Durante la Guerra de los Seis Días en junio de 1967 Israel consiguió liberar Jerusalem y devolverla a la soberanía judía.
-El primer día: Jerusalén y el frente jordano-
En la mañana del 5 de junio, el Gobierno de Israel envió un telegrama, en el que advertía al rey Hussein que Israel no tenia la menor intención hostil hacia Jordania, y que, siempre que reinara la tranquilidad en la frontera jordano-israelí, su país no sufriría ningún daño. Sin embargo, el rey Hussein no estaba enterado de la terrible derrota sufrida por la aviación egipcia aquella misma mañana.
Hussein recibió información falsa a través del general Amer, comandante jefe de las Fuerzas Armadas Egipcias. Años más tarde Hussein escribiría: "El mariscal Amer nos informó que la ofensiva aérea israelí continuaba; sin embargo, el mensaje fue enviado 40 minutos después de empezar los ataques y añadía que los egipcios habían destruido el 75% de la aviación judía. La misma comunicación nos informaba que los bombarderos egipcios habían contraatacado mediante un aplastante asalto a las bases de Israel”. Amer continuaba diciendo que las fuerzas de tierra egipcias habían penetrado en territorio de Israel por el Néguev. Estos informes contribuyeron en gran medida a sembrar la confusión y a deformar nuestra apreciación de la situación. “En tales momentos, cuando nuestro radar indicaba que unos aviones volaban desde Egipto a Israel, no tuvimos ninguna duda de cuanto se nos decía. Sin embargo, eran bombarderos israelíes que regresaban a sus bases judías después de cumplir su misión en Egipto".
Basándose en esta información, el rey Hussein decidió aquella mañana hacer honor a su pacto con Nasser, y sus fuerzas establecieron una nutrida barrera de fuego a lo largo de las líneas de armisticio, bombardeando poblados y ciudades israelíes, incluso las afueras de Tel Aviv.
Los efectos más intensos del bombardeo jordano se dejaron sentir en Jerusalén, donde los obuses causaron muchas bajas. La brigada Jerusalén israelí contraatacó y expulsó a la Legión Árabe de sus posiciones, conquistando cierto número de posiciones entre las que se incluía el poblado de Sur Bahir, en la carretera de Belén. Mientras tanto, una brigada acorazada de reserva irrumpió en las posiciones jordanas al Norte del pasillo de Jerusalén, tomando las posiciones muy fortificadas de Sheij Abdal-Aziz y Maaleh ha-Hamishad.
Otro grupo de fuerzas rompió la línea en Beit Iksa. Estas tropas se desplegaron a continuación sobre terrenos elevados al Norte del pasillo de Jerusalén ocupando las posiciones jordanas de Biddu y Nabi Samwil, para después alcanzar la carretera principal que se extendía desde el Norte a Jerusalén, en Tel al-Fur, al Sur de Ramallah.
A mediodía del 5 de junio, los aviones de Israel, tras haber regresado de Egipto, bombardearon dos aeródromos jordanos en Ammán y Mafraq.
En la noche del 5 al 6 de junio, una brigada de infantería atacó el enclave de Latrun, conquistando el pueblo y el puesto de policía, para avanzar luego hacia las colinas de Judea, al Oeste, y a lo largo de la carretera de Beit Horón, con el propósito de enlazar con la brigada acorazada en las puertas de Ramallah. El Manco Central, a las órdenes del general de brigada Uzi-Narkiss, quedó así circunscrito a Jerusalén y desarrolló su ataque hacia el Sur de la ciudad. Al mismo tiempo, con una brigada acorazada seguida de una brigada de infantería de Marina, el Mando Central tomó las cotas dominantes que se alzaban al Norte del pasillo, y, acto seguido, continuó avanzando hacia el Este para cortar el enlace de las fuerzas jordanas con base en Jerusalén con las situadas más al Norte, en Samaria.
En esta etapa, una brigada de paracaidistas de reserva, al mando del coronel Mordejai Gur, se unió al Mando Central y se lanzó a la lucha, en la noche del 5-6 de junio, contra las posiciones jordanas sumamente fortificadas, que protegían el Noreste de Jerusalén.
La batalla más encarnizada tuvo lugar en la Escuela de Policía. La brigada sufrió muchas bajas antes de conseguir romper la línea del frente. Esto permitió que los paracaidistas tomasen los distritos conocidos como Sheij Jarrah y la Colonia Americana, así como la zona del Museo Rockefeller y restablecer el enlace directo con el enclave israelí del monte Scopus, que había permanecido aislado de Israel, por las fuerzas jordanas, durante los últimos 20 años.
Al día siguiente, 6 de junio, a las doce y cuarto de la noche, el general egipcio Riad, a quien había designado el rey Hussein para mandar sus tropas, ordenó que las fuerzas jordanas de la Ribera Occidental entrasen en combate. El Mando Norte de Israel, a las órdenes del general de brigada David Elazar, participó en la batalla contra la Legión Árabe, atacando desde el Norte con una brigada acorazada apoyada por infantería. Irrumpió en territorio ocupado por Jordania en la Ribera Occidental, a lo largo de dos ejes de avance en el área general de Jenín. En esta zona se libró una lucha entre blindados, reforzadas las fuerzas jordanas acorazadas con los contingentes de la zona del valle del Jordán. Finalmente, un contraataque israelí aplastó toda oposición jordana.
Tras 24 horas de lucha, las fuerzas israelíes del Mando Central y Norte convergían desde el Sur, Oeste y Norte de la Ribera Occidental frente a una dura oposición jordana.
-El segundo día: Frentes simultáneos-
Al Norte de la ciudad, la Brigada Acorazada de reserva siguió combatiendo para despejar el área que se extendía entre Jerusalén y la ciudad de Ramallah, cruce vital de carreteras para el desarrollo de operaciones en la Ribera Occidental de Jordania.
Todo el sinuoso terreno situado al Norte del pasillo de Jerusalén se hallaba también en manos de las I.D.F., pudiendo con ello proseguir su avance hacia el Norte. Ramallah se rindió. Por otro lado, las fuerzas del Mando Norte continuaban presionando hacia el Sur, en dirección al centro de la Ribera Occidental. Una columna de infantería atacó desde el Oeste, conquisto Kalkiliya y alcanzó El Azzun. Finalmente, los tanques tomaron Jenín a mediodía del 6 de junio, y la brigada que tomó la ciudad prosiguió su marcha hacia el Sur para sostener duros combates en el cruce de carreteras de Qabatiya.
Otras tropas israelíes alcanzaron la carretera de Tubas-Nablus y se enfrentaron con los blindados jordanos. A medianoche, las fuerzas israelíes renovaron su ataque, ocuparon Tubas y siguieron avanzando hacia el puente de Damiya, en el río Jordán, con lo cual quedó bloqueada la zona Norte de la Ribera Occidental para recibir posibles refuerzos procedentes de Jordania Oriental.
-El tercer día: Toma de la ciudad vieja de Jerusalén-
El 7 de junio, miércoles, iba a ser uno de los días más memorables en la historia de las armas judías. Aquella mañana, Gur dictó las órdenes oportunas para conquistar la Ciudad Vieja de Jerusalén, que para entonces se hallaba ya completamente rodeada por las tropas israelíes, que ocupaban todas las alturas que dominaban la histórica ciudad.
Se eligió como punto de ruptura la Puerta del León, conocida también con el nombre de Puerta de San Esteban. Allí se entablaron duros combates.
A pesar de que las fuerzas de Israel habían evitado atacar los Santos Lugares, los árabes utilizaron la mezquita de El Aksa como puesto de tiro y toda la zona perteneciente al Monte del Templo como lugar de municionamiento, haciendo caso omiso a las protestas que en tal sentido hicieron el gobernador jordano de Jerusalén y las autoridades religiosas musulmanas. La zona quedó liberada rápidamente con mínimos daños en los Santos Lugares, y a las diez y cuarto de la mañana del 7 de junio de 1967 se izó la bandera de Israel sobre el Monte del Templo y el Muro de las Lamentaciones, poniendo fin a la división de Jerusalén; que una vez más, estaba en manos judías.
Hussein recibió información falsa a través del general Amer, comandante jefe de las Fuerzas Armadas Egipcias. Años más tarde Hussein escribiría: "El mariscal Amer nos informó que la ofensiva aérea israelí continuaba; sin embargo, el mensaje fue enviado 40 minutos después de empezar los ataques y añadía que los egipcios habían destruido el 75% de la aviación judía. La misma comunicación nos informaba que los bombarderos egipcios habían contraatacado mediante un aplastante asalto a las bases de Israel”. Amer continuaba diciendo que las fuerzas de tierra egipcias habían penetrado en territorio de Israel por el Néguev. Estos informes contribuyeron en gran medida a sembrar la confusión y a deformar nuestra apreciación de la situación. “En tales momentos, cuando nuestro radar indicaba que unos aviones volaban desde Egipto a Israel, no tuvimos ninguna duda de cuanto se nos decía. Sin embargo, eran bombarderos israelíes que regresaban a sus bases judías después de cumplir su misión en Egipto".
Basándose en esta información, el rey Hussein decidió aquella mañana hacer honor a su pacto con Nasser, y sus fuerzas establecieron una nutrida barrera de fuego a lo largo de las líneas de armisticio, bombardeando poblados y ciudades israelíes, incluso las afueras de Tel Aviv.
Los efectos más intensos del bombardeo jordano se dejaron sentir en Jerusalén, donde los obuses causaron muchas bajas. La brigada Jerusalén israelí contraatacó y expulsó a la Legión Árabe de sus posiciones, conquistando cierto número de posiciones entre las que se incluía el poblado de Sur Bahir, en la carretera de Belén. Mientras tanto, una brigada acorazada de reserva irrumpió en las posiciones jordanas al Norte del pasillo de Jerusalén, tomando las posiciones muy fortificadas de Sheij Abdal-Aziz y Maaleh ha-Hamishad.
Otro grupo de fuerzas rompió la línea en Beit Iksa. Estas tropas se desplegaron a continuación sobre terrenos elevados al Norte del pasillo de Jerusalén ocupando las posiciones jordanas de Biddu y Nabi Samwil, para después alcanzar la carretera principal que se extendía desde el Norte a Jerusalén, en Tel al-Fur, al Sur de Ramallah.
A mediodía del 5 de junio, los aviones de Israel, tras haber regresado de Egipto, bombardearon dos aeródromos jordanos en Ammán y Mafraq.
En la noche del 5 al 6 de junio, una brigada de infantería atacó el enclave de Latrun, conquistando el pueblo y el puesto de policía, para avanzar luego hacia las colinas de Judea, al Oeste, y a lo largo de la carretera de Beit Horón, con el propósito de enlazar con la brigada acorazada en las puertas de Ramallah. El Manco Central, a las órdenes del general de brigada Uzi-Narkiss, quedó así circunscrito a Jerusalén y desarrolló su ataque hacia el Sur de la ciudad. Al mismo tiempo, con una brigada acorazada seguida de una brigada de infantería de Marina, el Mando Central tomó las cotas dominantes que se alzaban al Norte del pasillo, y, acto seguido, continuó avanzando hacia el Este para cortar el enlace de las fuerzas jordanas con base en Jerusalén con las situadas más al Norte, en Samaria.
En esta etapa, una brigada de paracaidistas de reserva, al mando del coronel Mordejai Gur, se unió al Mando Central y se lanzó a la lucha, en la noche del 5-6 de junio, contra las posiciones jordanas sumamente fortificadas, que protegían el Noreste de Jerusalén.
La batalla más encarnizada tuvo lugar en la Escuela de Policía. La brigada sufrió muchas bajas antes de conseguir romper la línea del frente. Esto permitió que los paracaidistas tomasen los distritos conocidos como Sheij Jarrah y la Colonia Americana, así como la zona del Museo Rockefeller y restablecer el enlace directo con el enclave israelí del monte Scopus, que había permanecido aislado de Israel, por las fuerzas jordanas, durante los últimos 20 años.
Al día siguiente, 6 de junio, a las doce y cuarto de la noche, el general egipcio Riad, a quien había designado el rey Hussein para mandar sus tropas, ordenó que las fuerzas jordanas de la Ribera Occidental entrasen en combate. El Mando Norte de Israel, a las órdenes del general de brigada David Elazar, participó en la batalla contra la Legión Árabe, atacando desde el Norte con una brigada acorazada apoyada por infantería. Irrumpió en territorio ocupado por Jordania en la Ribera Occidental, a lo largo de dos ejes de avance en el área general de Jenín. En esta zona se libró una lucha entre blindados, reforzadas las fuerzas jordanas acorazadas con los contingentes de la zona del valle del Jordán. Finalmente, un contraataque israelí aplastó toda oposición jordana.
Tras 24 horas de lucha, las fuerzas israelíes del Mando Central y Norte convergían desde el Sur, Oeste y Norte de la Ribera Occidental frente a una dura oposición jordana.
-El segundo día: Frentes simultáneos-
Al Norte de la ciudad, la Brigada Acorazada de reserva siguió combatiendo para despejar el área que se extendía entre Jerusalén y la ciudad de Ramallah, cruce vital de carreteras para el desarrollo de operaciones en la Ribera Occidental de Jordania.
Todo el sinuoso terreno situado al Norte del pasillo de Jerusalén se hallaba también en manos de las I.D.F., pudiendo con ello proseguir su avance hacia el Norte. Ramallah se rindió. Por otro lado, las fuerzas del Mando Norte continuaban presionando hacia el Sur, en dirección al centro de la Ribera Occidental. Una columna de infantería atacó desde el Oeste, conquisto Kalkiliya y alcanzó El Azzun. Finalmente, los tanques tomaron Jenín a mediodía del 6 de junio, y la brigada que tomó la ciudad prosiguió su marcha hacia el Sur para sostener duros combates en el cruce de carreteras de Qabatiya.
Otras tropas israelíes alcanzaron la carretera de Tubas-Nablus y se enfrentaron con los blindados jordanos. A medianoche, las fuerzas israelíes renovaron su ataque, ocuparon Tubas y siguieron avanzando hacia el puente de Damiya, en el río Jordán, con lo cual quedó bloqueada la zona Norte de la Ribera Occidental para recibir posibles refuerzos procedentes de Jordania Oriental.
-El tercer día: Toma de la ciudad vieja de Jerusalén-
El 7 de junio, miércoles, iba a ser uno de los días más memorables en la historia de las armas judías. Aquella mañana, Gur dictó las órdenes oportunas para conquistar la Ciudad Vieja de Jerusalén, que para entonces se hallaba ya completamente rodeada por las tropas israelíes, que ocupaban todas las alturas que dominaban la histórica ciudad.
Se eligió como punto de ruptura la Puerta del León, conocida también con el nombre de Puerta de San Esteban. Allí se entablaron duros combates.
A pesar de que las fuerzas de Israel habían evitado atacar los Santos Lugares, los árabes utilizaron la mezquita de El Aksa como puesto de tiro y toda la zona perteneciente al Monte del Templo como lugar de municionamiento, haciendo caso omiso a las protestas que en tal sentido hicieron el gobernador jordano de Jerusalén y las autoridades religiosas musulmanas. La zona quedó liberada rápidamente con mínimos daños en los Santos Lugares, y a las diez y cuarto de la mañana del 7 de junio de 1967 se izó la bandera de Israel sobre el Monte del Templo y el Muro de las Lamentaciones, poniendo fin a la división de Jerusalén; que una vez más, estaba en manos judías.
En todo Israel y en todo el mundo judío se sintió un estremecimiento de emoción cuando, por primera vez en 20 años, el rabino militarizado Goren hizo sonar el "Shofar" ante el Muro, el lugar más sagrado de todo el orbe judío.
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