Pues sí, el paraiso existe y está en las Islas Maldivas, más concretamente en Kuramathi. Después de doce horas de vuelo y un paseíto en hidroavión llegas a una isla de un kilómetro de largo por algo más de medio kilómetro de ancho y que se va afilando hacia la punta donde se prolonga en un larguísimo banco de arena.
Allí te esperan diez días sin ver ni oir coches, motos, ruidos, televisión, internet, .... solo pisando arena y jungla ...
Las cabañas están repartidas por la isla, sin apenas iluminación artificial, mientras que unas más grandes forman la recepción, el restaurante, el bar, el centro de buceo. Por cierto ¡qué aguas! ¡qué cantidad de vida!
Seguro que hay muchos más paraísos, cada uno tendrá el suyo. Pero este es el mío.
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