Un dirigente del PSOE asturiano se reunió varias veces en la cárcel con el lugarteniente de Lamari
Fernando Huarte Santamaría, dirigente del PSOE de Gijón y presidente de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah, contactó en 2001 con Benesmail en la cárcel de Villabona. Según cuenta La Nueva España, consiguió sacarle de prisión para ir al dentista e incluso le pagó la factura. En octubre de 2004 mantuvieron el último encuentro. Días después, Benesmail fue detenido en la Operación Nova. En su bolsillo llevaba la dirección del etarra Henri Parot. Como informó Libertad Digital, el PP solicitará la comparecencia del socialista. Lo ha pedido Vicente Martínez Pujalte.
(Libertad Digital) En abril de 1997, el argelino Benesmail Abdelkrim fue detenido en Valencia junto a otros nueve terroristas del GIA. Entre los detenidos estaba Allekema Lamari, emir del 11-M y uno de los terroristas que se suicidó en Leganés.
Abdelkrim, considerado lugarteniente de Lamari, estuvo internado cuatro años en la cárcel de Ocaña 1, donde los funcionarios recuerdan la gran camaradería que mantenía con los presos de ETA. Entre sus amigos, Valentín Lasarte, asesino de Gregorio Ordóñez y Fernando Múgica, y Fernando Elejalde, asesino de un funcionario de prisiones. "Era como uno de ellos", recuerdan los funcionarios.
En julio de 2001 ingresa en la prisión asturiana de Villabona. Allí mantiene la buena relación con los internos etarras, hasta el punto de que, según informó El Mundo, se relacionaba "casi en exclusiva con ellos". Benesmail trabó amistad con el etarra Juan María Igarataundi y con el miembro de Jarrai José Luis Camarero, que dijo de él: "Es un tipo superserio. Este es de los que, en cuanto salga, va con una bomba encima (...) Para él , hay cosas que nosotros hacemos mal. Según él, tú pones la bomba y no tienes que avisar".
El terrorista argelino estaba obsesionado con la actualidad informativa. Pidió una televisión a los presos etarras para ver cómo los aviones se estrellaban contra las Torres Gemelas el 11-S de 2001. Además, comentaba la prensa con los internos de ETA: "El Gara circulaba por las celdas", recuerdan los funcionarios. "Entre ellos se llamaban hermanos", afirmaron los trabajadores.
En la cárcel de Villabona, Benesmail coincidió con otros dos presos tristemente famosos: Los confidentes Antonio Toro Castro y el marroquí Rafá Zouhier, ambos imputados por los atentados del 11-M. En esa fecha Toro comenzó a buscar compradores para los 150 kilos de dinamita que decía tener en su poder. Hasta aquí, todo lo escrito ya es de sobra conocido. Este martes nos hemos enterado de un nuevo contacto de Benesmail en prisión.
Un dirigente del PSOE se pone en contacto con Benesmail en 2001
En el mismo año 2001, el dirigente del PSOE de Gijón y presidente de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah, Fernando Huarte Santamaría, se dio a conocer al terrorista del GIA, al que envió revistas escritas en árabe a la prisión. Según informa La Nueva España, en diciembre de 2001, fruto de sus contactos con Benesmail, Huarte inicia los contactos con una clínica dental gijonesa para que un odontólogo de Gijón le pudiera practicar una endodoncia al terrorista. Los trámites no fructificaron hasta febrero de 2002.
El odontólogo le atendió hasta en tres ocasiones y en todas ellas la clínica permanecía cerrada por motivos de seguridad. Se da la circunstancia de que Huarte no sólo agilizó los trámites para que el preso pudiera abandonar durante horas la cárcel de Villabona sino que él mismo fue quien pagó la factura del dentista. De estos hechos estaban informados otros miembros del PSOE gijonés. Conviene destacar que Huarte es el responsable de la seguridad de los actos más importantes que celebra el Partido Socialista en Gijón.
El cargo del PSOE mantuvo después de estas intervenciones varios encuentros con Benesmail en la cárcel. El último de ellos se celebró el 9 de octubre de 2004, siete meses después de los atentados de Madrid.
El 24 de octubre de ese año, la Policía efectúa un registró en la celda de Benesmail. En ese momento, el terrorista esconde un papel en su bolsillo. En ese papel aparecían escritos los nombres de Henri Parrot y Harriet Iragi, dos de los etarras más sanguinarios. Benesmail es detenido en la segunda fase de la Operación Nova por formar una célula que desde la cárcel planeaba volar la Audiencia Nacional.
Según ha comprobado Libertad Digital en el Registro Mercantil, Fernando Huarte Santamaría es administrador solidario de la empresa P.F. BROKERS INTERNACIONAL, S.L., registrada en Asturias en el año 1993 y que figura como activa. Parte del objeto social de esta compañía guarda relación con derivados de la minería: “adquisición, importación y exportación, venta y distribución de productos mecánicos, maquinaria, productos agrícolas, aceites, motores, filtros, carburantes líquidos y sólidos, minerales y carbones”.
De los "fines humanitarios" a los pagos de Lamari
Preguntado por el motivo de sus contactos con el terrorista, el socialista Fernando Huarte ha respondido a La Nueva España que lo hizo "por fines humanitarios, para ayudar a su rehabilitación". Respecto si considera que alguien que desde la cárcel planea volar la Audiencia quiere rehabilitarse, Huarte responde: "Eso no está probado todavía. No han demostrado nada de los presuntamente implicados de la acusación que tienen". Y añade sobre el terrorista argelino: "Es una persona a la que cogieron en España, la metieron presa y todo el mundo tiene derecho a que se le ayude cuando está en una situación desesperada. Lo contrario no sería humano, me parece a mí".
Huarte, que ha realizado varios viajes a Oriente Medio y considera a Yaser Arafat "uno de los mayores estadistas de nuestro tiempo", dice que no tiene "que justificar nada". "Era un preso que tenía necesidad de ayuda humanitaria y nosotros la prestamos a cualquier persona proveniente del mundo árabe", añade el presidente de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah.
Sin embargo, la situación de Benesmail no era tan necesitada ya que, el jefe de la célula islamista del 11-M y suicida de Leganés, Allekema Lamari, le enviaba cada mes dinero a la cárcel de Villabona. El lugarteniente de Lamari recibió el último pago el 6 de marzo de 2004; en concreto un giro de 150 euros.
Fuentes del PP en la comisión declararon a Libertad Digital su intención de exigir la comparecencia urgente de Fernando Huarte por entender que es uno de los supuestos excepcionales contemplado para reabrir la investigación parlamentaria. A media tarde, Vicente Martínez Pujalte confirmó que la gravedad de la información merece la solicitud de comparecencia.
EN EL MEDIO DE TODAS ESTAS CONEXIONES ESTÁ HUARTE"
El PP quiere que el socialista que se reunió con Benesmail explique sus negocios con la minería
La portavoz adjunta del PP en la comisión del 11- M, Alicia Castro, ha advertido al PSOE de que si se niega a la comparecencia del dirigente socialista asturiano, Fernando Huarte, "demostrará que tiene muy poca decencia política, si es que le queda algo". El PP quiere saber de qué hablaron en la cárcel Huarte, presidente también de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah, y Abdelkrim Benesmail, lugarteniente del emir del 11-M.
(Libertad Digital) La diputada del PP Alicia Castro ha reiterado en La Mañana de la COPE la necesidad de que comparezca ante esta comisión el dirigente del PSOE en Asturias, Fernando Huarte Santamaría, que visitó en repetidas ocasiones en la prisión de Villabona al terrorista Abdelkrim Benesmail, lugarteniente del imán del 11-M y suicida de Leganés Allekema Lamari, entre los años 2002 y 2004.
La popular Alicia Castro ha recordado que Fernando Huarte, que ha pertenecido al comité ejecutivo del PSOE en Gijón y se encarga de labores de seguridad en actos del partido, "controla la seguridad, y el PSOE da este tema a personas de la máxima confianza". También recordó que en la última reunión que el socialista y el terrorista mantuvieron en la cárcel, en octubre, "ya todos sabíamos quién era ese señor" y también "que mantenía relaciones con destacados etarras".
Tras las dudas iniciales, el PP decidió finalmente pedir la comparecencia de Huarte en la comisión de investigación del 11-M. Este jueves, Castro –con una mayor agilidad política que sus compañeros en la portavocía de la comisión– ha advertido al PSOE de que si se niega a la comparecencia del dirigente socialista asturiano "demostrará que tiene muy poca decencia política, si es que le queda algo".
Benesmail coincidió en la cárcel con los confidentes Zouhier y Toro Castro. Además, trabó estrecha amistad con al menos cinco presos etarras. "En el medio de todas estas conexiones (entre presos etarras e islamistas) está el señor Huarte", denunció Castro, que destacó la importancia de saber más sobre las reuniones que ambos celebraron en la cárcel: "Qué le contaba Benesmail, qué sabía Huarte..." La portavoz adjunta del PP también se refirió a la empresa que tiene el dirigente del PSOE.
Según informó el miércoles Libertad Digital, en el Registro Mercantil Fernando Huarte Santamaría es administrador solidario de la empresa P.F. BROKERS INTERNACIONAL, S.L., registrada en Asturias en el año 1993 y que figura como activa. Parte del objeto social de esta compañía guarda relación con derivados de la minería: “adquisición, importación y exportación, venta y distribución de productos mecánicos, maquinaria, productos agrícolas, aceites, motores, filtros, carburantes líquidos y sólidos, minerales y carbones”. Alicia Castro también exige una aclaración sobre "esos negocios". "Probablemente sea una empresa muy digna, pero a lo mejor no lo es, porque también están por en medio temas de minería del carbón", concluyó.
PEDIRÁ INFORMES AL MINISTERIO DEL INTERIOR
Zaplana vincula a Álvaro Cuesta con el dirigente del PSOE asturiano que se reunió con Benesmail
El PP cree que hay vinculaciones entre Álvaro Cuesta, portavoz del PSOE en la comisión del 11-M , y el socialista asturiano Fernando Huarte, que se reunió en la cárcel varias veces con Abdelkrim Benesmail, lugarteniente del imán del 11-M. Zaplana ha anunciado que el PP pedirá al Ministerio del Interior información sobre la vinculación entre ambos y lo que Cuesta, también asturiano, sabe sobre las gestiones que Huarte realizó en favor de presos islamistas.
(Libertad Digital) En rueda de prensa en el Congreso, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, se refirió a las declaraciones del miércoles de Álvaro Cuesta,secretario de Política Municipal y Libertades Públicas del PSOE, preguntándose qué clase de conexiones tenía el PP con los confidentes del 11-M para pedir con insistencia su presencia ante la comisión, unas palabras que calificó de "insinuaciones y valoraciones inaceptables".
A su juicio, "no es de recibo" lanzar esas insinuaciones el mismo día en que se publicaba que Fernando Huarte, directivo del PSOE asturiano a la vez que presidente de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah, se había reunido con el preso islamista Abdelkrim Benesmail, lugarteniente de Allekema Lamari, imán de los terroristas del 11-M y suicida de Leganés. "Quien más tiene que callar, quien tenía que sonrojarse y dar explicaciones, hace insinuaciones intolerables, y eso no es de recibo", señaló Zaplana, que exigió al Grupo Socialista que rectifique en toda regla: "Si no, no me pregunten lo que vamos a hacer, pero lo haremos".
El PP, que ya ha pedido la comparecencia de ese cargo socialista, Fernando Huarte, ante la comisión de investigación, quiere saber ahora los vínculos de éste con Álvaro Cuesta, también militante asturiano del PSOE y miembro de la dirección federal. Según Zaplana, siendo de la misma comunidad, Cuesta y Huarte "se deben conocer" y ha de conocerse su relación. "A lo mejor, don Álvaro Cuesta nos puede aclarar esta cuestión", comentó.
Además, los populares preguntarán por escrito al Gobierno, a través del Ministerio del Interior, qué información dispone sobre la vinculación de Huarte con Cuesta y lo que éste sabe sobre las gestiones de aquel con presos islamistas. "Ya tenía que existir una respuesta contundente por parte del PSOE y no dar la callada por respuesta", incidió Zaplana que concluyó con un consejo para los socialistas: "Me atrevo a darles un consejo: que se ocupen de su salud política, porque como no afronten esta cuestión con valentía, esto pinta cada vez peor".
LE APOYA GASPAR LLAMAZARES
Cuesta se opone a que declare el dirigente del PSOE de Asturias que se reunió con Benesmail
Álvaro Cuesta (PSOE) y Gaspar Llamazares (IU), ambos asturianos, se niegan a que el socialista Fernando Huarte –asturiano también– comparezca en la comisión del 11-M para explicar su relación con Abdelkrim Benesmail, número dos del "imán" de la masacre. Además, el PP quiere que Huarte explique sus negocios en la minería tras revelar Libertad Digital el objeto social de su empresa registrada en Asturias. Por último, Zaplana ha anunciado que pedirá informes a Interior sobre la relación del propio Cuesta con Huarte.
L D (Europa Press) PSOE e Izquierda Unida no tienen previsto apoyar la petición para que comparezca ante la comisión de investigación sobre los atentados del 11-M Fernando Huarte, dirigente socialista de Gijón que mantuvo contactos con Benesmail Abdelkrim, encarcelado por su pertenencia al Grupo Islámico Armado (GIA) y que es considerado el lugarteniente de Allekema Lamari, uno de los terroristas que perpetró la matanza de Madrid y que se suicidó en Leganés matando también a un agente de los GEO.
Así lo confirmaron a la agencia Europa Press los portavoces de PSOE e IU-ICV en la comisión, Álvaro Cuesta, y Gaspar Llamazares, respectivamente, quienes reiteraron su negativa a que, en principio, se produzcan más comparecencias en el seno del órgano investigador.
Además, ambos rechazaron que la comisión deba convocarse de forma inmediata para tratar esta solicitud de comparecencia, como pretende el PP, y abogaron por que este asunto se analice en la reunión que este foro tiene previsto mantener el 5 de abril para estudiar la documentación que la comisión solicitó el miércoles a distintas instituciones.
Sin embargo, por el momento todo apunta a que todos los partidos excepto el PP quieren dar por cerrada la comisión y abordar sólo un texto de conclusiones. Pese a que todas las peticiones de comparecencia y documentación solicitadas por el PP ya han sido denegadas –se pedía reabrir los testimonios de la trama asturiana, los confidentes, el TEDAX que desactivó la única bomba que no estalló, entre otros–, la comisión dejó abierta una puerta a "casos excepcionales" que pudieran aportar novedades. Esgrimiendo esas novedades aportadas por el diario La Nueva España y Libertad Digital, el PP reclamó el miércoles –después de varias vacilaciones– que se reabriera la comisión para obtener el testimonio de Fernando Huarte Santamaría.
Más allá de lo verosímil
Lucrecio
El hombre que cuida de la seguridad del PSOE en Gijón ha estado manteniendo relación continua con quien maquinaba la voladura de la Audiencia Nacional. En medio, el 11 de Marzo. Y aquí no ha pasado nada El 9 de octubre de 2004, un dirigente del PSOE asturiano se entrevista en la cárcel de Villabona con el terrorista del GIA argelino Benesmail Abdelkrim. El 24 de octubre de 2004, la policía irrumpe en la celda del islamista, en el curso de la operación que desarticula el proyecto de voladura de la Audiencia Nacional y de buena parte de la calle Génova. “En la inspección de la celda –recuerda La nueva España– se encontraron notas con apuntes sobre cómo fabricar explosivos y en su bolsillo, una nota con los nombres de los etarras Henry Parot y Harriet Iragi y su dirección en la cárcel de Córdoba”.
Releo varias veces la noticia en Libertad digital y en La nueva España. Los informativos de Radio Nacional me recuerdan, mientras tanto, sosegados, que, por unanimidad menos uno, los partidos políticos de este desdichado país han decidido cerrar la investigación sobre el 11M. “No hay pruebas ni las habrá nunca”, dijo un ilustre político, acerca de otros no menos políticos crímenes, hace ya más de quince años. Al final, ¡vaya si las hubo! Pero, esta vez, todo tiene, desde el primer instante, el tinte de estar destinado a borrarlas. A cualquier precio.
Porque el tal dirigente del PSOE, que proclamaba a Arafat “uno de los más grandes hombres de Estado contemporáneos”, no había visitado al presunto volador de la Audiencia por primera vez, aquel 9 de octubre del año pasado. Su relación se remonta a inicio de 2002, muy poco después del loco amor surgido entre el terrorista argelino y los etarras que con él compartieron regocijo ante la matanza de septiembre de 2001 en Nueva York, desde la cálida hermandad de la cárcel de Villabona. Días de fraternidad y rosas, de los cuales da razón la correspondencia del etarra José Luis Camarero, quien lo elogia ante sus camaradas como “un tipo superserio. Este es de los que, en cuanto salga, va con una bomba encima (...) Para él , hay cosas que nosotros hacemos mal. Según él, tú pones la bomba y no tienes que avisar”.
Y, sobre todo, porque el tal Fernando Huarte Santamaría, protector suyo en Asturias a lo largo de estos años, no es sólo el caritativo Presidente de la Asociación nacional de Amigos del Pueblo Palestino que paga las facturas de los terroristas con dolor de muelas. Ni sólo el administrador solidario de la empresa P.F. Brockers Internacional, S.L., cuyo objeto social –informa Libertad Digital– guarda relación con derivados de la minería: “adquisición, importación y exportación, venta y distribución de productos mecánicos, maquinaria, productos agrícolas, aceites, motores, filtros, carburantes líquidos y sólidos, minerales y carbones”.
No es sólo eso. Todo lo cual ya, como mínimo, desazona
Es algo más. Transcribo el alarmante retrato que de él da La nueva España: “Fernando Huarte, trabajador de Izar-Gijón, fue miembro de la comisión ejecutiva del PSOE de Gijón hasta enero de 2001. Desde entonces es miembro del comité municipal del PSOE y se encarga de la seguridad de los más importantes actos socialistas en la ciudad. El partido lo ha elegido para ser uno de los representantes del Ayuntamiento de Gijón en la asamblea general de Cajastur. Ha realizado viajes a distintos países de Oriente Medio”.
El hombre que cuida de la seguridad del PSOE en Gijón ha estado manteniendo relación continua con quien maquinaba la voladura de la Audiencia Nacional. En medio, el 11 de Marzo. Y aquí no ha pasado nada. La comisión se disuelve. Hasta para una novela negra de la gran época clásica, hasta para una muy, muy excesiva de Horace Mc Coy, todo esto es demasiado.
19-III-2005
Un intenso olor a podrido
EDITORIAL
Quedan muchos flecos sueltos, demasiados interrogantes y un intenso olor a podrido que se está empezando a apoderar de la investigación de los peores atentados de nuestra historia. Cuando desde el PSOE y asimilados se ultimaban los preparativos del carpetazo final a la Comisión del 11 de marzo la realidad se ha empeñado, una vez más, en demostrar a nuestros representantes que la trama que organizó los atentados de Atocha tiene más pliegues que la piel de un cocodrilo. Esta misma semana el diario asturiano La Nueva España revelaba que Fernando Huarte, un destacado dirigente socialista de Gijón, había mantenido varias reuniones con el terrorista islámico Abdelkrim Benesmail cuando éste se encontraba en la prisión de Villabona. A primera vista no parecía nada del otro jueves. Un simple concejal asturiano, simpatizante de la causa palestina, que acudía regularmente de visita a la cárcel para consolar y prestar ayuda a presos musulmanes. Sin embargo, la exclusiva del rotativo asturiano iba más allá. Benesmail no sólo fue condenado en 2001 por su pertenencia al mortífero GIA o Grupo Islámico Armado, sino que mantenía una relación especialmente fluida con Allekema Lamari, el cerebro de la matanza del 11-M que se suicidó en Leganés en abril del pasado año.
Las visitas de Huarte al penal de Villabona, además, no se enmarcaban dentro de las tradicionales campañas de apoyo a los presos sino que el concejal era amigo personal de Benesmail, un terrorista que, dicho sea de paso, se mereció los elogios de un miembro de Jarrai por lo resolutivo de sus métodos a la hora de sembrar el terror. ¿Cuál fue la relación de Huarte con Benesmail? Eso es lo que se desconoce y que seguirá siendo una incógnita si el concejal gijonés no comparece de inmediato ante los comisionados. Porque siendo ya anormal que un político de un partido democrático mantenga tan buena relación con un despiadado terrorista vinculado con el autor intelectual del 11-M, lo es aun más que los ciudadanos no puedan saber en que consiste esa buena relación.
Es esta y no otra la intención del Partido Popular muy a pesar de la maniobra de ocultación y acusaciones infundadas que se ha articulado en torno al, como poco, oscuro affaire Benesmail. Pero la buena disposición de los populares para que los ciudadanos conozcan la verdad ha chocado de nuevo con el veto socialista en la Comisión. Huarte que, tal y como reveló Libertad Digital, es un próspero empresario de la minería, se encuentra de viaje en Brasil pero tiene a un paisano o, mejor dicho, a dos paisanos en Madrid que le han garantizado la tranquilidad. Estos dos paisanos son Álvaro Cuesta y Gaspar Llamazares. ¿Por qué los portavoces del PSOE e Izquierda Unida no quieren que Huarte ilustre a sus señorías sobre la privilegiada relación que un día tuvo con un terrorista del GIA? Misterio que sólo se desvelará si Interior remite a Zaplana cuál es la relación entre Cuesta y Huarte. Parafraseando a Shakespeare, algo huele a podrido en Asturias. Demasiadas piezas, demasiado cercanas que están pidiendo a gritos un rápido esclarecimiento.
El inesperado cambio de postura de Paulino del Rivero, presidente de la Comisión, es esperanzador pero insuficiente. No está aun decidido que Huarte vaya a presentarse y a lo largo de los últimos meses muchas comparecencias se han visto frustradas por el perenne veto de socialistas, comunistas y nacionalistas, curioso tridente parlamentario cuyo objetivo, a lo que se ve, es dificultar al máximo las labores de investigación de unos comisionados a los que se les empieza a acumular el trabajo pendiente sobre la mesa. Y como muestra, una nueva detención. El sirio Mohannad Almallah fue arrestado ayer en Madrid por segunda vez por su vinculación con el 11-M. La policía sospecha que se dedicaba a reclutar jóvenes islamistas en la capital para enviarlos a campos de entrenamiento de terroristas en el extranjero. Una simple nota de agencia sino fuese porque Almallah es militante del PSOE desde el año pasado, exactamente desde el mes de mayo, un par de meses después de la tragedia. Volviendo sobre Shakespeare, algo huele a podrido en el PSOE. ¿Cómo llegó Almallah hasta la agrupación socialista del barrio de San Blas?, ¿por qué un individuo que había sido detenido por su implicación en el 11-M eligió el PSOE como opción política para afiliarse? Quedan muchos flecos sueltos, demasiados interrogantes y un intenso olor a podrido que se está empezando a apoderar de la investigación de los peores atentados de nuestra historia.
El histerismo de Cuesta
Ignacio Villa
Y es que quizá el propio Álvaro Cuesta deberá terminar compareciendo explicando su relación con Fernando Huarte, sus conversaciones con él y, especialmente, si conocía las visitas a prisión de su compañero de partido El presidente de la comisión parlamentaria del 11 de marzo se ha descolgado -este viernes- con unas declaraciones sobre las comparecencias en las comisiones de investigación en el Congreso de los Diputados. Dice Paulino Rivero que con la experiencia de estos meses parece aconsejable que todas las personas propuestas por los grupos parlamentarios para que declaren tienen que hacerlo. Es, desde luego, una idea saludable, aunque llega un poco tarde. A no ser que esta propuesta tenga carácter retroactivo.
También es cierto que Paulino Rivero tiene todavía una oportunidad para salvar su integridad política y para demostrar su independencia en la presidencia. El próximo 5 de abril se reúne la comisión de investigación sobre el 11 de marzo, según parece en esa reunión se abordará la posible comparecencia de Fernando Huarte. Va a ser esa una buena oportunidad para ver si Rivero habla con peso específico, o si, por el contrario, será capaz de hacer frente a los socialistas y a sus socios parlamentarios.
Con Huarte, el PSOE carece de argumentos para evitar su presencia en la comisión de investigación. Huarte es militante socialista, con cargo orgánico en el PSOE asturiano. Ha visitado varias veces en la cárcel al que se considera número dos de la trama terrorista del 11 de marzo. ¿No son estas razones suficientes? Para Álvaro Cuesta, portavoz socialista en la comisión, no parece que haya muchos motivos para la presencia de Huarte en el Congreso. El problema surge cuando Cuesta es incapaz de articular un sólo argumento para evitar la comparecencia; es más se ha puesto como un basilisco insultando al Partido Popular como estrategia de despiste. Pero ha sido muy poco convincente.
Tantos nervios de don Álvaro sugieren que la relación entre Huarte y Cuesta es de una fluidez considerable. Y es que quizá el propio Álvaro Cuesta deberá terminar compareciendo explicando su relación con Fernando Huarte, sus conversaciones con él y, especialmente, si conocía las visitas a prisión de su compañero de partido. Demasiado histérico aparece en público Cuesta como para poner cara de circunstancias. Por cierto, que nadie se olvide que el propio Cuesta es también muy amigo de Alfredo Pérez Rubalcaba. Y es que al final los amigos lo saben todo.
La punta del iceberg
Ignacio Villa
Ahora comienzan a cuadrar demasiadas cosas y el nerviosismo balbuceante de los socialistas, que no se han escondido, es el síntoma más importante de que aquí hay historia La Semana Santa de 2005 se está convirtiendo en una auténtica semana de pasión para el Partido Socialista. Un año después del 11 de marzo, cuando se las prometían tan felices en la calle Ferraz, en cuestión de días, se les está complicando todo de forma muy grave e importante.
En cuatro días ha quedado en evidencia que el enemigo está en la propia casa. Primero, de pronto, el PSOE se encontró el pasado viernes con que un terrorista del 11-M militaba en sus filas desde hacía diez meses. Y encima dicen de él que era muy participativo. Cuando los socialistas se estaban recuperando de esa historia, se topan con que el militante socialista Fernando Huarte es colaborador de los Servicios Secretos desde 1992. Huarte, como saben, lleva días en las portadas de la prensa por sus visitas a la cárcel para atender “humanitariamente” a otro terrorista del 11 de marzo. Demasiadas novedades para que la comisión de investigación se cierre como quiere el PSOE, sin más conclusiones, que un canto inútil de buenas intenciones.
La aparición de Huarte en escena rompe todas las componendas del Partido Socialista y se abre una vía de investigación muy importante. Durante los días de la infamia, los socialistas tenían información en tiempo real. ¿Venía esa información directamente desde los Servicios Secretos? ¿Cómo es que Rubalcaba diez días después de los atentados decía públicamente que tenía información del Centro Nacional de Inteligencia? ¿No parece sospechoso que el Partido Socialista se haya cerrado en banda ante cualquier posible investigación? El PSOE ha sido incapaz de articular un argumento valido para intentar explicar la situación surgida después de estas nuevas aportaciones.
El Partido Socialista esta acorralado. Absolutamente acorralado. Y si cierra la puerta de la investigación es que tienen pavor ante lo que pueda salir. Pero, atención, que Fernando Huarte tampoco se convierta en la cabeza de turco. Hay razones más que suficientes para pensar que Huarte puede ser simplemente la punta del iceberg que conecta con el cambio de actitud que se percibió en el PSOE y en todas sus terminales mediáticas durante aquellos días.
Ahora comienzan a cuadrar demasiadas cosas y el nerviosismo balbuceante de los socialistas, que no se han escondido, es el síntoma más importante de que aquí hay historia. Y es que estos chicos no aprenden. La verdad siempre termina saliendo, y sino que echen un vistazo al GAL. La historia se termina repitiendo.
DICE QUE LO DE FERNANDO HUARTE SON "CÁBALAS"
Zapatero no aclara si tuvo información privilegiada tras los atentados del 11-M
El presidente del Gobierno no ha aclarado este miércoles en Bruselas si tenía información privilegiada, tras los atentados del 11 de marzo. Al ser preguntado por un periodista sobre si estaba en condiciones de desmentir que dispusiese de dicha información, posibilidad que ha cobrado fuerza tras conocerse que el socialista Fernando Huarte era agente del CNI, Zapatero se limitó a decir que todas las informaciones que han ido saliendo son "cábalas" y que él no entra en ellas. Además, dijo que tendrá la máxima "paciencia" con los que "no aceptan su derrota".
L D (Europa Press) Zapatero, que se encuentra en Bruselas donde ha participado en el Consejo Europeo de primavera, atacó al PP al asegurar que a algunos responsables políticos les cuesta asumir la derrota de las elecciones generales del catorce de marzo y les pidió que se "serenen" porque, dijo, "sería bueno para todos".
El jefe del Ejecutivo aseguró que en torno a la tragedia del once de marzo de 2004 se han formulado "muchas cábalas" en los últimos meses y "todas se han ido desmoronando". Precisó que lo único que permanece es el dolor de 192 víctimas que murieron y muchos heridos que originaron un gran "impacto en la sociedad".
El presidente añadió que la responsabilidad y la tarea del Gobierno es mejorar la seguridad para prevenir un atentado de la magnitud del once de marzo. "Eso significa -añadió- reforzar todos los instrumentos de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, de nuestros servicios de inteligencia, de todo lo que representa aquello de lo que el Estado dispone para prevenir atentados". Zapatero apuntó que poco más de un año después hay una "extensa y abundante documentación de aquella tragedia" y que "sabemos que los autores responsables están vinculados a lo que se conoce como el terrorismo radical de naturaleza islamista y que gracias a la actuación de la Policía, Guardia Civil y la Justicia hay un número importante de imputados y detenidos, así como que la Policía y la Justicia siguen trabajando para completar todos los detalles de la acción y de los responsables".
Zapatero pidió "confianza plena" en la acción de las instituciones y del Estado de Derecho sobre la responsabilidad y determinación de todas las implicaciones del atentado terrorista del once de marzo. A esto añadió que "también sabemos", aunque pidió que se intente superar, "que algunos responsables políticos, les cuesta asumir el resultado electoral del 14 de marzo". "Aplicaré toda mi paciencia en esta tarea", apostilló.
Al ser preguntado de nuevo con más detalle por el conocimiento que tenía Zapatero sobre Fernando Huarte, es decir, si sabía que Huarte era colaborador del CNI y se a través de él tenía conocimiento de los atentados del 11-M, el presidente del Gobierno reiteró su respuesta haciendo referencia a que las informaciones que han aparecido son "cábalas" que se van "desplomando". "Creo que me he expresado con claridad, después de haber vivido en estos meses distintas informaciones, todas ellas han sido cábalas, que se han ido desplomando", aseveró.
Recordó que aún tenía "bastante reciente" su comparecencia en la Comisión de Investigación y "no voy a entrar en ninguna cábala". "Voy -prosiguió- a hacer mi tarea que es reforzar la seguridad de los españoles en la prevención de ataques terroristas, colaborar con la Justicia, las FCSE, para que todos, absolutamente todos los responsables de la tragedia del 11-M paguen duramente con todo el peso de la Ley y reitero, tengo la máxima confianza en la tarea que está haciendo la Adminsitración de Justicia". "Espero que algunos, algún día acaben serenándose que sería muy conveniente para todos", concluyó.
Hay gato encerrado
Ignacio Villa
Si un presidente del Gobierno tiene sobre su cabeza el peligro de ser acusado por utilizar unos Servicios Secretos para ganar unas elecciones, no puede salir hablando de cábalas y del partido adversario Más claro, el agua. El presidente Zapatero ha sido preguntado en la rueda de prensa final del Consejo Europeo de Bruselas sobre el espía Huarte. Su respuesta, como siempre, ha sido la nada. Dicho de otra forma, se ha ido por los cerros de Úbeda. Han pedido al Jefe del Ejecutivo una confirmación sobre las noticias que indican que él podría haber recibido información desde los Servicios Secretos en los días posteriores a los atentados. Zapatero no ha negado nada. Se ha limitado a calificar de "cábalas" esa posibilidad y ha vuelto como siempre a remover el cubo de su talante: el Partido Popular –dice– no ha sabido aceptar la derrota electoral del 14 de marzo.
La incapacidad de Zapatero para dar una respuesta convincente ante esta polémica es la prueba más evidente de que aquí hay gato encerrado. Si un presidente del Gobierno tiene sobre su cabeza el peligro de ser acusado por utilizar unos Servicios Secretos para ganar unas elecciones, no puede salir hablando de cábalas y del partido adversario.
Zapatero, máximo responsable político de España, en esta historia no se puede permitir un margen para la demagogia barata. Nos estamos jugando todos muchas cosas y por lo tanto las gracietas –sí le parece a este señor– deberá dejarlas para las tertulias de León. El presidente del Gobierno ha eludido toda respuesta sobre esta acusación clara y nítida, por lo que todos tenemos el derecho para mantener la presunción de que Zapatero recibía información privilegiada desde algunos sectores de los Servicios Secretos durante los días de la infamia.
Ahora comienzan a aclararse muchas cosas. Ahora entendemos por qué varios dirigentes socialistas alardeaban entonces de tener mejor información que el Gobierno, incluso algunos no escondían que el CNI tenía una información que no manejaba el Ejecutivo. Y esta nueva pista también aclara las razones por las que la Cadena SER podía ofrecer datos sobre las investigaciones antes incluso que el propio ministro del Interior dispusiera de ellas.
La aparición de Fernando Huarte ha cambiado el paso al PSOE en las investigaciones del 11 de marzo, hasta tal punto que por primera vez en muchos meses están transmitiendo nerviosismo e improvisación. El PSOE no sabe qué hacer y por el momento se dedica a ganar tiempo. No quieren más comisión de investigación, un error que terminarán pagando. Y es que parece que no aprenden. El Partido Socialista ya cometió estos errores con el terrorismo de Estado de los Gal. En lugar de afrontar en el primer momento lo que había pasado, prefirieron callar y ocultar. Al final todo les estalló en las manos. Más de diez años después vuelven a las andadas. Piensan que con la mentira y la ocultación pueden solucionar las cosas. Y la historia confirma que no es así.
ELUDE ACLARAR SI EL PSOE TIENE MIEDO A NUEVAS COMPARECENCIAS
Perales insiste en dar carpetazo a la comisión porque es un error "arrastrar el recuerdo"
Con más de la mitad de las peticiones de comparecencias vetadas y con unas conclusiones que algunos partidos ya redactaron durante el pasado verano, el socialista Alfonso Perales insiste en que hay que cerrar los trabajos. Preguntado si el PSOE tiene miedo de autorizar comparecencias como la del militante socialista que se reunía en la cárcel con Benesmail o la del sirio detenido por el 11-M que tenía carné del PSOE, el secretario de Relaciones Institucionales se limita a responder que "el PP es prisionero de su propio destino y de sus propios errores".
L D (Agencias) En una entrevista a Europa Press, Alfonso Perales intenta convencer al PP de que debería "dar carpetazo a la comisión" parlamentaria de investigación "y a la situación del 11-M". El argumento del socialista es que todo lo que sea "arrastrar el recuerdo" de lo ocurrido "es un error" del PP y negativo también para todos los españoles".
El dirigente socialista repite la estrategia de dar por sabido que el PP mintió para ganar las elecciones. "Hubo un choque esos días entre la intuición de los españoles, que sabían que no había sido ETA, y el empeño del PP, por razones electorales, de mantener lo que no era verdad varios días. Ese choque no consigue superarlo el PP, y debería pedir excusas por esa información que convirtió finalmente en manipulación y dar ese carpetazo a la comisión y a la situación del 11-M, porque todo lo que sea arrastrar el recuerdo del 11-M manteniendo esa comisión u otra es un error del PP, y para todos los españoles".
El veto a las comparecencias
Preguntado si el PSOE tenía miedo de autorizar nuevas comparecencias en la comisión pedidas por el PP, como la Fernando Huarte o la del sirio detenido por el 11-M que estaba afiliado al partido socialista, Perales insiste en que "el PP es prisionero de su propio destino y de sus propios errores. El día 11 de marzo hubo un atentado espantoso, el más grave de la historia de España, y lo cometieron grupos terroristas radicales de procedencia islámica y el PP se empeñó en convencer a todos los españoles que había sido ETA".
Perales aprovecha también para "evaluar" al PP. Dice que a los socialistas les preocupa que ese partido "está muy escorado a la derecha". Y aunque reconoce que eso es ventajoso electoralmente para los socialistas es negativo porque "existe el riesgo de radicalizar la vida política española y de que haya formaciones extremistas en la vida política española". Por este motivo, expone, Rajoy debería dar un "golpe de timón" y ser capaz de consolidarse al frente del PP y plantearse si las voces de dicho partido deben ser Acebes y Zaplana, que a su juicio "no son las mejores".
Afiliación al PSOE
¿Quién está mintiendo, Pepiño?
José García Domínguez
Encajado el golpe, derrotado pero no vencido, ahora mismo vago cual alma en pena por la Península en busca de ese ungüento amarillo, del maná plastificado que dice regalar Blanco; y entre el chollo y yo, siempre la barrera del nefasto siete Tras confirmarse que un activista muslime de la Agrupación Socialista Madrileña había participado en la organización de la masacre del 11-M, el compañero Blanco comparecía ante la Prensa y aparentemente refutaba cierta afirmación emitida en el programa La Mañana de la COPE. Un tertuliano, que por más señas era yo mismo, había defendido que militar en cualquier partido político requiere de más trámites que echar una firmita en un impreso, y que es menester, entre otros requisitos, el aval de dos afiliados veteranos. En su intervención, Blanco sostuvo que eso era falso, y mantendría implícitamente que cualquier padre de familia numerosa puede acceder al control una organización local del PSOE en media hora, simplemente presentando las fotocopias de los DNI de su prole.
Fue tal la convicción del secretario de Organización al declamar su desmentido y tan loable el propósito que allí expuso de promover un partido abierto de piernas a la sociedad, que caí del caballo de repente. Sí, escéptico lector, Blanco me convenció de haber vivido en el error hasta ese instante. Huelga decir que tome la decisión de afiliarme al PSOE en el acto. Mas como el acto me pillaba vacando y en gira ociosa por España, di en acercarme a la web de los socialistas valencianos, pues por allí corríamos el pasado lunes. Y bien sabe Dios que de no ser por el artículo siete de sus Estatutos, a estas horas ya se habría realizado mi anhelo de convertirme en el company Josep. Pero ahí estaba el siete, entre mi sueño y la realidad. ¿Y qué dice el siete de Valencia? Pues esto: “Es necesario que los nuevos afiliados y afiliadas vayan avalados por dos firmas de afiliados o afiliadas.”
“Deben ser cosas de los valencianos”, rumié entonces para mis adentros, y proseguí el viaje iniciático en busca del precioso carné. La siguiente escala sería Cuenca la encantada. Y encantado paseé por sus calles antes de topar con el siete de allí. ¿Qué que dice el siete de Cuenca? Pues lo mismo que el otro: “La ficha debe ser firmada por dos personas que ya tienen que estar afiliadas al PSOE.”. Soy hombre de voluntad férrea, y ese nuevo traspié no iba a torcer mi propósito de entrar en comunión con las huestes de Pepiño. Así que, inasequible al desaliento, metí la primera y puse rumbo al norte, por ver si el aire fresco del Cantábrico se compadecía de mi tardía vocación novicia. Bien, pues hasta Torrelavega habría de perseguirme el maldito siete. “Para ser afiliado del PSOE de Torrelavega basta con personarse en la sede del Partido, sita en La Llama, debiendo venir avalado por dos militantes.” Encajado el golpe, derrotado pero no vencido, ahora mismo vago cual alma en pena por la Península en busca de ese ungüento amarillo, del maná plastificado que dice regalar Blanco; y entre el chollo y yo, siempre la barrera del nefasto siete. ¿Por qué no chocaría con el siete el morito? ¿Quién está mintiendo, Pepiño?
El camarada Huarte y el compañero Almallah
Federico Jiménez Losantos
¿Quiénes respaldaron la fulminante vocación socialista del terrorista islámico sirio que posteriormente utilizó su agrupación como centro de captación de fondos para el terrorismo islámico? Además de Huarte, un agente del CNI que era también uno de los dirigentes socialistas más importantes de Asturias y que en sus ratos libres cultivaba la amistad desinteresada con el más sanguinario de los terroristas islámicos vivos y encarcelados en España, el PSOE tenía en sus filas a uno de los encarcelados o reencarcelados por el 11M, el sirio Almallah, que tras la masacre buscó y halló refugio en el partido de Pablo Iglesias, al cabo un amigo del terrorismo, y que desde allí tendía sus redes para crear un, dos, tres, muchos 11M. De Huarte se habla mucho y de Almallah no se habla nada. Sin embargo, el sacamantecas islámico-socialista merece más atención de la que la Prensa le concede.
Conviene recordar que el secretario de organización del PSOE José Blanco respondió casi de inmediato a las críticas que José García Domínguez, uno de nuestros mejores columnistas, hacía a los sociatas en La Mañana de la COPE por haber permitido la incorporación a sus filas de un sujeto digno no ya de toda sospecha sino de cualquier denuncia. Blanco aseguró que cualquiera podía dársela con queso a cualquier partido democrático. Pero el propio García Domínguez se ha encargado de demostrar que eso es falso. Ha aprovechado estos días de reflexión, penitencia y vacación, según los gustos, para afiliarse al PSOE en distintos lugares de España y el resultado ha sido siempre el mismo: no sin los dos avalistas que prescribe el artículo 7 de los estatutos. O sea, como siempre.
Y puesto que el aval ha de ser escrito y firmado, ¿quiénes han sido los dos avalistas de Almallah? Documentos hay, papeles quedan, scripta manent. ¿Quiénes respaldaron la fulminante vocación socialista del terrorista islámico sirio que posteriormente utilizó su agrupación como centro de captación de fondos para el terrorismo islámico? ¿Han sido moros o cristianos, españoles o extranjeros, veteranos o noveles, amigos de Arafat o amigos de Carrillo? ¿Quiénes han sido? ¿Cómo se llaman? ¿Quiénes son?
Y en cuanto al camarada Huarte, visitador de prisiones y suministrador de encías maltrechas a los odontólogos, ¿confirma o desmiente el PSOE la estrecha relación con Rafael Vera que El Confidencial Digital le atribuía ayer? Y si el PSOE no lo hace por propia voluntad, ¿qué tal si mañana se lo pregunta el PP en el Parlamento? A ver cómo andamos de talante esta semana.
29-III-2005
Comparecencias y dimisiones
EDITORIAL
¿Qué opinaríamos de un concejal del PP que prestara sus servicios profesionales como abogado a un miembro de ETA? “¿Sabía Zapatero, en el momento de su comparecencia ante la Comisión de Investigación, que uno de los imputados en la masacre, Mouhannad Almallah Dabas, era militante del partido socialista desde mayo de 2004? ¿Sabía Zapatero que Almallah siguió recaudando fondos para los terroristas islámicos tras afiliarse al partido socialista, tal y como dice el auto del juez Del Olmo? ¿Sabía también Zapatero que otro miembro de su partido -el dirigente del PSOE asturiano, Fernando Huarte- visitó en la cárcel, antes y después del 11-M, al terrorista Abdelkrim Benesmail, lugarteniente de Lamari, otro de los imputados del 11-M?”
Mientras seguimos sin tener respuesta a estas preguntas que formulábamos hace ya una semana, hay quienes ahora están dispuestos a desactivar la gravedad de todas estas informaciones. No parece ser, afortunadamente, el caso de Mariano Rajoy, a quien poco le ha importado que la condición del colaborador del CNI de Fernando Huarte, haya sido filtrada por un miembro del gobierno.
El hecho es que el PSOE tiene que dar muchas explicaciones públicas de cómo fue posible que un terrorista imputado en el 11-M pasara a ser militante de ese partido, mientras un dirigente del PSOE asturiano, simpatizante de la “causa árabe”, cultivara, antes y después del 11-M, la amistad de uno de los terroristas islámicos más peligrosos de cuantos se hallan encarcelados. Sólo con posterioridad al conocimiento se este hecho se supo que Huarte, además, actuaba como colaborador del CNI desde tiempos de Felipe González.
Si este miembro del PSOE entabló amistad con el terrorista del GIA encarcelado, no para espiarlo, sino por simple simpatía hacia la “causa árabe” y sin más intereses en su conversación con el terrorista que mostrarle su solidaridad y preocupación por el estado de su salud bucal, Huarte debería ser inmediatamente expulsado del Partido Socialista. Ya está bien de tolerar en las filas de un partido con responsabilidades de gobierno a quienes simpatizan con la causa de los terroristas, sean estos palestinos, argelinos o marroquíes.
Que un miembro del PSOE muestre su amistad al enemigo –y todo terrorista debe ser considerado como tal- sólo es admisible si tiene como objetivo la secreta intención de extraer información que puede ser útil para frustrar sus objetivos terroristas y colaborar en la seguridad de nuestro país.
Si Huarte sí sirvió de fuente para extraer información de las intenciones de los terroristas islámicos, debería entonces comparecer en la comisión de investigación para explicar a quién informaba y de qué.
Desde el PSOE, poco se ha tardado en señalar que un concejal del PP, Vicente Ibor Asensi, es el abogado tanto de Benesmail como de Lamari. La diferencia está en que mientras Rajoy no ha puesto pega alguna a que este abogado comparezca en la comisión de investigación, ZP insiste en darla por concluida sin que comparezca nadie más.
Sin poner al PP y al PSOE en el miso plano, hemos de señalar, no obstante, que Rajoy debería exigir el cese inmediato de Ibor Asensi como militante del PP. Por mucho que este concejal haya actuado en función de su condición de letrado, y por mucho que cualquier reo tenga derecho a una defensa, no es admisible que una persona compagine su militancia en el Partido Popular con la defensa de un terrorista acusado de perpetrar la mayor matanza de nuestra historia. ¿Qué opinaríamos de un concejal del PP que prestara sus servicios profesionales como abogado a un miembro de ETA?
Anacleto, agente secreto
José García Domínguez
Huarte, el Anacleto agente secreto que se rifan el Mossad y la CIA cuando pretenden enterarse de lo que vale un peine; ése al que basta con tirarle de un hilo suelto en la corbata de Zara para que emerja el del fez y las albóndigas Éramos pocos y parió Pepiño. De su ancha manga acaba de salir el falangista auténtico ese con look de jefe de sala de bingo; Huarte, el Anacleto agente secreto que se rifan el Mossad y la CIA cuando pretenden enterarse de lo que vale un peine; ése al que basta con tirarle de un hilo suelto en la corbata de Zara para que emerja el del fez y las albóndigas, otro cero cero siete con licencia municipal para matar gallinas en la charcutería del barrio. Ahora, ya sólo falta que nos descubran a Fernando Esteso disfrazado de Ben Laden en la Fiesta de Moros y Cristianos de Picasent.
Mas si algo otorga verosimilitud a la aterradora sombra de sospecha que se cierne sobre el Partido Socialista, es precisamente la cutrez del personaje. Y es que la plástica de ese sujeto se compadece a la perfección con la escenografía de esperpento chusco que envuelve a la muy castiza trama del 11-M. Para colmo, nuestro James Bond a la sidra resulta ser íntimo de otro socialista auténtico, Rafa Vera, el yerno del de la ferretería. Que justamente eso era lo que nos faltaba para cerrar el círculo de tiza asturiano que empezara a trazarse el día de autos, después de aquel chin chin de Rubalcaba a los postres.
Aunque la verdad es la verdad, la diga Zetapé o su jefe de seguridad en Gijón. Y la verdad que nos ordenan creer es que el mayor atentado de la historia de Europa fue ideado, organizado y ejecutado por cuatro chorizos de Lavapiés. Que toda la Policía y la Guardia Civil toda de Asturias se tuteaba con los fulanos que proporcionaron los explosivos de la masacre, pero que les ocurrió igual que a los quinientos gallegos que iban cogiditos de la mano por la Gran Vía porque se habían perdido. Y que ese Lawrence de Arabia que comparte peluquero con Anasagasti, en caso de enterarse de algo, no les habría ido con el cuento a sus superiores en el PSOE sino a los Servicios de Información del Gobierno de José María Aznar.
En 1935, Le Petit Jouonal organizaba una encuesta tratando de descubrir cuál era el gobernante más apreciado por los franceses. Pétain se impuso por abrumadora mayoría. Poco después, llegó a ser más popular que el mismísimo Napoleón. De él recuerdan los tratados de Historia: “Encarnaba el antirromanticismo, el ansia de rehuir las obligaciones históricas y globales, el anhelo de una vida tranquila y segura (…) Los campesinos se alineaban a los costados cuando pasaba el tren que lo llevaba; las mujeres le ofrecían a sus hijos para que los tocase”. Pero su verdad, su triste verdad, fue que los nazis lo habían sentado en la poltrona del poder; el resto, eran cábalas.
Lo dicho, únicamente falta Fernando Esteso por aparecer en escena. Que siga la función.
ZP, encerrado en su laberinto
Ignacio Villa
Aquí y ahora, Zapatero tiene la llave de la verdad. Aunque conociendo sus maneras, pocas esperanzas nos quedan para la rectificación Cualquier Gobierno que se precie, sea del color que sea, tiene siempre un buen número de resortes y de mecanismos para frenar o parar muchas de las polémicas que puedan deteriorar su imagen. Y más este Ejecutivo, que por el momento tiene a su favor el trato que recibe de la mayoría de los grupos de comunicación. Pues bien, con este panorama benévolo –a pesar de los muchos errores de este primer año– la realidad es que el Gobierno y el Partido Socialista han perdido los papeles con la irrupción en escena de Fernando Huarte en Asturias y de un sirio terrorista que militaba en el PSOE desde hacía diez meses en Madrid.
Una semana después de estas historias, Pérez Rubalcaba y Álvaro Cuesta siguen desaparecidos; y José Blanco y López Garrido han salido a la palestra entre pálidos y balbuceantes con una incapacidad manifiesta para dar una respuesta clara a una cuestión de una gravedad tremenda.
Pero aquí no hay engaños que valgan, ni sirven los muros de contención. Rodríguez Zapatero ganó unas elecciones después de los atentados del 11 de marzo; y a estas alturas ya se acepta de forma generalizada que la victoria socialista del 14 de marzo estuvo determinada por la matanza. Intentar desmontar esa realidad hace daño a los españoles y a la normalidad democrática. Es algo que no ofrece ninguna duda, por más que los socialistas intenten mirar hacia otra parte.
Precisamente este contexto es lo que hace increíble que el presidente del Gobierno haya dado la indicación de cerrar a cal y canto la Comisión de investigación parlamentaria. El primer perjudicado por esta actitud de obstrucción es el propio Zapatero, puesto que fue el primer beneficiado por el impacto electoral que tuvo aquellos días.
Zapatero ha dicho repetidas veces que "ya está todo claro". Y lo único claro, ahora mismo, es que Zapatero ha cerrado los ojos. No quiere saber nada de nada. Y él tendría que ser el primer interesado en que el 11 de marzo no se convierta en un laberinto que dirija todas sus sospechas al Partido Socialista. Aquí y ahora, Zapatero tiene la llave de la verdad. Aunque conociendo sus maneras, pocas esperanzas nos quedan para la rectificación. Y este –no lo duden– se convertirá en el gran peligro para el presidente del Gobierno.
Fernando Huarte Santamaría, dirigente del PSOE de Gijón y presidente de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah, contactó en 2001 con Benesmail en la cárcel de Villabona. Según cuenta La Nueva España, consiguió sacarle de prisión para ir al dentista e incluso le pagó la factura. En octubre de 2004 mantuvieron el último encuentro. Días después, Benesmail fue detenido en la Operación Nova. En su bolsillo llevaba la dirección del etarra Henri Parot. Como informó Libertad Digital, el PP solicitará la comparecencia del socialista. Lo ha pedido Vicente Martínez Pujalte.
(Libertad Digital) En abril de 1997, el argelino Benesmail Abdelkrim fue detenido en Valencia junto a otros nueve terroristas del GIA. Entre los detenidos estaba Allekema Lamari, emir del 11-M y uno de los terroristas que se suicidó en Leganés.
Abdelkrim, considerado lugarteniente de Lamari, estuvo internado cuatro años en la cárcel de Ocaña 1, donde los funcionarios recuerdan la gran camaradería que mantenía con los presos de ETA. Entre sus amigos, Valentín Lasarte, asesino de Gregorio Ordóñez y Fernando Múgica, y Fernando Elejalde, asesino de un funcionario de prisiones. "Era como uno de ellos", recuerdan los funcionarios.
En julio de 2001 ingresa en la prisión asturiana de Villabona. Allí mantiene la buena relación con los internos etarras, hasta el punto de que, según informó El Mundo, se relacionaba "casi en exclusiva con ellos". Benesmail trabó amistad con el etarra Juan María Igarataundi y con el miembro de Jarrai José Luis Camarero, que dijo de él: "Es un tipo superserio. Este es de los que, en cuanto salga, va con una bomba encima (...) Para él , hay cosas que nosotros hacemos mal. Según él, tú pones la bomba y no tienes que avisar".
El terrorista argelino estaba obsesionado con la actualidad informativa. Pidió una televisión a los presos etarras para ver cómo los aviones se estrellaban contra las Torres Gemelas el 11-S de 2001. Además, comentaba la prensa con los internos de ETA: "El Gara circulaba por las celdas", recuerdan los funcionarios. "Entre ellos se llamaban hermanos", afirmaron los trabajadores.
En la cárcel de Villabona, Benesmail coincidió con otros dos presos tristemente famosos: Los confidentes Antonio Toro Castro y el marroquí Rafá Zouhier, ambos imputados por los atentados del 11-M. En esa fecha Toro comenzó a buscar compradores para los 150 kilos de dinamita que decía tener en su poder. Hasta aquí, todo lo escrito ya es de sobra conocido. Este martes nos hemos enterado de un nuevo contacto de Benesmail en prisión.
Un dirigente del PSOE se pone en contacto con Benesmail en 2001
En el mismo año 2001, el dirigente del PSOE de Gijón y presidente de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah, Fernando Huarte Santamaría, se dio a conocer al terrorista del GIA, al que envió revistas escritas en árabe a la prisión. Según informa La Nueva España, en diciembre de 2001, fruto de sus contactos con Benesmail, Huarte inicia los contactos con una clínica dental gijonesa para que un odontólogo de Gijón le pudiera practicar una endodoncia al terrorista. Los trámites no fructificaron hasta febrero de 2002.
El odontólogo le atendió hasta en tres ocasiones y en todas ellas la clínica permanecía cerrada por motivos de seguridad. Se da la circunstancia de que Huarte no sólo agilizó los trámites para que el preso pudiera abandonar durante horas la cárcel de Villabona sino que él mismo fue quien pagó la factura del dentista. De estos hechos estaban informados otros miembros del PSOE gijonés. Conviene destacar que Huarte es el responsable de la seguridad de los actos más importantes que celebra el Partido Socialista en Gijón.
El cargo del PSOE mantuvo después de estas intervenciones varios encuentros con Benesmail en la cárcel. El último de ellos se celebró el 9 de octubre de 2004, siete meses después de los atentados de Madrid.
El 24 de octubre de ese año, la Policía efectúa un registró en la celda de Benesmail. En ese momento, el terrorista esconde un papel en su bolsillo. En ese papel aparecían escritos los nombres de Henri Parrot y Harriet Iragi, dos de los etarras más sanguinarios. Benesmail es detenido en la segunda fase de la Operación Nova por formar una célula que desde la cárcel planeaba volar la Audiencia Nacional.
Según ha comprobado Libertad Digital en el Registro Mercantil, Fernando Huarte Santamaría es administrador solidario de la empresa P.F. BROKERS INTERNACIONAL, S.L., registrada en Asturias en el año 1993 y que figura como activa. Parte del objeto social de esta compañía guarda relación con derivados de la minería: “adquisición, importación y exportación, venta y distribución de productos mecánicos, maquinaria, productos agrícolas, aceites, motores, filtros, carburantes líquidos y sólidos, minerales y carbones”.
De los "fines humanitarios" a los pagos de Lamari
Preguntado por el motivo de sus contactos con el terrorista, el socialista Fernando Huarte ha respondido a La Nueva España que lo hizo "por fines humanitarios, para ayudar a su rehabilitación". Respecto si considera que alguien que desde la cárcel planea volar la Audiencia quiere rehabilitarse, Huarte responde: "Eso no está probado todavía. No han demostrado nada de los presuntamente implicados de la acusación que tienen". Y añade sobre el terrorista argelino: "Es una persona a la que cogieron en España, la metieron presa y todo el mundo tiene derecho a que se le ayude cuando está en una situación desesperada. Lo contrario no sería humano, me parece a mí".
Huarte, que ha realizado varios viajes a Oriente Medio y considera a Yaser Arafat "uno de los mayores estadistas de nuestro tiempo", dice que no tiene "que justificar nada". "Era un preso que tenía necesidad de ayuda humanitaria y nosotros la prestamos a cualquier persona proveniente del mundo árabe", añade el presidente de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah.
Sin embargo, la situación de Benesmail no era tan necesitada ya que, el jefe de la célula islamista del 11-M y suicida de Leganés, Allekema Lamari, le enviaba cada mes dinero a la cárcel de Villabona. El lugarteniente de Lamari recibió el último pago el 6 de marzo de 2004; en concreto un giro de 150 euros.
Fuentes del PP en la comisión declararon a Libertad Digital su intención de exigir la comparecencia urgente de Fernando Huarte por entender que es uno de los supuestos excepcionales contemplado para reabrir la investigación parlamentaria. A media tarde, Vicente Martínez Pujalte confirmó que la gravedad de la información merece la solicitud de comparecencia.
EN EL MEDIO DE TODAS ESTAS CONEXIONES ESTÁ HUARTE"
El PP quiere que el socialista que se reunió con Benesmail explique sus negocios con la minería
La portavoz adjunta del PP en la comisión del 11- M, Alicia Castro, ha advertido al PSOE de que si se niega a la comparecencia del dirigente socialista asturiano, Fernando Huarte, "demostrará que tiene muy poca decencia política, si es que le queda algo". El PP quiere saber de qué hablaron en la cárcel Huarte, presidente también de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah, y Abdelkrim Benesmail, lugarteniente del emir del 11-M.
(Libertad Digital) La diputada del PP Alicia Castro ha reiterado en La Mañana de la COPE la necesidad de que comparezca ante esta comisión el dirigente del PSOE en Asturias, Fernando Huarte Santamaría, que visitó en repetidas ocasiones en la prisión de Villabona al terrorista Abdelkrim Benesmail, lugarteniente del imán del 11-M y suicida de Leganés Allekema Lamari, entre los años 2002 y 2004.
La popular Alicia Castro ha recordado que Fernando Huarte, que ha pertenecido al comité ejecutivo del PSOE en Gijón y se encarga de labores de seguridad en actos del partido, "controla la seguridad, y el PSOE da este tema a personas de la máxima confianza". También recordó que en la última reunión que el socialista y el terrorista mantuvieron en la cárcel, en octubre, "ya todos sabíamos quién era ese señor" y también "que mantenía relaciones con destacados etarras".
Tras las dudas iniciales, el PP decidió finalmente pedir la comparecencia de Huarte en la comisión de investigación del 11-M. Este jueves, Castro –con una mayor agilidad política que sus compañeros en la portavocía de la comisión– ha advertido al PSOE de que si se niega a la comparecencia del dirigente socialista asturiano "demostrará que tiene muy poca decencia política, si es que le queda algo".
Benesmail coincidió en la cárcel con los confidentes Zouhier y Toro Castro. Además, trabó estrecha amistad con al menos cinco presos etarras. "En el medio de todas estas conexiones (entre presos etarras e islamistas) está el señor Huarte", denunció Castro, que destacó la importancia de saber más sobre las reuniones que ambos celebraron en la cárcel: "Qué le contaba Benesmail, qué sabía Huarte..." La portavoz adjunta del PP también se refirió a la empresa que tiene el dirigente del PSOE.
Según informó el miércoles Libertad Digital, en el Registro Mercantil Fernando Huarte Santamaría es administrador solidario de la empresa P.F. BROKERS INTERNACIONAL, S.L., registrada en Asturias en el año 1993 y que figura como activa. Parte del objeto social de esta compañía guarda relación con derivados de la minería: “adquisición, importación y exportación, venta y distribución de productos mecánicos, maquinaria, productos agrícolas, aceites, motores, filtros, carburantes líquidos y sólidos, minerales y carbones”. Alicia Castro también exige una aclaración sobre "esos negocios". "Probablemente sea una empresa muy digna, pero a lo mejor no lo es, porque también están por en medio temas de minería del carbón", concluyó.
PEDIRÁ INFORMES AL MINISTERIO DEL INTERIOR
Zaplana vincula a Álvaro Cuesta con el dirigente del PSOE asturiano que se reunió con Benesmail
El PP cree que hay vinculaciones entre Álvaro Cuesta, portavoz del PSOE en la comisión del 11-M , y el socialista asturiano Fernando Huarte, que se reunió en la cárcel varias veces con Abdelkrim Benesmail, lugarteniente del imán del 11-M. Zaplana ha anunciado que el PP pedirá al Ministerio del Interior información sobre la vinculación entre ambos y lo que Cuesta, también asturiano, sabe sobre las gestiones que Huarte realizó en favor de presos islamistas.
(Libertad Digital) En rueda de prensa en el Congreso, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, se refirió a las declaraciones del miércoles de Álvaro Cuesta,secretario de Política Municipal y Libertades Públicas del PSOE, preguntándose qué clase de conexiones tenía el PP con los confidentes del 11-M para pedir con insistencia su presencia ante la comisión, unas palabras que calificó de "insinuaciones y valoraciones inaceptables".
A su juicio, "no es de recibo" lanzar esas insinuaciones el mismo día en que se publicaba que Fernando Huarte, directivo del PSOE asturiano a la vez que presidente de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah, se había reunido con el preso islamista Abdelkrim Benesmail, lugarteniente de Allekema Lamari, imán de los terroristas del 11-M y suicida de Leganés. "Quien más tiene que callar, quien tenía que sonrojarse y dar explicaciones, hace insinuaciones intolerables, y eso no es de recibo", señaló Zaplana, que exigió al Grupo Socialista que rectifique en toda regla: "Si no, no me pregunten lo que vamos a hacer, pero lo haremos".
El PP, que ya ha pedido la comparecencia de ese cargo socialista, Fernando Huarte, ante la comisión de investigación, quiere saber ahora los vínculos de éste con Álvaro Cuesta, también militante asturiano del PSOE y miembro de la dirección federal. Según Zaplana, siendo de la misma comunidad, Cuesta y Huarte "se deben conocer" y ha de conocerse su relación. "A lo mejor, don Álvaro Cuesta nos puede aclarar esta cuestión", comentó.
Además, los populares preguntarán por escrito al Gobierno, a través del Ministerio del Interior, qué información dispone sobre la vinculación de Huarte con Cuesta y lo que éste sabe sobre las gestiones de aquel con presos islamistas. "Ya tenía que existir una respuesta contundente por parte del PSOE y no dar la callada por respuesta", incidió Zaplana que concluyó con un consejo para los socialistas: "Me atrevo a darles un consejo: que se ocupen de su salud política, porque como no afronten esta cuestión con valentía, esto pinta cada vez peor".
LE APOYA GASPAR LLAMAZARES
Cuesta se opone a que declare el dirigente del PSOE de Asturias que se reunió con Benesmail
Álvaro Cuesta (PSOE) y Gaspar Llamazares (IU), ambos asturianos, se niegan a que el socialista Fernando Huarte –asturiano también– comparezca en la comisión del 11-M para explicar su relación con Abdelkrim Benesmail, número dos del "imán" de la masacre. Además, el PP quiere que Huarte explique sus negocios en la minería tras revelar Libertad Digital el objeto social de su empresa registrada en Asturias. Por último, Zaplana ha anunciado que pedirá informes a Interior sobre la relación del propio Cuesta con Huarte.
L D (Europa Press) PSOE e Izquierda Unida no tienen previsto apoyar la petición para que comparezca ante la comisión de investigación sobre los atentados del 11-M Fernando Huarte, dirigente socialista de Gijón que mantuvo contactos con Benesmail Abdelkrim, encarcelado por su pertenencia al Grupo Islámico Armado (GIA) y que es considerado el lugarteniente de Allekema Lamari, uno de los terroristas que perpetró la matanza de Madrid y que se suicidó en Leganés matando también a un agente de los GEO.
Así lo confirmaron a la agencia Europa Press los portavoces de PSOE e IU-ICV en la comisión, Álvaro Cuesta, y Gaspar Llamazares, respectivamente, quienes reiteraron su negativa a que, en principio, se produzcan más comparecencias en el seno del órgano investigador.
Además, ambos rechazaron que la comisión deba convocarse de forma inmediata para tratar esta solicitud de comparecencia, como pretende el PP, y abogaron por que este asunto se analice en la reunión que este foro tiene previsto mantener el 5 de abril para estudiar la documentación que la comisión solicitó el miércoles a distintas instituciones.
Sin embargo, por el momento todo apunta a que todos los partidos excepto el PP quieren dar por cerrada la comisión y abordar sólo un texto de conclusiones. Pese a que todas las peticiones de comparecencia y documentación solicitadas por el PP ya han sido denegadas –se pedía reabrir los testimonios de la trama asturiana, los confidentes, el TEDAX que desactivó la única bomba que no estalló, entre otros–, la comisión dejó abierta una puerta a "casos excepcionales" que pudieran aportar novedades. Esgrimiendo esas novedades aportadas por el diario La Nueva España y Libertad Digital, el PP reclamó el miércoles –después de varias vacilaciones– que se reabriera la comisión para obtener el testimonio de Fernando Huarte Santamaría.
Más allá de lo verosímil
Lucrecio
El hombre que cuida de la seguridad del PSOE en Gijón ha estado manteniendo relación continua con quien maquinaba la voladura de la Audiencia Nacional. En medio, el 11 de Marzo. Y aquí no ha pasado nada El 9 de octubre de 2004, un dirigente del PSOE asturiano se entrevista en la cárcel de Villabona con el terrorista del GIA argelino Benesmail Abdelkrim. El 24 de octubre de 2004, la policía irrumpe en la celda del islamista, en el curso de la operación que desarticula el proyecto de voladura de la Audiencia Nacional y de buena parte de la calle Génova. “En la inspección de la celda –recuerda La nueva España– se encontraron notas con apuntes sobre cómo fabricar explosivos y en su bolsillo, una nota con los nombres de los etarras Henry Parot y Harriet Iragi y su dirección en la cárcel de Córdoba”.
Releo varias veces la noticia en Libertad digital y en La nueva España. Los informativos de Radio Nacional me recuerdan, mientras tanto, sosegados, que, por unanimidad menos uno, los partidos políticos de este desdichado país han decidido cerrar la investigación sobre el 11M. “No hay pruebas ni las habrá nunca”, dijo un ilustre político, acerca de otros no menos políticos crímenes, hace ya más de quince años. Al final, ¡vaya si las hubo! Pero, esta vez, todo tiene, desde el primer instante, el tinte de estar destinado a borrarlas. A cualquier precio.
Porque el tal dirigente del PSOE, que proclamaba a Arafat “uno de los más grandes hombres de Estado contemporáneos”, no había visitado al presunto volador de la Audiencia por primera vez, aquel 9 de octubre del año pasado. Su relación se remonta a inicio de 2002, muy poco después del loco amor surgido entre el terrorista argelino y los etarras que con él compartieron regocijo ante la matanza de septiembre de 2001 en Nueva York, desde la cálida hermandad de la cárcel de Villabona. Días de fraternidad y rosas, de los cuales da razón la correspondencia del etarra José Luis Camarero, quien lo elogia ante sus camaradas como “un tipo superserio. Este es de los que, en cuanto salga, va con una bomba encima (...) Para él , hay cosas que nosotros hacemos mal. Según él, tú pones la bomba y no tienes que avisar”.
Y, sobre todo, porque el tal Fernando Huarte Santamaría, protector suyo en Asturias a lo largo de estos años, no es sólo el caritativo Presidente de la Asociación nacional de Amigos del Pueblo Palestino que paga las facturas de los terroristas con dolor de muelas. Ni sólo el administrador solidario de la empresa P.F. Brockers Internacional, S.L., cuyo objeto social –informa Libertad Digital– guarda relación con derivados de la minería: “adquisición, importación y exportación, venta y distribución de productos mecánicos, maquinaria, productos agrícolas, aceites, motores, filtros, carburantes líquidos y sólidos, minerales y carbones”.
No es sólo eso. Todo lo cual ya, como mínimo, desazona
Es algo más. Transcribo el alarmante retrato que de él da La nueva España: “Fernando Huarte, trabajador de Izar-Gijón, fue miembro de la comisión ejecutiva del PSOE de Gijón hasta enero de 2001. Desde entonces es miembro del comité municipal del PSOE y se encarga de la seguridad de los más importantes actos socialistas en la ciudad. El partido lo ha elegido para ser uno de los representantes del Ayuntamiento de Gijón en la asamblea general de Cajastur. Ha realizado viajes a distintos países de Oriente Medio”.
El hombre que cuida de la seguridad del PSOE en Gijón ha estado manteniendo relación continua con quien maquinaba la voladura de la Audiencia Nacional. En medio, el 11 de Marzo. Y aquí no ha pasado nada. La comisión se disuelve. Hasta para una novela negra de la gran época clásica, hasta para una muy, muy excesiva de Horace Mc Coy, todo esto es demasiado.
19-III-2005
Un intenso olor a podrido
EDITORIAL
Quedan muchos flecos sueltos, demasiados interrogantes y un intenso olor a podrido que se está empezando a apoderar de la investigación de los peores atentados de nuestra historia. Cuando desde el PSOE y asimilados se ultimaban los preparativos del carpetazo final a la Comisión del 11 de marzo la realidad se ha empeñado, una vez más, en demostrar a nuestros representantes que la trama que organizó los atentados de Atocha tiene más pliegues que la piel de un cocodrilo. Esta misma semana el diario asturiano La Nueva España revelaba que Fernando Huarte, un destacado dirigente socialista de Gijón, había mantenido varias reuniones con el terrorista islámico Abdelkrim Benesmail cuando éste se encontraba en la prisión de Villabona. A primera vista no parecía nada del otro jueves. Un simple concejal asturiano, simpatizante de la causa palestina, que acudía regularmente de visita a la cárcel para consolar y prestar ayuda a presos musulmanes. Sin embargo, la exclusiva del rotativo asturiano iba más allá. Benesmail no sólo fue condenado en 2001 por su pertenencia al mortífero GIA o Grupo Islámico Armado, sino que mantenía una relación especialmente fluida con Allekema Lamari, el cerebro de la matanza del 11-M que se suicidó en Leganés en abril del pasado año.
Las visitas de Huarte al penal de Villabona, además, no se enmarcaban dentro de las tradicionales campañas de apoyo a los presos sino que el concejal era amigo personal de Benesmail, un terrorista que, dicho sea de paso, se mereció los elogios de un miembro de Jarrai por lo resolutivo de sus métodos a la hora de sembrar el terror. ¿Cuál fue la relación de Huarte con Benesmail? Eso es lo que se desconoce y que seguirá siendo una incógnita si el concejal gijonés no comparece de inmediato ante los comisionados. Porque siendo ya anormal que un político de un partido democrático mantenga tan buena relación con un despiadado terrorista vinculado con el autor intelectual del 11-M, lo es aun más que los ciudadanos no puedan saber en que consiste esa buena relación.
Es esta y no otra la intención del Partido Popular muy a pesar de la maniobra de ocultación y acusaciones infundadas que se ha articulado en torno al, como poco, oscuro affaire Benesmail. Pero la buena disposición de los populares para que los ciudadanos conozcan la verdad ha chocado de nuevo con el veto socialista en la Comisión. Huarte que, tal y como reveló Libertad Digital, es un próspero empresario de la minería, se encuentra de viaje en Brasil pero tiene a un paisano o, mejor dicho, a dos paisanos en Madrid que le han garantizado la tranquilidad. Estos dos paisanos son Álvaro Cuesta y Gaspar Llamazares. ¿Por qué los portavoces del PSOE e Izquierda Unida no quieren que Huarte ilustre a sus señorías sobre la privilegiada relación que un día tuvo con un terrorista del GIA? Misterio que sólo se desvelará si Interior remite a Zaplana cuál es la relación entre Cuesta y Huarte. Parafraseando a Shakespeare, algo huele a podrido en Asturias. Demasiadas piezas, demasiado cercanas que están pidiendo a gritos un rápido esclarecimiento.
El inesperado cambio de postura de Paulino del Rivero, presidente de la Comisión, es esperanzador pero insuficiente. No está aun decidido que Huarte vaya a presentarse y a lo largo de los últimos meses muchas comparecencias se han visto frustradas por el perenne veto de socialistas, comunistas y nacionalistas, curioso tridente parlamentario cuyo objetivo, a lo que se ve, es dificultar al máximo las labores de investigación de unos comisionados a los que se les empieza a acumular el trabajo pendiente sobre la mesa. Y como muestra, una nueva detención. El sirio Mohannad Almallah fue arrestado ayer en Madrid por segunda vez por su vinculación con el 11-M. La policía sospecha que se dedicaba a reclutar jóvenes islamistas en la capital para enviarlos a campos de entrenamiento de terroristas en el extranjero. Una simple nota de agencia sino fuese porque Almallah es militante del PSOE desde el año pasado, exactamente desde el mes de mayo, un par de meses después de la tragedia. Volviendo sobre Shakespeare, algo huele a podrido en el PSOE. ¿Cómo llegó Almallah hasta la agrupación socialista del barrio de San Blas?, ¿por qué un individuo que había sido detenido por su implicación en el 11-M eligió el PSOE como opción política para afiliarse? Quedan muchos flecos sueltos, demasiados interrogantes y un intenso olor a podrido que se está empezando a apoderar de la investigación de los peores atentados de nuestra historia.
El histerismo de Cuesta
Ignacio Villa
Y es que quizá el propio Álvaro Cuesta deberá terminar compareciendo explicando su relación con Fernando Huarte, sus conversaciones con él y, especialmente, si conocía las visitas a prisión de su compañero de partido El presidente de la comisión parlamentaria del 11 de marzo se ha descolgado -este viernes- con unas declaraciones sobre las comparecencias en las comisiones de investigación en el Congreso de los Diputados. Dice Paulino Rivero que con la experiencia de estos meses parece aconsejable que todas las personas propuestas por los grupos parlamentarios para que declaren tienen que hacerlo. Es, desde luego, una idea saludable, aunque llega un poco tarde. A no ser que esta propuesta tenga carácter retroactivo.
También es cierto que Paulino Rivero tiene todavía una oportunidad para salvar su integridad política y para demostrar su independencia en la presidencia. El próximo 5 de abril se reúne la comisión de investigación sobre el 11 de marzo, según parece en esa reunión se abordará la posible comparecencia de Fernando Huarte. Va a ser esa una buena oportunidad para ver si Rivero habla con peso específico, o si, por el contrario, será capaz de hacer frente a los socialistas y a sus socios parlamentarios.
Con Huarte, el PSOE carece de argumentos para evitar su presencia en la comisión de investigación. Huarte es militante socialista, con cargo orgánico en el PSOE asturiano. Ha visitado varias veces en la cárcel al que se considera número dos de la trama terrorista del 11 de marzo. ¿No son estas razones suficientes? Para Álvaro Cuesta, portavoz socialista en la comisión, no parece que haya muchos motivos para la presencia de Huarte en el Congreso. El problema surge cuando Cuesta es incapaz de articular un sólo argumento para evitar la comparecencia; es más se ha puesto como un basilisco insultando al Partido Popular como estrategia de despiste. Pero ha sido muy poco convincente.
Tantos nervios de don Álvaro sugieren que la relación entre Huarte y Cuesta es de una fluidez considerable. Y es que quizá el propio Álvaro Cuesta deberá terminar compareciendo explicando su relación con Fernando Huarte, sus conversaciones con él y, especialmente, si conocía las visitas a prisión de su compañero de partido. Demasiado histérico aparece en público Cuesta como para poner cara de circunstancias. Por cierto, que nadie se olvide que el propio Cuesta es también muy amigo de Alfredo Pérez Rubalcaba. Y es que al final los amigos lo saben todo.
La punta del iceberg
Ignacio Villa
Ahora comienzan a cuadrar demasiadas cosas y el nerviosismo balbuceante de los socialistas, que no se han escondido, es el síntoma más importante de que aquí hay historia La Semana Santa de 2005 se está convirtiendo en una auténtica semana de pasión para el Partido Socialista. Un año después del 11 de marzo, cuando se las prometían tan felices en la calle Ferraz, en cuestión de días, se les está complicando todo de forma muy grave e importante.
En cuatro días ha quedado en evidencia que el enemigo está en la propia casa. Primero, de pronto, el PSOE se encontró el pasado viernes con que un terrorista del 11-M militaba en sus filas desde hacía diez meses. Y encima dicen de él que era muy participativo. Cuando los socialistas se estaban recuperando de esa historia, se topan con que el militante socialista Fernando Huarte es colaborador de los Servicios Secretos desde 1992. Huarte, como saben, lleva días en las portadas de la prensa por sus visitas a la cárcel para atender “humanitariamente” a otro terrorista del 11 de marzo. Demasiadas novedades para que la comisión de investigación se cierre como quiere el PSOE, sin más conclusiones, que un canto inútil de buenas intenciones.
La aparición de Huarte en escena rompe todas las componendas del Partido Socialista y se abre una vía de investigación muy importante. Durante los días de la infamia, los socialistas tenían información en tiempo real. ¿Venía esa información directamente desde los Servicios Secretos? ¿Cómo es que Rubalcaba diez días después de los atentados decía públicamente que tenía información del Centro Nacional de Inteligencia? ¿No parece sospechoso que el Partido Socialista se haya cerrado en banda ante cualquier posible investigación? El PSOE ha sido incapaz de articular un argumento valido para intentar explicar la situación surgida después de estas nuevas aportaciones.
El Partido Socialista esta acorralado. Absolutamente acorralado. Y si cierra la puerta de la investigación es que tienen pavor ante lo que pueda salir. Pero, atención, que Fernando Huarte tampoco se convierta en la cabeza de turco. Hay razones más que suficientes para pensar que Huarte puede ser simplemente la punta del iceberg que conecta con el cambio de actitud que se percibió en el PSOE y en todas sus terminales mediáticas durante aquellos días.
Ahora comienzan a cuadrar demasiadas cosas y el nerviosismo balbuceante de los socialistas, que no se han escondido, es el síntoma más importante de que aquí hay historia. Y es que estos chicos no aprenden. La verdad siempre termina saliendo, y sino que echen un vistazo al GAL. La historia se termina repitiendo.
DICE QUE LO DE FERNANDO HUARTE SON "CÁBALAS"
Zapatero no aclara si tuvo información privilegiada tras los atentados del 11-M
El presidente del Gobierno no ha aclarado este miércoles en Bruselas si tenía información privilegiada, tras los atentados del 11 de marzo. Al ser preguntado por un periodista sobre si estaba en condiciones de desmentir que dispusiese de dicha información, posibilidad que ha cobrado fuerza tras conocerse que el socialista Fernando Huarte era agente del CNI, Zapatero se limitó a decir que todas las informaciones que han ido saliendo son "cábalas" y que él no entra en ellas. Además, dijo que tendrá la máxima "paciencia" con los que "no aceptan su derrota".
L D (Europa Press) Zapatero, que se encuentra en Bruselas donde ha participado en el Consejo Europeo de primavera, atacó al PP al asegurar que a algunos responsables políticos les cuesta asumir la derrota de las elecciones generales del catorce de marzo y les pidió que se "serenen" porque, dijo, "sería bueno para todos".
El jefe del Ejecutivo aseguró que en torno a la tragedia del once de marzo de 2004 se han formulado "muchas cábalas" en los últimos meses y "todas se han ido desmoronando". Precisó que lo único que permanece es el dolor de 192 víctimas que murieron y muchos heridos que originaron un gran "impacto en la sociedad".
El presidente añadió que la responsabilidad y la tarea del Gobierno es mejorar la seguridad para prevenir un atentado de la magnitud del once de marzo. "Eso significa -añadió- reforzar todos los instrumentos de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, de nuestros servicios de inteligencia, de todo lo que representa aquello de lo que el Estado dispone para prevenir atentados". Zapatero apuntó que poco más de un año después hay una "extensa y abundante documentación de aquella tragedia" y que "sabemos que los autores responsables están vinculados a lo que se conoce como el terrorismo radical de naturaleza islamista y que gracias a la actuación de la Policía, Guardia Civil y la Justicia hay un número importante de imputados y detenidos, así como que la Policía y la Justicia siguen trabajando para completar todos los detalles de la acción y de los responsables".
Zapatero pidió "confianza plena" en la acción de las instituciones y del Estado de Derecho sobre la responsabilidad y determinación de todas las implicaciones del atentado terrorista del once de marzo. A esto añadió que "también sabemos", aunque pidió que se intente superar, "que algunos responsables políticos, les cuesta asumir el resultado electoral del 14 de marzo". "Aplicaré toda mi paciencia en esta tarea", apostilló.
Al ser preguntado de nuevo con más detalle por el conocimiento que tenía Zapatero sobre Fernando Huarte, es decir, si sabía que Huarte era colaborador del CNI y se a través de él tenía conocimiento de los atentados del 11-M, el presidente del Gobierno reiteró su respuesta haciendo referencia a que las informaciones que han aparecido son "cábalas" que se van "desplomando". "Creo que me he expresado con claridad, después de haber vivido en estos meses distintas informaciones, todas ellas han sido cábalas, que se han ido desplomando", aseveró.
Recordó que aún tenía "bastante reciente" su comparecencia en la Comisión de Investigación y "no voy a entrar en ninguna cábala". "Voy -prosiguió- a hacer mi tarea que es reforzar la seguridad de los españoles en la prevención de ataques terroristas, colaborar con la Justicia, las FCSE, para que todos, absolutamente todos los responsables de la tragedia del 11-M paguen duramente con todo el peso de la Ley y reitero, tengo la máxima confianza en la tarea que está haciendo la Adminsitración de Justicia". "Espero que algunos, algún día acaben serenándose que sería muy conveniente para todos", concluyó.
Hay gato encerrado
Ignacio Villa
Si un presidente del Gobierno tiene sobre su cabeza el peligro de ser acusado por utilizar unos Servicios Secretos para ganar unas elecciones, no puede salir hablando de cábalas y del partido adversario Más claro, el agua. El presidente Zapatero ha sido preguntado en la rueda de prensa final del Consejo Europeo de Bruselas sobre el espía Huarte. Su respuesta, como siempre, ha sido la nada. Dicho de otra forma, se ha ido por los cerros de Úbeda. Han pedido al Jefe del Ejecutivo una confirmación sobre las noticias que indican que él podría haber recibido información desde los Servicios Secretos en los días posteriores a los atentados. Zapatero no ha negado nada. Se ha limitado a calificar de "cábalas" esa posibilidad y ha vuelto como siempre a remover el cubo de su talante: el Partido Popular –dice– no ha sabido aceptar la derrota electoral del 14 de marzo.
La incapacidad de Zapatero para dar una respuesta convincente ante esta polémica es la prueba más evidente de que aquí hay gato encerrado. Si un presidente del Gobierno tiene sobre su cabeza el peligro de ser acusado por utilizar unos Servicios Secretos para ganar unas elecciones, no puede salir hablando de cábalas y del partido adversario.
Zapatero, máximo responsable político de España, en esta historia no se puede permitir un margen para la demagogia barata. Nos estamos jugando todos muchas cosas y por lo tanto las gracietas –sí le parece a este señor– deberá dejarlas para las tertulias de León. El presidente del Gobierno ha eludido toda respuesta sobre esta acusación clara y nítida, por lo que todos tenemos el derecho para mantener la presunción de que Zapatero recibía información privilegiada desde algunos sectores de los Servicios Secretos durante los días de la infamia.
Ahora comienzan a aclararse muchas cosas. Ahora entendemos por qué varios dirigentes socialistas alardeaban entonces de tener mejor información que el Gobierno, incluso algunos no escondían que el CNI tenía una información que no manejaba el Ejecutivo. Y esta nueva pista también aclara las razones por las que la Cadena SER podía ofrecer datos sobre las investigaciones antes incluso que el propio ministro del Interior dispusiera de ellas.
La aparición de Fernando Huarte ha cambiado el paso al PSOE en las investigaciones del 11 de marzo, hasta tal punto que por primera vez en muchos meses están transmitiendo nerviosismo e improvisación. El PSOE no sabe qué hacer y por el momento se dedica a ganar tiempo. No quieren más comisión de investigación, un error que terminarán pagando. Y es que parece que no aprenden. El Partido Socialista ya cometió estos errores con el terrorismo de Estado de los Gal. En lugar de afrontar en el primer momento lo que había pasado, prefirieron callar y ocultar. Al final todo les estalló en las manos. Más de diez años después vuelven a las andadas. Piensan que con la mentira y la ocultación pueden solucionar las cosas. Y la historia confirma que no es así.
ELUDE ACLARAR SI EL PSOE TIENE MIEDO A NUEVAS COMPARECENCIAS
Perales insiste en dar carpetazo a la comisión porque es un error "arrastrar el recuerdo"
Con más de la mitad de las peticiones de comparecencias vetadas y con unas conclusiones que algunos partidos ya redactaron durante el pasado verano, el socialista Alfonso Perales insiste en que hay que cerrar los trabajos. Preguntado si el PSOE tiene miedo de autorizar comparecencias como la del militante socialista que se reunía en la cárcel con Benesmail o la del sirio detenido por el 11-M que tenía carné del PSOE, el secretario de Relaciones Institucionales se limita a responder que "el PP es prisionero de su propio destino y de sus propios errores".
L D (Agencias) En una entrevista a Europa Press, Alfonso Perales intenta convencer al PP de que debería "dar carpetazo a la comisión" parlamentaria de investigación "y a la situación del 11-M". El argumento del socialista es que todo lo que sea "arrastrar el recuerdo" de lo ocurrido "es un error" del PP y negativo también para todos los españoles".
El dirigente socialista repite la estrategia de dar por sabido que el PP mintió para ganar las elecciones. "Hubo un choque esos días entre la intuición de los españoles, que sabían que no había sido ETA, y el empeño del PP, por razones electorales, de mantener lo que no era verdad varios días. Ese choque no consigue superarlo el PP, y debería pedir excusas por esa información que convirtió finalmente en manipulación y dar ese carpetazo a la comisión y a la situación del 11-M, porque todo lo que sea arrastrar el recuerdo del 11-M manteniendo esa comisión u otra es un error del PP, y para todos los españoles".
El veto a las comparecencias
Preguntado si el PSOE tenía miedo de autorizar nuevas comparecencias en la comisión pedidas por el PP, como la Fernando Huarte o la del sirio detenido por el 11-M que estaba afiliado al partido socialista, Perales insiste en que "el PP es prisionero de su propio destino y de sus propios errores. El día 11 de marzo hubo un atentado espantoso, el más grave de la historia de España, y lo cometieron grupos terroristas radicales de procedencia islámica y el PP se empeñó en convencer a todos los españoles que había sido ETA".
Perales aprovecha también para "evaluar" al PP. Dice que a los socialistas les preocupa que ese partido "está muy escorado a la derecha". Y aunque reconoce que eso es ventajoso electoralmente para los socialistas es negativo porque "existe el riesgo de radicalizar la vida política española y de que haya formaciones extremistas en la vida política española". Por este motivo, expone, Rajoy debería dar un "golpe de timón" y ser capaz de consolidarse al frente del PP y plantearse si las voces de dicho partido deben ser Acebes y Zaplana, que a su juicio "no son las mejores".
Afiliación al PSOE
¿Quién está mintiendo, Pepiño?
José García Domínguez
Encajado el golpe, derrotado pero no vencido, ahora mismo vago cual alma en pena por la Península en busca de ese ungüento amarillo, del maná plastificado que dice regalar Blanco; y entre el chollo y yo, siempre la barrera del nefasto siete Tras confirmarse que un activista muslime de la Agrupación Socialista Madrileña había participado en la organización de la masacre del 11-M, el compañero Blanco comparecía ante la Prensa y aparentemente refutaba cierta afirmación emitida en el programa La Mañana de la COPE. Un tertuliano, que por más señas era yo mismo, había defendido que militar en cualquier partido político requiere de más trámites que echar una firmita en un impreso, y que es menester, entre otros requisitos, el aval de dos afiliados veteranos. En su intervención, Blanco sostuvo que eso era falso, y mantendría implícitamente que cualquier padre de familia numerosa puede acceder al control una organización local del PSOE en media hora, simplemente presentando las fotocopias de los DNI de su prole.
Fue tal la convicción del secretario de Organización al declamar su desmentido y tan loable el propósito que allí expuso de promover un partido abierto de piernas a la sociedad, que caí del caballo de repente. Sí, escéptico lector, Blanco me convenció de haber vivido en el error hasta ese instante. Huelga decir que tome la decisión de afiliarme al PSOE en el acto. Mas como el acto me pillaba vacando y en gira ociosa por España, di en acercarme a la web de los socialistas valencianos, pues por allí corríamos el pasado lunes. Y bien sabe Dios que de no ser por el artículo siete de sus Estatutos, a estas horas ya se habría realizado mi anhelo de convertirme en el company Josep. Pero ahí estaba el siete, entre mi sueño y la realidad. ¿Y qué dice el siete de Valencia? Pues esto: “Es necesario que los nuevos afiliados y afiliadas vayan avalados por dos firmas de afiliados o afiliadas.”
“Deben ser cosas de los valencianos”, rumié entonces para mis adentros, y proseguí el viaje iniciático en busca del precioso carné. La siguiente escala sería Cuenca la encantada. Y encantado paseé por sus calles antes de topar con el siete de allí. ¿Qué que dice el siete de Cuenca? Pues lo mismo que el otro: “La ficha debe ser firmada por dos personas que ya tienen que estar afiliadas al PSOE.”. Soy hombre de voluntad férrea, y ese nuevo traspié no iba a torcer mi propósito de entrar en comunión con las huestes de Pepiño. Así que, inasequible al desaliento, metí la primera y puse rumbo al norte, por ver si el aire fresco del Cantábrico se compadecía de mi tardía vocación novicia. Bien, pues hasta Torrelavega habría de perseguirme el maldito siete. “Para ser afiliado del PSOE de Torrelavega basta con personarse en la sede del Partido, sita en La Llama, debiendo venir avalado por dos militantes.” Encajado el golpe, derrotado pero no vencido, ahora mismo vago cual alma en pena por la Península en busca de ese ungüento amarillo, del maná plastificado que dice regalar Blanco; y entre el chollo y yo, siempre la barrera del nefasto siete. ¿Por qué no chocaría con el siete el morito? ¿Quién está mintiendo, Pepiño?
El camarada Huarte y el compañero Almallah
Federico Jiménez Losantos
¿Quiénes respaldaron la fulminante vocación socialista del terrorista islámico sirio que posteriormente utilizó su agrupación como centro de captación de fondos para el terrorismo islámico? Además de Huarte, un agente del CNI que era también uno de los dirigentes socialistas más importantes de Asturias y que en sus ratos libres cultivaba la amistad desinteresada con el más sanguinario de los terroristas islámicos vivos y encarcelados en España, el PSOE tenía en sus filas a uno de los encarcelados o reencarcelados por el 11M, el sirio Almallah, que tras la masacre buscó y halló refugio en el partido de Pablo Iglesias, al cabo un amigo del terrorismo, y que desde allí tendía sus redes para crear un, dos, tres, muchos 11M. De Huarte se habla mucho y de Almallah no se habla nada. Sin embargo, el sacamantecas islámico-socialista merece más atención de la que la Prensa le concede.
Conviene recordar que el secretario de organización del PSOE José Blanco respondió casi de inmediato a las críticas que José García Domínguez, uno de nuestros mejores columnistas, hacía a los sociatas en La Mañana de la COPE por haber permitido la incorporación a sus filas de un sujeto digno no ya de toda sospecha sino de cualquier denuncia. Blanco aseguró que cualquiera podía dársela con queso a cualquier partido democrático. Pero el propio García Domínguez se ha encargado de demostrar que eso es falso. Ha aprovechado estos días de reflexión, penitencia y vacación, según los gustos, para afiliarse al PSOE en distintos lugares de España y el resultado ha sido siempre el mismo: no sin los dos avalistas que prescribe el artículo 7 de los estatutos. O sea, como siempre.
Y puesto que el aval ha de ser escrito y firmado, ¿quiénes han sido los dos avalistas de Almallah? Documentos hay, papeles quedan, scripta manent. ¿Quiénes respaldaron la fulminante vocación socialista del terrorista islámico sirio que posteriormente utilizó su agrupación como centro de captación de fondos para el terrorismo islámico? ¿Han sido moros o cristianos, españoles o extranjeros, veteranos o noveles, amigos de Arafat o amigos de Carrillo? ¿Quiénes han sido? ¿Cómo se llaman? ¿Quiénes son?
Y en cuanto al camarada Huarte, visitador de prisiones y suministrador de encías maltrechas a los odontólogos, ¿confirma o desmiente el PSOE la estrecha relación con Rafael Vera que El Confidencial Digital le atribuía ayer? Y si el PSOE no lo hace por propia voluntad, ¿qué tal si mañana se lo pregunta el PP en el Parlamento? A ver cómo andamos de talante esta semana.
29-III-2005
Comparecencias y dimisiones
EDITORIAL
¿Qué opinaríamos de un concejal del PP que prestara sus servicios profesionales como abogado a un miembro de ETA? “¿Sabía Zapatero, en el momento de su comparecencia ante la Comisión de Investigación, que uno de los imputados en la masacre, Mouhannad Almallah Dabas, era militante del partido socialista desde mayo de 2004? ¿Sabía Zapatero que Almallah siguió recaudando fondos para los terroristas islámicos tras afiliarse al partido socialista, tal y como dice el auto del juez Del Olmo? ¿Sabía también Zapatero que otro miembro de su partido -el dirigente del PSOE asturiano, Fernando Huarte- visitó en la cárcel, antes y después del 11-M, al terrorista Abdelkrim Benesmail, lugarteniente de Lamari, otro de los imputados del 11-M?”
Mientras seguimos sin tener respuesta a estas preguntas que formulábamos hace ya una semana, hay quienes ahora están dispuestos a desactivar la gravedad de todas estas informaciones. No parece ser, afortunadamente, el caso de Mariano Rajoy, a quien poco le ha importado que la condición del colaborador del CNI de Fernando Huarte, haya sido filtrada por un miembro del gobierno.
El hecho es que el PSOE tiene que dar muchas explicaciones públicas de cómo fue posible que un terrorista imputado en el 11-M pasara a ser militante de ese partido, mientras un dirigente del PSOE asturiano, simpatizante de la “causa árabe”, cultivara, antes y después del 11-M, la amistad de uno de los terroristas islámicos más peligrosos de cuantos se hallan encarcelados. Sólo con posterioridad al conocimiento se este hecho se supo que Huarte, además, actuaba como colaborador del CNI desde tiempos de Felipe González.
Si este miembro del PSOE entabló amistad con el terrorista del GIA encarcelado, no para espiarlo, sino por simple simpatía hacia la “causa árabe” y sin más intereses en su conversación con el terrorista que mostrarle su solidaridad y preocupación por el estado de su salud bucal, Huarte debería ser inmediatamente expulsado del Partido Socialista. Ya está bien de tolerar en las filas de un partido con responsabilidades de gobierno a quienes simpatizan con la causa de los terroristas, sean estos palestinos, argelinos o marroquíes.
Que un miembro del PSOE muestre su amistad al enemigo –y todo terrorista debe ser considerado como tal- sólo es admisible si tiene como objetivo la secreta intención de extraer información que puede ser útil para frustrar sus objetivos terroristas y colaborar en la seguridad de nuestro país.
Si Huarte sí sirvió de fuente para extraer información de las intenciones de los terroristas islámicos, debería entonces comparecer en la comisión de investigación para explicar a quién informaba y de qué.
Desde el PSOE, poco se ha tardado en señalar que un concejal del PP, Vicente Ibor Asensi, es el abogado tanto de Benesmail como de Lamari. La diferencia está en que mientras Rajoy no ha puesto pega alguna a que este abogado comparezca en la comisión de investigación, ZP insiste en darla por concluida sin que comparezca nadie más.
Sin poner al PP y al PSOE en el miso plano, hemos de señalar, no obstante, que Rajoy debería exigir el cese inmediato de Ibor Asensi como militante del PP. Por mucho que este concejal haya actuado en función de su condición de letrado, y por mucho que cualquier reo tenga derecho a una defensa, no es admisible que una persona compagine su militancia en el Partido Popular con la defensa de un terrorista acusado de perpetrar la mayor matanza de nuestra historia. ¿Qué opinaríamos de un concejal del PP que prestara sus servicios profesionales como abogado a un miembro de ETA?
Anacleto, agente secreto
José García Domínguez
Huarte, el Anacleto agente secreto que se rifan el Mossad y la CIA cuando pretenden enterarse de lo que vale un peine; ése al que basta con tirarle de un hilo suelto en la corbata de Zara para que emerja el del fez y las albóndigas Éramos pocos y parió Pepiño. De su ancha manga acaba de salir el falangista auténtico ese con look de jefe de sala de bingo; Huarte, el Anacleto agente secreto que se rifan el Mossad y la CIA cuando pretenden enterarse de lo que vale un peine; ése al que basta con tirarle de un hilo suelto en la corbata de Zara para que emerja el del fez y las albóndigas, otro cero cero siete con licencia municipal para matar gallinas en la charcutería del barrio. Ahora, ya sólo falta que nos descubran a Fernando Esteso disfrazado de Ben Laden en la Fiesta de Moros y Cristianos de Picasent.
Mas si algo otorga verosimilitud a la aterradora sombra de sospecha que se cierne sobre el Partido Socialista, es precisamente la cutrez del personaje. Y es que la plástica de ese sujeto se compadece a la perfección con la escenografía de esperpento chusco que envuelve a la muy castiza trama del 11-M. Para colmo, nuestro James Bond a la sidra resulta ser íntimo de otro socialista auténtico, Rafa Vera, el yerno del de la ferretería. Que justamente eso era lo que nos faltaba para cerrar el círculo de tiza asturiano que empezara a trazarse el día de autos, después de aquel chin chin de Rubalcaba a los postres.
Aunque la verdad es la verdad, la diga Zetapé o su jefe de seguridad en Gijón. Y la verdad que nos ordenan creer es que el mayor atentado de la historia de Europa fue ideado, organizado y ejecutado por cuatro chorizos de Lavapiés. Que toda la Policía y la Guardia Civil toda de Asturias se tuteaba con los fulanos que proporcionaron los explosivos de la masacre, pero que les ocurrió igual que a los quinientos gallegos que iban cogiditos de la mano por la Gran Vía porque se habían perdido. Y que ese Lawrence de Arabia que comparte peluquero con Anasagasti, en caso de enterarse de algo, no les habría ido con el cuento a sus superiores en el PSOE sino a los Servicios de Información del Gobierno de José María Aznar.
En 1935, Le Petit Jouonal organizaba una encuesta tratando de descubrir cuál era el gobernante más apreciado por los franceses. Pétain se impuso por abrumadora mayoría. Poco después, llegó a ser más popular que el mismísimo Napoleón. De él recuerdan los tratados de Historia: “Encarnaba el antirromanticismo, el ansia de rehuir las obligaciones históricas y globales, el anhelo de una vida tranquila y segura (…) Los campesinos se alineaban a los costados cuando pasaba el tren que lo llevaba; las mujeres le ofrecían a sus hijos para que los tocase”. Pero su verdad, su triste verdad, fue que los nazis lo habían sentado en la poltrona del poder; el resto, eran cábalas.
Lo dicho, únicamente falta Fernando Esteso por aparecer en escena. Que siga la función.
ZP, encerrado en su laberinto
Ignacio Villa
Aquí y ahora, Zapatero tiene la llave de la verdad. Aunque conociendo sus maneras, pocas esperanzas nos quedan para la rectificación Cualquier Gobierno que se precie, sea del color que sea, tiene siempre un buen número de resortes y de mecanismos para frenar o parar muchas de las polémicas que puedan deteriorar su imagen. Y más este Ejecutivo, que por el momento tiene a su favor el trato que recibe de la mayoría de los grupos de comunicación. Pues bien, con este panorama benévolo –a pesar de los muchos errores de este primer año– la realidad es que el Gobierno y el Partido Socialista han perdido los papeles con la irrupción en escena de Fernando Huarte en Asturias y de un sirio terrorista que militaba en el PSOE desde hacía diez meses en Madrid.
Una semana después de estas historias, Pérez Rubalcaba y Álvaro Cuesta siguen desaparecidos; y José Blanco y López Garrido han salido a la palestra entre pálidos y balbuceantes con una incapacidad manifiesta para dar una respuesta clara a una cuestión de una gravedad tremenda.
Pero aquí no hay engaños que valgan, ni sirven los muros de contención. Rodríguez Zapatero ganó unas elecciones después de los atentados del 11 de marzo; y a estas alturas ya se acepta de forma generalizada que la victoria socialista del 14 de marzo estuvo determinada por la matanza. Intentar desmontar esa realidad hace daño a los españoles y a la normalidad democrática. Es algo que no ofrece ninguna duda, por más que los socialistas intenten mirar hacia otra parte.
Precisamente este contexto es lo que hace increíble que el presidente del Gobierno haya dado la indicación de cerrar a cal y canto la Comisión de investigación parlamentaria. El primer perjudicado por esta actitud de obstrucción es el propio Zapatero, puesto que fue el primer beneficiado por el impacto electoral que tuvo aquellos días.
Zapatero ha dicho repetidas veces que "ya está todo claro". Y lo único claro, ahora mismo, es que Zapatero ha cerrado los ojos. No quiere saber nada de nada. Y él tendría que ser el primer interesado en que el 11 de marzo no se convierta en un laberinto que dirija todas sus sospechas al Partido Socialista. Aquí y ahora, Zapatero tiene la llave de la verdad. Aunque conociendo sus maneras, pocas esperanzas nos quedan para la rectificación. Y este –no lo duden– se convertirá en el gran peligro para el presidente del Gobierno.
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