sábado, 24 de marzo de 2007

Cebrián, niño bonito del franquismo



LA OCULTA HISTORIA DE UN PERSONAJE DELEZNABLE

El diario Inconsciente de la mañana conocido por El País, ha celebrado el 80 cumpleaños del compañero García Marquez, como este prohombre y amigo del tirano cubano se merece. El anfitrión en esta onomástica no ha sido otro que el consejero delegado del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián. Y este aprendiz de intelectual se ha despachado como sabe; de calumnia, difamación, insulto y manipulación nadie le puede dar clases a este Cebrián. Ha rememorado sus encuentros con Gabo (apelativo cariñoso de García Marquez) y mire usted por donde en esas evocaciones aparece como una sombra maligna el personaje de José María Aznar, que Cebrián no duda en tachar de "hombrecillo del bigote, artífice del regreso a la crispación" y símbolo de los "aspectos miserables" del poder, a quien además, ha dicho, García Márquez nunca quiso conocer.

Pues que pena... Pero la verdad es que si hay alguien indigno de conocimiento e impresentable a todas luces es el personaje del cual ofrezco un breve semblante, para ahondar en el conocimiento de este personaje tan abyecto.
Ahí van esbozos de su biografía:

Juan Luis Cebrián Echarri
Nació en Madrid, en el año 1944, en el seno de una familia acomodada muy vinculada al régimen de Franco. Su padre (Vicente Cebrián), también periodista, fué director del diario Arriba, el periódico del sindicalismo vertical del Franquismo.
El marco familiar de Cebrián era claramente conservador: hijo de falangista y nieto de un coronel médico de la Armada. Durante su juventud, el futuro director de El País mostró unas importantes inquietudes religiosas.
Cursó el bachillerato en el colegio de El Pilar, como todo buen niño de Serrano, y allí hizo sus primeros pinitos, dirigiendo (al igual que Anson) la publicación escolar Soy Pilarista.
Como buen niño de papá tuvo todos los privilegios y enchufes necesarios, después de graduarse en filosofia y letras, se graduó en periodismo y gracias a los contactos paternales consiguió entrar en el diario "Pueblo", bajo el mecenazgo de Emilio Romero. Pronto subió de escalafón y se convirtió en breve en redactor jefe de dicho rotativo.
De "Pueblo", para seguir pisando cabezas, pasó a "Informaciones" ya como subdirector, y de allí, Pío Cabanillas (su nuevo padrino), le llevó a la dirección de los informativos de RTVE, un año má tarde volvería al períodico. Dice Jesús Cacho en “El negocio de la libertad” que se fue con Pío Cabanillas a dirigir RTVE en la España más lóbrega que imaginar se pueda, naturalmente en vida del dictador. Algunos le acusan de haber enviado a la Dirección General de Seguridad las películas filmadas con los rostros de quienes asistían a manifestaciones antifranquistas y/o acudían a Portugal al baño de alegría de la revolución de los claveles del 25 de abril.


En 1972, se comenzó la gestación del diario El País, y Jesús Polanco constituyó Promotora de Informaciones SA (PRISA) como sociedad que había de editarlo. Y Polanco desde el primer momento, pensó en Cebrián para dirigir el nuevo proyecto. El muchacho había estado ya en la tele franquista y en diarios de renombre y dado su curriculum, este era garantía de aprobación por parte de los organismos competentes. Y así fué como se embarcó en esta aventura en la cual todavia sigue en la brecha.
Ya desde la dirección del periodico comenzó a lanzar monumentales diatribas contra el franquismo, actitud que a Enrique de Diego, en su libro "ZP en el país de las maravillas", inspira esta acertada pregunta: ¿A quién se referirá Cebrián cuando habla de censura, represión y estulticia del Régimen? ¿A su padre o a él?.


Después, de la mano de Polanco, ha llegado a donde ni hubiera podido soñar, ha sido nombrado Academico de la Lengua, y miembro activo de organizaciones internacionales de gran influencia. De tal manera que ya en 2001 y según actualidad económica su fortuna personal asciende a22,3 millones de euros (unos 3.715 millones de pesetas), cantidad que con seguridad se ha incrementado notablemente desde entonces.
Juan Luis es consejero delegado de Prisa, es también vicepresidente de Sogecable, Canal Satélite Digital y Ser y consejero de Bankinter. En total, ocupa cerca de una veintena de altos cargos de distintas sociedades del grupo Prisa.
Radical laicista, guerracivilista, partidario acérrimo de una pronta reforma constitucional, al cual no le importa la destrucción de España (modificación de las fronteras) y cuyo objetivo es la diabolización del PP; así es Cebrián.
Cebrián, el "niño bonito " de la prensa del Movimiento y director de informativos de la TVE de Franco, hoy metido a magnate, dá ahora lecciones de democracia en los foros internacionales. Así de honrada es la izquierda.
http://lobeznox.blogspot.com
Cebrián culpa a "la insidiosa Reconquista" de que no floreciese una civilización común con el Islam
La Alianza de Civilizaciones cuenta, al fin, con la contribución filosófica de Juan Luis Cebrián. El consejero delegado de PRISA sostiene, en un artículo publicado este domingo en El País –resumen de su intervención en un homenaje a Juan Goytisolo, el pasado 11-S en Marraquech–, la tesis de que el Islam y el Cristianismo han hecho lo mismo por impedir el florecimiento de una civilización común. A su juicio, "sin las Cruzadas y la Inquisición, sin la insidiosa Reconquista ibérica, podríamos –¿quién sabe?– haber asistido al florecimiento de una civilización mediterránea, ecuménica y no sincretista, en la que convivieran diversos legados de la cultura grecolatina, lo mismo que conviven hoy las dos Europas, la de la cerveza y el vino, la de la mantequilla y el aceite de oliva, en una sola idea de democracia". Cebrián cree que todavía estamos a tiempo.

Si Larra se levantara de la tumba...
PEDRO G. CUARTANGO

Si Larra se levantara de la tumba, quedaría consternado al leer el artículo de Anson en el que se vanagloriaba de codearse en la Real Academia con obispos, con generales, con marqueses y, sobre todo, con... Juan Luis Cebrián.
Dice de su colega que ha sido un gran director de El País y luego afirma que este periódico es un producto «áptero», «servicial» y «artero»

Tal vez, Anson se haya sentido deslumbrado al prodigar el elogio por sus afinidades con Cebrián: ambos son madrileños, y pilaristas, se sientan juntos en la Real Academia, han sido directores de periódicos y frecuentan los círculos de los banqueros.

Si Anson jugó a ser asesor aúlico de El Tigre, el magnate mexicano de Televisa, Cebrián ha hecho carrera en Bankinter.

La única carrera que hizo Larra fue la de San Jerónimo para ir a las tertulias de El Parnasillo, el café donde despotricaba contra Fernando VII.

Los periodistas eran entonces tábanos molestos, gentes sospechosas, buscavidas, duelistas y camorristas, proscritos por los reyes y mal vistos por la aristocracia.

Por lo que dice Anson, la meta de los periodistas es ahora ser tan poderosos como Botín y escribir tan mal como Cebrián.

Anson fue poeta y se le da bien la pluma, pero Cebrián ha publicado novelas infumables. Lo suyo no es el epigrama, aunque hay que reconocer que es un excelente conspirador.

Anson, como Larra, fue un romántico en su juventud, aunque en lugar de componer versos contra la monarquía los hacía a su favor.Cebrián fue más pragmático: dirigió los informativos de la TVE franquista cuando algunos tirabamos piedras a los grises desde las azoteas del San Juan Evangelista.

El otrora factotum de ABC asegura que es más importante ser un buen director que escribir bien para entrar en la Academia. Por eso, Valle-Inclán, que nunca fue académico, decía que se «meaba en los muros de la Docta Casa».

La teoría de Anson explica a la perfeccion por qué Balzac, Stendhal, Flaubert y Proust nunca entraron en una Academia llena de aristócratas: escribían demasiado bien.

Anson es de derechas y Cebrián, supuestamente de izquierdas, pero los dos siempre se han entendido con Felipe González. Anson denunció la famosa «teoría de la conspiración» para nombrar a Trevijano presidente de la Tercera República. Cebrián ordeñó al régimen para sacar beneficios para Polanco, táctica que sigue practicando con Zapatero.

Anson se sintió desdeñado por Aznar como Emilio Romero por Suárez, al que despreciaba por su mediocridad intelectual. Cebrián también odiaba cordialmente a Aznar, hasta el punto de proponer a Gallardón de primer ministro tras la victoria del PP en 1996.

Si estos dos grandes periodistas hubieran vivido en la época de Luis XV, habrían sido las figuras de los salones de Madame Pompadour, como lo fueron Diderot y Voltaire. Ingenio y presencia no les faltan.

Fue Larra el que acuñó la frase «escribir es llorar». Por eso, se pegó un tiro. Ahora escribir es entrar en la Academia, cenar con Matías Cortés y que el Rey te guiñe un ojo. Mariano José, vuélvete a la tumba.

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