martes, 6 de enero de 2009

Preguntas y respuestas

Andrés nos hace llegar las siguientes 12 PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE LA GUERRA EN GAZA

Cuando las imágenes se tornan violentas en Medio Oriente muchos se preguntan qué pasa. Hay que remontarse unos pocos años atrás, para entenderlo ésta vez, pero estamos frente a lo mismo de siempre. Lamentablemente, la paz, para algunos, simplemente no es negocio.

Las preguntas más frecuentes sobre la actual crisis en Medio Oriente:

• ¿Quién provocó todo esto que actualmente está sucediendo en la Franja de Gaza?

El Hamás. Desde hace ocho años, el Hamás ataca de manera cotidiana e indiscriminada a las poblaciones del sur de Israel con misiles, cohetes, morteros y atentados desde Gaza. Alrededor de 10.000 misiles y obuses de mortero fueron disparados por el Hamás y otras agrupaciones terroristas desde Gaza de manera exponencial contra objetivos puramente civiles en el territorio soberano israelí, sembrando la muerte, el horror y la destrucción en diversas ciudades, kibutzim, poblados y granjas israelíes. Si bien en Israel han muerto trece personas y más de setecientas resultaron heridas desde el 2001 por los cohetes lanzados desde Gaza (dejando de lado los atentados suicidas), el problema no se puede reducir meramente a una cuestión de cifras, sino que debe ser medida en términos de intenciones. Esos 13 muertos son civiles inocentes y todos los objetivos de estos cohetes son puramente civiles: escuelas, jardines de infantes, casas, hospitales, centros comerciales y áreas densamente pobladas. También se debe tener en cuenta que el Hamás, mediante estos ataques balísticos, amenaza y vuelve imposible la vida de cientos de miles de israelíes que viven en el sur, lo que constituye un infierno en vida. Afortunadamente el Hamás no puede ocasionar más muertes israelíes momentáneamente, no por falta de intención, sino por falta de una mayor capacidad militar y las acciones de Israel que muchas veces se lo impiden. Es por esto que Israel se vio en la necesidad de defender a su población del sur, asediada por años y cuyas vidas el Hamás volvía insoportables sin razón alguna, ante el silencio mundial que no se preocupó por resolver esta situación a tiempo y evitar lo que actualmente sucede.

• ¿Qué es el Hamás?

El Hamás (Movimiento de Resistencia Islámica en árabe) es una agrupación islámica palestina fundamentalista y extremista, derivada de la Hermandad Musulmana en Egipto, creada por el jeque Ahmed Yassín en diciembre de 1987. Su objetivo expreso, que sostiene debe ser alcanzado por medio de la Yijad (Guerra Santa Islámica), es la destrucción del Estado de Israel y la instauración en su lugar de un califato islámico, regido por la Shaharía (interpretación política extremista de las leyes del Corán), en el territorio que comprende los territorios palestinos e Israel. Esto es expresado en la Carta Orgánica de la organización que, entre otras cosas, está plagada de teorías antisemitas y belicistas. Hamás ha sido declarada una organización terrorista por las Naciones Unidas, la Unión Europea, Canadá, Australia, Japón, Estados Unidos e Israel debido a que el ala militar de la agrupación, las Brigadas Izz ad-Din al-Qassam, perpetran ataques militares contra objetivos puramente civiles (mediante atentados suicidas, lanzamiento de misiles y emboscadas). Diversas organizaciones internacionales de derechos humanos, entre ellas Human Rights Watch, acusan al Hamás de cometer crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Actualmente el Hamás, junto con el Hezbollah, son las dos organizaciones satélites que representan los intereses del régimen iraní en la región.

• ¿Se justifica lo que Israel hace en la Franja de Gaza?

Dado que los israelíes han probado todas las vías imaginables para impedir las agresiones, tanto las militares mesuradas como las diplomáticas, incluida la retirada y evacuación de todo el territorio de la Franja de Gaza, y dado que no lo han logrado, quedan dos alternativas: decidir que Israel no puede impedir los ataques terroristas, como quisiera Hamás, y evacuar Sderot, después Ashkelon y después Ashdod (todas ciudades ubicadas en el sur del territorio legítimo y soberano israelí), y así sucesivamente, o decidir que es suficiente: la línea de frontera de 1967 (reconocida internacionalmente como la frontera legítima del Estado de Israel) deberá ser defendida por todos los medios a disposición de cualquier Estado soberano que se precie como tal. Israel ha llegado a la segunda de las decisiones, porque la primera es suicida. La desconexión de Gaza le debe otorgar a Israel la legitimidad para la acción autodefensiva. Aquí no habrá “justa medida” sino una firme decisión de lograr los objetivos.

El actual Primer Ministro israelí, Ehud Olmert, literalmente le rogó a los palestinos que detuvieran el lanzamiento de misiles contra Israel en un comunicado difundido unos días antes de que comenzara la operación.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas (Abu Mazen), afirmó que el Hamás podría haber evitado los bombardeos israelíes sobre Gaza si hubiera decidido ampliar la tregua con Israel. “Hablamos con Hamás y les dijimos ‘por favor, os lo pedimos, no pongáis fin a la tregua, dejad que la tregua siga, que no acabe’, y así podríamos evitar lo que ha sucedido”, declaró en El Cairo.
El israelí común y corriente aprueba la decisión de su Gobierno: la situación era intolerable, y se imponía obrar con mano fuerte, por muy lamentable que ello fuera. De lo contrario podría deteriorarse y no se sabe a dónde se hubiera podido llegar la situación. Desde luego, nadie ha bailado en las calles de Tel Aviv, ni ha repartido golosinas al escuchar el elevado saldo de víctimas de esos ataques, en especial de civiles que siempre son inevitables en una guerra (como sí hicieron los palestinos de Gaza en marzo del 2008 cuando, a raíz de una matanza de israelíes entre 15 y 17 años en una escuela de Jerusalén, salieron a festejar repartiendo caramelos y disparando al aire). Ese modo de proceder es muy común en el lado palestino, pero nunca ha sucedido en Israel.

Este escenario todavía se puede evitar, aunque esa posibilidad es remota. Para ello se requiere tan sólo que se deje de atacar a la población civil israelí. A esta altura de los acontecimientos, ello parece mucho pedir. Si Israel entra, por lo tanto, a la respuesta militar que tanto ha tratado de evitar, deberá persistir en ella hasta el final, hasta lograr los objetivos.

• ¿Hamás ganó las elecciones palestinas democráticamente?

Sí, el Hamás ganó las elecciones legislativas palestinas en enero del 2006 por un estrecho margen de votos frente a la organización palestina rival, Al-Fatah. No obstante eso, en junio del 2007 estalló la violencia entre ambas organizaciones rivales cuando el Hamás, mediante un golpe de Estado sangriento en la Franja de Gaza, tomó el control completo de dicho territorio, asesinando en el camino a más de 600 palestinos de forma brutal que, en su mayoría, pertenecían al movimiento del Fatah (de acuerdo a las estadísticas provistas por numerosas agrupaciones de derechos humanos palestinas y la israelí Betzelem) donde, en el trato que Hamás dispensó a sus adversarios políticos, se incluyeron decapitaciones, flagelaciones, amputaciones de manos, torturas y crueles palizas. Por otro lado, Hamás, a pesar de haber ganado originalmente las elecciones, no es considerado un interlocutor válido para la paz porque hasta el día de hoy se niega a cumplir con las demandas básicas que le exige la comunidad internacional: reconocer el derecho a la existencia de Israel, renunciar a la violencia terrorista y aceptar los acuerdos palestino-israelíes previos (principalmente los Acuerdos de Oslo). De todas maneras, aunque haya ganado elecciones democráticamente, el Hamás nunca fue una organización democrática, sino que utilizó este medio político para perpetuarse en el poder y luego prohibir todo tipo de libertad civil en el territorio que controla.

• ¿Hamás combate contra la ocupación israelí?

Al término de la Segunda Intifada, hace tres años, entre agosto y septiembre del 2005, el gobierno israelí, dirigido por el entonces Primer Ministro Ariel Sharón, decidió por mayoría de votos que los asentamientos judíos en la Franja de Gaza debían ser completamente desalojados, por la fuerza si era necesario, y retirarse a las fronteras israelíes internacionalmente reconocidas. A este plan se lo llamo “desconexión”. En vista de la dificultad de negociar la retirada israelí con la Autoridad Palestina, el gobierno israelí decidió aplicar una retirada inmediata y unilateral. Y así sucedió. En poco menos de un mes, se llevó a cabo la evacuación forzada de los civiles israelíes de Gaza junto con los militares que los protegían, en un contexto que generó mucho esfuerzo y mucha polémica dentro del público israelí que terminó prácticamente dividiendo a la sociedad en dos. No obstante, la mayoría de los israelíes esperaban que con este gesto se pudiera lograr la paz y la seguridad para ambos pueblos. Esperaban que con esta retirada de gran envergadura se lograra un mayor acercamiento al entendimiento y un avance en las negociaciones de paz que venía manteniendo Israel con la Autoridad Palestina. Lo que sucedió fue, exactamente, todo lo contrario. A pesar de la desconexión israelí de la Franja de Gaza, o mejor dicho debido a ella, este territorio palestino se tornó en una inmensa plataforma de lanzamiento de cohetes Qassam, cohetes Katiuska, misiles Grad y granadas de mortero contra el territorio soberano israelí, logrando multiplicar veinte veces la cantidad de cohetes, misiles y morteros que el Hamás disparaba contra la población israelí hasta ese entonces, gracias a la retirada de Gaza. A partir de entonces, la agrupación que gobierna y controla estrictamente, de hecho y derecho, el destino del millón y medio de palestinos que viven en la Franja de Gaza es el Hamás, mientras que el moderado Fatah controla Cisjordania. Lo que sucede es que el Hamás utiliza el término “ocupación” como un mero eufemismo para referirse a la existencia misma de Israel, independientemente de las fronteras.

• ¿Israel bloquea a la Franja de Gaza?
La respuesta original de Israel ante la violencia perpetrada por el Hamás contra los civiles israelíes en su territorio, ha sido principalmente cerrar, parcial o totalmente, los pasos fronterizos que conducen al territorio controlado por el Hamás. A través de Egipto e Israel ingresan permanentemente los suministros básicos a Gaza destinados a la población civil. Alimentos y medicinas pocas veces faltan. En cuanto a la electricidad, el combustible, el gas y otros productos que le provee el gobierno israelí a la población de Gaza de forma gratuita (sin ninguna obligación legal o moral para hacerlo), a veces, durante los ataques del Hamás, se interrumpe brevemente por unos pocos días. Hay dos razones para explicar esto. La primera razón es como medio de presión hacia el gobierno de Hamás para que cese el disparo de cohetes y morteros contra civiles israelíes. La segunda es debido a que el Hamás aprovecha los escasos combustibles, electricidad e incluso caños que llegan al territorio de Gaza, para fabricar los misiles que utilizan a la hora de atacar a la población israelí, en vez de proveer a la población palestina bajo su control de las necesidades básicas más necesarias. Dicho sea de paso, sería curioso saber qué otro país del mundo le provee de diversos insumos a un territorio hostil desde el que se ataca a la población de dicho país con misiles y morteros (amén de no reconocer su derecho a la existencia).
Si usted correría el riesgo de que a sus hijos les cayera un cohete mientras están durmiendo, ¿qué haría para impedirlo?.
• ¿Israel lucha contra el pueblo palestino?
Hace tiempo que los palestinos están divididos. Existe hoy en día dos grandes unidades políticas, la Autoridad Palestina en Cisjordania (controlada por el moderado Fatah de Abu Mazen) y el Hamás en la Franja de Gaza, que, no sólo están enfrentadas y separadas por lo geográfico y lo religioso, sino por sus agendas, por el “qué queremos”. Incluso si se mantuvieran así, y sus diferencias se redujeran al tipo de Estado palestino que quisieran ver creado junto a Israel, el Estado israelí estaría dispuesto a continuar con la agenda de dos Estados para dos pueblos, convertida en los últimos años en política de estado. Pues que quede claro: Israel ha entendido que dos Estados para dos pueblos es el llamado de la hora (Palestina e Israel conviviendo en paz y seguridad), la solución para la paz. El problema radica en que una parte del establishment palestino, el del bloque fundamentalista e intransigente de Hamás, hasta el día de hoy no ha conciliado con la mera existencia de Israel, y con esa parte es que Israel tiene un problema. No con la OLP, no con la Autoridad Palestina, no con el Fatah y mucho menos con el pueblo palestino, sino con el Hamás. Sólo con el Hamás, cuya agenda contradice la mera existencia de Israel y niega el derecho a la autodeterminación de los judíos como pueblo, tan defendida por las izquierdas occidentales. Es el Hamás, por su accionar y su naturaleza, el principal enemigo del pueblo palestino y su motivo de graves perjuicios.
• ¿Se encuentra Gaza en malas condiciones?
Sí, el sufrimiento de la población palestina en Gaza es innegable. Lo que debemos hacer es ver quién es el responsable por esta situación. A modo de ejemplo, cuando Israel desalojó por la fuerza a los colonos judíos de ese territorio, removió cielo y tierra para dejar intactos y en funcionamiento los invernaderos y campos de cultivo de los asentamientos para que lo utilizaran los palestinos como medio de subsistencia (recordar que estas zonas exportaban frutas a toda Europa), ya que eran una fuente de trabajo y de riqueza. Por supuesto que no quedó de ellos nada: en los viejos asentamientos se hacen maniobras militares y desde los invernaderos se disparan cohetes hacia las concentraciones de civiles, pues lo primero que hizo el Hamás cuando se retiraron los israelíes hace tres años fue una orgía de destrucción donde quemó estos invernaderos, profanó las últimas sinagogas que quedaban y, en vez de preocuparse en construir un Estado viable para su gente, se encargó de montar una infraestructura terrorista enorme que consumió los pocos recursos palestinos. Además, el avance del proceso de paz palestino-israelí inevitablemente llevaría a una mejora económica, algo que el Hamás, en su intransigencia, ha rechazado porque eso implica acordar una solución política y pacífica al conflicto.
• ¿Israel ataca a la población civil de Gaza?
No, para nada. De hecho, la Fuerza Aérea de Israel actúa en forma muy precisa. La gente que se halla en los blancos atacados en Gaza es únicamente gente relacionada a la policía, las fuerzas de seguridad, la diplomacia y el terrorismo de Hamás y todo lo que ellos manejan, mientras que las tropas terrestres se concentran en destruir las plataformas donde se lanzan misiles contra ciudadanos israelíes. La cantidad de personas no involucradas que son alcanzadas por el fuego, es relativamente baja, y los civiles muertos o heridos son la muy pequeña minoría del total, aunque por el otro lado, cuando ellos disparan hacia Israel lo hacen intencionalmente contra civiles. Si Israel quisiera atacar a la población civil, las víctimas civiles se contarían en decenas de millares. Según datos proporcionados por las Naciones Unidas, hasta el momento el 75% de las víctimas mortales palestinas son miembros del Hamás y la Yijad Islámica (otra agrupación terrorista de similares características), mientras que el resto son civiles. Las víctimas civiles son realmente lamentables, siempre y en todo momento, pero ahí el Hamás también juega su papel, ya que comete un doble crimen de guerra: por un lado, todos sus ataques militares van dirigidos contra objetivos civiles israelíes. Por el otro lado, se rodean de civiles palestinos; lanzan sus cohetes desde zonas densamente pobladas; esconden su armamento en mezquitas, hospitales, casas y escuelas; y sitúan civiles palestinos cerca de sus jerarcas militares para utilizar a la población civil palestina como un enorme escudo humano. No obstante eso, si observamos otras partes del mundo, sea los rusos en Georgia, o lo que pasó en Kosovo, y hasta en las Malvinas, por supuesto en Vietnam y Corea, la conclusión es que la mayor parte de los muertos eran civiles y menos gente involucrada en la violencia. Y eso, se agrava especialmente cuando se lucha contra organizaciones terroristas, que siempre usan a la población civil como rehén. Es su método, su forma de actuar. Pero aún así, las fuerzas aéreas israelíes hacen todo lo posible por evitar bajas entre la población civil, como lanzar desde el aire papeles, volantes y advertencias por altavoz en los que está escrito un mensaje que exhorta a la gente que vive en hogares que se encuentran cerca de un edificio del Hamás, que se alejen de la zona, aún a costa de perder el factor sorpresa. Ningún otro país del mundo hace algo así. Por otro lado, mientras Israel ataca de manera constante objetivos militares del Hamás en Gaza, permite al mismo tiempo el ingreso de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza para minimizar los daños ocasionados a la población civil palestina. Según datos proporcionados por las Naciones Unidas, desde el comienzo de la operación militar israelí el 27 de diciembre, Israel permitió el ingreso a Gaza de 400 camiones con toneladas de ayuda humanitaria, coordinados por la Cruz Roja, destinados a la población civil.
• ¿La respuesta israelí es desproporcionada?
Cuando se mide una respuesta contra un enemigo en tiempos de guerra, no solo se considera la cantidad de fuerza necesaria para finalizar con la amenaza inmediata, también se toma en cuenta la posibilidad de disuadir próximos ataques. El resultado de no utilizar la fuerza necesaria para disuadir próximos ataques lleva a una guerra de desgaste.
El argumento de la "desproporcionalidad" de la acción israelí es uno de los más absurdos. Parecería ser que los israelíes, antes de responder a los ataques de Hamás, deben dejarse matar para ser "proporcional" a la respuesta que se debe dar, sin importar quién es el agresor y quién es el que en verdad se defiende; otorgando mayor relevancia a quién posee un mayor poder militar antes de comprender quién tiene más razón. Lo inmoral no es la "desproporcionalidad" en un conflicto bélico, sino que lo inmoral en todo caso es que exista la guerra en sí misma. En este caso particular, la guerra ya existía por decisión del Hamás, la diferencia está en que Israel decidió que -en vez de que sea una guerra unilateral donde sus ciudadanos del sur sean asediados, aterrorizados, oprimidos y asesinados impunemente desde la Franja de Gaza- esta sea una guerra donde el Estado defienda a su gente, que es el deber de cualquier país en el mundo. Afortunadamente el Hamás no puede causar más víctimas inocentes de las que hay, no porque no quiera o deje de intentarlo todos los días, sino porque todavía no tiene la capacidad militar para hacerlo e Israel se lo impide en estos momentos.
Se supone que si uno de los bandos va a ganar, su fuerza tiene que ser en algún sentido “desproporcionada”. En el caso actual, no hay dudas que el bando israelí es desproporcionadamente más poderoso, desproporcionadamente más inteligente (porque el Hamás es el único que se involucra en una guerra que no puede ganar), y desproporcionadamente más cuidadoso con la vida humana, tanto la propia como la ajena (del Hamás, maestros del hombre bomba, no se espera cuidado con la vida ajena, pero tampoco son muy cuidadosos con la propia).
La terminología de “proporcionalidad” en un conflicto bélico es un error y si no lo fuera habría que oponerse a ella con toda la razón, porque es una inmoralidad. Si la respuesta debe ser “proporcionada” a la agresión, que de eso se trata, estaríamos admitiendo que se trata de un revanchismo, una suerte de “ojo por ojo”, una acción cuyo objetivo es satisfacer la sed de venganza. El objetivo no es ése, sino permitir a la gente vivir en paz, a ambos lados de la frontera. Para eso, agotadas las instancias no violentas (no hay de qué sorprenderse: basta con leer la carta orgánica de Hamás, a cuyo lado los escritos de Hitler son cuentos para niños), el uso de la fuerza tiene que estar al servicio de ese objetivo. Una respuesta “proporcionada” es una invitación a seguir la agresión y es poner en manos de Hamás el volumen de fuego que más le convenga. Por el contrario, hay que tratar de optimizar la superioridad militar para que el agresor diga que, si hubiera sabido que esa habría de ser la respuesta, no la hubiera provocado nunca. Lo “desproporcional”, en todo caso, es que el gobierno israelí haya esperado ocho años para responder y reaccionar ante las agresiones provenientes del Hamás en Gaza, defendiendo a su población del sur como corresponde.
• ¿Israel busca reocupar Gaza?
No. Como lo anuncian todos los políticos y gobernantes israelíes, el Estado de Israel se retiró de la Franja de Gaza para no volver nunca más. No está interesado en controlar la vida de los palestinos ni controlar el territorio. Prueba de ello es que en la ofensiva terrestre participan alrededor de 10.000 soldados israelíes, cuando Israel tiene un ejército de un millón de hombres, lo que da cuenta de que el objetivo israelí es realizar una operación limitada que permita defender a sus ciudadanos del terror emanado de Gaza.
• ¿Qué papel juegan las próximas elecciones israelíes en todo esto?
Ninguno. El público israelí, en un porcentaje del 90%, se decantó por apoyar una operación militar en Gaza contra el Hamás para detener el sufrimiento de los habitantes del sur del país. En el parlamento, se logró un amplio consenso para la ofensiva militar que contó con el apoyo de una multitud de sectores que abarcan desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda (desde el nacionalista “Unión Nacional” hasta el pacifista “Meretz”). En ese momento, los llamados “palomas” (pacifistas) decían exactamente lo mismo que los “halcones” (belicistas): hay que hacer algo al respecto, lanzar una operación militar de gran envergadura en Gaza y proteger a la gente en el sur.

4 comentarios:

Atila el Huno dijo...

Clarificador!

¿Te importaría si te copio parte de la entrada, la que describe a Hamás, y la publico en mi blog?, por supuesto indicando al tuyo como refencia de origen.

Creo que es indispensable difundir la versión de Israel.

No haré nada hasta que me indiques tu opinión y sugerencias.

Un saludo!

pacobetis dijo...

por supuesto que no me importa. al contrario me parece estupendo. cuantos más defendamos a Israel mejor. y estoy seguro que Andrés (el autor ddel texto) también se sentirá orgulloso.

Atila el Huno dijo...

Lo haré!

Aprovecho para recordarte que la encuesta de la vanguardia va:

63% Sí 37 % No

Casi como la del Mundo

Creo que se avecinan malos tiempos para los Ayatolás de aquí.

pacobetis dijo...

buen resultado ese. yo ya he votado