualesquiera de entre los múltiples “muyahidin” desperdigados por el mundo estén en condiciones de cumplir tal misión, y ello si es que Al Qaida no ha seleccionado ya a un grupo de terroristas preparado específicamente para ello.
Esta última aseveración nos lleva a considerar algo importante. Si hasta ahora España no ha sufrido ningún atentado en su suelo tras los del 11-M se debe a varios factores: en primer lugar, a la magnífica labor de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que hasta la fecha no sólo han logrado abortar algunos ataques en marcha (piénsese, tan sólo a título de ejemplo, en el planificado contra la Audiencia Nacional y que no fue llevado a la práctica gracias a la “Operación Nova”) sino con sus múltiples operaciones han impedido a células e individuos alcanzar la situación operativa óptima para realizarlos; y en segundo lugar porque las órdenes de realizarlos no habían sido lo suficientemente claras para células o individuos que aún no habrían sido detectados por dichas Fuerzas de Seguridad y que ahora en cambio sí podrían llevar a cabo acciones en cumplimiento de las recientes órdenes. En lo que a los ataques específicos contra intereses o ciudadanos españoles fuera de nuestras fronteras respecta, diversos ataques contra tropas españolas (Afganistán y Líbano aunque sobre este último aún esperamos los resultados de las investigaciones hispano-libanesas) o contra turistas españoles (Yemen) han podido inventariarse en los últimos meses pero es indudable que ahora, y desde nuestro punto de vista, el nivel de amenaza contra ellos se ha incrementado. No olvidemos además que esta amenaza se produce en pleno mes sagrado del Ramadán, que termina el próximo 12 de octubre y que para los yihadistas salafistas es un período extremadamente propicio para acometer misiones que ellos consideran sagradas como es el hostigamiento y, a ser posible, la eliminación de sus enemigos.
Quedan pues ya muy atrás aquellos tiempos en los que desde España se creía en algunos círculos que nuestra política especialmente sensible y llena de guiños cómplices hacia el mundo árabe - que el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha recuperado en gran medida - y el idílico recuerdo de lo que Al Ándalus representó en la historia del mundo árabo-musulmán nos liberaba de estar en el punto de mira de grupos terroristas de dicho origen. Hoy la situación es la contraria: nuestra relación privilegiada con los regímenes del mundo árabo-musulmán hace que se nos considere un apoyo fundamental para la estabilidad y permanencia de los regímenes apóstatas, desde Argelia o Marruecos hasta Jordania o la Autoridad Nacional Palestina y llegando hasta Afganistán y Pakistán, y nuestro recuerdo idealizado de Al Ándalus no hace sino recordar la humillación para el Islam que la Reconquista supuso y la ocupación hasta hoy por cristianos de una tierra que fue fertilizada por el Islam y que a él debería de volver. Por otro lado, y a pesar de la retirada de Irak o de la labor exclusivamente humanitaria de nuestras tropas en Afganistán o en Líbano, realidades que para algunos despistados en España deberían ser leídas como un guiño cómplice hacia el mundo árabo-musulmán marcando distancias respecto a los belicosos estadounidenses y británicos, los yihadistas no ven en estas sino debilidad en lo que a la retirada de Irak respecta o complicidad con el régimen apóstata de Hamid Karzai y apoyo a la seguridad de Israel y al régimen también apóstata de Fouad Siniora en Beirut. Por otro lado, la infatigable labor de nuestras Fuerzas de Seguridad es presentada por los yihadistas como agresión contra los musulmanes y más si se filtra que algunas operaciones son fruto del trabajo en común con las de los EEUU: a título de ejemplo, la detención de dos paquistaníes el mismo 20 de septiembre, uno en Madrid y otro en Barcelona, acusados de financiar el terrorismo yihadista con dinero procedente del tráfico de drogas, fue presentada por los medios de comunicación como parte de una operación conjunta con el FBI estadounidense enmarcada en la denominada Operación “Atlántico” y obedeciendo a una Comisión Rogatoria Internacional contra ambos. No debemos olvidar que para Bin Laden y sus secuaces cualquier colaboración con los estadounidenses es tildada de “lealtad a los EEUU”, algo de lo que el líder de Al Qaida acusa en su vídeo del 20 de septiembre al Presidente Musharraf por asaltar la Mezquita Roja y que es considerado por los yihadistas salafistas uno de los peores pecados que se puedan cometer.
En lo que a la advertencia de los servicios de seguridad argelinos respecta estos saben bien de lo que hablan, máxime cuando acaban de sufrir en las últimas semanas terribles atentados suicidas - ya estudiados detalladamente en nuestro anterior Análisis - y cuando un grupo de técnicos extranjeros era atacado en Lajdaria, quizás en aplicación directa de las aquí estudiadas órdenes de Al Zawahiri. Por otro lado tampoco pasa desapercibida para las autoridades argelinas otra realidad que nadie hasta ahora ha introducido en el análisis de la amenaza aquí tratada: la decisión del Juez de la Audiencia Nacional, Fernando Abreu, hecha pública el 20 de septiembre, de procesar a nueve argelinos detenidos en Alicante y Granada entre el 23 de noviembre y el 15 de diciembre de 2005 acusados de intentar adquirir Goma-2 y mercurio rojo a cambio de hachís para fabricar explosivos y realizar atentados. Aunque este procesamiento es uno más de ciudadanos argelinos detenidos en España y acusados de actividades relacionadas con el terrorismo yihadista llega en un momento de elaboración ideológica y de activismo terrorista álgidos y permite, el procesamiento, ahondar en la idea de que España acorrala y diezma a los “buenos musulmanes”. Si los últimos occidentales atacados en suelo argelino han sido dos técnicos franceses y uno italiano de la empresa gala “Razel”, en un ataque presentado como suicida por Al Qaida en la Tierra del Magreb Islámico (AQMI) y realizado en Lajdaria el 21 de septiembre provocándoles heridas graves así como a cinco gendarmes y al conductor, las autoridades argelinas no olvidan tanto el importante despliegue empresarial español como la presencia de una importante comunidad religiosa que realiza en Argelia una destacada labor de colaboración con el pueblo argelino desde hace muchos años y que sufrió algunas bajas cuando en la primera mitad de los noventa los terroristas del Grupo Islámico Armado (GIA) iniciaron una sangrienta ofensiva contra los extranjeros instalados en Argelia que esperemos no vuelva a reproducirse ahora. No obstante, la evacuación apresurada de dos técnicos de la empresa “Aéroports de Paris” el 18 de septiembre, al descubrirse un plan para secuestrarlos, debe de inquietarnos recordándonos el sombrío período de los noventa cuando ciudadanos argelinos, principalmente, y extranjeros, los menos pero con gran impacto mediático, eran masacrados por un terrorismo islamista al que entonces muchos no le daban la importancia debida. Hoy hay que ser especialmente cuidadosos para no quitar importancia a la amenaza: no es alarmismo sino simplemente responsabilidad.

Carlos Echeverría Jesús (Madrid, 26 de marzo de 1963) es Profesor de Relaciones Internacionales de la UNED y responsable de la Sección Observatorio del Islam de la revista mensual War Heat Internacional. Ha trabajado en diversas organizaciones internacionales (UEO, UE y OTAN) y entre 2003 y 2004 fue Coordinador en España del Proyecto "Undestanding Terrorism" financiado por el Departamento de Defensa de los EEUU a través del Institute for Defense Analysis (IDA). Como Analista del Grupo asume la dirección del área de Terrorismo Yihadista Salafista.

Los Dhimmíes bajo la ley musulmana "Sharia"

Los Dhimmíes bajo la ley musulmana "Sharia"

Introducción
Recientemente se han escrito algunos libros sobre los derechos de los no-musulmanes que están sometidos al gobierno de la ley islámica. La mayoría de estos libros presentaban el punto de vista musulmán de manera favorable, sin revelar la faceta negativa implícita en esas leyes.
Este breve estudio intenta examinar esas leyes tal como son enunciadas por las cuatro escuelas del Fiqh (jurisprudencia). Intenta mostrar al lector las consecuencias negativas de esas leyes sin ignorar los puntos de vista más tolerantes de los reformistas modernos.
Esperamos fervientemente que este estudio muestre a nuestros lectores la verdad desnuda en sus aspectos positivos y negativos.

Concepto de “estado islámico”
“Un estado islámico es esencialmente un estado ideológico, y por ello radicalmente diferente de un estado nacional.” Esta afirmación de Mawdudi establece el fundamento básico del sistema político, económico, social y religioso de todos los países musulmanes que imponen el derecho islámico. Este sistema ideológico discrimina intencionadamente a las personas según su afiliación religiosa. Mawdudi, eminente estudioso musulmán paquistaní, resume las diferencias básicas entre los estados islámico y secular:

1) Un estado islámico es ideológico. La gente que vive en él se divide en musulmanes, que creen en su ideología y no-musulmanes que no creen [en ella].
2) La responsabilidad de la política y administración en tal estado “debería descansar primeramente en los que creen en la ideología islámica.” No se puede pedir a los no-musulmanes, por tanto, que asuman o que les sea confiada la responsabilidad de gobernar.
3) Un estado islámico tiene que distinguir (es decir, discrimina) a los musulmanes de los no-musulmanes. Sin embargo, la ley islámica “sharia” garantiza a los no-musulmanes “ciertos derechos específicamente enunciados más allá de los cuales no se les permite que participen en los asuntos del estado porque no aceptan su ideología.” Una vez que abrazan la fe islámica, “llegan a ser partícipes iguales de todos los asuntos que afectan al estado y al gobierno.”
El punto de vista anterior es representativo de los hanifitas, una de las cuatro escuelas islámicas de jurisprudencia. Las otras tres escuelas son los malikitas, los hanbalitas (la más estricta y fundamentalista de todas), y los shafiítas. Las cuatro están de acuerdo dogmáticamente en las creencias básicas del islam pero difieren en sus interpretaciones del derecho islámico, que se deriva de cuatro fundamentos:
a) El Corán (lectura o recitación): Libro sagrado de la comunidad musulmana que contiene citas directas de Alá supuestamente dictadas por Gabriel.
b) El hadiz (narrativa): Las colecciones de las tradiciones islámicas que tratan de los dichos y hechos de Mahoma oídas por sus contemporáneos, de primera, segunda y tercera mano.
c) Al-Qiyas (analogía o comparación): La decisión legal expuesta por los juristas islámicos basada en casos precedentes.
d) Ijma’ (consenso): Las interpretaciones de las leyes islámicas enunciadas por el consenso de los estudiosos musulmanes prestigiosos de cierto país. Las leyes textuales prescritas en el Corán son pocas. Queda abierta del todo la puerta para que los estudiosos eminentes versados en el Corán, el hadiz y otras disciplinas islámicas presenten sus fatwas (opiniones legales) como veremos después.

Clasificación de los no-musulmanes: En su artículo, “Los decretos de la gente del pacto y las minorías en un estado islámico”, el jeque Najih Ibrahim ibn Abdullah señala que los legistas clasifican a los no-musulmanes o infieles en dos categorías:

-Dar-ul-Harb o la casa de la Guerra, que se refiere a los no-musulmanes que no están obligados por un tratado de paz, o pacto, y cuya sangre y propiedad no están protegidas por la ley de vendetta o represalia.

-Dar-ul-Salam o la casa de la paz, que se refiere a los comprendidos en tres apartados:

1) Dhimmíes (los del pacto) son los súbditos no-musulmanes que viven en países musulmanes y aceptan pagar la jizya (tributo) a cambio de protección y seguridad, y someterse a la ley islámica. Gozan de un pacto permanente.
2) La gente de la hudna (tregua) son los que firman un tratado de paz con los musulmanes después de ser derrotados en la guerra. Aceptan residir en su propio país, también estar sometidos a la jurisprudencia legal del islam como los dhimmíes, con tal de que no combatan a los musulmanes.
3) Musta’min (protegidos) son personas que acuden a un país islámico como diplomáticos, negociantes, visitantes o estudiantes que quieren conocer el islam. Un musta’min no debe combatir a los musulmanes y no está obligado a pagar la jizya, pero debe ser instado a abrazar el islam. Si un musta’min no acepta el islam, se le permite volver con garantías a su propio país. Los musulmanes no pueden hacerle ninguna clase de daño. Cuando ha regresado a su país, es tratado como alguien que forma parte de la Casa de la guerra. Este estudio se centrará en las leyes relativas a los dhimmíes.

Derecho islámico y dhimmíes
Los muftíes musulmanes (autoridades legales) están de acuerdo que el pacto de dhimmitud debe ser ofrecido primeramente a la gente del libro, esto es, a los cristianos y a los judíos, luego a los magos o zoroastrianos. Sin embargo, están en desacuerdo sobre si se debe firmar un pacto con otros grupos como comunistas o ateos.
Los hanbalitas y los shafiítas creen que no debe hacerse ningún pacto con los impíos o los que no creen en el Dios supremo.
Los hanifitas y los malikitas afirman que la jizya puede ser aceptada de todos los infieles al margen de sus creencias y fe en Dios. Abu Hanifa, sin embargo, no quería que los árabes paganos tuvieran esta opción porque son el pueblo del Profeta. Se les debe dar dos opciones: aceptar el islam o ser ejecutados.

La jizya (tributo)
Jizya literalmente significa castigo. Es un impuesto de protección exigido a los no-musulmanes que viven en regímenes islámicos, que confirma su estatuto legal. Mawdudi afirma que “la aceptación de la jizya establece la santidad de sus vidas y propiedades, y por ello ni el estado islámico ni los musulmanes tienen derecho a violar su propiedad, honor o libertad.” Pagar la jizya es un símbolo de humillación y sumisión porque los dhimmíes no son considerados ciudadanos del estado islámico, aunque son en la mayoría de los casos los nativos del país.
Una actitud tal impide a los dhimmíes ser una parte esencial de la comunidad. ¿Cómo puede un dhimmi sentirse en casa en su propia patria, entre su propia gente, y con su propio gobierno, cuando sabe que la jizya que paga es un símbolo de humillación y sumisión?
En su libro La ley islámica relativa a los no-musulmanes, el jeque Abdullah Mustafa al-Muraghi indica que sólo se puede eximir de la jizya al dhimmi que se hace musulmán o que muere. Shafií reitera que la jizya no es automáticamente suspendida cuando el dhimmi abraza el islam. La exención de la jizya se ha convertido en un incentivo para animar a los dhimmíes a abandonar su fe y abrazar el islam.
El jeque Najih Ibrahim ibn Abdullah sintetiza la finalidad de la jizya. Dice, citando a ibn Qayyim al-Jawziyya, que la jizya se impone “para no verter la sangre (de los dhimmíes), para que sea un símbolo de humillación de los infieles y un insulto y castigo de ellos, y como señalan los shafiítas, se ofrece la jizya a cambio de la residencia en un país islámico.” Así, añade Ibn Qayyim, “como toda la religión pertenece a Dios, persigue humillar a los impíos y a sus seguidores, y denigrarlos. Imponer la jizya en los seguidores de los impíos y oprimirlos es exigido por la religión de Dios.
El texto coránico apunta a este significado cuando dice: “hasta que paguen el tributo forzosamente con humillación.” (Corán 9:29). Lo que contradice esto es dejar a los infieles que disfruten de su fuerza y practiquen su religión como gusten pudiendo tener poder y autoridad.”

Los dhimmíes y las prácticas religiosas
Los musulmanes creen que los dhimmíes son mushrikun (politeístas) porque consideran la creencia en la Trinidad como creencia en tres dioses. El islam es la única religión verdadera, afirman.
Por ello, para proteger a los musulmanes de la corrupción, especialmente contra el imperdonable pecado de shirk (politeísmo), (doctrina que afirma la existencia de varios dioses) su práctica está prohibida entre los musulmanes, porque se considera la mayor abominación.
Cuando los cristianos lo practican públicamente, se convierte en una tentación y en una exhortación de la apostasía. Es importante aquí señalar que según Muraghi, los dhimmíes y los infieles son “politeístas y por ello, merecen el mismo trato”.
Según los juristas musulmanes, deben ser impuestos a los dhimmíes (cristianos y judíos por igual) que residen entre los musulmanes:

1)Los dhimmíes no son autorizados a construir nuevas iglesias, templos ni sinagogas. Se les permite renovar las iglesias o locales de culto antiguos con tal de que no añadan ningún edificio nuevo. “Las iglesias antiguas” son las que existían antes de las conquistas islámicas y están incluidas en un acuerdo de paz con los musulmanes.
Está prohibido la construcción de una iglesia, templo o sinagoga en la península arábiga. Es la tierra del Profeta y sólo el islam puede imperar allí. Sin embargo, los musulmanes, si lo desean, están autorizados a demoler todas los locales de culto no musulmanes en cualquier país que conquisten.
2) Los dhimmíes no están autorizados a rezar ni a leer sus libros santos en voz alta en sus hogares ni iglesias, para que los musulmanes no oigan sus rezos.
3)Los dhimmíes no están autorizados a imprimir sus libros religiosos ni a venderlos en lugares ni mercados públicos. Pueden publicarlos y venderlos entre ellos, en sus iglesias y templos.
4) Los dhimmíes no están autorizados a instalar la cruz en sus casas ni iglesias porque es un símbolo de infidelidad.
5) Los dhimmíes no están autorizados a divulgar ni a mostrar sus ceremonias religiosas por radio ni televisión ni a utilizar los medios de difusión ni a publicar ninguna fotografía de sus ceremonias religiosas en periódicos ni revistas.
6) Los dhimmíes no pueden congregarse en la calle durante sus fiestas religiosas; más bien, cada uno debe acudir discretamente a su iglesia o templo.
7) Los dhimmíes no están autorizados a entrar en el ejército excepto si su presencia es indispensable en cuyo caso no pueden obtener puestos de liderazgo, sino que son considerados mercenarios. Mawdudi, hanifita, expresa una opinión más generosa de los cristianos.
Ha dicho: “En sus propias poblaciones y ciudades tienen derecho a hacerlo (practicar su religión) con la mayor libertad. En áreas puramente musulmanas, sin embargo, un gobierno islámico tiene plena independencia para imponer restricciones en sus acciones como crea necesario.”

La apostasía en el islam
Apostasía significa rechazo de la religión del islam mediante actos o palabras. “El acto de apostasía, así pues, pone fin a la pertenencia al islam.” Cuando uno rechaza las creencias fundamentales del islam, rechaza la fe, y esto es un acto de apostasía; es un grave pecado en el islam.

El Corán señala:
“¿Cómo va Alá a dirigir a un pueblo que ha dejado de creer después de haber creído, de haber sido testigo de la veracidad del Enviado y de haber recibido las pruebas claras? Alá no dirige al pueblo impío. Esos tales incurrirán, como retribución, en la maldición de Alá, de los ángeles y de los hombres, en la de todos ellos. Eternos en ella, no se les mitigará el castigo, ni les será dado esperar. Serán exceptuados quienes, después de eso, se arrepientan y se enmienden. Alá es indulgente, misericordioso. (Corán, 3:86-89).
Oficialmente, la ley islámica ordena a los musulmanes que no obliguen a los dhimmíes a abrazar el islam. Es deber de todo musulmán, sostienen, manifestar las virtudes del islam para que los no-musulmanes se conviertan voluntariamente después de descubrir su grandeza y verdad.
Cuando una persona se vuelve musulmán, no puede desdecirse. Si lo hace, primero será advertido, después se le darán tres días para reconsiderar y arrepentirse. Si persiste en su apostasía, su esposa está obligada a divorciarse de él, su propiedad es confiscada, y sus hijos son separados de él. No puede volverse a casar.
En lugar de eso, debe ser llevado a un tribunal y condenado a muerte. Si se arrepiente, puede volver con su esposa e hijos o volverse a casar. Según los hanifitas, una mujer apóstata no puede casarse. Debe pasar el tiempo meditando para volver al islam. Si no se arrepiente ni se retracta, no será condenada a muerte, pero será perseguida, golpeada y encarcelada hasta que muera.
Otras escuelas de la sharia piden su muerte. El castigo anterior está prescrito por un hadiz recogido por Bujari: “Abas informó... que el mensajero de Alá... dijo: ‘Quien cambia su religión (del islam a otra fe), matadlo.’”
En su libro Sharia: La ley islámica, Doi señala: “La pena de muerte en caso de apostasía ha sido aceptada unánimemente por todas las escuelas de jurisprudencia islámica.”
Un no-musulmán que quiere hacerse musulmán es animado a que lo haga y cualquiera, incluso un padre o una madre, que intente impedírselo, puede ser castigado. Sin embargo, quien se esfuerza en convertir a un musulmanes a otra fe se enfrenta con el castigo.

Leyes cívicas
Los dhimmíes y los musulmanes están sujetos a las mismas leyes cívicas. Tienen que ser tratados igual en asuntos de honor, robo, adulterio, asesinato y daños a la propiedad. Tienen que ser castigados en conformidad con la ley islámica sin tener en cuenta su afiliación religiosa.
Los dhimmíes y los musulmanes por igual están sometidos a las leyes islámicas en negocios civiles, transacciones financieras como ventas, rentas, firmas, fundación de compañías, granjas, seguros, hipotecas y contratos. Por ejemplo, el robo se castiga con la amputación de la mano del ladrón sea musulmán o cristiano. Pero cuando se trata de privilegios, los dhimmíes no disfrutan del mismo trato. Por ejemplo, los dhimmíes no obtienen permisos de armas.

Matrimonio e hijos
Un varón musulmán puede desposar a una mujer dhimmi , pero un dhimmi no puede casarse con una musulmana. Si una mujer se hace musulmana y quiere casarse, su padre no musulmán no tiene autoridad para entregarla a su novio. Debe ser entregada por un protector musulmán.
Si uno de los padres es musulmán, los hijos deben educarse como musulmanes. Si el padre es dhimmi y su esposa se convierte al islam, ella debe divorciarse; entonces tendrá derecho de custodia de su hijo. Algunas escuelas fundamentalistas indican que un marido musulmán tiene derecho de confinar a su mujer dhimmi en casa e impedirle que vaya a su local de culto.

Pena capital
Los hanifitas creen que tanto los dhimmíes como los musulmanes deben sufrir el mismo castigo por delitos similares. Si un musulmán mata a un dhimmi intencionadamente, debe ser muerto a cambio. Lo mismo se aplica a un cristiano que mata a un musulmán. Pero otras escuelas de la ley tienen interpretaciones diferentes del derecho islámico.
Los shafiítas declaran que un musulmán que asesina a un dhimmi no debe ser ejecutado, porque no es razonable igualar a un musulmán con un politeísta (mushrik). En tal caso, se debe pagar el precio de sangre.
El castigo depende de la escuela de la ley seguida por el país islámico donde el delito o la ofensa son cometidos. Esto muestra las consecuencias de las diferentes interpretaciones de la ley islámica basadas en el hadiz.
Cada escuela intenta documentar su opinión legal basándose en el hadiz o en un suceso acaecido al Profeta o a los califas “bien guiados”.

El testimonio de los dhimmíes
Los dhimmíes no pueden atestiguar contra los musulmanes. Sólo pueden atestiguar contra otros dhimmíes o musta’min. Sus juramentos no son considerados válidos en un tribunal islámico. Según la sharia, un dhimmi ni siquiera está calificado para ser puesto bajo juramento.
Muraghi afirma rudamente: “El testimonio de un dhimmi no es aceptado porque Alá –exaltado sea- dijo: ‘Dios no permitirá que los infieles (kafir) prevalezcan sobre los creyentes’.” Un dhimmi, considerado un infiel, no puede dar testimonio contra ningún musulmán al margen de su credibilidad moral. Si un dhimmi ha acusado falsamente a otro dhimmi y fue castigado en una ocasión, su credibilidad y su integridad están manchadas y su testimonio ya no es aceptable.
Una consecuencia importante de esto es que si un musulmán ha cometido un delito grave contra otro, presenciado sólo por dhimmíes, el tribunal tendrá dificultad en dar una sentencia, ya que los testimonios de los dhimmíes no son aceptables.
Sin embargo, a este mismo dhimmi cuya integridad está mancillada, si se convierte al islam, se le aceptará el testimonio contra dhimmíes y musulmanes igualmente, porque según la sharia: “Abrazando el islam ha ganado una nueva credibilidad que le permitirá ser testigo...” Todo lo que tiene que hacer es pronunciar la confesión islámica de fe ante testigos, lo que le elevará de ser un paria a ser un musulmán respetado disfrutando de todos los privilegios de un musulmán devoto.

Derecho personal
Sobre asuntos personales de matrimonios, divorcios y herencias, los dhimmíes pueden apelar a sus propios tribunales religiosos. Cada denominación cristiana tiene derecho y autoridad para determinar el resultado de cada caso. Los dhimmíes son libres de practicar sus propios ritos sociales y religiosos en casa y en la iglesia sin interferencia estatal, incluso en asuntos como beber vino, criar cerdos y comer cerdo, mientras no los vendan a los musulmanes.
A los dhimmíes se les niega generalmente el derecho de apelación a un tribunal islámico en asuntos familiares, matrimonio, divorcio y herencia. Sin embargo, si un juez musulmán conviene en hacerse cargo de un caso semejante, el tribunal debe aplicar la ley islámica.

Derechos y deberes políticos
El estado islámico es un estado ideológico, por ello el cabeza del estado debe ser inexorablemente un musulmán, porque está obligado por la sharia a dirigir y administrar el estado de acuerdo con el Corán y la sunna.
La función de su consejo consultivo es ayudarle a poner en práctica los principios islámicos y a observarlos. Nadie que lo siga la ideología islámica puede ser cabeza del estado o miembro del consejo.
Mawdudi, consciente de las exigencias de la sociedad moderna, parece ser más tolerante con los dhimmíes.
Dice: “Respecto a un parlamento o a una legislatura del tipo moderno que es muy diferente del consejo consultivo en sentido tradicional, esta norma podría ser flexibilizada para permitir a los no-musulmanes que sean miembros con tal que la constitución haya garantizado completamente que no sea promulgada ninguna ley contraria al Corán y a la sunna, que el Corán y la sunna sean la fuente principal del derecho público, y que el cabeza del estado sea necesariamente un musulmán.” En tales circunstancias, la esfera de influencia de las minorías no-musulmanas estaría limitada a asuntos relativos a problemas generales del país o de interés de las minorías. Su participación no puede perjudicar las exigencias fundamentales del islam.
Mawdudi añade: “Es posible formar una asamblea representativa separada para los grupos no-musulmanes del tamaño de una agencia central. La pertenencia y los derechos electivos de tal asamblea serán limitados a los no-musulmanes y recibirán la mayor libertad en este marco.” Estos puntos de vista no obtienen la aprobación de la mayoría de las otras escuelas de la sharia que sostienen que los no-musulmanes no están autorizados a alcanzar ningún cargo que podría otorgarles autoridad sobre los musulmanes. Una posición de dominio exige la realización de la ideología islámica. Se alega que un no-musulmán (al margen de su capacidad, sinceridad y lealtad a su país) no puede ni podría trabajar fielmente para lograr los fines ideológicos y políticos del islam.

Mundo de los negocios
La arena política y los sectores públicos estatales no son el único espacio en el que los no-musulmanes no pueden asumir una posición de mando. Un trabajador musulmán que trabaja en una compañía pregunta en una carta “si es lícito que un propietario musulmán (de una compañía) confiera a un cristiano el mando sobre otros musulmanes” (Al-Muslim Weekly, vol. 8, número 418, viernes 5 de febrero de 1993).
En respuesta a esta cuestión tres eminentes eruditos musulmanes emitieron sus opiniones legales:
El jeque Manna K. Al-Qubtan, profesor de altos estudios en la Escuela de Derecho Islámico de Riad, indica que “básicamente, el mando de los no-musulmanes sobre los musulmanes no es lícito, porque Dios Todopoderoso dijo: ‘Alá no permitirá que los infieles (es decir, cristianos) tengan autoridad sobre los creyentes (musulmanes) (Corán 4:141). Porque Dios –Alabado sea– ha elevado a los musulmanes al rango superior (por encima de todos los hombres) y ha decretado de antemano para ellos el poder, en virtud del texto coránico en el que Dios Todopoderoso dijo: “Pero el poder pertenece a Alá, a Su Enviado y a los creyentes (los musulmanes)” (Corán 63:8).
Por ello, la autoridad del no musulmán sobre el musulmán es incompatible con estos dos versículos, porque el musulmán tiene que someterse y obedecer a quien manda sobre él. El musulmán, por ello, se convierte en subordinado, y no debe ser este el caso con el musulmán.
El Dr. Salih al-Sadlan, profesor de sharia en la Escuela de Derecho Islámico en Riad, cita los mismos versículos y afirma que no está permitido que un infiel (en este caso, un cristiano) mande sobre los musulmanes ni en el sector privado ni en el público. Una acción semejante “implica la humillación del musulmán y la exaltación del infiel (cristiano).
Este infiel puede utilizar su puesto para humillar y ultrajar a los musulmanes que trabajan bajo su dirección. Se recomienda que el propietario de la empresa tema a Dios Todopoderoso y dé autoridad sólo a un musulmán sobre los musulmanes.
También, los decretos del gobernante garanticen que un infiel no tenga el mando cuando hay un musulmán capaz de recibirlo. Nuestra recomendación al empresario es que aparte a este infiel y lo sustituya con un musulmán.” En su respuesta el Dr. Fahd al-Usaymi, profesor de estudios islámicos en la Escuela Normal de Riad, señala que el propietario musulmán de una empresa debe buscar a un empleado musulmán que sea mejor que el (directivo) cristiano, o igual que él o incluso menos cualificado pero con la disposición de aprender para obtener los conocimientos del cristiano.
No está permitido que un cristiano tenga bajo él a musulmanes en virtud de las pruebas generales que denotan la superioridad del musulmán sobre los demás. Luego cita el Corán, 63:8 y el versículo 22 del capítulo 58:
“No encontrarás a gente que crea en Alá y en el último Día y que tenga cariño a quienes se oponen a Alá y a Su Enviado, aunque éstos sean sus padres, sus hijos varones, sus hermanos o los miembros de su misma tribu.”
Usaymi afirma que el hecho de estar bajo la autoridad de un cristiano puede obligar a los musulmanes a adularle y a humillarse ante este infiel en la esperanza de obtener algo. Esto va contra las pruebas confirmadas. Luego alude a la historia de Umar ibn al-Khattab, segundo califa, disgustado con uno de sus gobernadores que nombró a un dhimmi tesorero, diciendo: “¿Se han vuelto estériles los vientres de las mujeres que sólo dieron a luz a este hombre?
Luego Usaymi añade:
“Los musulmanes deben temer a Dios en sus hermanos musulmanes y educarles... porque la honradez y el temor de Dios están originalmente en los musulmanes, contrariamente a los infieles (los cristianos) que, originalmente, son indignos y no temen a Dios.”
¿Quiere decir esto que un cristiano que posee un negocio no puede emplear a un musulmán? Aun peor, ¿significa esto que un dhimmi, al margen de su desigual calificación, no puede ser nombrado para el puesto apropiado donde podría servir mejor a su país? La pregunta requiere una respuesta.

Libertad de expresión
Mawdudi, menos severo que la mayoría de los estudiosos musulmanes, presenta una opinión revolucionaria cuando destaca que en un Estado islámico:
“Todos los no-musulmanes tendrán libertad de conciencia, opinión, expresión y asociación igual que la de los mismos musulmanes, sometida a las mismas limitaciones impuestas por la ley a los musulmanes.” Las opiniones de Mawdudi no son aceptadas por la mayoría de las escuelas islámicas de derecho, especialmente respecto a la libertad de expresión como la crítica del islam y del gobierno.
Aun en un país como Pakistán, patria de Mawdudi, es ilegal criticar al gobierno o al jefe del Estado. Muchos presos políticos hay recluidos en las cárceles de Pakistán y de la mayoría de los demás países islámicos.
A lo largo de la historia, excepto en contadas excepciones, ni siquiera los musulmanes han gozado de la libertad de criticar el islam sin ser perseguidos o condenados a muerte. Mucho menos probable que un dhimmi pueda salir indemne criticando el islam.
En las palabras de Mawdudi, el término “limitaciones” es definido con vaguedad. Si fuera definido explícitamente, se vería, en el análisis último, que aplasta cualquier clase de crítica de la fe y del gobierno islámicos.
Y aún más, ¿cómo pueden los dhimmíes expresar los aspectos positivos de su religión cuando no se les permite utilizar los periódicos ni difundirse en la radio o en la televisión? Quizás Mawdudi quería con sus propuestas permitir esa libertad a los dhimmíes sólo entre ellos. De otra forma, estarían sujetos a un castigo. Sin embargo, los musulmanes pueden, según la sharia, propagar su fe entre todas las sectas religiosas sin ninguna limitación.

Musulmanes y dhimmíes
Las relaciones entre los musulmanes y los dhimmíes están clasificadas en dos categorías: lo que está prohibido y lo que es lícito.

I. Lo prohibido: Un musulmán no puede:
Imitar a los dhimmíes en su vestido ni conducta, asistir a fiestas dhimmíes, o favorecerles de ninguna forma que pudiera darles algún poder sobre los musulmanes; alquilarles su casa o venderles tierras para la construcción de una iglesia, templo, comercio de licores, ni nada que pudiera favorecer la religión de los dhimmíes; trabajar para los dhimmíes en ningún trabajo que pudiera favorecer a su fe, como la construcción de iglesias; hacer donación a las iglesias o templos; transportar ninguna vasija con vino, trabajar en la elaboración del vino, ni transportar cerdos; dirigirse a los dhimmíes con tratamientos como “mi señor” o “mi dueño”.

II. Lo lícito: Un musulmán puede:
Ayudar financieramente a los dhimmíes, con tal que el dinero no sea utilizado violando la ley islámica, como para comprar vino o carne de cerdo; dar el derecho de prioridad (en la compra de propiedad) al vecino dhimmi (los hanbalitas rechazan esto); comer alimentos preparados por la Gente del libro; consolar a los dhimmíes en una enfermedad o por la pérdida de un ser querido. (también es lícito a los musulmanes acompañar el cortejo fúnebre al cementerio, pero tiene que caminar delante del ataúd, no detrás, y debe partir antes de que el muerto sea enterrado); felicitar a los dhimmíes por una boda, nacimiento de un niño, vuelta de un largo viaje, o recuperación de una enfermedad.
Sin embargo, se advierte a los musulmanes que no profieran ninguna palabra que puede sugerir la aprobación de la religión de los dhimmíes, como “que Alá te exalte”, o “que Alá te honre”, o “que Alá haga triunfar tu religión”.
El autor de este artículo es el Dr. Samuel Shahid, Director del programa de Estudios Islámicos de la Universidad del Sudoeste.

CONCLUSIÓN
Este artículo nos muestra que los no-musulmanes no son considerados ciudadanos por ningún Estado islámico, aun cuando sean los nativos originarios del país. Decir otra cosa es ocultar la verdad. La justicia y la igualdad exigen que cualquier cristiano paquistaní, melanesio, turco o árabe sean tratados como cualquier otro ciudadano de su propio país.
Merecen gozar de los mismos privilegios de ciudadanía al margen de la pertenencia religiosa. Afirmar que el islam es la religión verdadera y acusar a otras religiones de infidelidad es un ultraje social, religioso y legal contra los Pueblos del libro.
Los cristianos creen que su religión es la verdadera religión de Dios y que el islam no lo es. ¿Significa esto que Gran Bretaña que está regida por una reina, cabeza de la iglesia anglicana, debería tratar a los súbditos musulmanes como de segunda clase? ¿Por qué los musulmanes en Occidente disfrutan de todas las libertades concedidas a todos los ciudadanos de esos países, mientras que los países musulmanes no conceden a los cristianos nativos la misma libertad?
Los musulmanes en Occidente construyen mezquitas, escuelas y centros educativos y tienen acceso a los medios de información sin restricciones.
Públicamente difunden sus actividades y pueden distribuir sus documentos islámicos libremente, mientras que los cristianos nativos de cualquier país musulmanes no pueden hacer lo mismo.
¿Por qué los cristianos en Occidente pueden abrazar cualquier religión que deseen sin persecución, mientras una persona que decide convertirse a otra religión en un país musulmán es considerada un apóstata y debe ser muerto si persiste en su apostasía?

lunes, 24 de septiembre de 2007

El Eje del Mal III

El Martirio, un Arma de Alcance Estratègico
¿Puede Derrotar a una Sociedad Democrática?
Daniel Maoz

Debemos inculcar la idea de la jihad en el alma de nuestros hijos todo el tiempo. Jihad es un mandamiento religioso, asi, Muhammad, mi hermoso niño, demostrò todo su amor, a travès del jihad y el martirio" (Umm Nidal, madre de Muhammad Farhat, jòven de 18 años, al periòdico londinense Al Sharq el Awsat, luego de que su hijo cometiera un atentado de martirio, el cual fueron asesinados 10 civiles israelìes, marzo 2002)

Introducción
El terrorismo suicida se convirtió en el arma estratégica mas importante del eje del mal. El daño que causa influye más allá de la cantidad de muertos que causa. Israel, por su parte, comprendió, quizás de manera tardía, que un suicida solitario que se infiltra en Israel, representa, de hecho, una amenaza a la existencia del país. La capacidad cuantitava de las organizaciones terroristas de enviar terroristas suicidas dentro de Israel con el objetivo de asesinar israelíes, genera implicancias de largo alcance: heridos, daños materiales y económicos, retraso económico, suspensión del turismo, daños psicológicos y sobre todo, genera el equivocado pensamiento del lado israelí que la lucha contra el terrorismo es no-ganable. Error. Años más tarde, Israel se recompondría y el cambio de concepción de seguridad permitió poner fin a la amenaza existencial que representa el terrorismo suicida. Este cambio sucedió, lamentablemente, luego de que cientos de ciudadanos israelíes pagaron con sus vidas.

¿Por qué Israel derrotó al terrorismo suicida?

Desarrollo
Prontamente, el eje del mal entendió que los efectos del terrorismo suicida tienen alcance estratégico. Es posible paralizar a la sociedad israelí a través de la explosión de hombres bomba en lugares públicos. Piénsenlo así: si los israelíes ponen guardias de seguridad en cada autobús de línea, algo que virtualmente sucedería con el correr de los años, el solitario terrorista suicida podría explotarse en cualquier otro sitio donde se aglomera una cantidad de civiles. Si Israel planta guardias de seguridad en el ingreso de discotecas, por qué no explotarse en la cola de la entrada, se pregunto el joven xxxxxxx, de la ciudad de Ramallah. De ésta manera, asesinaría a 23 jóvenes israelíes en la entrada a la discoteca Dolfinarium de la playa de Tel Aviv. La sensaciòn que intentaban generar los lideres del eje, incluyendo al presidente palestino, Yasser Arafat, es que "un millón de mártires marcharán contra el enemigo sionista". Cuando Arafat entonaba esta estrofa en el balcón del palacio de gobierno de la AP frente a miles de manifestantes, la distancia hacia un atentado suicida se acortaba.
Todos los grupos terroristas palestinos utilizaron la técnica del martirio, incluido, el Fataj del campo "laico" palestino. El primer grupo terrorista en utilizar el "martirio" en las ciudades israelíes, carentes de toda defensa física que frene al terrorista palestino, fue Hamàs. Desde 1993, mas precisamente desde el mes de Abril de aquel año, Hamàs utilizó este camino en más de cien veces. La Jihad Islámica Palestina, grupo netamente militar controlado por la cúpula de Irán y cuyas comandancias políticas-militares se encuentran en Damasco, sigue esta trágica lista. El Fataj, los Comités de Resistencia y Hizballah Palestina se cuentan entre las organizaciones que también hicieron detonar terroristas en las calles israelíes.
El terrorismo, tradicionalmente, no fue considerado una amenaza a la existencia de Israel. Sin embargo, ya en enero de 1995, luego del doble atentado suicida en el cruce de caminos de Beith Lid, en el cual murieron 22 soldados israelíes mientras esperaban el autobús, el mismo Primer Ministro de Israel, Yitzhak Rabin, definió al terrorismo suicida como "una amenaza estratégica a la existencia de Israel".
Desde 1993 hasta el comienzo de la segunda "intifada" (o campaña planificada de terrorismo suicida contra la población civil israelí) la población civil israelí sufriría 27 atentados suicidas, los cuales sumarian el asesinato de 169 israelíes y heridas a 1206. El 90 % de ellos, civil. El punto débil de Israel había sido descifrado. La sociedad civil israelí estaba en peligro. Si el terror genera semejante daño, el país se paraliza, no viaja, no compra, llora, se escapa, no va al cine, al shopping, a la universidad, no viaja en autobús, no hay turismo, se cae la economía.
Pero la segunda ola de terror suicida sería aún, difícil de creer, mas trágica. Desde el lanzamiento de la campaña planificada de terrorismo contra la sociedad israelí por parte del presidente palestino Yasser Arafat y las organizaciones del eje del mal, bajo influencia central del régimen iraní y sirio, Israel atravesaría la peor época de su historia.
Entre Septiembre de 2000 y Septiembre de 2007, bajo el marco de la "intifada", el eje del mal llevaría a cabo la suma sin precedentes de 148 atentados suicidas.
Si en ésta época se produjeron 25680 atentados de todo tipo contra Israel y su población civil (reitero: 25.680), tan sólo 148 de semejante número fue terror suicida en las calles israelíes, apuntado directamente contra población civil. Es decir, menos del 0.5 % del terror empleado contra Israel. Las bajas israelíes como consecuencia del terror suicida desde Septiembre de 2000 se ubican en el trágico número de 721, entre los 1157 muertos israelíes en el marco de la intifada. Es decir, el terror suicida, cuyo porcentaje representa tan "sólo" menos del 0.5 % del terrorismo contra la sociedad civil israelí, ha producido el 60 % de las victimas civiles israelíes.
El arma del hombre bomba es conocida como "el arma de los pobres" y el terrorista que se explota, es considerado un "pobre sin recursos ni educación".
Estas dos premisas son, fácticamente, incorrectas desde el vamos. Como dice un ex vice director del servicio de seguridad interno de Israel, "hace años que no existe perfil del hombre bomba, cualquiera puede cumplir esa función. Los hechos indican que la mayoría no son ni pobres ni ignorantes. Al contrario, la educación secundaria y universitaria los podría caracterizar...".
El terror suicida cuenta con un " circulo", que está compuesto por aquellos que están involucrados en la utilización de este recurso, que tanto daño ha causado a Israel.
El terrorista suicida u hombre bomba, es, probablemente, el elemento menos importante en este circulo. Israel supo identificar quienes son los actores del círculo del terror. Entre ellos:

1- El líder "espiritual" de una organización terrorista. Sin este personaje, no hay Fatwa, o permiso religioso para cometer "martirio".

2- El líder "político", hoy día, incluso, ya son primer ministro o canciller: se trata de quien plantea la estrategia de la organización terrorista.

3- El departamento operativo. El mismo se encarga del diseño de la estrategia operativa, selección de los objetivos, planificador del atentado, método a utilizar.

4- El encargado financiero de la organización: aquél que recauda fondos en las mezquitas en el exterior de Israel y la Autoridad Palestina, y especialmente, de los regimenes que apoyan al terror, como Irán y Siria.

5- La familia del terrorista suicida, quienes, en decenas de ocasiones, fomentaron el camino del martirio.

6- El transportador del terrorista suicida, muchas veces, árabe israelí.

7- Ahora sí, por ultimo, el solitario que lleva la bomba en forma de cinturón, escondida en un bolso o guitarra, etc.

El liderazgo del eje del mal comprendió que el terrorismo suicida, o martirio, genera los siguientes efectos en la sociedad democrática de Israel:

1- Muertos y heridos. Es muy difícil frenar un atentado suicida una vez el terrorista cruzó la "frontera" entre Israel y la Autoridad Palestina (esa barrera de contención del terror suicida comenzaría, lentamente, a ser construida por la democracia israelí desde mediados de 2003, es decir, 10 años después de producido el primer atentado suicida contra la población civil israelí).

2- Graves daños materiales, como destrucción física de autobuses, restaurantes, discotecas, cafeterías, cines, estaciones de buses y demás.

3- Alta cobertura de los medios de comunicación

4- Influencia psicológica directa en la sociedad israelí: imágenes de destrucción en las calles israelíes como motivadores de pánico generalizado en la sociedad.

5- Paralización del país

6- Copia del modelo del martirio por parte de otras organizaciones terroristas

Israel Derrotó al Terrorismo Suicida
El punto de inflexión del uso del método del terror suicida fue, incluso, simbólico. Quizás, justamente, por el grado de simbolismo, Israel haría un cambio de 180 grados en su política de lucha contra el terrorismo suicida.
El 30 de Marzo de 2002 se produciría uno de los atentados mas graves en la historia de Israel. Un hombre bomba, un bolso de espalda, 15 kg de explosivos y la clásica celebración de Pesaj en el hotel Park de la mediterránea ciudad de Netanya. El costo seria 32 civiles israelíes asesinados, 129 heridos, todos ellos, mientras celebraban la "fiesta de la libertad", Pesaj.
Resulta incluso frustrante, pero fue ese el momento que generó que Israel se libere de viejas concepciones que le impedían luchar contra el terrorismo de manera activa. La defensa frente a la lucha contra el terror, se transformaría en una defensa activa, ofensiva. El chip israelí cambió a partir de entonces, la decisión política fue ir en busca del terror suicida, no con guardias de seguridad en las entradas de shoppings u hoteles, escuelas o autobuses, sino a través de los medios militares y de inteligencia con los que cuenta el país. ¿Donde?, ¿Donde está el terror?. El terror es invisible, contesta uno, el otro agrega, "es una batalla perdida".
El terror seria fácilmente ubicable. Sólo hacía falta coraje, decisión y un largo respiro.
Los Cuarteles del Terror : El terror se busca en su escondite. ¡No en el autobús!
Hasta fines de marzo de 2002, Israel tenia como premisa de seguridad no ingresar en territorios autónomos palestinos, bajo el control total de Yasser Arafat. El temor a la critica internacional, el daño a la imagen de Israel, el temor a las bajas civiles palestinas en caso de ingresar en territorios autónomos, sumado al temor por las bajas de soldados en operaciones de este tipo, paralizaron a Israel. Pero esta "concepción" israelí se mostró equivocada: es posible luchar frente al terror en sus mismos escondites, decían los jóvenes comandantes de las fuerzas de tierra de Tzahal.
Así fue como, luego del trágico mes de Marzo de 2002, en el cual fueron ferozmente asesinados 149 civiles israelíes en 21 atentados suicidas, Israel cambió el chip.
La operación "muro defensivo" tenia un racional muy claro: "ingresar a toda zona bajo control de la AP, buscar al terror, desmantelar laboratorios de explosivos, capturar documentos que prueben el terror suicida fomentado por la cúpula de la AP, y salir. Cuando poseamos información exacta de inteligencia acerca de la ubicación de cualquiera de los miembros del circulo del terror, ingresamos, actuamos y salimos" [1]. El temor de ingresar en los campamentos de refugiados palestinos y en las comandancias de la Autoridad Palestina quedó en el pasado. La operación trajo frutos que hasta el día de hoy, Septiembre de 2007, Israel disfruta. En el plano táctico, a corto plazo, Israel capturaría a mas de 100 terroristas suicidas en apenas 3 semana de acciones militares más allá de la frontera de Israel. Además, toneladas de documentos que prueban el involucramiento de Arafat en el terror contra civiles israelíes, desmantelamiento de la infraestructura de Hamàs, Jihad Islámica y Fataj en la AP y la captura de cientos de terroristas de dichas organizaciones, quien proveerían información acerca de las mismas, cuyo valor no tiene precio.
En el plano estratégico, el éxito de la operación reside en el cambio de concepción de la cúpula política y militar de Israel : es posible derrotar al terror, necesitamos una política ofensiva. La mentalidad de buscar al terrorismo en sus escondites y no esperarlo en las estaciones de buses en Tel Aviv o Jerusalén, tiene su origen en el "muro defensivo", Abril 2002.

Los resultados se revelarían con claridad, pasados los años:

Si entre Septiembre de 2000 hasta Diciembre de 2000 hubo 4 atentados suicidas,

Si en el año 2001 hubo 35 (!!) atentados suicidas,

Si en el año 2002 hubo 61 (!!) atentados suicidas,

Si en el año 2003 hubo 26 (!!) atentados suicidas,

Ya en el 2004 advertimos el comienzo del triunfo israelí frente al martirio:

2004 : 15 atentados suicidas

2005 : 6 atentados suicidas

2006 : 3 atentados suicidas y 2007...un sólo atentado suicida.

Israel venció al terrorismo suicida. La concepción ofensiva, la cerca de seguridad que se construye, aunque sin estar finalizada, desde mediados de 2003, la ampliación de las fuentes de inteligencia y la captura de terroristas todas los días en los territorios autónomos palestinos influyen directamente en la capacidad de las organizaciones y países de la red del terror en cometer atentados contra Israel. En las cárceles israelíes se encuentran presos, con todos los derechos que un estado democrático debe dar a sus presos, como educación, limpieza, salud, visita de familiares, etc., 572 terroristas suicidas que sobrevivieron el acto del martirio, debido a que fueron capturados antes de tiempo. El paraíso, para ellos, todavía está lejos. Éstos son algunos de los presos que reclaman su liberación. Como si hubieran robado… una gallina.

Conclusión
Si Israel no se duerme, el fenómeno del terrorismo suicida quedará en el pasado. Una triste y difícil etapa, la cual superó con creces. Aquellos que niegan la posibilidad de derrotar al terrorismo a través de las armas con las que cuenta una democracia, se equivocaron. Plantear la imposibilidad de derrotar al terrorismo significa, invariablemente, el fin de la democracia, el triunfo del chantaje terrorista. Israel demostró, estos últimos años, que es posible y viable combatir al terrorismo a través de las armas. Y derrotarlo. Esto no significa el fin del conflicto, pero definitivamente, contiene las ambiciones destructivas del eje del mal.

Pero recordemos un punto significativo:
Vencer al terror suicida significa que el volumen de terror es tan pequeño, que no influye en la vida de la sociedad democrática, en su rutina y en sus valores.
El logro sin precedentes de haber disminuido el terror de los "mártires" de 60, como en el 2002, a "sólo" uno en lo que va del 2007 (Eilat, Enero 2007, tres muertos), es una derrota total que se atribuye Israel, sus fuerzas de defensa y la comunidad de inteligencia.
Por esta razón, desde la perspectiva del eje del mal, habrá que combinar el terror suicida con otro método de terror contra la sociedad israelí. Bienvenidos al mundo de los misiles, diría el jeque Yassin y su compañero de danzas, Hassan Nasrallah.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Sionismo y Cristianismo
Por: Gustavo Perednik


A la hora de evaluar a los enemigos que el pueblo judío ha tenido a lo largo de la historia, frecuentemente olvidamos a los amigos no judíos que hemos sabido tener. De la mano del autor de esta nota, nos enteramos que muchos de ellos, incluso, precedieron a nuestros precursores sionistas en la idea de una "república judía", y que el libro de cabecera de los primeros jalutzim la escribió un inglés de pura cepa cristiana.
El coronel Charles Churchill exhortaba a las autoridades de su país a que ayudasen a los judíos a retornar a su patria ancestral. Lo hacía nada menos que en 1841, cuando muy pocos consideraban viable ese retorno. Churchill le presentó un proyecto muy concreto a Moisés Montefiore, que eventualmente se frustró por el recontrol de los turcos sobre Palestina.
Más aún que ese rechazo, lo frustró a Churchill el hecho de que los principales beneficiarios de la aventura, los judíos, no reaccionaron con el entusiasmo que podía esperarse de ellos. Por eso concluyó por abandonar su empeño sionista.
En efecto, los judíos comenzaron a responder masivamente al llamado sionista sólo cuando estallaron los pogroms en Rusia, cuatro décadas después, en 1881. Lo cierto es que en el mundo cristiano unos cuantos se habían adelantado a los precursores judíos del sionismo moderno. La historia de esa gente fue escrita muy parcialmente, y confiamos en que algún día esa página gloriosa de la cristiandad sea más conocida y estudiada.
No resulta fácil indicar la fecha de nacimiento del sionismo cristiano, más habitualmente llamado Restauracionismo. Yona Malachi fija como pionero a Thomas Brightman (m. 1607) y entiende a estos innovadores como un desprendimiento del pietismo protestante en Inglaterra del siglo XVI.
En el siglo XVII se extendió a otros nacionales, como el francés Isaac de le Peyrere o el danés Holger Paulli, quienes llevaron la idea de adquirir Palestina para los judíos a diversas mesas de negociaciones diplomáticas. Cuando terminaba el siglo XVIII Napoleón Bonaparte emitió su Proclama a la Nación Judía en la que pedía apoyo para restaurar un Estado hebreo en la Tierra de Israel. Tres lustros después la era napoleónica llegaba a su fin y las añoranzas del sionismo cristiano penetran en la más excelsa literatura, como en las Melodías Hebreas del máximo romántico inglés, Lord Byron, quien en 1815 escribió versos conmovedores:

"El nido a la paloma contiene

y al zorro su cueva oscura

cada nación patria tiene

e Israel –¡la sepultura!"

Los puritanos habían transmitido su devoción por la Biblia, por el idioma de ésta y su nación, a los peregrinos que se lanzaron al Nuevo Mundo. Allí pueden rastrearse las profundas raíces de la amistad que el pueblo norteamericano profesa por Israel. Los motivos bíblicos poblaron la gesta independentista en Norteamérica. Los peregrinos que cruzaban el Atlántico se sintieron hebreos atravesando el Mar Rojo, perseguidos por el rey de Inglaterra, "el moderno Faraón", y bajo el liderazgo de Washington y Jefferson, a quienes llamaron "Moisés y Arón".
John Adams (primer vicepresidente y segundo presidente norteamericano) llamó al pueblo hebreo "la nación más gloriosa que jamás haya aparecido sobre la faz de la tierra". Su colega, amigo y competidor político fue Thomas Jefferson, el llamado "profeta del sueño americano". (Es notable que ambos fallecieron justo el mismo día, el 4 de julio de 1826, exactamente medio siglo después de que se declarara la independencia). En la correspondencia que se intercambiaron había un gran interés por la historia de los judíos y admiración por los logros de éstos. No son causas meramente políticas o económicas las que dictaron cuál fue el primer país en reconocer al Estado de Israel y su más perseverante aliado.
Decenas de ríos y aldeas norteamericanas recibieron nombres bíblicos, y algunas universidades como Harvard y Yale, utilizaron sus lemas en hebreo y no en latín. Hasta 1819 el discurso de apertura de los estudios en la primera de ellas, la universidad más importante del mundo, se pronunciaba en hebreo.
También el fundador de la Cruz Roja Internacional fue un activo sionista cristiano a partir de 1863. Jean-Henri Dunan fundó en Londres la Sociedad de Colonización de Palestina y negoció tanto con Napoleón III como con el gobierno turco.
Los ingleses sobresalieron más que ningún otro grupo. Cuatro de ellos caben mencionarse: Hechler, Oliphant, George Eliot y Balfour. William Hechler fue la mano derecha de Teodoro Herzl. Laurence Oliphant trajo a Palestina a un secretario privado que hablara hebreo, Naftali Herz Imber, creador del Hatikva.
Y la última novela de George Eliot, Daniel Deronda, fue una especie de introducción literaria a la Declaración Balfour. Un año después de que La Nación de Buenos Aires publicó la novela judeofóbica La Bolsa y de que Leandro Alem fundara el Partido Radical (que gobierna hoy la Argentina), llegaba al país en 1892 un militar casi cincuentón. No lo llevaba una misión diplomática sino a revisar las colonias israelitas establecidas en Entre Ríos por la Asociación de Colonización Judía que tres años antes había fundado el Barón Mauricio de Hirsch.

LA NOVELA SIONISTA
El visitante había nacido en la India, de padres judíos apóstatas, y pese a ese hogar totalmente asimilado, a los veinte años descubrió su identidad hebrea iniciando una vida en la que se equilibraron una intensa actividad judía con una clara vocación de servicio al imperio británico. Así fue como Albert Edward Williamson Goldsmid, designado coronel en 1894, comandaba un regimiento Galés cuando se encontró con Teodoro Herzl. En Cardiff, el coronel Goldsmid recibe a Herzl en su casa, le narra sus experiencias en la Argentina, y le ofrece sus servicios con significativa presentación: "Yo soy Daniel Deronda". Según el historiador Cecil Roth, Herzl había tenido en cuenta a Goldsmid para importantes funciones en el Estado judío en formación.
La búsqueda de sus propias raíces por parte de Goldsmid había servido de inspiración para la novela de George Eliot, publicada en ocho libros en 1876. El argumento es básicamente el siguiente: una cantante da a luz a un bebé y se lo entrega a un admirador a fin de que éste lo eduque. De este modo intentaba ahorrarle al niño los sufrimientos que consideraba inherentes al ser judío. Daniel Deronda crece de este modo en un hogar de comprensión y de riquezas pero, según lo convenido, se le oculta su origen judío. Paradojalmente, el joven se siente atraído por los israelitas a quienes conoce desde la misma escuela, especialmente hacia Mirah, una joven a la que salva de ahogarse y en busca de cuyos familiares entra en contacto directo con muchos judíos, sus opiniones y anhelos diversos.
Uno de ellos, Mordejai, es quien más influyó en la vida de Deronda, y con quien sostiene charlas filosóficas que crean en él admiración, y el deseo de ser judío. Mordejai es pobre y enfermo y por ello desea hallar algún correligionario a fin de cumplir con la misión de revivir al pueblo judío en su tierra.
George Eliot cerró el círculo narrativo a modo de aquellos viejos cuentos populares en cuyo desenlace un plebeyo, príncipe de nacimiento, descubre su origen. Deronda viaja a Frankfurt y allí lo reconoce un gran amigo de su abuelo, quien se comunica con la madre del joven, veinticinco años después del abandono. La verdad se revela: el protagonista se entera jubiloso de su ascendencia y descubre su recuperada identidad ante su amigo y ante Mirah, con quien se casa y viaja a la Tierra de Israel para, según la recomendación de Mordejai, "recrear una república judía".
Hasta aquí el argumento de la novela, que es al mismo tiempo un relato de amor, un análisis de la sociedad victoriana que llegaba a su fin, un estudio de relaciones humanas y, como producto de una pluma cristiana, una notable comprensión de la cuestión judía.
George Eliot le escribe a su colega norteamericana Harriet Beecher Stowe (la de "La Cabaña del Tío Tom") "…me sentí estimulada a tratar a los judíos con tanta benevolencia y comprensión como mi conocimiento me lo indicara".
En la biografía de Eliezer Ben Iehuda, renovador de la lengua hebrea, leemos: "En 1876 cuando Eliezer iba al colegio en Dwinsk, George Eliot escribió Daniel Deronda, que durante años constituyó la Biblia para los sionistas".
Una nueva escuela de escritores en Rusia, como Peretz, Gordon y Smolenskin, hicieron de la restauración judía su ideal, del hebreo su idioma, y de Daniel Deronda su novela. Otra escritora cuyo interés por lo judaico fue promovido por esta lectura fue Emma Lazarus, poetisa neoyorquina de origen sefaradí. Su tragedia en verso Danza de la Muerte está dedicada a George Eliot e incluida en los Cantos de una semita. Recordemos que el soneto El nuevo coloso (1883) de Emma Lazarus, tuvo el privilegio de ser grabado veinte años después nada menos que en la Estatua de la Libertad. Se transformó así en una oda inmortal a la libertad norteamericana, que reza: "Enviadme los sin hogar, los que arrojó la tormenta. Yo alzo mi luz en la dorada puerta".
Existe una larga lista de cristianos que supieron entender, valorar y apoyar la lucha de Israel. La nación inglesa ha enriquecido esa lista con figuras descollantes como el periodista Charles P. Scott, el historiador Thomas Macaulay, el comandante John Henry Patterson y el estadista Arthur James Balfour. En lo que a literatura se refiere, George Eliot ocupa un lugar de privilegio en esa nómina.