miércoles, 30 de enero de 2008

Miente que algo queda

Gabriela, autora del magnífico blog http://am-israel-jai.blogspot.com/, dejó un comentario en la siguiente dirección: http://elrejunteil.wordpress.com/2008/01/29/una-vision-global :

Hace poco Bush anduvo de gira “turística” por Medio Oriente.
Se le escaparon unas cuantas mentiras para quedar bien con los enemigos de Israel, mentiras tras mentiras que se van perpetuando en el tiempo como verdades, no por nada Goebbels decía “miente, miente que algo queda”.
Bush habló de “la vergüenza que implican los territorios ocupados por Israel”, desconociendo una verdad histórica. Más allá de su cara de piedra, porque ÉL tiene un ejercito de ocupación en Irak donde desembarcó sin motivos aparentes con mentiras acerca de armamentos químicos y biológicos que nunca aparecieron.
Israel retiene ciertos territorios desde 1967 para ejercer su derecho de autodefensa, luego de un ataque simultáneo de los poderosos ejércitos de Egipto, Jordania, Irak y Siria superiores en poderío pero no así en estrategia con lo que Israel resultó victorioso. Esos territorios que ahora se encuentran en disputa con los musulmanes, retenidos por Israel en 1967 no pertenecían a nadie en realidad. Judea, Samaria y el Este de Jerusalem eran territorios neutrales que se apoderaron los jordanos luego de 1948 hasta junio de 1967. Nadie le reconoció a Jordania la soberanía de esos territorios excepto por Gran Bretaña y Pakistán. Hasta ese momento no existía ninguna entidad “palestina” que reclamara esos territorios, porque el “pueblo palestino como tal NO EXISTE”. Los musulmanes que vivían en esos territorios hasta 1967 se autodenominaban a sí mismos “la Provincia Siria” porque dependían administrativamente de Damasco.
Hay cientos de resoluciones de la ONU que hablan de los pedidos de creación del Estado de Israel anteriores a 1947. Las resoluciones que hablan de la creación de “un estado palestino” corresponden a las cercanías del año 2000 (te invito a que googlees al respecto). El invento de un “Estado y Pueblo Palestinos” surge de la mente de Yasser Arafat en 1964 cuando creó la “Organización para la Liberación de Palestina”. En su momento su idea no era solamente borrar del mapa a Israel, su idea era dominar todo el territorio que alguna vez fue el Mandato Británico en Palestina y que en teoría había sido prometido como Hogar Nacional Judío.
Sus aspiraciones bajaron un poco de nivel cuando el Rey Houssein de Jordania en 1970 eliminó de un pestañeo mediante el asesinato a casi 200000 personas en lo que se conoció como “Septiembre Negro” echando a la OLP y a su líder Arafat de Jordania. Nadie se rompe las vestiduras en duelo cuando los árabes se matan entre si. Nadie llora ni se acuerdan de esos crímenes de lesa humanidad cometidos por el Rey Houssein y por los Jordanos. Pero la muerte de un solo terrorista asesino en manos no musulmanas genera cataratas de información que se repiten cada cinco minutos bombardeando las mentes, generando víctimas y mártires falsos e induciendo y sugestionando a la población mundial a tomar partido y sentir pena por el terrorista asesino.
La entidad “palestina” surge con fuerza luego de la Guerra de los Seis Días en que Israel resulta victorioso (a decir de Jorge Luís Borges en un poema, “Israel”, que escribió en su libro Elogio de la Sombra en 1969), “hermoso como un león al mediodía”.
Zuheir Muhsein, fallecido jefe del Departamento Militar de la OLP y miembro de su Consejo Ejecutivo declaró al diario holandés Trouw en marzo de 1977: “El pueblo palestino no existe, la creación de un estado palestino tiene únicamente la finalidad de continuar nuestra lucha contra el Estado de Israel para preservar nuestra unidad árabe… Únicamente por razones tácticas y políticas hablamos hoy de la existencia de un pueblo palestino… para contrarrestar al sionismo”.
Nos exigen, nos exigen y nos exigen pero nadie da nada a cambio. Ya desde hace décadas estamos liberando terroristas con sangre judía en sus manos para que liberen a Jonathan Pollard (con su cautiverio empezó esa costumbre), un agente de la CIA que brindó información vital a Israel para su seguridad que correspondía que Israel recibiera y se la estaban escondiendo. Israel cumplió con todos los requerimientos, Jonathan se declaró culpable (sin serlo) y pidió sinceras disculpas. Hace un cuarto de siglo que cumple la pena de cadena perpetua, se pagaron en distintas oportunidades diferentes precios tras la promesa de su liberación y los norteamericanos incumplieron sus compromisos. Quien más se benefició por esos precios que pagó Israel fue Bill Clinton, que nos traicionó en innumerables oportunidades.
Israel a pedido de Estados Unidos viene liberando árabes asesinos de sus cárceles. La idea es demostrar buena voluntad en las negociaciones de Paz. También cumpliendo con esos pedidos nos hemos retirado del Sur del Líbano (lo que hizo que miles de cristianos libaneses tuvieran que exiliarse para no ser asesinados por los musulmanes terroristas de Hezballah), nos retiramos de Gaza (dejando a miles de judíos sin hogar, sin trabajo, con cientos de familias rotas por divorcios, cientos de suicidios y personas con problemas de depresión, un tremendo incremento de la tasa de fallecidos entre esas personas por problemas cardíacos, etc.) y que se logró. Todo lo contrario a lo esperado.
Tanto el Sur del Líbano como Gaza se convirtieron en plataformas de lanzamiento de cohetes kassam y katyusha hacia Israel. Hace poco dos muchachos que transitaban una carretera fueron asesinados por personal de la policía palestina, a quienes Israel entregó también siguiendo con los pedidos yanquis de “buena voluntad” armamentos para que puedan “poner orden” en la “autonomía que ¿gobiernan?”.
A tres días de la visita de Bush a Medio Oriente, se lo vio a Abbas, nuestro “interlocutor moderado para la Paz” en una conferencia de prensa.
http://rotter.net/User_files/forum/478b87af080d27b8.jpg
http://bokertov.typepad.com/btb/images/2008/01/15/plo_mtg_0108_w_plo_emblem.jpg
Detrás de Abbas hay un mapa de Israel donde el Estado de Israel no existe. En su lugar hay un territorio musulmán llamado Palestina. Lo que te da la pauta que nuestro “interlocutor para la Paz” tiene hacia su pueblo un discurso donde incita a eliminar a los judíos del mapa (en ese aspecto hay que reconocer que Ahmadinejad de Irán es más sincero), pero para la “gilada” para los “buenudos ingenuos” de Occidente, habla de “Dos estados para dos pueblos”.
La única motivación que lo llevó a Abbas a participar de la Conferencia de Paz de Annapolis no fue lograr acuerdos con los judíos. De hecho que declaró públicamente que no reconocía a Israel como un estado judío sino como “un territorio donde vivían también judíos”. Abbas fue a Annapolis porque era la única forma de conseguir que la Unión Europea le suministrara 5600 millones de dólares en dádivas.
El día que los musulmanes decidan bajar sus armas se van a terminar el 95% de los focos de guerra en el mundo (tal vez ese día sea un buen comienzo para la llegada del Mesías), si algún día los judíos, o más precisamente Israel que nos representa, decidieran bajar las armas que utilizan para ejercer el derecho de autodefensa, sería su suicidio colectivo, desapareceríamos en el acto Israel y los judíos.
Esa es la triste realidad, aunque duela asumirla.
Lo único comparable a la falta de palabra de los USA es su falta de inteligencia. Siento decir esto sobre quien es el supuesto mayor aliado de Israel pero es la realidad. Nunca han sido de fiar porque actúan a golpe de encuesta y popularidad y te venden en el momento en que vean peligrar la poltrona. No eran de fiar cuando no bombardearon los campos de la muerte ni los ferrocarriles que conducían a ellos y no son de fiar ahora. Israel debe defenderse solo, por encima de idiotas externos o internos.

Vigencia de un discurso histórico

ANTE LA RESOLUCION DE LA UN 3379 DE 1975 QUE EQUIPARA SIONISMO CON RACISMO
6 De noviembre de 1975
Durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que se adoptó una resolución por la cual se equipara al movimiento de liberación nacional judío – el Sionismo – al racismo, una de las grandes voces que resonaron en el recinto de la UN contra esta aberrante resolución, fue la del Padre Nuñez, representante de Costa Rica ante el foro internacional.
Extraido de http://www.porisrael.org en su sección de perfiles.
Texto completo

Señor Presidente:
Es esta la primera vez que hago uso de la palabra en este período de sesiones y es por ello que me permito presentarle mi tarjeta de visita:
Soy el Padre Nuñez, sacerdote católico por profesión y convicción; hombre de izquierda, como que algunos en mi patria sin serlo me llaman "el cura comunista" y represento en este momento a un pequeño país pero una gran democracia, que se llama Costa Rica. En los años 1954 al 1956, siendo Jefe de la Misión de mi país luché desde esta misma Tribuna, por la in-dependencia de Argelia, Indonesia, por la lucha de Nueva Guinea frente a Holanda, Chipre frente a Inglaterra; revisen Uds. las actas de entonces y verán cómo supe plantarme frente a grandes potencias en luchas que consideré justas y sagradas.. Como Embajador de Costa Rica tuve el privilegio de vivir dos años de intensidad en Israel y en los así llamados territorios ocupados. Soy, lo que los abogados llaman, un testigo presencial.
Conozco los hechos por haberlos vivido; y, porque los conozco, he considerado mi deber hacer uso de la palabra en esta Asamblea. El hombre que conoce la verdad y no la dice es, no solo un cobarde intelectual, sino que merece ser juzgado como alguien que traiciona a su Dios, a su fe y a sus hermanos. Tengo la certeza que en esta sala hay también testigos de la verdad que yo he vivido. Por ser Siervo del Señor, solo El puede mandar en mí y juzgarme. Soy, además, demasiado viejo, para salirme – a estas alturas de la vida – de la senda de la verdad, pero simultáneamente, me siento demasiado joven para quedarme callado cuando veo que se quiere trastocar la verdad y sentar en el banquillo de los acusados a un Estado y a todo un pueblo".
Se trata aquí de la "Cuestión Palestina"; el mismo asunto que año tras año, ha quitado a esta Asamblea horas preciosas; pero este año es diferente: durante todos los años se hablaba aquí de "derechos legítimos del pueblo palestino" y eran pocos los que sabían qué es lo que ello quería significar; y, la verdad, es muy difícil que alguien, en forma abstracta pueda oponerse a "los derechos legítimos de un pueblo". En cambio ayer, 5 de noviembre, el mismo día y creo que a la misma hora en que en Washington, en el Congreso de los Estados Unidos, el señor presidente Sadat, hablando de los árabes palestinos repartís cariñosamente ramitas de olivo, aquí, en Nueva York, el representante oficial del Movimiento de Liberación (OLP), tuvo la franqueza, que agradezco de decir claramente en qué consiste el atan anunciado derecho legítimo del pueblo palestino. Dijo, y así está escrito también en la página primera del texto que se distribuyó: cito. "La solución israelí no solo ignora la esencia del problema palestino, pero insulta la inteligencia de los Estados miembros representados en esta Asamblea y desafía los principios de la Carta. La esencia del problema, señor Presidente, es la liberación de la Palestina geográfica ahora totalmente bajo ocupación israelí", terminó la cita.
Señor Presidente: Si hay algún insulto a la inteligencia de los miembros de esta Asamblea es sostener lo que ha sostenido el representante de la O.L.P. Basta abrir cualquier texto de historia para constatar que el territorio que hoy tiene Israel es una ínfima parte de lo que era la Palestina histórica y que el territorio que la Liga de las Naciones entregó bajo mandato a Inglaterra para crear el Hogar Nacional Judío comprendía incluso solo una parte de la Palestina histórica, en una extensión de 110.000 kilómetros cuadrados; y que de esos 110.000 kilómetros cuadrados, el gobierno inglés, en una primera partición convirtió 80.000 kilómetros cuadrados en una entidad política soberana, llamándola Transjordania, dejando solo 30.000 kilómetros cuadrados al este del Jordán, que serían nuevamente partidos en 1947, cuando las Naciones Unidas resolvieron recomendar la creación de un Estado Judío y un Estado Arabe. Estos son los hechos; ¿Cómo es posible que el fanatismo pueda enceguecer tanto a los hombres hasta llevarlos a sostener tan flagrante falsedad histórica?
Quiero analizar con toda precisión la falacia de los argumentos de los gobiernos árabes y de la O.L.P. en el problema del Medio Oriente; ellos sostienen que la paz volverá a la región cuando se cumplan dos condiciones: 1) Que Israel devuelva los territorios que ocupó con motivo de la guerra de 1967, llamada la Guerra de los Seis Días, y 2) Que se reconozcan los legítimos derechos del pueblo palestino.
Para demostrar que esta posición es falsa de falsedad absoluta, yo pregunto: el 14 de mayo de 1948, cuando se creó el Estado de Israel, no había problemas de refugiados árabes ni había problemas de territorios. ¿ Porqué entonces los ejércitos de todos los países árabes vecinos se lanzaron como lobos hambrientos para destruir el naciente Estado de Israel ? ¿ Porqué no tuvieron los árabes la hidalguía de aceptar un pequeño Estado Judío de apenas 14.000 kilómetros cuadrados aproximadamente ? ¿ Y porqué no crearon el Estado Arabe con su población y territorio, como lo propuso la Asamblea General ? La respuesta es una sola: Los caudillos árabes de entonces, como la mayoría de los de ahora, y conste que no digo pueblo árabe, porque el pueblo árabe ni entonces ni ahora fue ni es consultado ni en éste ni en ningún otro problema; los caudillos árabes, repito, no quisieron entonces ni quieren ahora aceptar una entidad autónoma, un Estado Judío democrático. El entonces líder árabe, el Mufti de Jerusalén, aliado y discípulo de Hitler, también era partidario de una solución final: un mundo sin judíos; sus discípulos de hoy incitan al genocidio del pueblo judío aprobando que el sionismo es racismo y discriminación racial.
Los refugiados árabes fueron consecuencia de la ceguera de los líderes árabes; los refugiados árabes no fueron la causa del ataque de los Estados Arabes en su desatinada embestida contra Israel, sino que fueron la consecuencia de dicha guerra. Y, conociendo como conozco a ambos pueblos y las declaraciones de los voceros egipcios y de la O.L.P. y de otros gobernantes árabes, de "lanzar a los judíos al mar" yo debo declarar que tengo la firme convicción que si hubo refugiados árabes es porque el pueblo judío de Israel, que es su ejército, es un pueblo en un Estado con profundos y arraigados principios morales y de humanidad, por eso hubo refugiados árabes. Si, Dios no lo permita, los árabes hubiesen vencido en cualquiera de las guerras, no hubiera habido refugiados judíos, porque no hubiese quedado un solo judío con vida.
Digamos otra verdad. El problema de los refugiados árabes no se ha solucionado porque los gobernantes árabes no lo quisieron solucionar, pues los sigue usando como arma política. En los últimos 28 años el mundo ha sido testigo de cómo se solucionó satisfactoriamente el problema de cincuenta millones de refugiados en distintos países y pueblos; en 27 años, el pequeño Estado de Israel, con todos su problemas, con todas las guerras que le declararon, supo absorber mas de 700.000 refugiados, principalmente de los países árabes; en una pobla-ción total que hoy apenas pasa de los 3.000.000, y en un pequeñísimo territorio; en cambio los Estados Arabes, con mas de 100.000.000 de habitantes, con una superficie de mas de 12.900.000 kilómetros cuadrados y con el tremendo poder económico de su petróleo, no han podido solucionar el problema de poco mas de 500.000 árabes, que ellos mismos, con su ceguera e irresponsabilidad convirtieron en refugiados. Pero, seamos más precisos con las palabras: no es que no han podido, sino que no han querido solucionarlo. Las Naciones Unidas han gastado ya en los refugiados mas de 1.250.000.000 de dólares. Si ese dinero se hubiese gastado en forma positiva por los árabes en educación, sanidad, habitaciones, industrias, hoy no existiría el problema. Recuerdo aún, con qué dolor veía yo, en la entrada de Jericó y como rodeándolo centenares de casas construidas con el dinero del mundo, casas abandonadas por palestinos que recibieron órdenes de sus líderes en 1947 de pasar a Transjordania, donde nuevamente empezaron a vivir como refugiados.
Pero dejemos la historia, cuyo reloj gobiernos árabes quieren atrasar ahora en forma tan falaz. No quiero distraer la atención de los señores delegados hablando sobre los derechos históricos y milenarios del pueblo judío sobre las tierras de Israel, eso también se encuentra en los textos de la historia.
¿ Qué es lo que se pretende ahora ? Ya lo dijo el representante de la O.L.P. en la sesión del 5 de noviembre pasado: "la liberación del territorio geográfico palestino ahora totalmente bajo la ocupación israelí". Ya analizamos la falsedad de este planteamiento; pero, cualquiera que sea el territorio a que se refiere, no cabe duda que lo que se pretende es la eliminación del Estado de Israel. Eso explica porqué la O.L.P. no acepta ni quiere aceptar la resolución 242 de estas Naciones Unidas, porque esta resolución reconoce la existencia de un Estado que ellos quieren eliminar, un Estado que debe tener fronteras seguras. Eso explica porqué en la proposición de resoluciones que están circulando y que, no sé aún si ha sido presentada, no se habla de la resolución 242; cosa curiosa: Yo recuerdo con qué devoción se aferraban años atrás a la resolución 242, esos mismos gobiernos árabes, que ahora apoyan y empujan a la O.L.P.. Sí se habla en cambio de crear una Comisión, que dentro de un plazo ínfimo, ponga en marcha toda una maquinaria burocrática con un solo objetivo: eliminar del mapa al Estado de Israel; eliminarlo de las Naciones Unidas, se habla de la facultad de aplicar sanciones, suspensión y expulsión y, lo que es mas grave, destruir de un solo golpe el pequeño paso hacia la paz que es el reciente acuerdo.
Señor Presidente, en toda esa usina de mentiras y falsedades se trata de levantar una cortina de humo para ocultar un hecho de trascendental importancia. ¿A quién representa la O.L.P. ? ¿A los 470.000 árabes de Israel? ¿A los aproximadamente 1.000.000 de árabes palestinos en los territorios ocupados después de la Guerra de los Seis Días? ¿A los 650.000 árabes palestinos que viven, trabajan y gobiernan el reino de Transjordania, constituyendo una mayoría de su población? ¿Quién les ha dado poder de representación? ¿Un congreso de gobernantes árabes, que tampoco representan a sus pueblos? ¿Han hecho algún plebiscito? Ellos, que se enjuagan la boca hablando de autodeterminación de los pueblos,
¿ en nombre de quién están hablando y congestionando al mundo ?
Yo pregunto concretamente: si ellos representan a los árabes palestinos ¿Por qué fueron expulsados por sus propios hermanos palestinos de Jordania, en setiembre de 1970 ? ¿ O es que pretenden que el Rey Hussein y los palestinos que viven en paz en Jordania, también son sionistas ? ¿Por qué el auténtico pueblo libanés que vivía en paz, trabajaba y progresaba, y era una de las pocas democracias en el mundo árabe, empezó a convulsionarse con la llegada de los terroristas palestinos? ¿También le van a echar la culpa a los Sionistas?
Digámoslo de una vez: la O.L.P. no representa a los árabes palestinos.
Créanme, yo trato de comprender a la gente de la O.L.P., mi misión es comprender a los hombres. Ellos fueron amamantados por los gobiernos árabes con el vinagre del odio; pero aún así ¿cómo es posible tanto odio, tanta injusticia, tantos crímenes de seres inocentes?

? Cómo es posible tergiversar y retorcer en tal forma la historia ¿
La paradoja trágica es que nos encontramos con dos conglomerados humanos y los dos hablan de paz. Y uno se pregunta, ¿como es posible que tanto Israel como los árabes hablen de paz, si en realidad quieren paz, porqué tantas guerras ? La verdad es que cada uno piensa en una paz diferente: los israelíes en una paz que les permita construir y consolidar un Estado democrático, progresista, que pueda ser faro de luz para su pueblo, y para todos los pueblos que en realidad quieran vivir como hermanos. Los extremistas árabes también hablan de paz para esta zona, pero ellos quieren para Israel la paz de los cementerios, y se han encontrado con una generación de judíos que han regresado a la tierra de sus antepasados no para cavar sepulcros, sino para construir caminos de libertad, plantar árboles de vida y construir ciudades de progreso. Esta es la diferencia de la paz que cada uno pretende en Medio Oriente.
Esto de pedir la extinción del Estado de Israel, que en su sola formulación constituye uno de los crímenes mas grandes de la historia, parecería que no es suficiente para los gobernantes árabes y la O.L.P. Borrachos de euforia por una mayoría aplastante en esta casa, han aprobado en la Tercera Comisión la aberración histórica mas grande que pueda imaginarse; una blasfemia a la verdad y al sentido común; qué digo, un insulto a la decencia humana; han aprobado que Sionismo es racismo y discriminación racial. ¡ Que paradoja tan trágica ! Ese pueblo judío, con su ideal de Sion, ese pueblo, la mas grande víctima del racismo y de las persecuciones raciales, resulta ahora, por resolución de una "petromayoría", un Pueblo y un Movimiento racista. La verdad que mas que realidad parece una pesadilla dantesca. A esa misma mayoría puede ocurrírsele votar una resolución que diga: "Nosotros, mayoría en las Naciones Unidas, resolvemos y decretamos que desde hoy Dios no existe".
Señor Presidente: Necesitamos hacer una coalición de pueblos y hombres de buena voluntad para empezar a borrar el odio dentro del grupo de gobernantes árabes; tenemos que arrancárselo de sus corazones y de sus mentes, como se arranca la mala hierba. El odio es el bastardo nacido de la unión de la estupidez y la mala fe y se alimenta de mentiras; una vez crecido se convierte en un monstruo que devora todo lo que se le hecha, y, muchas veces a sus propios creadores. Estoy convencido que hay árabes que comprenden que con estos "festiva-les" antiisraelíes y antisionistas nos alejamos de la paz y destruimos los honrados esfuerzos que estamos haciendo para llegar a ella. Quiera Dios que vivamos el día de escuchar esas voces.
Esta institución de las Naciones Unidas, que fue creada hace 30 años para convertirse en Templo de fe en la verdad, en la hermandad entre los pueblos, para convertirse en un Templo de Civilización, se está convirtiendo rápidamente en una selva de incivilización donde rige la ley del mas fuerte, del mas poderoso, del que puede amenazar de muerte y matar. Yo, humilde sacerdote de Dios, me dirijo a los señores delegados que representan gobiernos que también representan a sus pueblos y les pregunto: ¿ Ustedes lo van a permitir ?.
Serénense nuestros espíritus y elévense nuestras almas por sobre el odio y la maldad humana. En nuestras manos está en este momento el destino, no solo de este Organismo de las Naciones Unidas, sino el futuro de algo más grande que, a lo mejor, aún no alcanzamos a comprender. De ustedes depende, según la decisión que adopten, que las futuras generaciones, cuando recuerden vuestros nombres y vuestros gobiernos en este momento crucial de la historia, escriban las palabras: "Malditos sean" o "Benditos sean". ¡ Que Dios los ilumine.

¿Dónde está hoy esa izquierda capaz de distinguir? ¿alguien de esa pseudoizquierda que padecemos en la actualidad se ha parado a pensar un poco lo que están defendiendo? ¿alguno se ha molestado en conocer cómo ha surgido Israel y cómo se ha desarrollado, cuáles son los valores que defiende? El autor de esta intrervención en la ONU sí lo tenía claro. Los de ahora lo único que tienen claro es lo bien que viven a costa de los demás.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Aunque fuera chico como un mantel

El puerto o la vida
Por Marcos Aguinis

Publicado en el diario argentino La Nación el 14 de diciembre

Hace poco tuvo lugar el Encuentro de Annápolis para relanzar las negociaciones árabe-israelíes, con más expectativas que buenos resultados. Para entender mejor esa frustración, propongo un breve recordatorio.
En medio de la persecución nazi un judío alemán se encontró con su agente de viajes, que no era racista. Le explicó su urgencia por huir del país. Convinieron en reunirse durante la noche en la oficina del agente. Se sentaron junto a un enorme globo terráqueo y se dedicaron a identificar los puertos donde podría encontrar refugio. No identificaron uno solo que aceptase con facilidad refugiados judíos. Tras hacer girar la mole varias veces, el cliente le preguntó: “¿No tendría otro globo?”
Esta anécdota responde a una verdad histórica. El 15 de mayo de 1939, pocos meses antes de empezar la guerra, el vapor Saint Louis, con casi un millar de refugiados, zarpó de Hamburgo con destino a La Habana, donde podrían desembarcar con visas transitorias. Pero al llegar a destino, sus esperanzas se trizaron: las autoridades del país habían decidido cancelar el permiso. Entonces la nave enfiló hacia la península de Florida e intentó bajar a sus angustiados pasajeros en Fort Loderdale. Desde la Casa Blanca, empero, había llegado una orden del presidente Roosevelt –¡nada menos que del presidente Roosevelt!– que prohibía el desembarco. Eran indeseables. Entonces el capitán del barco rumbeó hacia la cercana Miami, donde confiaba burlar las guardias costeras. Tampoco lo pudo hacer, porque la decisión presidencial había encendido todas las alertas. Abrumado por la frustración, el patétito Saint Louis regresó a Alemania. Y sus pasajeros terminaron en los campos de exterminio.
No fue el único caso. El 3 de junio de 1939 zarpó el Orinoco, que tuvo la misma mala suerte. Más adelante, el vapor Fralde llegó a Veracruz, México, donde tampoco se aceptó a los refugiados. Los ejemplos siguen.
No voy a ser políticamente correcto. El más repugnante ejemplo –me duele manifestarlo– fue el de Gran Bretaña, un imperio que había recibido el Mandato sobre Palestina por decisión unánime de la Liga de las Naciones, en 1922, con la explícita misión de ayudar a erigir un Hogar Nacional Judío. Esa iniciativa fue saludada con beneplácito hasta por varios líderes nacionalistas árabes, como el rey Feisal de Irak, que agasajó a Jaim Weizman, líder del movimiento sionista.
Pero Gran Bretaña se instaló allí para quedarse. Desde el siglo XIX los judíos ya habían comenzado la reconstrucción del país desolado por la erosión y el abandono, como narran viajeros de la época. Habían contribuido con las fuerzas aliadas en la expulsión de los otomanos. Y pretendían la independencia. Entonces Gran Bretaña amputó dos tercios del territorio y creó el reino hashemita de Transjordania, donde quedaba prohibido que se instalase un solo judío. Los ingleses tienen el nefasto privilegio de haber creado el primer país Judenrein (limpio de judíos), antes de que los nazis se obsesionaran con el tema. Luego, hicieron todo lo posible para obstruir la creación del Hogar Nacional Judío, limitando la inmigración, facilitando el ataque de bandas terroristas y azuzando el enfrentamiento étnico.
Durante la segunda Guerra Mundial los judíos de Palestina compartieron la decisión del Mahatma Gandhi para la India: apoyar a los ingleses y postergar la reivindicación nacional para después de la conflagración. Pero los aliados, pese a esa contribución, no practicaron la reciprocidad: se negaron a bombardear las vías que llevaban a los campos de exterminio y los ingleses cerraron con siete llaves el ingreso de refugiados judíos a Palestina. En 1945, Gran Bretaña creó en El Cairo la Liga Árabe para preservar su influencia en la región.
El Holocausto, en contra de versiones superficiales, no conmovió al mundo. Siguieron cerrados los puertos del planeta para la inmigración judía, pese a los espectros que emergían de los campos de la muerte. El presidente Truman se avino a recibir sólo unos millares de niños. Y Gran Bretaña lanzó otro Libro Blanco para bloquear, casi por completo, el desembarco en Palestina de las frágiles barcazas que llenaban el Mediterráneo con sobrevivientes de la masacre. El Estado judío ya era una realidad a pesar del poder colonial, con ciudades, kibutzim, universidades, teatros, orquestas, caminos, instituciones administrativas y una reforestación febril. Luchaba por su emancipación con uñas y dientes.
En 1947, Londres presentó en las Naciones Unidas el caso de Palestina, que ya le resultaba ingobernable, con la esperanza de ahogar las pretensiones sionistas. Se constituyó una Comisión Especial integrada por países pequeños, de los cuales tres eran latinoamericanos: Guatemala, Uruguay y Perú. Su trabajo minucioso terminó con un Plan de Partición en dos Estados, uno judío y otro árabe, que debían coexistir y mantener estrechos vínculos económicos. Era la primera iniciativa de mercado común, un hito de la historia. Las fronteras de ambos Estados fueron diseñadas con ecuanimidad en base a la distribución demográfica, es decir, un Estado judío donde predominaban los judíos y un Estado árabe donde predominaban los árabes. La mayor parte del territorio desierto fue asignado al Estado judío porque sus habitantes ya demostraban perseverancia para hacerlo florecer.
Pese a que la mayoría de los lugares vinculados con la historia de Israel, marcados en la Biblia, quedaban fuera del Estado judío, la dolorosa iniciativa fue aceptada por el movimiento sionista. Ben Gurión había dicho que se necesitaba un Estado independiente con mayoría judía, aunque “tuviese el tamaño de un mantel”, para que se dispusiera de un puerto donde recibir a las víctimas de persecuciones incesantes.
El 29 de noviembre pasado se han cumplido 60 años de un acontecimiento bisagra de la historia mundial. Las Naciones Unidas, por una mayoría superior a los dos tercios, aprobó la Partición de Palestina. Durante la dramática votación se mantuvo en vilo a gran parte del planeta. Todas las radios estaban encendidas para escuchar el angustiante escrutinio. Presidía la Asamblea el embajador Osvaldo Aranha, representante de Brasil. Cuando finalizó con una categórica claridad, los ciudadanos del inminente Estado judío independiente se lanzaron a las calles para bailar en rondas toda la noche. Pero los Estados árabes profirieron amenazas. Querían abortar ese proyecto: “Habrá una matanza que convertirán en risa las efectuadas por los mongoles”, prometió el secretario general de la Liga. Luego se acuñó la expresión de “arrojar todos los judíos al mar”. El ex Mufti de Jerusalén, Haj Amin El Husseini, que había viajado a lamerle el traste a Hitler y a Ante Pavelic, con quienes se fotografió en Berlín y Zagreb, cumpliría por fin su promesa: concretar “la solución final” en el Medio Oriente.
En estos 60 años han pasado infinidad de horrores, injusticias y desencuentros. Pero se está volviendo a la sabiduría de la Partición votada en aquel inolvidable 29 de noviembre de 1947. Dos Estados para dos pueblos que deben convivir lado a lado, en un territorio que ambos aman y no están dispuestos a abandonar. Si el liderazgo árabe hubiese acatado la resolución de las Naciones Unidas, permitiendo que se proclamase la independencia de un Estado árabe en Palestina, de la misma forma que lo hicieron los judíos, hoy se estarían celebrando también sus 60 años de independencia. Y, más importante aún, no hubieran existido tantas guerras, sufrimiento y desolación. ¿Hacía falta que transcurriesen seis décadas y ríos de sangre para llegar al mismo punto de partida? Es lo que se barajó en Annápolis.
En aquellos años, Gran Bretaña, para no dar tiempo a que los judíos pudiesen prepararse para enfrentar a los Estados vecinos, adelantó su retiro. En lugar de agosto de 1948, lo hizo el 14 de mayo. Los judíos enseguida proclamaron la Independencia de Israel y ofrecieron la paz. Israel no fue el producto directo del Holocausto ni un obsequio de las grande potencias. No existiría si sus habitantes no lo hubiesen edificado y defendido.
Los árabes no querían la independencia de Palestina, sino el exterminio de los judíos. Y atacaron sin piedad. Siria, Egipto y Transjordania apetecían quedarse con trozos de ese territorio, como en efecto aconteció después. La lucha fue impiadosa y los judíos sufrieron el mayor número de bajas de todas las guerras padecidas desde entonces. No tenían ni un solo tanque, ni un solo avión. Sabían que no iban a convertirse en refugiados siquiera, sino en cadáveres. Entonces pelearon con desesperación, espoleados por el recuerdo de las matanzas anteriores. Las potencias se negaban a venderles armas, porque no era buen negocio vender algo a quien pronto terminaría borrado de la faz de la tierra.
Esa conflagración insensata y fanática, no deseada por Israel, finalizó con un Estado judío más amplio que el asignado por la Partición de 1947. En los últimos días del conflicto las tropas israelíes ganaban en todos los frentes, ante el pánico que se produjo en los seis ejército invasores por la heroica resistencia. Los judíos pudieron apropiarse de más territorios, entraron y salieron de la Franja de Gaza y estaban en condiciones de reconquistar Jerusalén Este. Pero llegaron ofertas de paz por parte del rey Abdullah de Transjordania, con quien se reunió en secreto Golda Meir. El gobierno israelí decidió evitarle la humillación de quitarle esa parte de la ciudad. Por desgracia no se firmó la paz porque el rey fue asesinado.
Las fronteras del cese de fuego establecidas entonces no las ha reconocido nadie. Transjordania se apropió de Cisjordania y cambió su nombre por el de Jordania (a ambos lados del bíblico río). Esto fue aceptado y reconocido sólo por Gran Bretaña y Paquistán. Durante los 19 años en que Jordania ocupó Cisjordania, y Egipto la Franja de Gaza, nunca se manifestó el propósito de erigir en esos territorios un Estado árabe independiente.
Cifras de diversos orígenes afirman que se produjeron 400 o 600 u 800 mil refugiados palestinos. ¿No hay responsabilidad de los Estados árabes agresores por esa enorme tragedia? En lugar de recibirlos como hermanos, los encerraron en campamentos inmundos y pidieron una caudalosa ayuda internacional para seguir manteniéndolos en la miseria, el odio y la ilusión del retorno. Para peor, para vengarse expulsaron a cientos de miles de judíos arraigados en Siria, Irak, Egipto, Libia, Yemen, Túnez, hasta convertirse en países Judenrein, como desearon los nazis. Ahora acusan a Israel de limpieza étnica, pero en Israel vive una activa minoría árabe que alcanza el 20% de la población, con derechos civiles, diputados en el Congreso, intendentes, académicos en las universidades y hasta diplomáticos en el servicio exterior. Un árabe musulmán llegó a vicecanciller. ¿Algo semejante ocurre en los países árabes?
Sigo pecando de políticamente incorrecto. Denuncio que ni en el reciente Encuentro de Annápolis ni en ningún otro Foro se menciona la deuda de los Estados árabes con sus hermanos de Palestina, que sufren porque estos Estados han violado la ecuánime resolución de las Naciones Unidas. Es irritante señalarlo, lo sé. Pero es irrefutable. Muchos países árabes nadan en petrodólares y son responsables de las sucesivas catástrofes cometidas en estos 60 años. Se lavan las manos y sólo exigen soluciones a Israel. En Annápolis volvió a ponerse de manifiesto su fanatismo antisemita. ¿Por qué? Porque no se trata sólo de reivindicaciones territoriales. Aunque algunos aceptan de mala gana que exista Israel, se resisten a considerarlo un Estado judío, como había dispuesto la Liga de Naciones en 1922 y las Naciones Unidas en 1947. Es asombroso, pero siguen empecinados en esta tesitura discriminatoria. La Conferencia Islámica contiene 57 Estados musulmanes y la Liga Arabe 22. Los judíos, en cambio, no tienen derecho ni a uno solo, aunque sea pequeño. La “causa” árabe-musulmana no quiere entender que la historia judía exige un lugar, aunque chico como un mantel, pero con mayoría claramente judía, capaz de tener un puerto donde recibir a sus hermanos caídos en desgracia. Este es, a mi juicio, la testaruda piedra en el zapato que más interferirá en la llegada de una solución definitiva.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Honrando a los miembros del Irgun asesinados por los británicos

LOS ACUSADOS SE CONVIERTEN EN ACUSADORES: las palabras de los jóvenes soldados del Irgún Tzvaí Leumí antes de ser ahorcados por los británicos
A mediados de marzo de 1947, los ingleses en Palestina sentenciaron a la horca a un miembro del grupo Stern (Moshé Barazani) y en abril a otro joven del Irgún: Meir Feinstein, quien fuera condenado a muerte por participar en la voladura de un depósito del ferrocarril de Jerusalén (utilizado por el régimen británico para transportar armas). Meir Feinstein, como todos los judíos acusados por los británicos, se negó a formar parte en los procedimientos del juicio y pronunció las siguientes palabras ante la “corte de justicia”:

“Oficiales del ejército invasor: un régimen basado en cadalsos, esa es la imagen que vosotros tenéis de este país, predestinado a servir de faro para la humanidad. Vuestra ceguera os hace creer que a través de un régimen así podréis conseguir quebrar el espíritu de nuestro pueblo. Pero muy pronto comprenderéis vuestro error, descubriréis que tenéis que quebrar acero, acero templado por el amor y el odio; amor a la patria y la libertad, y odio al invasor.
Debéis estar realmente ciegos. ¿No veis acaso contra quién tendréis que luchar? ¿Pensáis verdaderamente que nos asustaremos por los cadalsos? ¿Pensáis asustarnos a nosotros, acostumbrados a escuchar el chirrido de las ruedas de los coches en que transportaban a nuestros hermanos y padres, y a lo mejor de nuestro pueblo, a las cámaras de la muerte? A nosotros, que nos venimos repitiendo: por qué el destino nos dejó vivos en esta tierra y nos trató diferentemente a tantos de nuestros hermanos en Europa.
Y la respuesta para ello es sólo una: seguimos viviendo, pero no para hacerlo temiendo un nuevo Treblinka o agachando la cabeza ante nuestro verdugo. Quedamos con vida para asegurar que la vida, la libertad y el honor será nuestro próximo destino, y el de nuestra nación y el de la generación que tiene que nacer. Quedamos con vida para impedir que aquél horror se repita y suceda lo que pueda llegar a suceder bajo vuestro régimen de terror y sangre.
Aprendimos nuestra lección y pagaremos caro por ella. Pero hemos aprendido que hay un modo de vida que es peor que la muerte y que hay una muerte que es prerrequisito para la vida.
Si no sois capaces de ver que esta es una nación que no tiene otra cosa que perder más que los hierros de la esclavitud, nada más que la “esperanza” de otro Maidanek, entonces debéis estar enceguecidos por la Providencia que quiere haceros compartir el destino de todos los grandes imperios que lucharon contra el pueblo judío. Asiria, Babilonia, Atenas, Roma, España y Alemania trataron antes que ustedes y fracasaron. Vosotros compartiréis su tumba.
Eso es lo que quería deciros, a vosotros, oficiales británicos y a vuestros superiores. Quería deciros que fracasaréis al igual que Hitler. Que recuperaremos la dignidad robada al pueblo de Israel.
En cuanto a nosotros, sabemos muy bien como todo ello va en camino de terminarse. Sabemos que nuestro pueblo será libre y que sus opresores se verán obligados a retirarse con vergüenza. Estamos en calma, más aún somos felices. Pues no hay mayor felicidad para una persona, que saber con certeza que contribuye a la realización de un gran ideal.
Oíd, oficiales británicos, repetidlo a vuestros superiores, que están ciegos y no ven la inscripción en la pared, decidles que en este país ha nacido una nueva generación, de las cenizas de la Shoá ha nacido una nueva generación de judíos que ama la vida, pero ama más aún la libertad, una generación que terminará con la tiranía nazi-británica, una generación que dejará de temerle a sus perseguidores, una generación que enfrentará a sus enemigos y no se encerrará en guetos, una generación que conquistará su independencia al precio de su vida. Con sangre y fuego Judea cayó; con sangre y fuego Judea se levantará. Y el Dios que ayudó a David a vencer a Goliat, ayudará a los descendientes de David… ¡Viva el pueblo judío! ¡Viva la patria judía! ¡Viva la libertad!”.

No había pasado un mes de esta declaración y ya los británicos se preparaban para asesinar a esos dos luchadores judíos, Meir Feinstein y Moshé Barazani. El 23 de abril, debían marchar hacia el cadalso. Para mantenerlo en secreto, decidieron esta vez no llevar a los prisioneros a Acre. Para evitar que se repitiera la indignación causada por el hecho de no haber prestado asistencia religiosa a Gruner y sus camaradas antes de su ejecución (Dov Gruner había sido otro combatiente hebreo ahorcado por los británicos), esta vez los ingleses llamaron al rabino Goldman durante la noche y lo llevaron a la prisión de Jerusalén.
Mientras el rabino se preparaba para ir a la celda de los condenados, se arregló para decirle a su mujer que le alcanzara el libro en el que figuraba la oración por Sión. Ella comprendió, ya no bien su esposo abandonó la casa, lo que estaba sucediendo y le informó al Dr. Herzog sobre la inminencia de las ejecuciones.
Cuando los condenados vieron entrar en su celda al rabino, comprendieron que su fin se acercaba. Después del servicio religioso, el rabino permaneció con ellos conversando durante un cierto tiempo. Ellos lo instaron a regresar a su hogar y, al decirles el rabino Goldman que pensaba pasar la noche en la prisión y volvería a visitarlos, le rogaron que no lo hiciera. Entonces antes de que Goldman se retirara del lugar, le pidieron que fumara con ellos un cigarrillo y, en ese momento, probablemente lograron sacarle, sin que él se apercibiera, su cajita de fósforos; luego cantaron juntos el Hatikva y todos los prisioneros del lugar siguieron el himno con sus coros. Pocos minutos más tarde, mientras el rabino Goldman permanecía en la sala de espera, se oyó una terrible explosión.
El pánico cundió enseguida, pues en un primer momento se pensó que la prisión era atacada desde afuera. Poco después se vio una gruesa columna de humo, surgiendo de la celda de los dos jóvenes condenados. Al entrar en ella los oficiales británicos pudieron ver a Feinstein y Barazani abrazados sin vida en medio de un charco de sangre. Poco más tarde se dieron cuenta de que los jóvenes se habían explotado en sus corazones una granada que había sido ocultada en una naranja. En realidad los jóvenes pensaban en un principio utilizarla contra ellos mismos y sus verdugos al mismo tiempo, en el momento en que fueran llevados a la horca (como hizo Sansón con los filisteos), pero al ver que el rabino Goldman los iba a acompañar en su recorrido hasta el patíbulo, decidieron no hacer eso para evitar una muerte inocente, por lo que optaron por suicidarse dentro de la celda muriendo como héroes. Su heroísmo es motivo de orgullo hasta el día de hoy, representan el triunfo sobre el cadalso.

Evocación de los Héroes Muertos
El primer aniversario de la muerte de A. Habib, M. Nakar y Yacov Weiss (tres combatientes del Irgún ahorcados por los británicos a mediados de 1947), tuvo lugar pocos meses después de la declaración de independencia del Estado de Israel. Menajem Beguin, último comandante del Irgún Tzvaí Leumí durante la rebelión final, emergía de la clandestinidad y junto con centenares de soldados del Irgún (que luego se unieron a las filas del Ejército de Defensa de Israel), tomó parte de una peregrinación a las tumbas de estos mártires en Safed y pronunció allí este discurso:
“Hemos venido desde todos los rincones del país y aquí estamos de pie ante vosotros con nuestros corazones llenos de temblor, resignación y emoción. Hemos venido a informaros que el condenado brazo que os arrebató de entre nosotros está quebrado y que el opresor gobierno británico ha sido sacado de nuestra patria.
Los verdugos que os llevaron al cadalso han sido expulsados. El país está libre de la ocupación británica. Se han establecido las bases para la independencia judía. Ha surgido el Estado de Israel y miles de soldados judíos están listos para expulsar al enemigo actual y cumplir con la esperanza judía de independizar todo el territorio.
Valientes soldados se reunieron hoy, llegando desde Jerusalem, la Ciudad Eterna, desde Negba, desde el Norte, de la bulliciosa Tel Aviv, desde Natania, Haifa, la ciudad del futuro y de todos los confines de nuestra patria.
Valientes soldados: vuestros hermanos en armas, liberadores de la prisión de Acre y liberadores de la misma tierra a quienes vosotros defendisteis con vuestras vidas, todos ellos y nosotros, venimos hoy a traeros noticias de nuestra victoria.
Vuestro trabajo ha sido recompensado. Vuestro sacrificio no ha sido en vano. Vuestra sangre no fue derramada en vano! Pues habéis triunfado, pues el cruel enemigo que quiso exterminar a nuestro pueblo, fue finalmente detenido por vosotros y vuestros hermanos combatientes, siendo extirpado de nuestra tierra.
Vuestros hermanos os informan que vuestro sueño se ha visto cumplido. Tenemos hoy un ejército y un gobierno judío! Tenemos la esperanza de que nuestra generación contemple la liberación de todo vuestro territorio. No estáis solos en estos montes de Galilea. Vosotros decretasteis la suerte del opresor asaltando su bastilla. A vuestro lado descansan los cuatro hombres que fueron al cadalso con un canto de fe y libertad, y no lejos de aquí descansa vuestro otro hermano, el primero de nuestros mártires nacionales, el primero que cumplió con la consigna “Lamut o Lijbosh et Haar” (morir o conquistar la montaña), el gran Shlomo Ben Yosef.
No lejos de allí descansan los héroes de la Galilea que cayeron en la reciente guerra de independencia contra los invasores árabes y los que cayeron hace muchos años. Ninguno de ellos cedió antes de perder su última gota de sangre.
Seguramente conversáis entre vosotros durante las noche, vosotros los que moristeis con muerte de héroes en nuestro tiempo y los diez mártires de la antigüedad. Una cadena de oro os liga a todos. Por todas las noches, vuestras almas se comunican y conversan sobre el futuro de esa Galilea y de todo el país, y el futuro del pueblo eterno tan perseguido y tan tenaz.
Pero cuando vosotros habláis, no es la voz de la lamentación y la amargura la que se escucha, sino todo lo contrario, un himno de esperanza y de gloria se levanta hacia los cielos. En virtud de esa esperanza, es que surgieron en nuestros días héroes tales como ni se habían visto desde los días de Rabi Akiva y Bar Kojba (últimos rebeldes hebreos en caer ante el grito final de rebelión que lanzó Judea contra Roma). En virtud de esa esperanza se renovaron en nuestra patria esos días de gloria de nuestra antigüedad.
Desde las profundidades de la pena judía, surgieron los que asaltaron las fortalezas enemigas y aquellos que fueron al cadalso con una canción en sus labios.
Es por eso que las voces que se escuchaban aquí en la noche no son de lamentación, sino de alegría y júbilo, tanto las de vuestros jóvenes héroes actuales, como las de vuestros venerados padres.
Nosotros no avergonzamos a nuestros antepasados ni abandonamos la senda señalada por ellos. Y si muchos cayeron en el camino, otros ocuparon su lugar y levantaron bien alta la bandera de la liberación. Podemos pues informaros que la visión por la cual vosotros caísteis ha sido completamente realizada. Vosotros, montañas de Galilea, que habéis recibido los cuerpos de los héroes judíos durante setenta generaciones, sabed que os hemos liberado para siempre. Gracias a esa sagrada sangre, la corona del Hermón será vuestra.

Miembros y soldados del Irgún. Atención! Ante las tumbas de nuestros mártires juremos fidelidad a Jerusalem, liberada del todo y por cuya liberación ellos dieron la vida.
“Si yo te olvido, oh Jerusalem, séquese mi diestra”

lunes, 19 de noviembre de 2007

El Eje del Mal VI

La Estrategia de la Deslegitimación del Estado Judío (Parte 5)
Daniel Maoz
(daniel.maoz101@yahoo.com)

Introducción
En esta, mi ultima nota de investigación acerca de las diferentes estrategias que implementa el "eje del mal" contra el Estado de Israel y su sociedad.
Presentare, quizás, aquella estrategia que mayor polémica presenta, pero que, sin dudas, sus resultados son nebulosos, poco claros, e incluso convincentes para aquellos que no poseen información.
El objetivo a largo plazo de aquellos que han impuesto el odio como política es idéntica a la guerra de desgaste de los terroristas suicidas: cohetes y misiles y los secuestros de ciudadanos y soldados israelíes. La destrucción de Israel por todos los medios, incluso algunos de ellos, aceptados por la "comunidad internacional" como aquellas máximas entendidas en el marco de lo "políticamente correcto".
Este artículo intentará presentar, explicar y demostrar que la amenaza que pesa sobre el Estado de Israel no pasa sólo a través de las armas, sino también de las palabras y la diplomacia. Esta estrategia es la punta de lanza del eje Irán-Hamas, Hizballah y la Jihad Internacional (denominada popularmente "Al Qaeda")
Tres premisas de partida resultan necesarias para hacer frente a la amenaza existencial:

1- Aceptación racional que reza acerca de la legitimidad de existencia del Estado de Israel como Estado Judío.

2- El Estado de Israel debe gozar de buenas relaciones con la sociedad internacional en general, y con las comunidades judías en particular.

3- El Estado Judío surge en determinada constelación internacional a través de una votación de la comunidad internacional

La conclusión de estas tres premisas, teniendo en cuenta la amenaza actual, necesita de una estrategia común a ser implementada por la Diáspora Judía y el Estado de Israel: aunar fuerzas, comprender las amenazas y enfrentarlas

Desarrollo
Una peligrosa combinación de hechos en el terreno sufre Israel: la letal doctrina del régimen iraní, expresada en decenas de oportunidades en los últimos años, y el desarrollo de armamento nuclear por parte del mismo. Pero las reiteradas declaraciones del presidente iraní, Mahmud Ahjmadinejad, acerca la necesidad de "borrar al estado sionista del mapa", puede abrir más de una posibilidad, más allá del potencial peligro de uso de armamento atómico contra el Estado Judío. Si bien un artefacto nuclear, o varios de ellos, no logran la destrucción de un estado, la política de deslegitimación del eje del mal genera un peligro de índole existencial para Israel. Justamente, debido a que la amenaza de una bomba es visible, puede observarse, sentirse y medirse, tiende el ser humano a obviar las amenazas subliminales, aquellas que se ocultan detrás de conceptos, informaciones, fotografías.

"La Política de la Implosión"
La coalición de Deslegitimación del estado de Israel pone en peligro la existencia misma del Estado Judío. Esta coalición presenta diferentes y variados actores. Los actores principales son el fundamentalismo islámico, sunita (Hamas) y chiíta (Irán-Hizballah). El punto que esta en juego para ellos, que intentan demostrar como un mal generado a la humanidad, es el carácter judío del Estado de Israel. Es decir, no es la política de defensa de Israel la que es criticada, sino su mera existencia. Esto puede ser definido como "deslegitimación básica". Los fundamentos mismos del estado del pueblo judío son el objetivo a destruir.
El fenómeno de la implosión habla de la necesidad de generar la destrucción de Israel "desde adentro", es decir, no una fuerza militar será la que ponga fin a la existencia de Israel (ni siquiera un arma nuclear), sino la falta de legitimidad que caracterice la existencia de Israel en ojos de la sociedad israelí, de los pueblos de la región, las comunidades judías en el exterior y, por ultimo, la comunidad internacional.
La "coalición de deslegitimación del Estado de Israel" [1] (o más claramente "Antisionismo") está compuesta por embajadores o funcionario iraníes en diversos países, especialmente en Europa, América Latina, África y Lejano Oriente, grupos de "izquierda-fascista", intelectuales del mismo orden, que se proclaman abierta o sutilmente por la desaparición del Estado de Israel. Ejemplos de esta extraña unión ideológica entre "izquierdas" locales y un régimen totalitario como el régimen iraní, han sido revelados ante los ojos de las comunidades judías especialmente durante la guerra de Líbano, aunque se la puede apreciar desde el comienzo de la campaña de terrorismo contra la población civil israelí (denominada "intifada") desde el año 2000.
Esto nos lleva a entender la concepción del eje del mal y definirla en una sola frase: La concepción israelí de fortaleza nacional (democracia, sistema de vida libre, superioridad militar notable frente a ejércitos de países) es entendida como el punto de debilidad que conllevara a la destrucción de Israel (estrategias de desgaste ya presentadas como terror suicida, secuestros, misiles-morteros y propaganda que se transforma en "Deslegitimación Básica" del estado judío).

La Debilidad de la Democracia
La concepción teológica del "eje del mal" claramente contrapone el beneficio del carácter democrático-occidental del Estado Judío. Esta doctrina de pensamientos se refiere al carácter democrático de Israel como el elemento de debilidad que traerá su destrucción. Las discusiones publicas respecto a diferentes temas centrales en la sociedad israelí, como guerra de Líbano, concesiones territoriales, etc., son interpretadas en dicha teología como el talon de Aquiles que debe ser explotado (en doble sentido, claro) por los actores del eje. Las referencias del líder de Hizballah, Hassan Nassrallah, en diversas oportunidades especialmente desde el año 2000, hablan del fin del Estado Judío, justamente, generado desde su propio carácter democrático. La teoría de Nassrallah "telaraña de arañas", esbozada y propagada desde el 25 de Mayo de 2000 en la aldea sur libanesa Bint Jbeil, se concentra en la debilidad de la democracia israelí que demostró no estar dispuesta al esfuerzo y sacrificio de sus soldados en el sur libanés y opto por la retirada incondicional y unilateral, luego de 18 años de guerra de desgaste, terror y guerrillas del Hizballah. Es decir, la presión de la sociedad israelí sobre los lideres del país, dada las bajas de soldados en los combates del sur del Líbano (cerca de 30 soldados israelíes por año, excepto el año 1997), generó que por primera vez en la historia del país, un grupo terrorista consiguió el primero de sus objetivos, la retirada de Tzahal del sur libanés bajo fuego [2]. Esta discurso de Nassrallah volvió a repetirse decenas de veces hasta el año 2006, habiéndose convertido en punta de lanza para organizaciones fundamentalistas en vastas regiones, como Hamas, Jihad Islámica y Al Qaeda.
Para contraponer esta conceptualizacion del argumento sobre las debilidades de la democracia israelí, el punto más fuerte es el siguiente, incluso, genial desde el punto de vista del dictador iraní y sus aliados: la presión internacional sobre el Estado de Israel, ante la falta de solución del conflicto palestino-israelí, debería traer la verdadera solución al mismo. Dicha presión "moral" exigiría a Israel la anexión de millones de palestinos de la Autoridad Palestina (Gaza y Judea-Samaria o la Margen Occidental del Jordán). Elecciones democráticas "desde el mar al mar" (desde el Mar Muerto al Mar Mediterráneo") pondrían fin al carácter Judío del Estado de Israel. Aquí resulta necesario recordar el sueño del líder palestino "moderado" Yasser Arafat, quien se negó una y otra vez a la solución de "dos estados para dos pueblos".
El racional del "estado binacional", o fin del sueño judío de independencia nacional como cualquier otro pueblo, es, incluso y para sorpresa de muchos, apoyado por ciertos sectores judíos en el exterior e israelíes, quienes en nombre de la libertad y los derechos humanos hablan del fin de la legitima existencia del Estado Judío.
Estos argumentos nos llevan, pues, al concepto esgrimido anteriormente, "básica deslegitimación" del Estado de Israel. Los moderados palestinos de hoy día, es decir, el actual presidente Mahmud Abbas y sus lideres, hablan de la imposibilidad palestina de reconocer la legitima existencia de Israel como Estado Judío. Quizás, un aspecto semántico para algunos. Para otros, el mensaje que reza que la exigencia de "estado binacional" es una aspiración de la cúpula palestina moderada.
Por esta razón, el dictador iraní habla de "la caída del régimen sionista" como explicación a su doctrina de "borrar a Israel del mapa". Es decir, la explicación aceptada por ciertos sectores de la izquierda europea y Naciones Unidas se centra en un "conflicto político" entre el líder iraní e Israel. Estos líderes de derechos humanos, por supuesto, no se centran en la doctrina de odio y el disfraz de "lucha política" que impone el dictador de los Ayatollas iraníes….
En palabras del presidente iraní: "Todo aquel que es un ciudadano palestino, ya sea cristiano, judío o musulmán, deberá decidir en un referendo libre. Los habitantes de Palestina votaran quienes serán sus lideres y cual será el carácter del gobierno" (entrevista magazine Time, 16 de Diciembre de 2006).

Negación del Holocausto
He aquí la principal herramienta de la dictadura iraní y sus aliados en deslegitimar la existencia de Israel.

La concepción básica del fundamentalismo islámico parte de dos premisas:

1- El pueblo judío no tiene derecho histórico de poseer soberanía en Israel.

2- La causa del nacimiento de Israel se centra en la necesidad colonial de imponer una "cabeza de puente" en Medio Oriente, llamada Israel. Quizás, la causa de la necesidad europea de implantar un Estado Judío en Israel es intentar limpiar los exabruptos europeos contra los judíos (No se habla de Holocausto).

Ambas premisas tienen sus raíces bien grabadas en los sistemas educativos de sus respectivas sociedades. No en vano, el líder palestino Yasser Arafat se expreso públicamente en el mes de Agosto de 2000 diciendo que los judíos nunca construyeron sus dos templos en Jerusalén. Es decir, la relación judíos-Israel no pasa por un carril histórico .

Conclusión
La teoría de la Deslegitimación Básica de Israel se centra en los siguientes aspectos centrales:
Estrategias de combate asimétricas o no-convencionales (Martirio, Secuestro, Misiles-Cohetes-Mortero)
Estrategia de Propaganda que pone fin a la visión de legitimidad de existencia del estado de Israel como Estado Judío
Negación del Holocausto (que para aquellos que niegan la conexión milenaria del pueblo judío con la Tierra de Israel, erosionan la "conexión moral")
Imposición de una solución "binacional" (prevenir de Israel conseguir la solución en el marco de "dos pueblos, dos estados, ya aceptada por Israel en Noviembre de 1947 y rechazada desde entonces por el eje extremista árabe-islámico, a diferencia del Rey Abadía y su nieto, el Rey Hussein en el caso jordano y el Presidente Sadat en el caso de Egipto)
Imposibilidad de retiradas unilaterales de Israel para asegurar la existencia de un estado judío democrático que no anexe a 4 millones de palestinos (debido a que visión de retirada unilateral y su implementación genera una realidad en el terreno muy clara: la creación de entidades semi-estatales fundamentalistas islámicas que sirven de base de terror)
El objetivo del "eje del mal" iranio-sirio-hamas-hizballah y la jihad internacional es claro: Impedir que Israel logre una victoria militar decisiva en el campo de batalla a través de la utilización de herramientas no convencionales y a-simétricas. De esta manera, la capacidad militar israelí no podrá ponerse a mismo nivel del cohete primitivo o del secuestro de un soldado. La habilidad de la red del mal radica en conseguir que la fuerza militar de Israel no pueda expresarse en el campo de combate.
Desde el punto de vista de Israel, el mismo hecho de haber luchado frente al terrorismo suicida combatiéndolo desde Abril de 2002 y la decisión de responder ante el secuestro de Hizballah en Julio de 2006 dejaron en claro que Israel esta dispuesta a poner en riesgo la vida de sus ciudadanos y soldados para enfrentar este peligro existencial llamado "eje del mal". Mas allá de los errores de la guerra del pasado año, debemos interiorizar el hecho que aquel eje del mal entendió que la "debilidad" de la sociedad israelí tiene fin cuando ella entiende que se trata de una lucha por su mismísima existencia. Es en este momento, cuando la fortaleza de la sociedad democrática se pone de relieve y contiene al eje del mal. Deberíamos agregar, que justamente aquella "debilidad moral" (resaltada por Nassrallah y sus similares) de Israel en sus dilemas de lucha frente al terrorismo suicida y misilistico escondido en escuelas, mezquitas, aldeas y hospitales, ha superado con creces el desafío moral de defenderse del arrebato del eje del mal..

Daniel Maoz

www.porisrael.org

[1] Acerca de la estrategia de deslegitimar a la existencia del Estado de Israel, leer dos de los numerosos artículos en las siguientes páginas de institutos de investigación israelíes, en inglés:

http://reut-institute.org/Publication.aspx?PublicationId=361

[2] Para aquel que este interesado en conocer, justamente, las causas de por que el terrorismo puede y es vencido por la democracia israelí, puede acceder a mi articulo "Puede un Ejercito Convencional Derrotar al Terrorismo", situado en la siguiente dirección: http://www.hadar.org.ar (Información desde Israel) o en­:
http://www.hagshama.org.il/es/recursos/view.asp?id=2213

Gracias a la publicación de este artículo por Dori Lustron en http://porisrael.org/

lunes, 5 de noviembre de 2007

El Reino

Arabia Saudí se compra Hollywood
por Debbie Schlussel

Empezaré desde el final de la película "El Reino" para dar una idea general del argumento. No voy a reventarla. Es un comentario importante de la yuxtaposición de dos hombres, dos escenas, en la conclusión de la película.
En el final de "El Reino" se nos muestra a la familia de un líder terrorista recién abatido por el FBI en Arabia Saudí. La madre saudí pregunta a su hijo porqué no llora o muestra miedo después de acabar de ver el abatimiento a tiros de su abuelo líder terrorista a manos de los agentes del FBI, un negro y una mujer. El joven responde:
Me dijo, “No te preocupes, hijo mío. Los mataremos a todos”.
Entonces, la cámara gira al agente negro del FBI (Jamie Foxx), el principal agente del contraterrorismo implicado en la muerte del terrorista -- su raza es importante porque la mayoría de los negros en Arabia Saudí son esclavos y se les ve como inferiores, se les denomina “abed” (esclavo) incluso si no lo son. El joven hijo le pregunta qué dijo para confortar a la afligida hija de un agente del FBI asesinado en un atentado terrorista (cometido por el líder terrorista abatido). El agente del FBI (Foxx) informa a su hijo:
Le dije que los mataríamos a todos.
En última instancia, ese es el mensaje del thriller de suspense "El Reino". El principal agente del contraterrorismo del FBI y el jefe terrorista son moralmente equivalentes. Dicen lo mismo. Tienen el mismo mensaje. Ambos son asesinos. Uno no es mejor que el otro.
Pero aparte de eso, antes de que decida si ver o no la novedad fuertemente promocionada de "El Reino", debe hacer un cuestionario corto. Solamente tiene una pregunta:
¿Cuál de los sucesos siguientes forma parte de la vida real?:
Tras el atentado de 1996 contra las Torres Jobar, el Reino de Arabia Saudí permitió a un equipo de agentes del FBI ingresar en el país para investigar, un multimillonario príncipe saudí ayudó extensamente al FBI, y un coronel de la policía saudí ayudó con entusiasmo al FBI a rastrear a los asesinos terroristas dentro del Reino;
Una mujer norteamericana -- agente del FBI nada menos -- es autorizada para recorrer Arabia Saudí a lo largo y ancho vistiendo una camiseta muy ajustada de manga corta, mostrando todas sus armas (no me refiero a las de fuego), y sin nada que cubra su largo pelo suelto... portando una ametralladora en el proceso;
Un hombre judío -- agente del FBI nada menos -- es autorizado a entrar en el Reino de Arabia Saudí a pesar del hecho de que su abuela reside en Israel y de que tiene tres sellos de Israel en su pasaporte de tres viajes distintos para visitarla. Al preguntar si tiene "algún problema con eso", el funcionario de la policía saudí dice, "No es motivo de preocupación", y permite al judío americano de los sellos israelíes en su pasaporte el acceso al Reino, porque en realidad es una sociedad muy tolerante;
Solamente un reducido grupo característico de habitantes de Arabia Saudí es wahabí, siendo el resto musulmanes moderados que respetan la ley llevando una vida cotidiana en el Reino;
El director del FBI no cede a los musulmanes y no informa al fiscal general sobre ello, diciendo "No pediremos ayuda a la primera de cambio" si uno de sus agentes es abatido en un ataque terrorista saudí. Dice al fiscal pro-saudí, "El final se aproxima sin importar lo que hagamos. Lo único que importa es si luchas o te rindes". Él insiste en enviar a sus hombres al Reino para investigar y para llegar allí, hace que su principal agente (Jamie Foxx) chantajee y amenace al embajador y príncipe saudí que -- ¡vaya sorpresa! -- guarda un sorprendente parecido con el embajador saudí en Estados Unidos, el Príncipe Turki Al-Faisal.
¿Cuál de estas cinco circunstancias forman parte de la vida real? ¿Cuál ha sucedido realmente o sucedería en la realidad?
Si usted responde "Ninguna de las mencionadas", entonces está preparado para ir a ver "El Reino", pero no querrá perder su tiempo y 10 pavos para contemplar esta propaganda pro-saudí.
Si usted respondió que alguna de las circunstancias mencionadas es real, claramente es demasiado ignorante para asistir a un pase de la película. Se creerá cualquier cosa que Hollywood le ponga delante. Y es peligroso.
La verdad es que ninguno de los hechos mencionados forma parte de la vida real. Pero todo lo de arriba es retratado como auténtico en "El Reino”.
En la práctica, a pesar de muchas peticiones educadas y exigencias más fuertes, los saudíes NO PERMITIERON al FBI el acceso a Arabia Saudí después de que terrorista saudíes atacasen y asesinasen americanos en el atentado de las Torres Jobar. El FBI NO LOGRÓ INVESTIGAR la escena del crimen.
En la práctica, a las mujeres -- las mujeres norteamericanas atractivas con ametralladoras en particular -- no se les permite recorrer el país sin sus brazos totalmente cubiertos junto con su cuerpo y pelo. Eso no es lo que se nos muestra, con una agente del FBI interpretada por Jennifer Garner. La única indirecta es cuando el compañero agente del FBI Jamie Foxx le informa de que "Necesitas esconder las peras" con motivo de una cena con su aliado pro-americano el príncipe saudí, que se parece físicamente al multimillonario antiamericano saudí AlWalid Bin Talal.
En la práctica, mientras se permite el acceso a Arabia Saudí a unos cuantos judíos, NO SE PERMITE EL ACCESO A NINGÚN JUDÍO procedente de Israel con sellos en sus pasaportes. Eso es una condición estricta y se encuentra oficialmente redactada y ejecutada en el protocolo diplomático saudí. Los únicos autorizados a entrar con sello israelí en sus pasaportes son los musulmanes que residen en Israel o la Autoridad Palestina siempre que se encuentren en el Hajj, realizando la peregrinación a La Meca. Esa es la única excepción y es secreta. Aun así, la película tiene la ocurrencia de mostrarnos a un agente judío del FBI Jason Bateman (que debería haberse jubilado después de “Silver Spoons”) planteando la cuestión de su pasaporte con sello israelí, con los saudíes diciendo que no es motivo de preocupación. Qué cosas.
En la práctica, casi todos los saudíes son wahabíes, seguidores de las estrictas y extremistas enseñanzas de Mohammed Ibn Abd-Al-Wahhab. No hay ningún reducido grupo de radicales, como cualquier secta, que puedan pensar de esta manera y ser apartados. Todos piensan de esta manera (excepto en el caso de los contados chiítas oprimidos y perseguidos en el Reino -- que son igual de radicales, pero que no siguen a Ibn Abd-Al-Wahhab).
En la práctica, el director del FBI Robert Mueller ha hecho de no defender a sus agentes su política, pero en su lugar rinde pleitesía a los saudíes y sus bien financiados representantes en suelo americano. Obligó a su agencia a patrocinar sus actos y parte el pan con musulmanes americanos de financiación saudí vinculados a terroristas de la manera más contundente.
En lugar de informar al fiscal general de que "No pediremos ayuda a la primera de cambio", Mueller pide ayuda con cualquier excusa y pregunta a sus amigos islamistas por todo América de qué manera les gustaría responder en cada momento. Como para haber chantajeado a alguna vez a algún príncipe saudí embajador. Vaya timo. Su nariz es marrón de manera irreversible a causa de la frecuencia con la que les besa el culo.
El resto de la película es igualmente ridícula en sus falsedades. Vemos a un mando de la policía saudí ordenando a su coronel utilizar todas sus energías para "capturar a estos criminales" que asesinan americanos. Vaya vaya. Se nos muestran incesantes escenas de un coronel pro-americano de la policía saudí departiendo cariñosamente con sus hijas, después imágenes del agente del FBI Jamie Foxx llamando a su hijo. ¿Ve? Son exactamente iguales. Somos exactamente como los saudíes. Ellos quieren a sus hijos, exactamente igual que nosotros queremos a los nuestros. Al menos ese es el propagandístico mensaje de la película.
El coronel saudí, Faris Al-Ghazi, se hizo policía porque veía "El increíble Hulk" y "El hombre de los 6 millones de dólares" cuando era un niño. ¿La televisión saudí emitía estas series allá por entonces? Muy dudoso; pero ya ve -- somos exactamente iguales. El quiere "capturar a esos hombres que asesinaron personas inocentes [americanos]". Vea. Exactamente iguales, incluso veíamos los mismos programas de televisión mientras crecíamos.
Irónicamente, el actor que interpreta al amante de los americanos Al-Ghazi, Ashraf Barhom, es un cristiano israelí que interpretaba al líder terrorista palestino en la película pro-terroristas suicida “Paradise Now".
También se nos cuenta que "Los saudíes, al igual que los americanos, no hacen labores manuales. Piensan que ello les devalúa". ¿Ve? Somos exactamente iguales, comparación 5.376. En esta película la cosa sigue y sigue y sigue.
El director, Peter Berg, afirma que "El Reino" es "98% acción, 2% mensaje". Pero está mintiendo. Es 100 por 100 propaganda... con la acción pensada para facilitar lanzarse a la yugular americana.
Berg relataba a USA Today lo inquieto que se sintió cuando a audiencias norteamericanas les gusta la película y piensan que es patriótica (como el aplauso a este timo de película, como hizo la ignorante audiencia al verla en agosto):
Cuando un pase de prueba en Sacramento estalló en aplausos durante una escena de acción - él esperaba una reacción más melancólica - informó a los ejecutivos de Universal Studios que quería un pase para una audiencia de mayoría musulmana.
“No quería que esto fuera una película de 'América la justiciera'", dice. Quería acción, pero no acción jingoísta". Como he escrito en muchas ocasiones, "jingoísta" es el término que la izquierda de Hollywood utiliza para atacar al patriotismo americano.
Después de que una audiencia londinense diera una ovación a la escena, Berg decidía que la audiencia estaba animando una victoria sobre el terrorismo, no el nacionalismo (americano), así que conservó la escena.
Como he observado en columnas anteriores, estoy segura de que detrás de esta película está el dinero saudí. Al principio los saudíes tienen mala imagen en esta película, pero al final trabajan mano a mano con los americanos para "capturar a los terroristas". Así no es como sucede en la vida real. Pero ese es el mensaje que los saudíes viene intentando desesperadamente meter con calzador al público americano -- sin mucho éxito -- durante los 6 últimos años desde que 15 de sus paisanos asesinaran a casi 3000 americanos.
Ahora han descubierto una manera de hacerlo -- a través de una insidiosa película de suspense que apenas es una envuelta exterior para un caballo de Troya saudí.
Mientras que no puedo demostrar que la financiación saudí esté detrás de esta película, ya he documentado que asesores saudíes fueron consultados acerca del argumento de la película:
¿Cuánto dinero saudí o musulmán ha ído a financiar esta película propagandística? Me encantaría saberlo, pero los créditos no proporcionan este tipo de información. Lo que sí dicen es que dos saudíes, Yamen al-Hajjar y Ahmed Al-Ibrahim (que también participan en la película) son enumerados como consultores sobre árabe, islam y Arabia Saudí. Al-Hajjar es un nacional saudí que es estudiante de la Universidad de Boston y afirma que volverá al Reino tras licenciarse para trabajar para la compañía petrolera saudí Aramco. Estoy segura de que es imparcial en cuanto a su país natal y su "pacífica" religión.
Tras publicar esto, Al-Hajjar me envió un correo electrónico y estaba claramente enfadado. Creo que al exponer al público su implicación y sus conexiones con Arabia Saudí, dejé en evidencia su plan mismo.
Independientemente de si los saudíes invirtieron o no a manos llenas en la película, claramente obtuvieron lo que pagaron.
Y como vengo observando, Jamie Foxx se encuentra en nómina de la maquinaria propagandística islamista y está muy motivado para perpetrar el timo. Decía:
Bien, mi padre biológico es musulmán... Fue un soplo de aire fresco en contraposición a lo que se ve en televisión. Fue agradable ver la otra cara bajo una luz positiva.
No es aire fresco. Es la vieja propaganda pasada con un empaque nuevo y más inteligente.
No vaya a ver "El Reino". Pero si lo hace, asegúrese de llevar un pañuelo para la cabeza y esconder su pasaporte con sello israelí. Y no olvide el detector de mentiras.

domingo, 4 de noviembre de 2007

La batalla de las ideas

Occidente necesita su debate ideológico
George Chaya (http://porisrael.org/)

El sostenimiento de la libertad necesita forzosamente del debate ideológico. Los representantes políticos que en democracia niegan la importancia de la ideología, traicionan no sólo a los ciudadanos que los votan, sino a la raíz y al concepto mismo de la función política y a la democracia misma.
El mayor error de la civilización occidental es, a mi juicio, la negación de la ideología, es decir, la inacción para realizar un necesario debate de ideas. Todos los totalitarismos en la historia de la humanidad, incluidos los del siglo XX y los que presenciamos en los inicios de este siglo XXI, se han caracterizado precisamente por la negación a la sana batalla de las ideas. De igual modo, todas las tiranías de la historia y los grandes criminales y dictadores que el mundo ha conocido, temieron el debate ideológico y lo cercenaron con el fin de forzar su propio dictado a fuerza del poder de sus armas.
Al escribir sobre la necesidad de la ideología política pretendo significar la importancia de establecer un debate de ideas como medio fundamental para el avance de toda sociedad humana. De forma general, ideología significa el estudio de las ideas, vale decir, su origen, desarrollo y aplicación. Como definición amplia, puede entenderse como el conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de un individuo, una sociedad, una época, un movimiento cultural, religioso o político.
Vivimos en el error de la negación ideológica y el panorama político internacional que presenciamos en esta primera década del siglo XXI confirma la necesidad de clarificar las ideas. En la confusión y mezcla ideológica que reina a nivel internacional hace falta generar un sano debate en el terreno de las propuestas y proyectos, es decir, plantear con nitidez en qué consiste la ideología que cada individuo o cada grupo político defiende. El espacio natural donde puede y debe tener lugar ese debate es el de las naciones donde existe auténtica libertad bajo un sistema democrático que permita e impulse dicho debate. La aceleración de la historia vivida desde el inicio del siglo XX y que prosigue en nuestros días corrobora una clara polarización de las ideas y los modos de entender el mundo. La ideología de los totalitarismos del siglo XX -desde el comunismo al fascismo- incluidas todas su vertientes estalinistas y nacional-socialistas fueron derrotadas por la ideología de las democracias liberales lideradas por Occidente. En otras palabras, la caída del Muro de Berlín significó en parte la derrota de una ideología -la socialista comunista- por parte de otra -la liberal- que resultó mucho más propicia para el avance real del ser humano y de sus libertades individuales en el marco del respeto de los derechos humanos.
Con todo, la supervivencia de varias dictaduras en el mundo confirma que aquella derrota de los totalitarismos fue parcial. De hecho, lo que vino después, en la última década del siglo XX -desde la Guerra de Irak en 1991 hasta hoy- ha ido abonando el campo para la confirmación definitiva del "choque de civilizaciones". El inicio de este siglo XXI es por tanto, una encrucijada clave para la historia de la humanidad porque además de ese choque de civilizaciones, no sólo en lo ideológico-político sino también en lo religioso, es visible también una fragmentación interior en el seno de algunas naciones, apreciables no solo en occidente sino en el mundo árabe.
La ola de violencia procedente del radicalismo en el Oriente Medio confirma una vez más la necesidad de hacer frente a quienes quieren cercenar la libertad y las bases democráticas sobre las que Occidente ha logrado los mayores avances para el bien de la humanidad. Nadie es ajeno a que el asesinato de más tres mil personas inocentes en Nueva York el 11 de septiembre de 2001 significó el inicio oficial de una guerra cruenta contemporánea contra los valores de la democracia y la libertad en el mundo. Por ello se debe entender y transmitir con claridad los peligros provenientes de los enemigos de la democracia y las libertades públicas e individuales no solo dentro de los Estados Unidos de América sino también, a nivel global.
Los verdaderos enemigos de la libertad, desde los líderes radicales de diversas latitudes y todos los autoritarismos que llevan la violencia como eje central de sus ideologías hasta los sectores que añoran el totalitarismo comunista (Corea del Norte, buena parte de la política China y Rusa pasando por el modelo castrista en Cuba y sus nuevos aliados latinoamericanos) estos fenómenos son significativos y centrales para exponer los peligros a los que occidente y la libertad de los individuos se enfrenta si se sigue ensanchando el error de la negación ideológica.
El problema actual en los EEUU radica en la cada vez más obvia polarización social, aspecto que a la larga, estará perjudicando su vida política nacional y su sociedad civil, sobre todo en los tiempos actuales de guerra contra el terrorismo global. Otros países pueden permitirse el lujo de polarizarse y dividirse ideológicamente, EEUU -como primera potencia mundial- no debería hacerlo. Se debería tener presente las palabras del general Giap de Vietnam del Norte cuando afirmaba que aunque a EEUU no se le podía derrotar en la guerra propiamente dicha, sí era posible hacerlo en su propia casa dividiendo a sus políticos. Aquella visión del Giap fue cierta en el caso de la Guerra de Vietnam, "perdida en Washington" por la división y el enfrentamiento de sus políticos y algunos medios de comunicación, que como sostienen muchos aun hoy, no estuvieron a la altura de las circunstancias.
Frente al permanente intento por desacreditar la ideología liberal a nivel internacional, tanto en EEUU como en Europa y otras partes del mundo, es de apreciar que la polarización, como muestra el caso de la política norteamericana actual ante la guerra contra el terror global es la confirmación de la cada vez más clara necesidad de acudir a la ideología como termómetro real de las propuestas políticas. Una ideología, que verifique la importancia de poder defender las ideas. Un espacio donde el ciudadano pueda entender cuáles son las propuestas de unos y de otros y así decidir cuál es la que más le interesa. Cada vez que esto ha ocurrido, el ideario liberal ha ganado abrumadoramente la batalla de las ideas, pese a las maquinarias propagandísticas contrarias. Eso ha sido posible, desde luego, en un país democrático como EEUU.
Lo que los comentaristas y analistas políticos en sumatoria no plantean, es precisamente lo que desde siempre he sostenido defendiendo la importancia de la defensa de la libertad sobre la base de un ideario claro y bien diseñado, sobre los fundamentos de una ideología reflexionada y pensada. Entre las ideologías que conocemos y que hemos experimentado, personalmente, juzgo sin temor a las críticas a la ideología liberal como la más adecuada en la defensa de las libertades y los derechos políticos, civiles y humanos.
Desde los totalitarismos -furibundamente anti-occidentales- que se aprecian en varias latitudes del planeta la ideología es demonizada. ¿Donde esta ubicado hoy el gobierno de Corea del Norte ideológicamente?, por citar un ejemplo. Reagan era un vaquero o un actor malo y George W. Bush es ahora un inculto o un analfabeto de derechas. Los "progresistas y los jihadistas" prefieren hablarnos de "diálogo", "apaciguamiento", "alianza de civilizaciones", "pragmatismo", "centrismo pacifista" y otras cuestiones de similares aspectos que para nada benefician el avance y la prosperidad en el mundo. Bajo esos términos, ese mismo progresismo desarrolla su propia ideología, que no es otra que liquidar y exterminar la ideología de la libertad de sus pueblos, única razón por la que nacieron las ideologías progresistas y las radicalizadas.
Este es el debate a clarificar y corregir, el de las ideas. Parece claro, que el "progresismo" de las izquierdas y el terrorismo ya se han encargado de borrar ese ficticio centro. En Oriente Medio, socialistas, nacional-socialistas, arabistas y yihadistas no tienen ningún pudor en autoproclamarse como personas "regionalistas desde lo ideológico" en tanto que los parlamentarios europeos y hasta los demócratas estadounidenses siguen predicando un irresoluto y poco claro centrismo, esa "moderación ineficiente", o a lo sumo ese "centro-derecha o centro-izquierda" es tan invisible como falaz. Por eso la necesidad de la ideología resulta ahora más obvia y necesaria que nunca.
En Occidente, la derecha y la izquierda deben aprender de sus aciertos y también de sus errores. Sin embargo, lo importante es la necesidad de vivir de acuerdo con su ideología natural, de forma clara y directa, explicando a la gente, abierta, honesta y apasionadamente, tanto en la teoría como en la práctica sus postulados. Es allí donde se debe clarificar el debate y donde se debe avanzar en la batalla de las ideas para hacer frente a las fallidas ideologías de los fanatismos, desde sus extremismos a los centrismos falsamente llamados "moderados" o "progresistas".
La exigencia de expresar una ideología, implica tener que exponer los aciertos históricos de las respectivas agendas políticas. La de los progresistas y los radicales, por mucho que quieran disfrazarlas, han sido y son las historias fracasadas de proyectos políticos que ha llevado a la postergación, la decadencia intelectual y moral, la miseria, el atraso, la muerte y el desastre de sus pueblos, sin ningún crédito ni futuro, se llame nacionalismo, arabismo, comunismo, progresismo, socialdemocracia o cualquiera de los eufemismos inventados.