Muerte y devastación en Darfur
Amnistía Internacional, junio del 2004
Los delegados de Amnistía Internacional, que regresaron recientemente de una visita de investigación entre los refugiados sudaneses en Chad, piden a la conferencia internacional de donantes para Darfur, que se reúne en Ginebra el 3 de junio, que se aseguren de que la protección de los civiles se aborda con la misma urgencia que la ayuda humanitaria.
"Las Janjawid (milicias armadas) respaldadas por las fuerzas armadas gubernamentales han sido responsables de violaciones de derechos humanos en masa contra la población civil de Darfur", han manifestado los delegados.
"Nuestra investigación ha confirmado una vez más la destrucción de pueblos y el saqueo sistemáticos y bien organizados, que han provocado el desplazamiento forzado de la población rural de Darfur", han declarado los delegados de Amnistía Internacional. "Las Janjawid, cuyos miembros muchas veces visten de uniforme, acompañadas por soldados, atacaron cada pueblo, no una vez, sino en muchos casos tres o cuatro veces, hasta que la población huyó. Los habitantes de la zona nos han dado más detalles sobre las dos ejecuciones extrajudiciales a gran escala llevadas a cabo en Murli y Deleij por las fuerzas de seguridad y las Janjawid."
Es preciso traducir la preocupación internacional por el horror y la devastación que azotan Darfur en cambios reales sobre el terreno, han manifestado los delegados.
El gobierno sudanés, hasta el momento, no ha tomado medidas rápidas y concretas para poner fin al atroz ciclo de homicidios y violaciones cometidos por las milicias Janjawid contra la población civil de Darfur.
"Aunque entre las autoridades de Jartum y el Ejército de Liberación Popular de Sudán está surgiendo la lógica de la paz, la dinámica de la guerra sigue muy arraigada en Darfur."
"La violencia contra los civiles no sólo constituye una infracción de las normas internacionales de derechos humanos, sino que con frecuencia parece ser un intento deliberado de humillar y destruir el tejido social de las comunidades. Hemos escuchado relatos sobre cómo se ha dado muerte de forma sumaria y sistemática a civiles, incluso en mezquitas, sobre cómo se ha violado a mujeres y niñas con sus esposos o padres en las cercanías u sobre cómo se ha quemado a ancianas dentro de sus casas", han declarado los delegados de Amnistía Internacional. Centenares de miles de civiles se han visto obligados a abandonar sus pueblos devastados en Darfur. Algunos han tenido que buscar refugio en centros superpoblados de la región. Estos centros sufren una grave escasez de productos básicos tales como alimentos, agua, tiendas de campaña y suministros médicos.
Otros miles de personas han puesto su vida en grave peligro para llegar al este de Chad. Un refugiado dijo a los delegados de Amnistía Internacional: "Lo he perdido todo; no tengo nada más que los dedos de mis dos manos". Otro añadió: "Mientras la seguridad de mi familia no esté garantizada, no quiero volver a casa".
Un muchacho de 13 años contó cómo las fuerzas de seguridad y las Janjawid lo secuestraron en una granja y lo llevaron a un campo cerca de Jartum. Allí lo desnudaron y lo azotaron. Otro contó cómo había permanecido recluido en un campo de las Janjawid durante tres semanas, hasta que escapó.
Uno de los puntos de interés para la delegación de Amnistía Internacional era la violencia contra las mujeres."Venían y se llevaban a nuestras esposas e hijas; no les avergonzaba violarlas a la vista de todo el mundo", dijo el jefe de un poblado, hablando de la violencia sufrida por las mujeres durante el conflicto.
Una mujer contó cómo unos atacantes, vestidos unos de civil y otros de uniforme caqui, se las llevaron a ella y un grupo de niñas y las violaron repetidamente durante tres días. Luego les dijeron: "La próxima vez que vengamos, os exterminaremos, no dejaremos vivo ni a un niño".
Los delegados han declarado: "El acuerdo de alto el fuego alcanzado el 8 de abril entre el gobierno sudanés, el Movimiento / Ejército de Liberación Popular de Sudán y el Movimiento Justicia e Igualdad no ha modificado la terrible situación diaria de los civiles de Darfur y de los refugiados del este de Chad".
Casi dos meses después de establecerse el alto el fuego, firmado el 8 de abril de 2004, aún no se ha nombrado a los encargados de vigilar dicho alto el fuego, que deben informar sobre las rupturas que se produzcan. No está claro hasta qué punto pueden ser efectivos 90 vigilantes (60 de ellos militares y 30 civiles) en una zona del tamaño de Francia donde se siguen denunciando a diario homicidios y violaciones.
Amnistía Internacional ha declarado: "La comunidad internacional debe proporcionar a la Unión Africana el apoyo político y logístico necesario para que los vigilantes sean efectivos, y estos vigilantes deben presentar sus informes públicamente".
Amnistía Internacional reitera su petición de que se envíen observadores de derechos humanos, bajo el mandato del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que vigilen estrechamente la situación de estos derechos en Darfur. Según ha declarado: "Dados los numerosos casos de violación y el trauma que los acompaña, entre los observadores debe haber personal con experiencia en violencia sexual y de género".
El 22 de mayo, las Janjawid rompieron el alto el fuego y mataron al menos a 40 habitantes de poblados y quemaron cinco pueblos, entre ellos Tabaldiya y Abqarajeh, a 15 kilómetros al sur de Nyala. Según los informes, llegaron, algunos de ellos con uniformes del ejército, montados en caballos y camellos. El 28 de mayo, el mismo día en que se firmó el acuerdo sobre los vigilantes del alto el fuego, la fuerza aérea sudanesa bombardeó el pueblo de Tabet en un día de mercado, y según los informes mató a 12 personas. Las autoridades sudanesas han negado estos ataques y han acusado al Ejército de Liberación de Sudán y al Movimiento Justicia e Igualdad de romper el alto el fuego.
"Parece ser que las Janjawid que atacaron el pueblo de Tabaldiya procedían del antiguo campo de adiestramiento militar de Dumai, cerca de Nyala", ha declarado Amnistía Internacional. "El gobierno no está abordando la impunidad de las Janjawid, sino que las está integrando en el ejército."
Los delegados han subrayado el constante temor de los refugiados en la zona fronteriza de Chad a los ataques de las Janjawid. "Sólo cuando se tomen medidas para garantizar que las milicias ya no están en situación de cometer abusos contra los derechos humanos podrán tener los desplazados confianza en el futuro", han dicho. "Se reciben informes constantes de sudaneses tanto en Chad como en Darfur que sugieren que las Janjawid están de hecho ocupando muchos de los pueblos que sus habitantes, al huir, dejan vacíos."
Amnistía Internacional, junio del 2004
Los delegados de Amnistía Internacional, que regresaron recientemente de una visita de investigación entre los refugiados sudaneses en Chad, piden a la conferencia internacional de donantes para Darfur, que se reúne en Ginebra el 3 de junio, que se aseguren de que la protección de los civiles se aborda con la misma urgencia que la ayuda humanitaria.
"Las Janjawid (milicias armadas) respaldadas por las fuerzas armadas gubernamentales han sido responsables de violaciones de derechos humanos en masa contra la población civil de Darfur", han manifestado los delegados.
"Nuestra investigación ha confirmado una vez más la destrucción de pueblos y el saqueo sistemáticos y bien organizados, que han provocado el desplazamiento forzado de la población rural de Darfur", han declarado los delegados de Amnistía Internacional. "Las Janjawid, cuyos miembros muchas veces visten de uniforme, acompañadas por soldados, atacaron cada pueblo, no una vez, sino en muchos casos tres o cuatro veces, hasta que la población huyó. Los habitantes de la zona nos han dado más detalles sobre las dos ejecuciones extrajudiciales a gran escala llevadas a cabo en Murli y Deleij por las fuerzas de seguridad y las Janjawid."
Es preciso traducir la preocupación internacional por el horror y la devastación que azotan Darfur en cambios reales sobre el terreno, han manifestado los delegados.
El gobierno sudanés, hasta el momento, no ha tomado medidas rápidas y concretas para poner fin al atroz ciclo de homicidios y violaciones cometidos por las milicias Janjawid contra la población civil de Darfur.
"Aunque entre las autoridades de Jartum y el Ejército de Liberación Popular de Sudán está surgiendo la lógica de la paz, la dinámica de la guerra sigue muy arraigada en Darfur."
"La violencia contra los civiles no sólo constituye una infracción de las normas internacionales de derechos humanos, sino que con frecuencia parece ser un intento deliberado de humillar y destruir el tejido social de las comunidades. Hemos escuchado relatos sobre cómo se ha dado muerte de forma sumaria y sistemática a civiles, incluso en mezquitas, sobre cómo se ha violado a mujeres y niñas con sus esposos o padres en las cercanías u sobre cómo se ha quemado a ancianas dentro de sus casas", han declarado los delegados de Amnistía Internacional. Centenares de miles de civiles se han visto obligados a abandonar sus pueblos devastados en Darfur. Algunos han tenido que buscar refugio en centros superpoblados de la región. Estos centros sufren una grave escasez de productos básicos tales como alimentos, agua, tiendas de campaña y suministros médicos.
Otros miles de personas han puesto su vida en grave peligro para llegar al este de Chad. Un refugiado dijo a los delegados de Amnistía Internacional: "Lo he perdido todo; no tengo nada más que los dedos de mis dos manos". Otro añadió: "Mientras la seguridad de mi familia no esté garantizada, no quiero volver a casa".
Un muchacho de 13 años contó cómo las fuerzas de seguridad y las Janjawid lo secuestraron en una granja y lo llevaron a un campo cerca de Jartum. Allí lo desnudaron y lo azotaron. Otro contó cómo había permanecido recluido en un campo de las Janjawid durante tres semanas, hasta que escapó.
Uno de los puntos de interés para la delegación de Amnistía Internacional era la violencia contra las mujeres."Venían y se llevaban a nuestras esposas e hijas; no les avergonzaba violarlas a la vista de todo el mundo", dijo el jefe de un poblado, hablando de la violencia sufrida por las mujeres durante el conflicto.
Una mujer contó cómo unos atacantes, vestidos unos de civil y otros de uniforme caqui, se las llevaron a ella y un grupo de niñas y las violaron repetidamente durante tres días. Luego les dijeron: "La próxima vez que vengamos, os exterminaremos, no dejaremos vivo ni a un niño".
Los delegados han declarado: "El acuerdo de alto el fuego alcanzado el 8 de abril entre el gobierno sudanés, el Movimiento / Ejército de Liberación Popular de Sudán y el Movimiento Justicia e Igualdad no ha modificado la terrible situación diaria de los civiles de Darfur y de los refugiados del este de Chad".
Casi dos meses después de establecerse el alto el fuego, firmado el 8 de abril de 2004, aún no se ha nombrado a los encargados de vigilar dicho alto el fuego, que deben informar sobre las rupturas que se produzcan. No está claro hasta qué punto pueden ser efectivos 90 vigilantes (60 de ellos militares y 30 civiles) en una zona del tamaño de Francia donde se siguen denunciando a diario homicidios y violaciones.
Amnistía Internacional ha declarado: "La comunidad internacional debe proporcionar a la Unión Africana el apoyo político y logístico necesario para que los vigilantes sean efectivos, y estos vigilantes deben presentar sus informes públicamente".
Amnistía Internacional reitera su petición de que se envíen observadores de derechos humanos, bajo el mandato del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que vigilen estrechamente la situación de estos derechos en Darfur. Según ha declarado: "Dados los numerosos casos de violación y el trauma que los acompaña, entre los observadores debe haber personal con experiencia en violencia sexual y de género".
El 22 de mayo, las Janjawid rompieron el alto el fuego y mataron al menos a 40 habitantes de poblados y quemaron cinco pueblos, entre ellos Tabaldiya y Abqarajeh, a 15 kilómetros al sur de Nyala. Según los informes, llegaron, algunos de ellos con uniformes del ejército, montados en caballos y camellos. El 28 de mayo, el mismo día en que se firmó el acuerdo sobre los vigilantes del alto el fuego, la fuerza aérea sudanesa bombardeó el pueblo de Tabet en un día de mercado, y según los informes mató a 12 personas. Las autoridades sudanesas han negado estos ataques y han acusado al Ejército de Liberación de Sudán y al Movimiento Justicia e Igualdad de romper el alto el fuego.
"Parece ser que las Janjawid que atacaron el pueblo de Tabaldiya procedían del antiguo campo de adiestramiento militar de Dumai, cerca de Nyala", ha declarado Amnistía Internacional. "El gobierno no está abordando la impunidad de las Janjawid, sino que las está integrando en el ejército."
Los delegados han subrayado el constante temor de los refugiados en la zona fronteriza de Chad a los ataques de las Janjawid. "Sólo cuando se tomen medidas para garantizar que las milicias ya no están en situación de cometer abusos contra los derechos humanos podrán tener los desplazados confianza en el futuro", han dicho. "Se reciben informes constantes de sudaneses tanto en Chad como en Darfur que sugieren que las Janjawid están de hecho ocupando muchos de los pueblos que sus habitantes, al huir, dejan vacíos."
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